Las chicas estaban en el auto ya en rumbo para ir a ver a quien Liv consideraba uno de los más importantes para su misión. Estaban pasando por una carretera con vegetación a los lados y con el canto de los pajarillos de fondo. Ysamar seguía conduciendo, Arlet iba de copiloto y Liv junto con Rose iban en los asientos traseros.
Nadie decía nada, estaba en un silencio total. Ysamar iba concentrada en el camino, Arlet veía hacia afuera, Rose hacía lo mismo y Liv mantenía la vista en frente.
De su chaqueta de cuero negra, Liv volvió a sacar otra cajetilla de cigarrillos junto con un encendedor, lo que provocó que Ysamar viera por el retrovisor muy sutilmente y por un segundo.
—¿Les importa si fumo? Acabo de ver a Ysamar mirándome —dijo Liv mientras intentaba encender su cigarrillo y dando a notar que había visto a Ysamar.
—A mí no me importa —dijo Ysamar un poco nerviosa.
—A mí sí —dijo Rose mientras seguía mirando al exterior y con molestia.
—Baja la ventana, Liv —dijo Arlet buscando una solución.
Liv observó de reojo a Rose, bajó la ventana y comenzó a fumar. Ysamar empezaba a sentir cierta vergüenza y le era pesado llevar a Rose. Estaba siendo muy engreída y se estaba intentando poner al nivel de Liv. Ysamar entendía que Liv no era una especie de diosa ni nada por el estilo, pero la razón de que casi todos estén vivos, fueron por las peleas en las que "The Poker's" se vieron involucrados y Rose no parecía tener un mínimo de respeto por ello. Sin embargo, la actitud de Liv tampoco era aceptable, pero cualquiera podía entender el cambio de su actitud.
Ysamar aún mantenía un gran respeto por Liv refiriéndose a ella con usted en lugar de decirle su nombre como lo hace con Arlet. Ysamar pudo ver la verdadera esencia de Liv y sabía que ella era así ahora por todo lo que había pasado, pero eso no era captado por Rose que parecía más interesa en mantener su personalidad intacta e intocable.
—Lo siento —dijo Liv mirando a Rose. —No iniciamos bien, te pido disculpas por ello.
—Gracias —dijo Rose mirando a Liv mientras lo decía y después volviendo a mirar al exterior.
Ysamar vio como Rose seguía faltando el respeto a Liv y frenó en seco haciendo a todos ir a delante de forma brusca.
—¿Qué pasó? —preguntó Arlet preocupada.
Ysamar bajó del auto a prisa y abrió la puerta izquierda de la parte de atrás donde justo se encontraba Rose.
—Bájate —ordenó Ysamar a la joven y con furia.
—Ysamar, ¿qué ocurre? —preguntó Arlet aún más preocupada.
Ya con la ira a punto de hervir su sangre, Ysamar tomó del brazo a Rose y la hizo bajar a la fuerza mientras la alejaba del auto.
—¿Qué diablos pasó? —preguntó Liv.
—No lo sé, pero por alguna razón intuyó que debe estar relacionado contigo —respondió Arlet.
—¿Conmigo? No le hice nada a la mocosa.
—Hay que dejar que Ysamar lo resuelva.
—¿De verdad es su estudiante? Lo dije de broma aquella vez.
—Sí, es su estudiante.
—¿Quién lo diría? Ysamar con aprendiz. No parece llevarla fácil por lo que parece.
Ysamar seguía tirando del brazo de Rose mientras ella intentaba zafarse con mucha rabia y poco a poco se iban alejando más del auto.
—¡Ya suéltame! —gritó Rose zafándose de Ysamar que ya la había soltando. —¡¿Qué demonios te pasa?!
—No, ¿cuál es tu problema? —preguntó Ysamar muy enfadada con Rose.
—¿De qué estás hablando?
—¿Quieres hacer el papel de la gran Rose tratando a los demás como basura?
—Ella fue quien empezó todo.
—Y yo lo voy a terminar ahora. ¿Sabes a quienes estamos llevando?
—A Liv Parker y a Arlet O'Claire.
—¿Tienes una mínima idea de quienes son o solo eres una estúpida que no lo entiende?
—No estoy entendiendo nada.
—Si te traje a esta misión, fue para que puedas empezar a conocer más allá de la base y veas como está el mundo fuera del lugar donde vives.
—No hay mucha diferencia la verdad, todo sigue igual de asqueroso.
—Exacto, sigues viendo la porquería y sigues siendo superficial. No me interesa que veas la basura porque si fuera así te habría llevado al frente de la "Torre Principal" para que puedas ver lo que realmente es una porquería. Te traje hasta aquí para que puedas entender lo que es estar afuera en una misión más peligrosa e importante que tu propia vida. Para que veas que en tu pequeña burbuja de miseria que te has formado no está todo el mundo, que hay personas que lo pasan peor que tú. Mírate, mira como terminaste y mírame a mí, ¿estamos bien?
—No.
—Claro que no y tú ni siquiera estuviste al frente de una batalla viendo morir a inocentes. Yo sí, yo pude ver la sangre correr por las calles y a las personas desesperadas rogar al cielo una salvación. Ahora, si eso te parece horrible, ¿qué diablos esperas de las personas que cargaron en sus espaldas toda la salvación del mundo y fracasaron? Que no solo estuvieron al frente de la batalla, sino que la dirigieron y recibieron las balas por nosotros. Yo perdí a mi madre, a todo mi pueblo, a mi maestro y vi mi vida caerse poco a poco. Yo que digo haberlo perdido todo, ¿qué crees que han perdido ellos? ¿Qué tan malo tuvo que haber sido como para que en diez años no hayan peleado de nuevo? Ellos fueron juzgados por el mundo entero, fueron perseguidos por la ley, perdieron todo antes de ser lo que fueron y nuevamente volvieron a perder. Y tú, ¿quieres venir a ponerte al mismo nivel que ellas? Escúchame bien, sé que la manera en la que te trató no fue la correcta, pero empieza a ver más allá de tu propia vida, porque ya no importa nada si no vas a darla por alguien importante o por muchos. Vas a dejar de ser una maldita engreída y vas a ser más empática con ellas y con quien creo que vendrá. No vamos a perder nuestra única oportunidad de ser libres por los caprichos de alguien como tú. Sí vuelve a pasar, te regresaré inmediatamente a la base y no saldrás de ahí hasta que todo acabe. ¿Dime si entendió, señorita Mason?
Rose se quedó sin decir nada en todo el discurso de Ysamar, con la cabeza agachada y acatando el llamado de atención. En el momento que escuchó su apellido en lugar de su nombre, sintió como su maestra empezaba a convertirse en una líder y le enseñaba más de lo que cualquiera haría.
—Sí, señora —respondió Rose en voz baja.
—No te oí —dijo Ysamar en voz baja.
—Sí, señora —dijo Rose más fuerte y firme.
—Vas a regresar, te vas a disculpar y vas a llevar la fiesta en paz, ¿me oíste?
—Sí, señora.
—Andando.
Las dos chicas regresaron al auto, donde Arlet parecía ahora vulnerable y no miraba a Ysamar. Tal actitud también fue optada por Liv, era como si los papeles se hubieran intercambiado y ahora Ysamar estuviera al mando de las cuatro.
Ysamar tomó aire, giró para ver a Rose y con una mirada, ordenó a la joven a disculparse. Rose no era capaz de refutar a Ysamar o tan siquiera de decir una palabra en contra de su maestra.
—Señorita Parker —dijo Rose con temor. —Siento como estuve actuando. Fui insolente y poco empática con usted, espero pueda perdonarme.
Liv se quedó mirando a Rose con los ojos bien abiertos a causa de la sorpresa, guio su mirada a Ysamar manteniendo su reacción y regresó a ver a Rose. Arlet estaba conteniendo una sonrisa debido al orgullo que sentía. Era como si por un segundo pudiera ver a Derek en la forma de enseñar que tenía. Liv miró a Arlet, las miradas chocaron y ambas sonrieron ligeramente.
—Está bien, niña —respondió Liv. —No hay nada que disculpar.
Ysamar se dio la vuelta, encendió el auto y continuaron. Su pequeña parada, las había dejado a unos metros de su destino, Carolina del Norte.
Las chicas llegaron a un pequeño pueblo alejado de la civilización, totalmente descampado donde solo había una casa sin ninguna otra a la redonda. Ysamar estaba un poco preocupada y asustada por lo solitario del lugar.
La casa era grande y estaba muy bien construida, pero se notaba que el tiempo ya pasaba factura en ese hogar. Ysamar detuvo el auto frente a la casa y sin decir nada, Liv y Arlet bajaron antes que Ysamar y Rose. Arlet avanzó, fue seguida por Liv, Ysamar atrás de ella y Rose atrás de su maestra. Arlet vio un timbre, llamó suavemente y se escuchó una melodía acogedora. Pasaron unos segundos y unos pasos se escucharon desde el interior de la casa. La puerta se abrió y la sonrisa de la mujer que los recibió desapareció inmediatamente cuando vio a todas.
—Lamentamos venir así, Hazel —dijo Arlet.
—¿Qué hacen aquí? —preguntó Hazel asustada.
—Tranquila hermana, vengo con ellas —dijo Liv poniéndose delante de Arlet.
Hazel y Liv se abrazaron con fuerza, cargando todos sus sentimientos de los años que pasaron sin verse y en una comunicación muy pobre debido a la captura de los miembros de "Vex".
—Amor, ¿qué ocurre? —preguntó alguien desde adentro acercándose a la puerta. —¿Estás bien?
Se vieron todos al fin y el tipo que se había acercado se quedó parado mirando a todos con un rostro sorprendido.
—Cuanto tiempo, Price —dijo Arlet.
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