El avión aterrizó lejos de la base de Aramis y todos los pasajeros tuvieron que subir a un pequeño camión que los llevaría a su destino. En el camino, nadie decía nada, pero, pese a que Arlet no los veía, Ysamar y Kamal no podía despegar la mirada de la mujer. Era muy extraño, era ella, pero no lo era. Aún se sentía cierta chispa, algo pequeño; sin embargo, era nada comparado con lo que alguna vez ardió con fuerza. Parecía que llevaban a una chica cualquiera que habían visto en la calle y ya, no parecía ser la gran Arlet.

Al llegar a la base, Ysamar se adelantó junto a Kamal mientras algunos soldados iban a buscar atención médica y otros querían simplemente descansar. Arlet se quedó esperando por unos segundos antes de entrar, pero estaba muy asustada y nerviosa de regresar a un ambiente igual.

—Debo adelantarme para hablar con Aramis —dijo Ysamar al entrar a la base junto a Kamal.

—Me quedaré con ella y la haré entrar —respondió Kamal.

—De acuerdo.

Ysamar caminó entre todos los presentes que festejaban su regreso y la felicitaban por su trabajo en el ataque a la base. Rose se encontraba sola mientras tomaba una taza de café cuando vio a Ysamar entrar. Dejó la taza y rápidamente corrió a ella con la idea de darle un abrazo, pero en el camino, detuvo su intención y solo se acercó sin más para hablarle.

—¿Estás bien? —preguntó Rose preocupada.

—Sí, ¿qué haces aquí? Creí estarías en tu casa —dijo Ysamar.

—Llevo hace unos días aquí.

—¿Hace cuánto?

—Desde que tomaste la misión.

—No entiendo que tiene que ver eso con sigas aquí. No recuerdo cuando te importó tanto una de mis misiones.

—Casi mueres, yo me...

—¿Qué?

—Nada, no importa. Te ves extraña, ¿pasó algo?

—Pues...

En ese momento, comenzaron a escuchar sonidos de asombro y personas que se sorprendían de una manera abrupta. Se oían los murmullos y las personas se levantaban para hacer pasar a quien estaba entrando.

Ysamar entendió de inmediato y la curiosidad hizo morder el anzuelo a Rose quien también quiso saber que estaba pasando y al observar se dio con la sorpresa en la cara. Arlet había ingresado y estaba caminando entre todos hasta llegar con Ysamar. Las personas no eran capaces de sobrellevar tal información y de aceptar lo que sus ojos les estaba mostrando. Era como ver a un muerto caminar entre los vivos. Algunos la veían como una leyenda y otros sentían rabia por ella y la tildaban de traidora, lamentablemente para Arlet, la opinión negativa es la que prevalece y la más fuerte. Las personas jamás olvidan y la opinión negativa de las personas era la que mayor porcentaje de aprobación tenía.

—¿Ella es...? —intentó preguntar Rose al ver como Arlet se iba a acercando.

—Sí, o al menos lo que queda de ella —respondió Ysamar.

Arlet se iba a acercando y a su paso, algunos se levantaban y otros se quedaban en el suelo, pero la reacción era la misma. Arlet no veía a nadie, solo a Ysamar mientras iba caminando y todos se iban haciendo a un costado para hacerla pasar. Incluso algunos le ponían la mano para que ella de alguna manera pueda bendecirlos, como si tratara de algún Mesías. Tanta era la desesperación de todos que, ante la misma mínima chispa de esperanza, se arrodillaba y suplicaba por su salvación.

—¿Qué diablos está pasando? —preguntó Aramis acercándose a Ysamar sin saber que la joven había llegado y topándose con la misma sorpresa. —No puede ser.

Arlet llegó a su destino y se puso frente a Ysamar, Aramis y sus acompañantes. No dijo nada, se quedó mirándolos a todos, se dio la vuelta y al fin pudo verlos a los ojos a quienes habían estado en su camino recientemente. Tanta presión, angustia y recuerdos difíciles comenzaron a llegar al ver a tantas personas en esa condición y nuevamente la culpa tocó las puertas de su alma al notar que quizás todo eso lo pudo evitar si no hubiera agachado la cabeza ante la perdida de Derek.

—Lamento el alboroto —dijo Arlet regresando la mirada con Ysamar y Aramis. —No esperaba esto.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Aramis sorprendido.

—Aramis, no creí verte después de tantos años. Te ves bien.

—Esperaba decir lo mismo de ti.

—Bueno, tuve que cambiar un poco mi apariencia debido a los años que nos tocó vivir. Me veía bien hasta que Ysamar decidió robarme el estilo.

Rose soltó una pequeña risa ante el comentario de Arlet. No era culpa de Ysamar, como lo iba a saber ella, pero los estilos eran similares. Lo único que las diferenciaba, era la cicatriz de Ysamar.

—Es genial tenerte aquí, Arlet —dijo Aramis.

—No será por mucho, solo nos ayudará con un asunto —dijo Kamal con cierta furia en su voz y apareciendo detrás de Arlet.

—Siento que sea así, pero es verdad —agregó Arlet. —De todas formas, espero que eso pueda ayudarlos.

—Iremos mañana por la mañana. Ahora es mejor que descanses —dijo Ysamar.

Arlet se fue por si sola, sin ser perseguida y todos los demás seguían mirándola con asombro y sin saber que hacer. Aramis volteó a ver a todos con la boca abierta y sin escapar del impacto de tal suceso.

—¿Qué fue eso? —preguntó Aramis.

—Tenemos que hablar —le dijo Ysamar a Rose. —Es importante.

—Seguro —respondió Rose con preocupación.

En la "Torre de Helheim", la noticia del ataque a la base de radio y comunicación, ya había sido notificada, así como también el supuesto reencuentro de "Wolf" con Arlet.

Elm se encontraba observando el trabajo de sus súbditos a través de las cámaras de seguridad desde lo alto de la torre. Él sabía, al igual que casi todos, que si la noticia de Arlet era cierta y presuntamente había vuelto, quedaba poco tiempo para una rebelión en contra del régimen. No estaba asustado, pero ciertamente se mostraba preocupado ante ello. Se miró el brazo metálico y llegó a su mente el recuerdo de aquella batalla, donde peleó como nunca lo había hecho y en unos segundos había sido derrotado y quedó avergonzado en el suelo mientras huía de Derek.

Tras la caída de "Vex", Kai y Elm se había reunido y Kai le confirmó que todo había acabado y que habían ganado. Que su sacrifico sirvió para la toma de Derek y que eso llevó a su posterior muerte y con ello, la destrucción de "Vex" ya estaba escrita. Sin embargo, ¿podía ser eso cierto? Quizás aún no era un hecho la victoria, pero, ¿por qué Kai daba por sentada una victoria tras la muerte de Derek y la caída de "Vex" si eso ya había pasado hace años y la guerra había vuelto?

La incertidumbre era la fuente de su preocupación de que, a pesar de todo, Arlet, Liv y Price seguían vivos y eso no garantizaba una victoria. Ni siquiera la muerte de Derek la garantizaba. Su mente y recuerdos fueron más lejos y entonces recordó su pelea contra Derek y como este iba superando todo a pesar de la habilidad de Elm. Intuyó que Derek era capaz de hacer frente al destino. Entonces su preocupación fue convirtiéndose en miedo. Varios años y nunca había pensado en ello.

Aún sentado y con las ansias manifestándose en sus piernas, Elm cerró todas la puertas y ventanas activando la función en el panel de control. Cerró los ojos, tomó aire y se concentró muy bien.

Pudo ver todo lo que había pasado y era exactamente igual, no había ninguna anomalía. Derek era tomado prisionero, lo torturaban, atacaban la torre, lo rescataban, moría y caía "Vex". Todo estaba bien y la línea de tiempo seguía igual hasta ese momento y fue entonces que decidió ir más allá. Siguió viendo y ellos seguían gobernando por muchos más años, pero el escenario comenzaba a fragmentarse, poco a poco iban apareciendo grietas hasta que no aguantó más y todo se rompió. Había caos por todas partes, explosiones, el desastre se propagaba y solo se veía un símbolo, el diamante. No entendía nada, hasta que se vio en el suelo muerto junto con Kai, "Wolf" y el mismo Ryzak.

Siguió mirando sin entender nada y entonces lo pudo ver, vio a la anomalía. La siguió y lo llevó al pasado al día en que Derek murió. El escenario cambió totalmente y en el momento en que el disparo impactaba, Arlet se colocaba frente a Derek y era ella quien recibía el ataque. La línea avanzó y entonces todo estaba perfectamente bien, como ellos querían. Gobernaban libremente por años y quizás toda la eternidad.

Elm abrió los ojos y muy asustado, se cayó de la silla. Estaba empapado en sudor y la cabeza le dolía tanto que el sentía que iba a explotar.

—Maldito desgraciado, lo arruinaste todo y lo pusiste a tu favor —se dijo Elm así mismo. —¡Incluso muerto sigues peleando! ¡¿Por qué no te rindes, Escarsa?!

Elm lo había descifrado, tenía una profecía y había cambiado a causa de Derek. Ellos iban a ganar, pero ese día, Arlet O'Claire debía morir para garantizar la victoria de "Agros", pero el sacrificio de Derek, había cambiado todo a su favor. Quizás había una forma de corregirlo, pero nadie podía cambiar o escapar de su destino y el único que podía, había muerto y aun así, les había ganado.