Responsable
Tarik se encontraba solo en una habitación oscura, con el ruido de fondo de las personas que trabajaban arduamente a sus peticiones. Estaba sentado sobre un colchón sucio y casi destruido, con un cuadro en la mano y una botella de whisky en la otra. El hombre le dio un gran trago a la botella y se secó el licor que chorreaba de su boca. Tenía los ojos irritados y el corazón roto, cuando llegó Roger una vez más.
—Señor —dijo Roger aun manteniendo el respeto o el miedo a Lefevre.
—Tarik. Me llamo Tarik, Roger —dijo Tarik ya fastidiado.
—Lo siento, Tarik. No me acostumbro todavía.
—¿Por qué? ¿De dónde vienes?
—Fui un soldado vexiano hace un tiempo.
—Un vexiano ahora es un cazador, increíble. ¿Dónde está tu bandana?
—Soy un blanco fácil si la uso.
—Te entiendo. Y, ¿qué te hizo salir de esa orden?
—No creo que valga la pena contar eso.
—Vamos, una buena historia siempre viene bien junto a un trago barato. Siéntate, cuéntame qué pasó.
Roger se acercó a Tarik lentamente, buscó con la mirada donde podría haber un lugar para sentarse, pero no lo encontró. Tarik levantó la cabeza y vio también a todos lados. Comenzó a reírse a carcajadas y le señaló el suelo para que se siente. Roger obedeció y Tarik le ofreció la botella para que bebiera, pero el hombre la rechazó con la mano. Al notar el rechazó, Tarik encogió los hombros y tomó otro gran sorbo del licor sin respirar.
—No sé si sea prudente tanto alcohol —dijo Roger.
—¿Cómo piensas soportar toda esta presión si no es con esto? —preguntó Tarik justificando su acción. —Estamos aquí abajo en las cloacas como ratas, peleando por sobrevivir. Todos aquí pelean por ellos mismos, yo debo hacerlo por todos ellos. Un solo paso en falso y todo esto se va a la ruina. Es una gran responsabilidad y presión. ¿Cómo lo manejarías tú?
—No lo sé, pero veo que ya encontró la manera de hacerlo.
—Ahora, cuéntame.
—¿Qué quiere que le cuente?
—¿Cómo alguien como tú, termina en un lugar así después de haber servido a "Vex"?
—No creo que sea una buena historia.
—Vamos, no seas tan modesto.
—De acuerdo. Hace años, cuando el ataque de Vatra casi acaba con la ciudad. Yo estaba en la base con Parker, era un soldado más y estuve el día en que esos cuatro chicos llegaron a la base. Cuando inició el ataque a Capricornio, era claro la entrega total no de ellos con la orden, sino de la orden con ellos. Tras la traición del diamante, Parker y la orden dejaron de vernos como soldados con una vida y pasamos a ser simples medios para la guerra. Nos implantaron unos chips para infiltrarnos en "Agros", nos trataron como animales. Fui el único que sobreviví de mi pequeño grupo. Todos los demás se murieron y nadie le importó. Cuando el diamante estuvo frente al trébol y la dejó escapar, fue la gota que colmó el vaso. No le encontré sentido a la lucha que teníamos. Por culpa de su traición perdí a mis compañeros y ella solo escapó. Me pude escapar cuando inició la batalla en Roma, decidí dejar todo atrás, pero tengo algo pendiente con ellos y no voy a parar hasta cumplir con mi labor.
Tarik dio una pequeña risa al oír la historia de Roger. Tomó un trago de la botella, pero esta, ya estaba vacía. Tarik mostró una sonrisa en el rostro y después la cambió radicalmente a una de furia. Tiró la botella contra el muro, rompiéndola en mil pedazos y dejó el cuadro sobre el colchón. Roger ni se inmutó ante la acción de Tarik, lo que ocasionó intriga en el hombre.
—Lo siento —dijo Tarik. —No tenías que ver eso.
—Acabo de contarle mi historia, no creo que una botella rota sea peor —dijo Roger.
—Tienes el corazón de piedra.
—No, es diferente no reaccionar ante algo así a tener el corazón de piedra. Si fuera así, ni siquiera estaría aquí para hacer justicia.
—¿Eso es lo que crees que hacemos? Vaya, ¿quieres oír mi historia?
—Yo...
—Tranquilo, no creo que sea igual de buena que la tuya. Tu juzgarás eso. Hace muchos años, yo era un joven y humilde panadero. Tenía mi puesto de trabajo que había logrado levantar con mucho esfuerzo después de haber cumplido mi servicio militar. Eso fue antes de que fuera abolido en el 97. Una tarde llegó a mi tienda una hermosa mujer, la más hermosa que jamás había visto en mi vida. Pidió una bolsa de pan y decidí coquetearle, lo que salió bien porque ella volvió todos los días hasta que un día decidí invitarla a salir. Nos enamoramos profundamente, la hice mi esposa y años después tuvimos a nuestro pequeño. Era el niño más hermoso que jamás había visto. Nos hicimos de una casa y vivimos ahí por muchos años. Era hermoso, lo que cualquiera hombre habría deseado.
—¿Qué fue lo que pasó?
—Heroísmo, justicia, una batalla, una guerra. Ya era de noche, mi hijo estaba por irse a la cama y mi mujer regresaba de hacer unas compras. Escuchamos los gritos y las naves aparecieron cubriendo todo el cielo. Comenzaron a atacar y yo encerré a mis esposa e hijo en la casa para evitar algún desastre. Las explosiones iniciaron, se oía como las personas gritaban de terror y fue entonces que me asomé a la ventana y vi el fuego en toda la ciudad. Cuando las naves de "Vex" llegaron pude calmar a mi familia, les dije que ya estaban aquí, que ellos detendrían esto. Sabía que no era un lugar seguro, nuestra casa estaba en medio de la batalla y pronto seriamos destruidos. Decidí salir con ellos y al ver una vez más a la ventana, vi la punta de la torre Eiffel acercándose a nosotros. Ya no recuerdo más, todo se había reducido a cenizas, escombros y polvo. Pasé más de una semana curando mis heridas cuando un hombre llegó a mi camilla a decirme que los habían encontrado. Mi esposa tenía a mi hijo de la mano cuando los encontraron. Ni siquiera pude reconocerlos al instante cuando los fui a ver. Ni "Agros", ni el gobierno, ni siquiera "Vex" hizo algo. El idiota del trébol dejó que ese desgraciado quedara vivo y que el diamante se largara. ¿Quién me iba a devolver mi vida? Todos en este mundo pelean por sí mismos, nadie es capaz de ver al lado y pensar en los demás. Hay dos cosas que al tocarlas mostrarán la verdadera naturaleza de un hombre, cuando le tocan en el bolsillo y cuando tocan su honor. No me interesa el dinero, pero la muerte del trébol fue algo que celebré, porque sabía que era un castigo y que lo merecía, pero todavía quedan más que merecen ser castigados y de eso me encargaré yo.
En ese momento, un soldado apareció en la habitación de Tarik. Roger lo miró, se levantó de golpe y Tarik quedó sentado, dándole la espalda al soldado.
—Tarik —dijo el soldado. —Recibimos una oferta de "Agros" respecto a "The Poker's". Dicen que nos darán una gran suma de velorias por alguno de ellos.
—Genial, gracias —respondió Tarik.
—Además, hay fuentes que dicen haber visto a algunos vexianos. Algunos muy importantes como lo son Hazel Parker. Creemos que quizás, con ella podrían estar a los que estamos buscando.
Tarik se levantó de inmediato, dio la vuelta y con una sonrisa en el rostro miró a Roger y al soldado.
—¿Qué estamos esperando? —preguntó Tarik. —Hay que darles una sorpresa.
Tarik salió de la habitación y el soldado lo siguió por detrás. Roger estaba por salir, cuando vio el cuadro que Tarik había dejado sobre el colchón. Lo tomó en sus manos y al verlo detenidamente, vio que era una fotografía de él junto a su esposa e hijo. Roger lo dejó de nuevo en el colchón, salió y siguió de cerca a Tarik para ayudarlo con la misión.
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