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Guardería

Las horas estaban pasando y la noche se despedía de a pocos para dar paso al día. Se empezó una búsqueda exhaustiva por toda la ciudad para encontrar a los responsables del ataque, pero nadie sabía nada y no se encontraba a nadie importante.

En la base, Kamal e Ysamar, aún con todo el cansancio de la desvelada, seguían revisando de arriba a abajo todos los documentos para dar con alguna pista que pudiera ser importante.

—Mis ojos me arden —dijo Kamal mientras se tallaba los ojos.

—Siento que hay algo que se nos está pasando. No tiene sentido que todos estos nuevos documentos sean tan importantes si no tienen nada —dijo Ysamar echada en el suelo boca arriba y con los brazos sobre sus ojos.

—Quizás Aramis atacó la base incorrecta.

—No, es imposible. Aramis se ha vuelto muy paranoico en los últimos años.

—No le vendría mal un descanso. Podría optar por un asistente para que lo ayude.

En el momento que Ysamar escuchó la palabra asistente, algo le encajó en su cabeza. Algo había visto entre los documentos que tenía que ver con ello. Se levantó rápidamente y comenzó a buscar entre todo el desorden de papeles que estaban regados en el suelo para encontrar lo que quería. Estaba segura de haber visto algo importante, muy segura. Los planos completos de la base de la torre, horarios, ubicaciones de diferentes bases, hasta que lo encontró. El expediente de "Wolf", en este se hablaba sobre parte de su vida y algunos experimentos a los que fue sometidos. En cierta línea del documento, se decía sobre experimentos en concreto que hablaban sobre alteraciones en la sangre del hombre junto con el tipo de sangre que era O negativo.

—Dios, sabía que había visto esto, búscame a personas que sean O negativo y que hayan sido alterados en la sangre —dijo Ysamar con mucha energía.

—De acuerdo, espero que hayas encontrado algo grande —dijo Kamal con mucha prisa.

—Creo que sí, pero necesito comprobarlo.

Al reunir los documentos, Ysamar lo junto y vio a una joven de nombre Theodora Radcliffe. Una joven de unos 25 años, de cabello rubio, ojos color avellana y de piel clara. De estatura media, pasaba desapercibida entre todos, no había algo extraordinario es su imagen, pero era asistente de "Wolf" según lo poco que había de ella. Habían experimentos similares a los que se había sometido "Wolf", pero parecía como si la joven tuviera la mitad de experimentos. Sin embargo, no eran los experimentos letales, solo eran alteraciones en su sangre y transfuciones. Ysamar empezó a encajar ciertas piezas en su cabeza y algo parecía tener sentido.

—¿Qué ocurre? — preguntó Kamal al ver el rostro de la joven.

—¿Recuerdas algo de aquella noche? —preguntó Ysamar intrigada.

—¿Cuál noche? ¿Cuándo todo esto pasó?

—Sí, ¿recuerdas que dijeron sobre la torre y el campo de fuerza?

—No muy bien. Era algo sobre un avión y no sé qué más.

—Algunos soldados podían pasar el campo de fuerza sin problemas.

—Sí, era eso. Los pilotos tenían la capacidad de pasar el campo de fuerza. Los de "Vex" usaron eso para poder ingresar e iniciar el ataque.

Ysamar siguió buscando entre los archivos y dio con ciertos soldados de la base. Todos tenían tipos de sangre diferentes, pero algunos experimentos eran a los que "Wolf" y Theodora fueron sometidos, pero eran mínimos, solo uno o dos.

—Es posible que estos tipos... Kamal, ¿sabes algo sobre los tipos de sangre?

—¿En qué sentido?

—¿Sabes si existe alguna que pueda ser donante a varias personas?

—Por lo que sé, el O negativo puede ser donante a todos los demás tipos de sangre. La conocen como el "donante universal". Sin embargo, no puede recibir sangre de otros donantes a menos que sea O negativo.

—Creo que encontré algo.

—¿En serio?

—Mira esto. Este es el expediente de "Wolf", pero revisa en su tipo de sangre.

—O negativo.

—Aquí se pueden ver todos los experimentos a los que fue sometido a lo largo de toda su carrera en "Agros" —dijo Ysamar señalando una larga lista en los archivos. —Ahora, mira a esta chica, Theodora Radcliffe.

—Tienen algunos experimentos similares.

—No como para volverla una versión femenina de "Wolf", pero si tiene algunos, muy mínimos, pero los tiene.

—Al igual que estos soldados. Un segundo, ¿por qué...?

—Los experimentos, también lo vi, no tienen ni siquiera un cuarto de los que esta chica o "Wolf" tienen.

—Aun así, ¿por qué ellos serían sometidos a esos experimentos?

—A eso quiero llegar y creo saber cómo obtener esa información.

—¿Dónde?

—Tienes los planos de la torre, quiero verlos.

—Seguro.

Kamal le dio los planos de la torre en donde detallaban cada aspecto importante de esta. Capacidad, lo que se hacía dentro y lo más importante, el líder y las funciones que este tenía.

"Wolf" cuenta con todas las funciones de la torre —dijo Ysamar analizando detenidamente.

—Mira aquí, aparece tu amiga como asistente personal del líder de la torre —dijo Kamal.

—¿Es posible que ella también tenga ciertas funciones importantes?

—En los experimentos vemos que ella tiene la mitad de los experimentos de "Wolf", quizás esos experimentos le permiten tener control de algunas funciones de la torre.

—Al igual que estos soldados.

—Sí, pero esos tipos solo deben tener las funciones básicas.

—Como desactivar el campo de fuerza de la torre.

"Wolf" tiene una asistente personal que puede mantener viva la torre en caso este muera.

—Desgraciado, sabía que estaba por perderlo todo. No pensaron en esto y después de ver que lograron entrar a la torre ideó un plan B.

—¿Por qué estás tan segura que solo él cuenta con ello? Piénsalo, es posible que todos los líderes de "Agros" tengan a alguien así.

Ysamar se levantó del suelo tomando el expediente de "Wolf" en sus manos y dándole la espalda a Kamal. Sin saber que hacer o decir, Kamal se quedó mirándola esperando alguna respuesta o algo que pueda decir. Ysamar entendía algo, no iban a salir nunca del ese hoyo, no había posibilidades de ganar la guerra y traer al mundo como alguna vez fue. Vencer a uno era imposible y ahora eran 8 miembros de "Agros" a los que matar si se contaba con los asistentes de cada uno, los cuales, ni siquiera sabían quiénes eran. Si Theodora era como cualquier simple peatón, ¿qué podían esperar de los demás?

—Aramis tenía razón —dijo Ysamar en voz baja y para sí misma.

—¿Qué? —preguntó Kamal tras escucharla.

—Tengo que hacer una visita.

—No puedes salir después de lo que acaba de pasar, es peligroso. Además, te vendría mejor dormir un poco, hemos trabajado toda la noche.

—No tengo tiempo, Kamal. Necesito hacer esto.

—¿Qué tan importante es esto?

—Tenemos un grupo muy pequeño, jamás vamos a lograr algo con los soldados que tenemos.

—Bien, pero llévate uno de los radios para poder comunicarnos. Apenas veas que algo sale mal o lo que sea, solo llámanos y estaremos ahí cuanto antes.

—Gracias Kamal, volveré pronto.

—Más te vale que así sea.

Al salir al exterior, los ojos de Ysamar comenzaron a dolerle debido a la luz del sol. Las personas iban caminando y seguía viendo a los oficiales del poder rondando las calles para dar con ella. Los civiles iban hablando entre ellos sobre lo ocurrido y el desastre que se había desatado. La joven no le prestó importancia y se colocó la capucha para no ser reconocida.

Dio una larga caminata por varias zonas de la ciudad donde cada una era peor que la anterior. Todo estaba podrido y era nauseabundo la condición tan baja en la que habían caído. Ysamar llegó a una zona más tranquila, donde las personas, pese al deplorable estado en el que se encontraban, parecían tener una mínima sonrisa a diferencia de las demás personas.

Ysamar entró en una cuadra donde el comercio ambulatorio había tomado la calle por completo. Habían plásticos que cubrían la cabeza de las personas como si de techos se tratarán. El plástico era de un color anaranjado y con la luz del sol daba un color abrazador. La joven vio a un hombre llegando con un niño cargado en sus brazos, iban riendo y jugando entre ellos y fue entonces que decidió esconderse para no llamar la atención. El hombre llegó a una casa al final de la calle que tenía un jardín en la entrada muy bien podado y regado, con vallas de madera donde habían varios niños jugando entre ellos. Rápidamente supo que se trataba de una guardería. Aquel hombre tocó la puerta y su estatura no le permitió ver claramente de quien se trataba la persona que lo había recibido, pero sabía que quien abrió la puerta era una mujer. Ambos compartieron unas palabras y después el hombre se fue no sin antes darle un beso al niño.

Ysamar esperó por varias horas en el mismo lugar sin llamar la atención hasta que el último niño que estaba en aquel jardín se había ido. Fue entonces que Ysamar vio como todos los comerciantes de aquel lugar iban yéndose y sabía que era el momento de acercarse. Iba caminando lentamente mientras iba viendo a detalle la casa. Era blanca y el techo de color azul. Estaba bien cuidada y no parecía que el tiempo y aquel régimen habían llegado a ese lugar. Ysamar se detuvo un segundo para pensar y se acercó a una señora que iba guardando sus cosas en una carretilla.

—Disculpe, ¿sabe quién vive en aquella casa? —preguntó Ysamar.

—Sí claro, hay vive la señorita Brianna, una encantadora joven —respondió la mujer con una sonrisa en el rostro.

—¿Sabe su apellido?

—Brianna Chapman. Atiende a los niños ahí, es una guardería, pero a veces también les proporciona atención médica. No sabemos cómo consigue las medicinas, pero es una gran mujer.

—Y, ¿el régimen de "Agros" no llega hasta aquí?

—Claro que sí, pero jamás han logrado entrar más de la cuenta. Los varones que viven en esta calle, se encargan de que ningún oficial del poder llegue más allá y menos a la casa de la señorita Chapman. No queremos que los niños que cuida se vean afectados por esta situación.

—¿Se podría decir que la cuidan?

—Todos aquí la protegemos.

—Entiendo, muchas gracias, tenga buen día.

—Igualmente linda.

Ysamar siguió avanzando hasta la casa y ya con esa nueva información pensó en cómo hacer salir a la mujer. Abrió la pequeña puerta de las vallas, cruzó el pequeño jardín que estaba llenó de juguetes y tocó el timbre. Una melodía pudo escucharse y los pasos en el piso se iban escuchando conforme se acercaba.

—¿Quién es? —preguntaron desde adentro de la casa.

—Señorita Chapman, me llamó Alisson y supe sobre su guardería. Quería saber si podíamos hablar para llegar a un acuerdo. Tengo dos pequeños y no cuento con tiempo por mi trabajo —dijo Ysamar intentando convencer a la mujer para que le abra la puerta.

—Un segundo.

La puerta comenzó a abrirse de a poco, Brianna había reconocido la voz de Ysamar. El rechinar de la puerta aumentaba la tensión del ambiente y al final la puerta se abrió por completo. Ambas pudieron verse una vez más después de muchos años de ausencia y en el exilio.

—Me gusta tu nuevo nombre, Brianna, también tu nuevo look. Tenemos que hablar, hay algo que debes saber, Arlet. 

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