Nervios
Al día siguiente, con muchos nervios aún a pesar de todo, Ysamar despertó muy temprano mientras la mayoría seguía durmiendo. Se acercó a su baño, abrió la ducha para tomar un baño y se quedó unos segundos bajo el agua dejando que todos pensamientos negativos se fueran con el pasar del agua en su cuerpo.
Se acercó al gran comedor de la base y notó que habían unos pocos soldados comiendo. Al adentrarse más, vio en una mesa a cuatro compañeros del programa de reclutamiento. En sus nervios, Ysamar se quedó mirándolos con cierto miedo y uno de los chicos la observó. Era un tipo de contextura gruesa, pelirrojo y bastante molesto, solía hacer bromas muy pesadas durante las lecciones y no le caía bien a Ysamar. El muchacho, se comenzó a reír de Ysamar y llamó la atención de sus amigos para que la vean también. Todos voltearon a verla y uno de los chicos que encontraba en la mesa era Jericko de la Torre, el mismo chico que la había vencido hace tiempo. Ysamar sintió más nervios y miedo al ver a Jericko y aceleró el paso. Tomó una bandeja, tomó su comida y, cuando se dio la vuelta, notó que Jericko se estaba acercando a ella. Ysamar trató de evitarlo, pero el joven al final la alcanzó.
—Tranquila, vas muy rápido—dijo Jericko tratando de ser amable. —¿Vas a algún lado?
—No, solo voy a comer—respondió Ysamar tratando de ocultar su temor.
—Oye quería decirte que me sorprendiste estos últimos meses. Mejoraste bastante y tiene mérito, ¿cómo lo lograste?
—Solo fue trabajo duro.
—Genial. En fin, solo quería desearte suerte el día de hoy. Sé que esperaste esto por mucho tiempo y que significa bastante en tu vida, espero puedas lograrlo.
—Gracias, igual tú.
—Pero déjame decirte una cosa, antes que nada. Todo lo que ves, este mundo, no es para ti, no perteneces aquí. Puede parecer sencillo, pero tú no podrías con esto. No importa cuánto lo intentes, cuánto te esfuerces por mejorar, nunca llegarás a ser alguien aquí. Escucha cuando te digo que mejor te hagas a un lado y dejes a los verdaderos soldados hacer esto. No sirves aquí y si tengo que enfrentarme a ti hoy, voy hacer que te des cuenta de lo que digo. Aquella vez que te gané, no será nada comparado con lo que te haré ahora. Suerte linda, créeme que vas a necesitarla.
Jericko se acercó para tratar de darle un beso en la mejilla a Ysamar, pero la joven le esquivó el beso y lo miró muy molesta. Jericko se rió de ella y se alejó. Ysamar lo vio irse y vio como sus amigos se reían del actuar de Jericko. Sus amigos también se burlaron de ella y la joven solo salió del comedor avergonzada. Llegó a su habitación, cerró la puerta, colocó su bandeja de comida en su mesa de noche y comenzó a moverse de un lado a otro mientras trataba de desatar su enojo. Se sentó en la cama, tomó su almohada, se la colocó en la cara y gritó con fuerza para después tirar la almohada lejos. Respiró con calma y recordó una de las tantas enseñanzas que Derek le había dado: "Debes tener equilibrio". Dejó ir la ira con un suspiro, frunció el ceño y comenzó a comer mientras se mantenía concentrada. Al terminar, decidió que debía estar lista por completo y comenzó a calentar en la habitación haciendo una rutina de ejercicio.
Pasada las horas, Ysamar se dirigió a la habitación donde le daban las lecciones y todos ya estaban ahí. Algunos hablaban entre ellos tratando de canalizar sus nervios. Ysamar se adentró más y vio a Jericko junto a sus amigos otra vez. Él joven saludó a Ysamar de forma burlesca, provocando que Ysamar lo ignorara y se sentara en el suelo a esperar. Notó que una soldado se le acercó a Jericko lo que ocasionó que sus amigos se fueran y dejaran a Jericko solo con la mujer. Ella le hablaba con firmeza y Jericko se mantenía firme oyendo lo que la soldado decía. Su preocupación se hizo mayor cuando vio que varios soldados se acercaban a varios reclutas y otros soldados de rangos mayores se quedaban en la ventana donde Derek vio a Ysamar por primera vez. En ese momento, varios soldados entraron y bajo el mando de todos estaba el general Córdova. Todos los soldados se hicieron a un lado y los reclutas se formaron para oír las indicaciones.
—Muy buenos días reclutas. Como muchos sabrán el día de hoy se les evaluará para ver su desempeño en todo este tiempo y en base a ello, les asignaremos un puesto en la orden. Mucha suerte a todos ustedes y den lo que mejor que tienen—dijo el general Córdova.
Los reclutas fueron invitados a salir de la habitación y uno a uno fueron llamados para ver sus habilidades de manera individual.
Las horas pasaban y por fin llamaron a Ysamar. La joven caminó con nervios y temor al interior de la habitación y vio a todos como la observaban. El general Córdova, se encontraba en una mesa junto a cuatro soldados más que lo acompañaban y ayudaban a tomar los apuntes. Córdova comenzó a escribir en una libreta al igual que sus acompañantes y nadie decía nada.
—¿Cuál es tu nombre? —dijo un soldado que acompañaba a Córdova.
—Ysamar Ibars—dijo Ysamar.
—Vamos a evaluar varios aspectos con las pruebas que te daremos, ¿lista?
—Sí señor.
En ese momento, el soldado accionó un botón y del suelo salieron unas máquinas extrañas que rodearon a Ysamar, dándole a la joven, el espacio suficiente para que se mueva con libertad. Estas máquinas, tenían unos orificios pequeños por donde salían unos extraños dardos que, al impactarte, te inyectaban un veneno que no era mortal, pero si te dejaba inconsciente por varias horas y con el rostro hinchado.
Los dardos comenzaron a salir e Ysamar tuvo que esquivar todos a la perfección. Un pequeño roce de esos dardos y estaba fuera debido al veneno. La joven estaba aterrada, pero esquivó todos los dardos a la perfección. Derek estaba en su cabeza, repitiéndole todo lo que ya sabía, se sentía segura con él. La sorpresa se hizo presente cuando Ysamar uso el "Tetra" y con dos dedos, tomó uno de los dardos antes que impacte con ella.
Los soldados tomaron apuntes en lo que veían a la joven y al terminar, las máquinas desaparecieron y en su lugar, a la derecha e izquierda de la joven, aparecieron unos muros enormes y gruesos. Los muros se juntaron y trataron de aplastar a Ysamar. La joven debía evitar que eso pasará y con todas sus fuerzas, empujaba los muros para evitar que acabaran con ella. Si no resistía, los muros se destruirían antes que mate a la persona, pero obviamente se reprobaba el programa. Ysamar resistió todo lo que pudo, pero los muros la estaban oprimiendo. Estaba apunto de perder, cuando decidió calmarse y poner su mente en blanco. Se relajó, respiró hondo y comenzó a empujar los muros con todas sus fuerzas. La joven gritaba ante el esfuerzo y volvió a sorprender a todos cuando abrió sus brazos totalmente y se mantuvo así por unos largos segundos.
Nuevamente tomaron apuntes y los muros desaparecieron. Ysamar cayó al suelo producto del cansancio y en ese preciso instante, el suelo donde ella se encontraba, comenzó a soltar unas descargas eléctricas muy potentes que provocaron el grito de dolor de Ysamar. La joven quedó pegada al suelo producto de la potente descarga. Trataba de levantarse, pero sus intentos eran inútiles. La descarga le hacía mucho daño y tenía los músculos totalmente comprimidos. Cuando los soldados estaban apunto de apagar la máquina que le daba descargas, Ysamar comenzó a moverse lentamente. La joven tenía los ojos cerrados y respiraba con calma mientras se movía. Después de múltiples intentos, Ysamar ya estaba de rodillas y para la sorpresa de todos, la joven logró levantarse con normalidad y dio un fuerte grito debido al poco dolor que aún le generaba la electricidad.
La descarga de detuvo y un rayo láser se puso frente a ella. Con gran velocidad, el láser se dirigió a ella, pero Ysamar respondió a tiempo y pudo esquivar con normalidad dando un salto sobre él. De pronto, varios rayos comenzaron a prenderse y todos se dirigieron a la joven. La idea era que debía esquivar todos los rayos sin problemas. De tocar alguno, sonaría un gran pitido y estaría fuera del programa. Ysamar esquivó todos con normalidad y con el pasar del tiempo, la velocidad aumentaba y se hacía más complicado. Los soldados tomaron apuntes una vez más y los láseres desaparecieron.
Ysamar quedó de pie a espaldas de los jueces y al darse la vuelta, notó que del suelo salió una mesa y sobre ella, se encontraban unas maletas misteriosas, cada una era más grande que la otra.
—Excelente trabajo señorita. Como recompensa a su brillante actuación, tome una de las maletas que se encuentran frente a usted. Elija la que más desee—dijo el general Córdova.
Ysamar las miró con detenimiento mientras respiraba de manera agitada. Levantó la cabeza y vio en la mesa de los jueces a uno que tenía una botella de agua sin haberse consumido su interior. Ysamar miró a los jueces y señaló la botella.
—¿Puedo llevarme esa botella de agua? Por favor—dijo Ysamar muy exhausta.
Los soldados miraron la botella y después de una pequeña risa por parte de todos, Córdova asintió la cabeza. Ysamar se acercó a la mesa, tomó la botella y le dio la mano a todos y cada uno de los jueces mientras les daba las gracias para después, salir de la habitación tomando un trago de agua de la botella.
Varias horas pasaron y todos hablaban de la brillante actuación que Ysamar había hecho, pero todavía le faltaba una prueba más y era la que más nervios le daba. Se quedó sentada en el suelo todo ese tiempo mientras pensaba en cómo iba a ser su desempeño. Fue entonces que salió una chica que tenía un tabloide y llamó a Ysamar. La joven se levantó con nervios y asustada y se acercó a la chica. Ambas regresaron a la habitación y, tras haber tenido mucha suerte en la primera prueba, ahora todo iba a mal. Al entrar, vio con quien se enfrentaría y se trataba del mismísimo Jericko de la Torre. El joven la vio y le sonrió con burla mientras Ysamar se acercaba al medio de la habitación. Los soldados que parecían ser los maestros de algunos reclutas, ya no estaban y solo estaba la soldado que acompañaba a Jericko, quien se encontraba a un lado de la habitación.
—Bien reclutas, está es su fase final. Ambos se van a enfrentar en un combate para ver sus capacidades. Ustedes han sido de los pocos que pasaron la primera fase, es por eso que están aquí. Deben hacer que su oponente toque el suelo y eso les dará un punto, Consigan tres puntos y habrán ganado—dijo el general Córdova. —Señorita Ibars.
—Sí señor—dijo Ysamar.
—¿Tiene algún representante?
—Yo...
Ysamar trataba de hablar, pero no sabía qué decir. Jericko comenzó a reírse de ella en voz baja, lo que aumentó la preocupación de la joven.
Ante el silencio de la joven, la puerta de la habitación se escuchó abrirse. Alguien entró y todos comenzaron a murmurar debido a la sorpresa que daba el ver a dicha persona. Incluso los jueces comenzaron a hablar entre ellos al notar de quien se trataba.
—¿Puedo ayudarlo en algo? —dijo Córdova.
—Lamento llegar tarde, general—respondió Derek.
—No hay problema joven, pero estamos en medio de algo importante, ¿surgió algo?
—No general, solo vengo a ver el desempeño de los reclutas.
—Estamos hablando con la señorita sobre su representante.
—Lo sé, yo soy el que representará a la niña.
Todos comenzaron a murmurar nuevamente ante la sorpresa que se estaba viendo. Se les hacía imposible que el líder "The Poker's" esté representando a una recluta tan insignificante como lo era Ysamar. Jericko se mostró molesto al ver lo que estaba pasando y no podía creer lo que oía.
—¿Está seguro de lo que está diciendo? —preguntó el general Córdova.
—Si general, yo soy el maestro de la recluta Ibars y seré yo quien la representará—respondió Derek.
—En ese caso todo está resuelto. Reclutas tienen un minuto y medio con sus representantes de la pelea.
La soldado tomó a Jericko y se le llevó lejos para hablar con él. Derek se alejó de ellos y llamó a Ysamar. La joven se acercó y lo abrazó con fuerza para estar más tranquila.
—Lamento llegar tarde, supe que hiciste una gran actuación en la primera fase. —dijo Derek.
—Yo no puedo con esto, no puedo con él, es demasiado...—habló apresuradamente y asustada Ysamar.
—Oye tranquila, está bien. Claro que puedes con esto, pasaste la primera fase sola y por lo que oí fue muy pesada. Resististe una potente descarga eléctrica, eso es increíble.
—Si, pero es diferente...
—Claro que no, no le quites mérito a lo que hiciste, ambos son igual de importantes.
—No puedo fallar Derek.
—Lo sé y no vas a hacerlo, confía en ti y tus habilidades. Recuerda todo lo que hemos aprendido en este tiempo. Concéntrate en su "Tetra", con eso lo tienes listo, mantén el equilibrio y que tu mente y corazón estén en sintonía. Respira hondo y relájate, no pienses en nada más. Puedes con esto niña, ¿sí?
—¡Reclutas! ¡A sus posiciones! —gritó Córdova.
—Tranquila, son solo tres puntos. Yo estaré aquí.
Ysamar se dirigió al centro del campo de batalla y seguido a ella, Jericko también. El joven estaba con una expresión soberbia y no dejaba de mirarla. Ysamar trataba de evitar el contacto visual con su oponente hasta el momento en el que tuvo en frente.
—¡¿Listos?! —gritó Córdova.
Ysamar y Jericko optaron una pose de pelea de acuerdo a lo aprendido. Jericko puso sus puños frente a él, manteniendo la excesiva confianza en él mismo. Ysamar decidió tomar una pose parecida a la Derek, con el brazo izquierdo frente a ella de manera horizontal y el dedo índice, del medio y el pulgar levantados, el puño derecho lo traía pegado a su cintura y sus piernas quedaron abiertas, con la izquierda al frente y la derecha flexionada.
—Lista—dijo Ysamar en voz baja tratando de calmarse.
—¡Peleen! —gritó Córdova.
Ambos contrincantes caminaron en círculos sin dejar su paso de pelea. Sin embargo, Jericko se acercaba lentamente a Ysamar tratando de intimidarla. Ysamar estaba cayendo en sus trucos y el temor regresó. La joven dejó de pensar con claridad y eso le dio pie a Jericko a que dé el primer golpe, que por suerte Ysamar pudo bloquear. Ese movimiento, inició la pelea entre ambos contrincantes. Los puños impactaban, al igual que las patadas, pero todo por parte de Jericko. Ysamar no era capaz de impactar golpe alguno debido a lo rápido que Jericko era, además de la superioridad en la fuerza. Ysamar bloqueaba los golpes y los esquivaba, pero por más que intentaba, no podía impactar un solo golpe. Dicha situación, le dio ventaja a Jericko y en un intento de Ysamar por golpearlo, el joven lo esquivó y el siguiente golpe de Ysamar, lo bloqueó sin problemas, pero sus intentos de ataque dejaron a Ysamar con la defensa baja y Jericko usó su rodilla izquierda para golpear con fuerza el abdomen de Ysamar. Su ataque, provocó que la joven caiga al suelo debido a la falta de aire, lo que dio un punto a Jericko.
Ysamar quedó en el suelo por unos segundos y volteó a ver a Derek quien la animó a que se ponga de pie nuevamente. Ysamar se levantó y volvió a su puesto frente a Jericko, acción que fue seguida por el joven. Los jueces tomaron apuntes de lo visto en el primer asalto y cuando vieron que los jóvenes estaban ya listos, dieron la orden para que inicie el segundo asalto.
Jericko no perdió el tiempo y en cuanto escuchó la orden, saltó al ataque contra Ysamar. La joven se defendió de todos lo ataques, pero ahora estaba mucho más difícil, debido a que, Jericko había aumentado su fuerza y velocidad. Ysamar comenzó a quejarse, ya que, los golpes que bloqueaba de Jericko, eran tan fuertes que le hacían daño. En un ataque inteligente de Jericko, volvió a golpear con fuerza, rompiendo la defensa de Ysamar, lo que le dio paso a un golpe directo en el abdomen con su pie derecho. Ante ello, Ysamar se encorvó debido al ataque, posición que Jericko aprovechó y golpeó con su rodilla en el mentón de Ysamar con tal fuerza que levantó a la joven y cayó de espaldas al suelo, dándole el segundo punto a Jericko y dejándolo a solo un punto de ganar el combate.
Ysamar estaba en el suelo adolorida y sin probabilidades de levantarse, tratando de recuperar el aire. Derek la observó con el ceño fruncido y con la confianza de que la joven se iba a levantar. Su corazón era fuerte al igual que su voluntad. El trébol no se equivocó e Ysamar trató, de manera serena, recuperar el aire poco a poco. Después de unos segundos, Ysamar se levantó con dificultad y miró a Jericko. El joven la observó aún con soberbia, lo que provocó ira en la joven.
Ambos se dirigieron a sus posiciones y optaron sus poses de pelea, pero ahora Ysamar, le cerró los ojos a Jericko y respiró hondo. Córdova dio la orden y Jericko nuevamente corrió hacia Ysamar. Estaba a un punto de ganar y la joven tenía los ojos cerrados, estaba puesto para que él ganará. Sin embargo, en un bloqueo sorpresa, Ysamar tomó el puño de Jericko antes que impacte contra su rostro. Jericko vio a la joven con sorpresa y terror, ya que, no esperaba esa respuesta. Ysamar abrió los ojos y empujó a Jericko lejos de ella. El joven se miró la mano y la movió para despejar el dolor ocasionado por la joven. Jericko buscó ese punto con desesperación, sentimiento que ahora Ysamar usaba a su favor, ya que, los movimientos de Jericko se hicieron predecibles y débiles, facilitando la tarea a Ysamar. En un ataque rápido del joven, Ysamar tomó sus dos puños y, usando su cabeza, golpeó la frente de Jericko, aturdiendo al joven. Acto seguido, Ysamar barrió a Jericko y este cayó al suelo estrepitosamente, lo que le dio el punto a Ysamar.
Jericko no podía aceptar lo que había pasado, se levantó deprisa y se dirigió a su posición. Ysamar volteó a ver a Derek y este le hizo un gesto para que respire y se relaje. Ysamar volteó a ver a Jericko y respiró hondo nuevamente y le frunció el ceño al joven. Posaron y Córdova volvió a darles la señal para que comiencen a pelear.
Jericko volvió a saltar al ataque y ahora fue mucho más predecible. Ysamar siguió bloqueando y esquivando los ataques de Jericko, solo ahora, sus esquivos eran acrobáticos, lo que desconcentró a Jericko y le dio más ventaja a Ysamar. La joven notó que su oponente, no cubría sus piernas y que era un punto fácil de atacar. Ysamar bloqueó un último ataque de Jericko y golpeó con sus pies en las rodillas de Jericko, provocando que caiga de rodillas al suelo, dándole así el punto. Sin embargo, Ysamar estaba molesta y cuando lo vio arrodillado, se dispuso a golpearlo en el rostro, pero antes que el golpe impacte, la joven se detuvo y dejó su puño al lado del rostro de Jericko. El joven quedó con los ojos cerrados producto del miedo y en cuanto los abrió, vio a Ysamar en su posición para iniciar el último asalto. El punto que se dé ahora, denominaba al ganador del enfrentamiento.
Ysamar volvió a sentir los nervios mientras veía el rostro furioso de su oponente caminando de regreso a su puesto. Ambos sabían que este sería lo último que podían hacer para ganar. Ysamar volvió a cerrar los ojos y respiró hondo, comenzó a sentir el "Tetra" de todos en la habitación. Córdova dio la orden para que inicie el último asalto e Ysamar sintió como un "Tetra" se iba acercando rápidamente a ella. Jericko saltó para poder dar un golpe más fuerte y aprovechando que Ysamar no se movía de su posición, ya que, seguía con la misma pose y con los ojos cerrados. La joven tomó aire y, tras un potente grito, volvió a hacer el mismo ataque que hizo con Kamal. Mientras Jericko estaba en el aire, Ysamar golpeó en las costillas derechas de Jericko, provocando que el joven caiga con fuerza al suelo. La acción le dio la victoria a Ysamar, pero la joven no estaba enterada de la situación.
Jericko estaba quejándose en el suelo y en cuanto volteó a ver a los jueces notó que estaban de pie aplaudiendo la actuación de Ysamar. Su sorprendida y confundida mirada, se dirigió a la ventana de la habitación y vio a todos los soldados también aplaudiendo la actuación de la joven. Ysamar vio a Derek y este también estaba aplaudiendo con una sonrisa orgullosa en el rostro. Fue entonces que vio a Derek que también sonrió, entendiendo que todos sus esfuerzos, las horas de entrenamiento, todo ese sufrimiento, al fin habían valido la pena y había vencido a su más grande oponente, ella misma.
Córdova felicitó a la joven y pidió a los oponentes a que abandonen la habitación con sus respectivos representantes. La soldado que acompañaba a Jericko, lo dejó en el suelo y se fue. Ysamar observó dicha acción y se acercó al joven, le extendió la mano para ayudarlo a levantarse, pero este la miró con un gran odio en su alma.
—No hemos terminado, Ibars—dijo Jericko.
Ysamar bajó la mano y lo dejó tirado en el suelo. Ysamar volteó la mirada y vio como Derek abandonaba la habitación. La joven agradeció a los jueces y corrió para alcanzar al trébol. Ysamar salió de la habitación y fue bloqueada por todos los soldados y algunos reclutas que buscaban poder hablarle sobre su actuación. Ysamar agradecía a todos mientras trataba de pasar y poder ir con Derek. En cuanto pudo pasar a sus admiradores, corrió para alcanzar a Derek y en cuanto lo alcanzó, le bloqueó el paso.
—¿A dónde diablos vas? —preguntó Ysamar agitada y molesta.
—Terminé aquí—dijo Derek.
—¿Qué?
—Lo lograste, ya no eres más una recluta, era una soldado de "Vex". Ya no hay más razón para estar aquí, no hay más que enseñarte.
Ysamar miró Derek y lo abrazó con mucha fuerza y comenzó a llorar desconsoladamente. Derek abrazó a la joven de la misma manera tratando de calmar su llanto.
—No puedes simplemente venir a mi vida y esperar irte como si nada, porque ahora no puedo seguir si no es contigo—dijo Ysamar.
Derek entendió al fin que había formado un vínculo muy fuerte con aquella joven. Abrazó con fuerza a Ysamar y no pudo evitar también llorar junto a la joven. Ysamar ahora era una soldado de "Vex", había logrado su más gran cometido en la vida, cometido que fue impulsado y apoyado de la mano del trébol, Derek Escarsa.
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