Rostro
Los días habían pasado. El entrenamiento de Vatra con Elise era extenuante. El método de enseñanza de Vatra, era mucho más riguroso y pesado que el de Saiko. Vatra no pensaba en no hacerle daño, iba a atacar como lo haría cualquier otro enemigo en el campo de batalla y Elise no estaba acostumbrada a ello, pero aprendía rápido y su gran poder a comparación que el que Vatra poseía, la hacía una gran amenaza para "Agros".
Una tarde, mientras luchaban, Vatra notaba que Elise iba a atacar a un solo punto, concentrándose solo en ello y bajando la defensa abismalmente, lo que la volvía un punto clave para cualquier contrataque. Elise golpeaba defrente al rostro y Vatra podía leer sus movimientos siendo muy fácil esquivarla y dejaba al descubierto todo su torso. Su técnica era ir de lleno al ataque golpeando con fuerza y rapidez al rostro. Vatra aprovechaba este punto débil para golpearla en otros puntos claves y hacerle mucho daño. En cuestión de minutos, Elise ya estaba en el suelo debido a los ataques de Vatra.
—Es increíble que llevemos varias sesiones y aún no veas tu error —dijo Vatra de pie frente a ella.
—Podría hacerlo si me dijeras cual es —respondió Elise respirando con dificultad y tendida en el suelo.
—Sigues queriendo golpearme a la cara, pareciera que es lo único que sabes hacer. Tanto poder y no lo utilizas.
—No quisiera hacerte añicos tan rápido.
—No seas tan modesta. Elise, tienes un grave problema, no te enfocas en otros puntos y te dejas al descubierto.
—¿Qué se supone que debo hacer?
—Primero, ponte de pie.
Elise se levantó con dificultad a causa del dolor y el cansancio. Puso su mano derecha en sus coquetillas izquierdas y miró a Vatra.
Sin darle tiempo a reaccionar, Vatra se abalanzó sobre ella y le dio un golpe en el abdomen, dificultando más su respiración. Elise cayó al suelo mientras se tomaba el abdomen con ambas manos debido al dolor.
—¿Qué diablos fue eso? —preguntó Elise.
—Concéntrate. No me mires a mí, mira mis movimientos.
—¿Cómo se supone que haga eso?
—Si te concentras, podrás hacerlo.
Elise se puso de pie nuevamente con dificultad. Levantó la cabeza y miró con rabia a Vatra quien nuevamente hizo el mismo movimiento, pero esta vez fue directo a su rostro, levantándola del suelo y haciendo que caiga de espaldas. Elise no podía soportar la humillación y el dolor ocasionado por los golpes. Se volvió a levantar y ahora sentía mucha impotencia y rabia. Una vez más, Vatra saltó a la acción, pero Elise reaccionó, intentando una defensa torpe que le dio a Vatra la ventaja de ir a su espalda y darle una patada en esa zona.
Elise se estrelló con fuerza contra el suelo y Vatra no parecía tener remordimiento con sus ataques, pero tampoco era un sanguinario que disfrutaba lastimar a Elise, pero sabía que era un mal necesario. Elise se volvió a levantar y Vatra fue más duro en esa ocasión. Saltó al ataque, pero sus golpes fueron más rápidos y en todos los puntos de su cuerpo. Era él quien atacaba ahora con fuerza y Elise estaba sometida a su fuerza.
La furia e impotencia de Elise llegó al límite cuando dejó salir un potente grito que generó una onda expansiva de fuego que alejó a Vatra de ella. El hombre quedó de rodillas en el suelo y Elise saltó al ataque. Comenzó a golpear nuevamente al rostro y Vatra seguía esquivando. Al notar que no había un cambio, Vatra bloqueó el ataque de Elise y se dispuso a golpear su abdomen; sin embargo, este fue un caso diferente, porque Elise bloqueó el ataque de Vatra y pudo contratacar. Vatra estaba sorprendido ante ello, pero no tuvo mucho tiempo para reaccionar.
Elise siguió atacando y Vatra y este seguía esquivando. Intentó contratacar nuevamente, pero otra vez fue bloqueado. Había entendido y ahora aplicaba su enseñanza.
Las horas pasaron y el entrenamiento había terminado. Elise estaba sentada en el suelo, bebido agua de una botella y Vatra estaba frente al lado de ella secándose el sudor con una toalla. Elise notó que Vatra estaba muy cansado y sediento por lo que decidió extenderle su mano con la botella para ofrecerle un trago de agua.
—Solo ten cuidado, no vayas a apagarte —dijo Elise. —¿Entendiste? Porque eres de fuego y el agua... Olvídalo, fue un mal chiste.
—Sí, bastante —respondió Vatra tomando la botella de agua y dándole un trago. —Gracias.
Vatra le dio la botella a la joven y ambos quedaron en silencio por unos segundos. Vatra miraba al suelo y Elise lo veía al él de reojo intentando ser discreta con el hombre.
—Estuvo bien el entrenamiento de hoy —dijo Elise. —¿No lo crees?
—Creí que habías dicho que no debía haber un vínculo —respondió Vatra.
—Solo te hacía una pregunta, no tienes por qué ser grosero.
—Lo siento, solo te recordaba lo que había dicho.
—Bueno, no lo hagas. Sé lo que dije y lo mantengo.
—Bien.
Ambos volvieron a estar en silencio. Elise cruzó sus brazos y su rostro se volvió a el de una persona molesta. Vatra seguía mirando al suelo sin expresión alguna. Parecía esperar a quedarse solo, pero Elise solo atinaba a mirarlo de reojo esperando a que él responda de alguna manera para consolarla por lo que había dicho, pero este no respondió de ninguna manera, lo que enfureció más a Elise.
—¿No vas a mirarme? —preguntó Elise molesta.
—¿Por qué tendría que hacerlo? —preguntó Vatra.
—Pues... No sé, acabas de decir algo desagradable.
—Y me disculpe por ello, ¿qué más quieres? Intento mantener lo el trato que tuvimos.
—Bien, olvida el estúpido trato, solo hablemos.
—¿De qué quieres hablar?
—No lo sé. Han pasado muchos años, algo interesante debes tener por ahí para contar.
—No lo creo.
—Inténtalo, trata de recordar algo que sea interesante de contar.
Vatra levantó la cabeza y miró al techo con un rostro extraño debido a su intento por recordar algo que fuera interesante de contar. Su vida la veía tan aburrida a pesar de sus aventuras que no consideraba nada interesante.
—Una vez, casi destruyó la ciudad... No lo sé —respondió Vatra.
—Bueno, tenemos algo en común, yo también. "The Poker's" me detuvo —respondió Elise.
—Que coincidencia, también a mí.
—Sí. Me dejaron escapar después de eso.
—A mí me dejaron tirado con un sable empalado cerca de mi brazo.
—Eso no se escucha bien.
—No lo fue.
Ambos volvieron a quedarse callados otra vez, Vatra mirando al suelo y Elise intentando sacar algún tema de conversación.
—Yo tengo algo —dijo Elise. —Una vez salimos a cazar con Saiko. Era de tarde, cazábamos para tener algo que comer en la cena y vimos a los lejos un gran ciervo. Saiko intento darle, pero los árboles no dejaban ver bien y falló varios tiros. Al final lo pude cazar yo, pero a costa de la furia de Saiko porque usé mis poderes.
—¿Por qué a Saiko le importa tanto que uses tus poderes? —preguntó Vatra. —Reprimirlos podrían afectarte.
—Supongo que no quiere que esté involucrada con "Agros" o quizás que me encontraran por usarlos.
—Buen punto. Ella te ha cuidado bien todo este tiempo.
—Sí, así es.
—No hay un perdón para mí Elise. No hay justificación para lo que hice, pero quiero que sepas que, a pesar de lo ocurrido, yo te quería. Aún te quiero, y temía que algo malo pueda pasarte. Solo quería protegerte y que estés lista para cuando el momento llegara. Sin embargo, no fue la mejor manera en la que lo hice. No debí obligarte a ello. Sin vínculos, no te preocupes. Terminaremos dentro de poco, no quisiera que haya disputas entre Saiko y tú.
Vatra se levantó del suelo, tomó sus cosas y, sin mirar a Elise, salió de la habitación y la dejó sola, sentada en el suelo con las palabras atoradas en su boca de tanto que quisiera decir, pero no sabía cómo hacerlo, pero lo que tenía claro y comenzaba a tomar forma y a coger fuerza en su mente era una cosa, Vatra no era una mala persona y se sentía orgullosa y feliz de tenerlo a su lado y poder llamarlo hermano cuando quisiera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro