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Firmeza

Arlet aplicaba mucha fuerza en un intento inútil por superar la fuerza de Ryzak. Su enemigo no aplicaba ninguna fuerza, solo se mantenía de pie mientras sentía la electricidad que los rayos de Arlet y el calor que irradiaban estos. Ryzak veía en los ojos de su hija tan odio y dolor acumulado y el enorme esfuerzo que generaba para poder vencer a su padre. Podía sentir ese dolor y recordaba cómo se sentía tales emociones.

Ryzak bajó el brazo bruscamente, rompiendo aquella competencia de fuerza y Arlet no perdió el tiempo en saltar al ataque. Con movimientos extraños a causa del dolor, Arlet intentaba asestar, aunque sea un misero golpe, pero Ryzak tenía los reflejos de un felino y los esquivaba sin ningún problema. No hacía nada más, solo esquivaba y bloqueaba los golpes de la joven.

Escondidos, Aramis y Vahid buscaban a Roger para poder dar con Liv y Price, hasta que pudieron verlo junto con Price ayudándolo a levantarse.

—Tenemos que llegar a ayudarlos en lo que la joven O'Claire lucha contra Ryzak —dijo Vahid.

—No, ayudémosla a acabar con él —dijo Aramis muy furioso y con deseos vengativos.

—¿Estás ciego o eres un maldito imbécil?

—Es una clara oportunidad para poder vencerlo.

—Claro que no. Arlet es claramente superior a nosotros y ella no es capaz de dar un golpe a ese monstruo. No tenemos ninguna posibilidad.

—Arlet ahora es débil, si la ayudamos podremos salir de esta.

—No haremos nada, solo vamos a estorbar y adelantar nuestra muerte.

—No me quedaré sin hacer nada.

—¡Ya basta! ¡Deja de ser tan necio, maldita sea! Estás actuando por impulso y eso hizo que todos mueran. Debemos priorizar salir de aquí con al menos dos de ellos ahora que podemos.

Aramis se quedó aterrado y humillado en lo más hondo de su alma. Estaba escapando como un cobarde de una pelea donde él sentía que debía y estar. No le importaba morir si era defendiendo a los demás, pero eso también llevaba a que muchos otros mueran y eso no era justo. No era justo sacrificar a inocentes con la intención de conseguir algo que claramente es muy difícil de lograr. Aramis levantó la cabeza, miró a Roger, pero en su momento pasó una persona que no había visto en todo este tiempo.

—¿Dónde diablos está Lefevre? —preguntó Aramis.

Tarik había logrado escabullirse hasta una salida secreta, mucho peor que la entrada principal. Era un túnel estrecho, húmedo y sucio por donde solo cabía una persona del tamaño y contextura de Tarik. Estaba sudado y cubierto de porquería en todo el cuerpo mientras se arrastraba como un gusano hasta poder llegar a la salida. El aire era casi nulo y el gran esfuerzo que Tarik hacía dificultaba mucho el poder respirar. Tras varios minutos de hacer esfuerzo, Tarik empezó a escuchar cómo iba cayendo agua en grandes cantidades. Al llegar al final del túnel, se encontró con una cascada de agua de cloaca, sucia y maloliente, que dirigía a más túneles de alcantarilla que desembocarían en alguna parte del mar. Tarik se lanzó y fue arrastrado por el agua hasta un destino incierto.

De regreso a la pelea, Ryzak seguía haciendo la misma técnica con Arlet, esquivar y bloquear. No había en su mente un solo pensamiento de hacerle daño a Arlet, no quería golpearla bajo ninguna circunstancia y él era consciente de la superioridad que tenía. Arlet cargó un potente rayo y lo expulsó contra Ryzak a quema ropa. El hombre levantó su mano y el rayo se detuvo en el aire y poco a poco fue haciendo un puño, absorbiendo todo el rayo expulsado por Arlet y, tras fusionarlo con fuego, lo expulsó de regreso a Arlet. La joven esquivó el ataque y este impactó contra el suelo, generando una gran explosión y un gran cráter.

Aramis y Vahid llegaron con Roger y pudieron ver que Price estaba sentado mientas recobraba la razón y Roger intentaba ayudar a Liv quien también iba despertando poco a poco.

—¿Qué pasó aquí? —preguntó Aramis preocupado y furioso.

—Él intenta estar cuerdo y ella empieza a despertar —respondió Roger.

—Tienen que despertar, debemos salir de aquí —dijo Vahid.

—Vahid, levanta a Collins. Te ayudaré con Parker —dijo Aramis poniendo su arma a la espalda y acercándose a Liv.

Los poderes comenzaron a ser disparados de un lado a otro. Los rayos eran desviados por Ryzak y al final comenzó a atacar, pero no iba con todas sus fuerzas. Arlet podía esquivarlos sin problemas, pero el castigo de la flagelación la había dejado muy lastimada y las energías se le iban acabando.

Ryzak quería acabar cuanto antes con la pelea para evitar el sufrimiento a Arlet, pero simplemente no encontraba como sin tener que atacarla. Arlet seguía golpeando a todos lados y Ryzak seguía esquivando sin problemas hasta que tomó el puño de Arlet en el aire cuando iba a impactar y golpeó en el abdomen a la joven. El aire se le escapaba, pero entonces un pequeño rayo salió de su boca en el momento que intentaba aspirar aire y, tras agitar su cabeza, regresó a la pelea una vez más.

Aramis, Vahid y Roger lograron llegar hasta la entrada de la base cargando a Liv y a Price. Antes de salir, Aramis se quedó mirando la pelea entre Arlet y Ryzak y no pudo evitar quedar impresionado por lo que veía. Ella lo sabía, solo había una manera de salir de eso y era muriendo. ¿Por qué pelea entonces? Tiene tantas ganas de morir que no es capaz de ver lo importante que es para la misión. Eso creía él, pero no debía ser verdad. Quizás su enojo de no poder hacer más lo hacía pensar así. Sin embargo, la convicción de Arlet y es espíritu de seguir peleando, aunque todo este en tu contra, era algo que jamás había visto en nadie. Sus ojos irradiaban una luz tan fuerte y llena de rabia y coraje que la impulsaba a seguir y le sacaba fuerzas de donde menos se esperaba.

—Aramis, debemos irnos —dijo Vahid apresurado.

—Maldita desgraciada —dijo Aramis. —Diez años en el exilio y cuando regresas, sigues peleando con las mismas fuerzas de siempre. ¿Cómo diablos lo haces?

—Eso solo puede hacerlo ella.

—De verdad ella es el diamante.

Todos salieron de la base y solo quedaron los cuerpos inertes de los soldados, los escombros y ellos dos, aunque Arlet ya no parecía ser ella, era totalmente diferente.

Ryzak seguía esquivando hasta que volvió a bloquear y esta vez golpeó en el rostro a Arlet y rápidamente volvió a recuperarse para seguir peleando. Ryzak ya empezaba a irritarse de alguna manera y nuevamente vino el bloqueo de ambos con el antebrazo.

—No continúes con esto, hija —dijo Ryzak tratando de ayudar a Arlet. —Esto solo tendrá un final mucho peor del que debería.

—Tendrá el final que deba tener —respondió Arlet con mucha cólera.

Ryzak tomó el antebrazo de Arlet, le dio vuelta y la pateó en la espalda. Arlet sintió mucho más dolor debido al ataque y a las heridas que tenía por la flagelación. Ese golpe, la hizo terminar de rodillas contra el suelo, apoyándose con sus manos. Las lágrimas del dolor y la impotencia comenzaron a salir y Arlet se retorcía por este ataque.

—Fue suficiente —dijo Ryzak acercándose a Arlet. —Ven conmigo.

Arlet comenzó a golpear el suelo con tanta fuerza que sus nudillos se quebraron y enrojecieron. Ryzak puso su mano en la cabeza de Arlet en señal de aceptación y de respeto por ella debido a su pelea. Le suplicaba con este gesto que ya no siga con la pelea, no quería acabar con ella. Arlet abrió bien sus ojos, hizo de nuevo un puño sin importarle el dolor y movió su cabeza de lado a lado mientras iba haciendo ruidos con su boca.

—No —dijo Arlet levantando su cabeza y mirando a Ryzak. —Tú vendrás conmigo.

El suelo se iluminó de un color rojo intenso en un radio que cubría a los dos y mucho más. La tierra comenzó a temblar y Ryzak veía con asombro y confusión lo que se estaba generando. El suelo se destruyó por completo y miles de rayos de color rojo salieron expulsados hacia arriba. Ryzak recibió este ataque de lleno, soltando un potente grito de dolor y viéndose muy afectando. Mientras el ataque iba lastimando a Ryzak, Arlet cargó unos potentes rayos que salieron en dirección a Ryzak. Sin embargo, a pesar de la dificultad para poder responder, Ryzak lanzó una ráfaga de energía de color roja que impactó con los rayos de Arlet. Se generó un choque de energías que lo único que hacía era llenarse de más energía. Ambos luchadores intentaban impactarlo contra el otro, Arlet se veía que le ponía más empeño y fuerza a comparación de Ryzak que solo atinaba a quejarse del dolor. Tanta fue la energía que se generó una sobrecarga, provocando una explosión que terminó con toda la base. La explosión llegó hasta el exterior, destruyendo varias calles a la redonda.

Aramis, Vahid y Roger se quedaron atónitos al ver esa gran cantidad de energía que salía desde abajo de la tierra y como destruyó todo a su paso.

—¡¿Qué demonios es eso?! —gritó Vahid.

—¡Vámonos antes de que se ponga peor! —dijo Aramis.

Se levantó una gran cantidad de polvo y rocas dificultando la visión de cualquiera. Ryzak se quedó de rodillas ante la explosión, sin ningún rasguño, totalmente ileso y sin muestras de cansancio. Levantó la cabeza para ver ese enorme cráter generado por la explosión que dejaba ver el cielo nocturno. Miró a todos lados de manera calmada y no encontró a nadie. Cerró los ojos y dejó el lugar sin más.

Arlet estaba corriendo cogiéndose su brazo izquierdo que iba sangrando y se mostraba muy lastimado. Su ropa estaba hecha trizas y su cuerpo estaba muy herido. Solo corría y corría como si la estuviera persiguiendo y metiéndose entre callejones. Terminó llegando a un callejón sin salida donde al fin se dejó caer al suelo sobre un charco de agua. Arlet respiraba muy rápido y fuerte y tras un ataque de pánico y el terror desbordándose de su ser, su cuerpo no resistió más y dejó que al final descansara. Su respiración comenzó a calmarse, su corazón iba latiendo más lento y sus ojos se cerraron. 

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