Kamal e Ysamar caminaron por unos minutos por las calles evitando a todo oficial que pueda aparecerse. Las calles habían sido rodeadas y solo tenían una pequeña oportunidad de llegar a la base para empezar con la investigación y posteriormente con la investigación.

Ysamar abrazaba con fuerza los documentos teniendo en cuanta que su vida y de millones de personas dependían de ellos. No sabía que podían hallar en su interior, quizás los complementarían con otros documentos que guardaban, pero sea como sea, sabía que debían hacer lo que fuera para hacer llegar esos documentos.

Ambos llegaron a un callejón sin salida, totalmente sucio y húmedo, incluso había un hombre durmiendo ahí tratando de protegerse del frio y escondiéndose para que los oficiales del poder no se lo llevarán. Al final del callejón, cubierto con montículos de basura, se encontraba una extraña puerta metálica que conducía a unas escaleras iluminadas con luces muy débiles.

Bajaron y escucharon música de los años 80 y a personas conversando. Al terminar de bajar las escaleras, llegaron a una cortina que los envió a una taberna donde se encontraban varias personas pasando el rato. Era extraño que, a pesar de los recientes disturbios, no se hayan percatado o tan siquiera que les importara lo que pasó. Todos estaban muy felices y compartiendo entre ellos.

Kamal caminaba entre el gentío y saludaba a todos de manera muy amable e incluso le ofrecían tomar un trago con ellos, invitación que rechazaba de inmediato sin ser un maleducado. Siguieron caminando y llegaron a la cocina de la taberna donde Kamal seguía saludando a todos. Llegaron a un cuarto oscuro lleno de mercadería y utensilios de cocina, además de muebles o mesas rotas e incluso refrigeradoras y cocinas en mal estado. Kamal se paró frente a un refrigerador que se hallaba escondido al fondo de la habitación y tras abrir la puerta Ysamar se percató que se trataba de una puerta secreta a otro subterráneo.

Siguieron bajando escaleras hasta que por fin llegaron a la otra base escondida de "Vex". Todos los soldados iban trabajando y era igual o quizás un poco más grande que la base que Aramis manejaba. No conocía a nadie, no veía ningún rostro conocido. Tras algunos ataques, hubo disputas entre los propios miembros de "Vex" y se separaron para trabajar de manera solitaria. Los líderes, en su mayoría, quisieron estar juntos entre ellos y otros fueron a parar a otras bases. Había una fuerte riña entre los propios vexianos, factor que también los había perder en la guerra. Los ideales de muchos eran puestos a prueba y chocaban en sus deseos sobre el rumbo de la base. Algunos eran extremistas y buscaban combatir fuego contra fuego y responder de la misma manera que "Agros" lo hacía. Otros no querían más batallas donde miles salieran heridos. Era claro que la orden estaba fragmentada y cada uno hacía lo que quería bajo sus órdenes.

Kamal e Ysamar llagaron a una habitación secreta donde solo había cajas y cajas llenos de documentos e información recopilada sobre "Agros", algo debía servir.

—Voy a dar el aviso de que estás a salvo y que se logró —dijo Kamal tras cerrar la puerta de la habitación con llave.

Se acercó un pequeño escritorio que era iluminado por una lampara y comenzó a oprimir botones. Se colocó unos audífonos, se puso frente al pequeño micrófono y empezó a mover unos reguladores poco a poco.

—¿Funciona? —preguntó Ysamar con intriga.

—Sí, dame un segundo. Hola, soy Kamal, líder de la base 302, ¿alguien me copia? —dijo Kamal, pero no había respuesta. —Repito, soy Kamal, ¿me copian?

Seguía sin haber respuesta, la señal no llegaba a ningún lugar. Ysamar empezaba a preocuparse.

En la base donde Ysamar se refugiaba, Rose intentaba ayudar de todas las formas posibles para conseguir alguna señal de la joven, pero no lograban nada, no se lograban conectar con ninguno de los soldados que fueron al ataque de la base de comunicaciones. De pronto, un soldado comenzó a recibir una señal de una base de "Vex".

—¡Señor, tengo un llamado de una base aliada! —dijo el soldado informando a su superior.

—¿De qué hablas? —respondió el soldado al mando

—Líder Kamal, lo copiamos, dígame la situación —el soldado puso su entrada de audio en altavoz para que todos puedan oír a Kamal.

—Estamos a salvo tras el ataque, no hay bajas aquí. Fue un éxito de este lado, la señorita Ysamar Ibars logró llegar ilesa a la base —informó Kamal la noticia.

Todos se levantaron de sus asientos entre gritos, aplausos y algarabía tras el triunfo del ataque. Rose pudo por fin respirar aliviada al oír a Kamal decir la situación de Ysamar.

—¿Vas a esperar a pasar otro susto igual? —le dijo Auritz al ver la tranquilidad de Rose.

La joven paso de una sonrisa a un rostro de decepción por sí misma al ver hasta donde había llegado solo por su enojo.

—Informen cuanto antes a Aramis y a todos que regresen y que se logró —dijo el líder de la operación.

Kamal colgó la transmisión y comenzó a mover las cajas para encontrar todo lo que fuera posible y pueda ayuda.

—Bien, tenemos una larga noche y me ayudaras con esto —dijo Kamal.

—Seguro, ¿qué hacemos? —preguntó Ysamar.

—Primero, déjame ver esos documentos.

La base de comunicaciones estaba reducida a cenizas y ya no había nadie de "Vex" ahí. Todos se fueron y solo dejaron a varios oficiales del poder heridos y otros muertos. A escena llegó "Wolf" cuanto antes. Estaba muy furioso y no entendía como lograron burlar la seguridad y hacer pedazos todo a su alrededor. Quería muertos a todos, pero no sabía por dónde empezar y menos donde buscar. Solo les tomó unos minutos destruir todo.

—Búsquenlos, a todos —ordenó "Wolf".

—Pero señor, no tenemos idea de quienes... —intentó hablar un oficial del poder.

"Wolf" se acercó furioso al soldado, lo tomó del cuello, lo estrelló contra el suelo, tomó una roca y la tiró a la cabeza del soldado logrando aturdirlo. Después, comenzó a pisarle la cabeza varias veces hasta matar al hombre, pero eso ni siquiera había suficiente. El cuerpo ya no se movía, pero "Wolf" seguía pisando la cabeza del hombre una y otra vez mientras todos veían como la sangre iban saliendo. La cabeza del hombre ya no resistió más y después de una fuerte pisada, la cabeza explotó, salpicando a todos quienes estaban alrededor.

—¡Idiota! ¡Ordené que los buscaran, infeliz! ¡¿Cómo te atreves a cuestionarme o contradecirme?! —le gritó al cuerpo inerte del hombre que acaba de matar. —Búsquenlos, como sea, y consigan a cazadores para esto. Díganles que rastren a cualquiera que parezca sospecho, que me traigan a los responsables de esto. Recibirán 5 millones de velorias a cambio y nunca más van a morir de hambre y ustedes, malditos estúpidos, mantendrán sus brazos y piernas donde están. Tráiganmelos vivos, haré que paguen por esto.