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Prejuicio

Las fuerzas de "Agros" seguían avanzando con ferocidad por toda la base sin dar chance a nadie de escapar.

Aquel hombre siguió avanzando ante todo el desastre que su orden estaba ocasionando. Con paso calmado y viendo todo a su alrededor, mostraba su su ímpetu ante todos quienes lo veían con terror, aquella armadura roja y negra impactaba demasiado y las explosiones y disparos que comandaba tanto al frente como detrás de él le daban una imagen destructiva.

Algunos soldados intentaban detenerlo a como dé lugar, pero sus intentos eran ridículos y en vano ante tamaña diferencia de poderes que había entre aquel hombre y todos los presentes.

Un soldado de "Vex" intentó atacar al hombre abalanzándose sobre él lo que pronto terminaría de una manera atroz. Aquel poderoso ser lo tomó del rostro y detuvo su andar un segundo para apreciar la desesperación del soldado en sus intentos por zafarse. El hombre lo soltó lentamente provocando que el soldado quedara levitando en el aire. De pronto, un grito desesperado y cargo de dolor y miedo se escuchó salir del soldado. Sin ni siquiera mirar al soldado, el hombre lo mantuvo en el aire mientras este, por alguna extraña razón, se iba haciendo más delgado gradualmente hasta que solo quedaron sus huesos que posteriormente comprimió y los destruyó a la vista de todos.

Ysamar vio aterrada tal suceso y se apresuró en seguir ayudando a salir a los demás arriesgado su propia vida en el intento. Un soldado de "Agros" se le acercó al sujeto esperando alguna orden del hombre que solo veía a todos correr aterrados ante su presencia.

―Busquen a Parker ―ordenó el hombre con una voz más grave y modificada a causa del traje.

―Claro señor ―respondió el soldado.

"Phoenix" seguía apoyando en el escape, pero solo era cuestión de tiempo para que también sucumbieran ante el poder de aquel peligroso ser.

―Debemos apresurarnos en salir de aquí ―dijo Ysamar a Agni.

―Tú debes irte cuanto antes ―dijo Agni muy apresurado.

― ¿Qué?

―Tranquila, nosotros vamos a poder con esto ―respondió Kamal.

― ¿No estarán pensando que los voy a dejar? ―preguntó Ysamar intrigada y ofendida en cierto punto.

―Lamento decirlo, pero es probable que la mayoría de nosotros ya no podamos salir de aquí ―respondió Agni con pesar en su voz.

Ysamar vio a su alrededor y vio como la base en la que había estado casi toda su vida era destruida como si nada. Cada rincón y recuerdo se prendía en llamas y calcinaba todo. Los soldados asustados corriendo para salvarse y otros intentando frenar el ataque del enemigo. Con el dolor en su corazón y la rabia brotando de su ser, Ysamar continuó su labor haciendo caso omiso a la ordenes de Agni y Kamal.

El terror seguía propagándose y tras el contacto que logró Hazel, la líder buscó esconderse lo mejor que podía para evitar algún incidente que pudiera ponerla en riesgo. Sabía que, si algo salía mal, debía buscar la manera de mantenerse viva por el bien de la orden y los demás. Había demasiada información en ella que podría poner en riesgo a miles.

La alarma se podía escuchar por las oficinas mientras los pocos que quedaban buscaban escapar. Todo estaba oscuro y era iluminado por las luces rojas que acompañaban a la alarma.

Hazel se encontraba escondida lejos de su oficina en un armario donde solo cabía ella. Estaba en un silencio absoluto, conteniendo la respiración y aterrada. El cuerpo le temblaba por completo y eso afectaba en su escondite, ya que, el armario se movía sutilmente por su temblor.

En ese momento, alguien golpeó con fuerza la puerta de entrada a l dicha oficina. Hazel se cubrió la boca con sus manos y aguantó la respiración en un intento por no llamar la atención. Pudo ver por una minúscula abertura del armario como dos soldados de "Agros" entraban a la oficina en busca de sobrevivientes. Con el caminar lento, los soldados inspeccionaban cada pequeño rincón para encontrar a quien sea mientras Hazel aguantaba el llanto debido a su enorme pavor.

―No hay nadie aquí ―dijo un soldado al otro. ―Envíen más refuerzos a esta zona, es probable que queden más sobrevivientes y manda otras tropas al frente de la base.

―Entendido ―respondió el otro soldado.

Ambos caminaron hasta la salida de la oficina lo que le dio a Hazel la tranquilidad que de cierta manera necesitaba. Dejó salir poco a poco el aire que había contenido y cerró los ojos en señal de tranquilidad. Gran error de su parte porque en el momento que sus ojos se cerraron, la puerta del armario se abrió bruscamente y la sacaron de su interior. Entre gritos y forcejeos, Hazel intentaba zafarse, pero los soldados ya la tenían retenida y no había nada que pudiera hacer para liberarse. La hicieron ponerse de rodillas y la sujetaron de los brazos con mucha fuerza.

―Avisa al amo Ryzak que ya la tenemos y que vamos para allá ―dijo uno de los soldados.

―Como diga ―respondió otro soldado.

Aquel hombre que dio la orden, se acercó lentamente a Hazel para verla mejor y la observó de pies a cabeza. Hazel lo miraba con despreció y furia mientras seguían intentando liberarse.

―Hazel Parker. Es increíble, podría reconocerte donde sea. Hemos oído tanto de ti ―dijo aquel soldado. ―Pudiste dejar todo como estaba y morir junto a tus estúpidos padres, pero tenías que tener tus minutos de fama, ¿verdad? ―El soldado soltó una pequeña sonrisa burlesca y se alejó de la líder. ―Llévensela.

La base ya estaba prácticamente vacía y destruida. Muy pocos soldados habían logrado escapar y la mayoría yacía en el suelo sin vida. Hazel observaba tan horrendo escenario intentando apartar la vista sin éxito.

Aquel imponente hombre se encontraba parado y tras él se encontraba algunos soldados de alto mando de "Agros". Todos esperaban tener a Hazel frente a ellos, pero a diferencia de los soldados que parecían burlarse de ver la condición en la que se hallaba Hazel, aquel hombre seguía firme y sin reaccionar, con los brazos tras la espalda y calmado.

―Aquí está señor ―dijo uno de los soldados.

La tiraron frente al hombre haciendo que Hazel caiga al piso entre risas de los demás a diferencia del hombre que no se rio de la joven. Se acercó lentamente a Hazel que no levantaba la mirada debido a la impotencia y le extendió la mano para ayudarla la levantarse lo que provocó que los demás dejaran de burlarse al instante.

―Lamento tamaña insolencia ―dijo el hombre con su peculiar voz.

Hazel levantó la mirada y quedó sorprendida al notar que aquel sujeto le ofrecía su ayuda para ponerse de pie. Sin embargo, ella no iba aceptar tal acto y lo miró directamente a los ojos con mucha rabia y se levantó sola.

―No aceptaré la ayuda de alguien como tú ―respondió Hazel tratando mantenerse a raya y no perder el control de la situación.

―Entiendo, está bien ―el hombre se apartó de Hazel, pero no desvió su mirada de ella. ―En todos estos años, la diferencia entre ambos ha sido clara. La rivalidad de las ordenes nos llevó hasta aquí y no había razón para ello, no tenía por qué ser así. El conflicto jamás debió recaer en tus espaldas y menos en la de tus padres. Cuando le ofrecí una solución a Evan este no quiso aceptarla. Tenía la clave para salvar al mundo de una inminente destrucción. Un mundo gobernando por una raza poderosa, que no sería doblegada por nada ni nadie, que podría ser mejor. Sin embargo, ante tal regalo, debía haber un sacrificio.

―Matar a millones solo para conservar tu idea genocida ―añadió Hazel a la conversación con mucha rabia.

―No debía ser seleccionado. Todo por igual, para todos. Se podría aprueba a la raza humana y eso determinaría quienes debían seguir. No tenía por qué ser personal. Entiendo su razón, cualquiera habría reaccionado así.

―Entonces, si sabias que tu idea era una locura. que no tenía por donde sustentarse y que cualquiera se habría negado, ¿por qué decides continuar?

―Porque una idea no deja de ser buena y beneficiosa para los demás solo porque algunos la ven mal. Solo por un pequeño sacrificio.

―Estás loco.

―Parker, no vengo a cometer el mismo error que cometí hace años con tu padre, no fue justo. Vengo a dar un paso adelante para la humanidad, a cambiarla. No quiero tenerte de enemiga, pero sé que no me quieres como amigo tampoco. Solo te pido una tregua, que no te metas en medio y nosotros no lastimaremos a nadie más de ustedes. Es probable que te enteres lo que le pasó al muchacho, pero quiero que sepas que no fue mi intención. Siento su pérdida.

― ¿Qué?

―El trébol...

Aquel nombre se escuchó por la silencia base en cada rincón cercano, rincones que eran usados por algunos sobrevivientes para esconderse, entre ellos se encontraba Ysamar, que al oír al hombre mencionar al trébol su mente se llenó de imágenes tétricas del final de alguien que no quería aceptar. Agni la detuvo de inmediato y la neutralizo cubriendo su boca para evitar que salga a pelear. Sabía que aceptar el enfrentamiento de Ysamar terminaría fatal para ella. La joven buscaba salir y poder acabar con el hombre mientras gritaba en silencio debido a la mano de Agni en su boca.

―Ya basta ―le dijo Agni susurrando a Ysamar, pero con un tono firme.

―No tenemos que seguir esta guerra entre nosotros ―dijo el hombre a Hazel. ―Ya no quiero más este enfrentamiento entre nosotros.

―Bueno, debiste pensarlo antes de hacer enfadar a quienes no debían ―respondió Hazel con la voz firme.

El hombre volteó a la entrada de la base que había destruido, cerró los ojos lentamente y se concentró para sentir el "Tetra" de quienes se acercaban.

―Vaya, "The Poker's", ¿verdad? ―preguntó el hombre esperando encontrarse con el equipo.  

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