Cuatro años después de la desgracia y sin rastro de Arlet por ninguna parte. Una nave de "Vex" sobrevuela un campo de batalla en Roma, Italia. Una alarma con una sonido fuerte y penetrante se oía en el interior de la nave mientras solo era alumbrada por un destello constante de luz roja. Por el auricular podía oírse constantemente el llamado de alguien buscando una respuesta para poder dar inicio a la siguiente fase. La persona con el auricular no respondía, seguía con los ojos cerrados y el aire contenido en los pulmones mientras trataba de enfocarse en la misión. Pasaron varios segundos de llamado sin obtener una respuesta al punto de creer que había una falla en la comunicación con el equipo.
—Derek... Derek, ¿me oyes?, ¿estás ahí? —preguntó Hazel con preocupación y desesperada.
Derek seguía sin responder y con los ojos cerrados, aguantando el aire todo el tiempo que pudo, con los puños cerrados con fuerza y no dejando que su mente le jugara en contra. De pronto, Derek dejó salir el aire de sus pulmones y movió su cabeza lentamente de lado a lado.
—Sí, te oigo—respondió Derek lentamente aún con los ojos cerrados.
—Bien—dijo Hazel después de respirar con alivio por unos segundos. —No sé si necesito recordártelo aún, pero no es seguro que ella este aquí o que aparezca, ¿sí lo entiendes?
Derek se mantuvo sin responder nuevamente por unos segundos para detener su cabeza y mantenerla firme al frente. Hazel nuevamente se asustó al no recibir una respuesta por parte de Derek, pero antes de que pueda pedir su llamado una vez más, se escuchó un ruido por parte de Derek haciendo que mantuviera el silencio.
—Sí, lo sé—respondió Derek con la misma lentitud.
—De acuerdo—dijo Hazel con pesar al oír el tono desanimado de Derek. —Alpha 13, abra las compuertas traseras y mantengan su posición para el descenso de los tripulantes desde al aire.
—Entendido señorita Parker, abriendo compuertas—dijo el soldado que piloteaba la nave.
—No sé cuantas veces han hecho esto. No falta mucho para que su impunidad se disuelva y los problemas lleguen—se dijo Hazel así misma.
Las compuertas comenzaron a abrirse y el viento entró con fuerza golpeando el rostro el trío. Derek comenzó a abrir los ojos lentamente para observar el campo de batalla totalmente destruido, en llamas y con civiles en desesperación. Los soldados de ambas ordenes seguían en una lucha sin precedentes y con la misma violencia que los caracterizaba. Había cuerpos de aliados y enemigos muertos en el suelo mientras las calles se volvían un rio de sangre tanto de luchadores como de inocentes. Incluso se dejaron ver cuerpos desmembrados y soldados que corrían pidiendo socorro a falta de un brazo o pierna, aparte de algunos que aún se aferraban a la vida a pesar de faltarles la mitad del cuerpo de la cintura para abajo.
—Derek, ¿estás seguro de esto? —preguntó Liv desde la espalda del trébol.
Derek no respondió a la pregunta y en cuanto la compuerta estuvo abierta completamente, no espero un segundo para saltar desde al avión. Liv y Price se miraron solo por un segundo y ambos saltaron detrás de Derek.
El trébol pudo ver mientras caía todo el campo de batalla y lejos de mostrar horror ante la escena, trató de calcular todo para saber cual sería su plan de ataque. Los tres, poseían un dispositivo en su muñeca que mostraba la altura en la que se encontraban. El dispositivo no dejaba de sonar debido al constante cambio de números a gran velocidad que se mostraba.
Price observó su dispositivo y los números se tornaron de un color verde, a uno amarillo, indicando el peligro debido a la altitud. Los brazaletes de Price comenzaron a irradiar una potente luz dorada y salió volando para comenzar su ataque aéreo. Liv decidió abrir sus alas y el viento, la jalo hacia atrás y decidió mantenerse cerca de Derek. El trébol comenzó a oír una advertencia desde el dispositivo y al verlo, noto que los números eran de color rojo. Derek estiró su mano hacia arriba y sintió como el látigo de Liv enrollaba su brazo. La tensión del látigo, hizo que Derek salga expulsado hacia arriba. Derek hizo una pirueta en el aire y antes de caer al suelo, sacó su lanza y generó un rayo que expulsó al suelo, acabando con muchos soldados de "Agros".
Derek cayó al suelo y al lado de él, cayeron Liv y Price. Los tres se quedaron unos segundos con la cabeza agachada mientras las personas vitoreaban sus nombres y celebran su presencia.
—¡Estamos viendo la aparición de "The Poker's" en el campo de batalla una vez más! ¡Esto suma una aparición más con un total de quince en su haber pese a la orden impuesta que menciona que no podrán actuar a menos que se les ordene! ¡No sabemos que tanta suerte sigan teniendo a pesar de ello, ya que, las potencias mundiales están furiosas con ellos! —informaba un noticiero desde un helicóptero que sobrevolaba toda la escena.
Liv y Price levantaron la cabeza y vieron todo a su alrededor, mostrando respeto a las personas y garantizando su bienestar. Sin embargo, Derek se mantuvo por unos segundos con la cabeza hacia abajo hasta que comenzó a levantarla lentamente y su mirada iba fija a aquel helicóptero. La cámara amplió su imagen al rostro serio de Derek. La reportera de aquel noticiero, vio el rostro del trébol y lejos de sentirse segura, sintió un terror inexplicable que la sorprendió, ya que, no era normal que alguien como Derek pudiera transmitir esa sensación a un inocente. Derek siguió viendo a la cámara en señal de rebelión y desafío a las máximas autoridades del mundo, demostrando que no iba a ceder a sus ordenes y continuaría hasta el último con tal de dar con Arlet.
Liv vio a Derek y notó su desafío al mundo desde su mirada y se puso frente a él, pero Derek aún seguía viendo fijamente a la cámara.
—Oye, ya basta fue suficiente. —dijo Liv con un tono firme. —Derek, ¿terminaste?
Derek bajó la mirada y la fijó en Liv quien no sentía ningún terror por el trébol. Este, siguió viéndola buscando alguna reacción por parte del corazón, pero no resulto en nada.
—Al aire y al sur, Price te toca al norte—dijo Derek desviando su mirada de Liv.
El trébol pasó por el lado de Liv tratando de ignorar lo ocurrido y se detuvo para ver todo el campo. Recriminó a Liv y a Price su presencia aún y ambos salieron volando siguiendo las ordenes del líder.
La batalla en la ciudad se estaba saliendo de control, todo era destruido sin importar nada. Las personas corrían aterradas, las estructuras y edificaciones se destruían y lo más importante, no había rastro de Arlet, ni siquiera de Kai, Elm o "Wolf". No había nadie importante, solo soldados débiles que podían vencerse con facilidad. Derek no mostró piedad con nadie y acabó con sus enemigos de las formas más sangrientas y violentas posible. Todo era espectado por civiles que se horrorizaban ante los actos del trébol, ya que, nadie esperaba una respuesta tan violenta por parte de alguien como él. Su reputación fue de alguien noble y pacífico, que dudaba antes de matar a alguien por muy malo que sea. El vacío y la desesperación de no encontrar al diamante, acaban con su alma que buscaba una redención y una segunda oportunidad, pero el dolor, lo empujó a la oscuridad y al notar que no importa que tanto lo intente, siempre será su culpa todo lo ocurrido.
Sin embargo, existía aún una pequeña luz que le otorgaba la humanidad que tanto necesitaba. El trébol se detuvo un segundo al ver sus actos y comenzó a buscar a alguien con desesperación. Corrió por todos lados hasta que llevó sus dedos al auricular mientras seguía viendo a todos lados con miedo.
—¡¿Dónde está...?!—trató de hablar Derek.
—Estoy bien, tranquilo—dijo Ysamar desde el otro lado. —¿Puedes verme?
Ysamar se subió a un montículo de rocas y levantó su brazo mientras lo movía de un lado a otro hasta que se detuvo cuando notó que Derek ya la pudo ver.
—Bien—dijo Derek en voz baja.
La distancia entre los dos era considerable, pero Ysamar quedó parada con una posición firme mirando a Derek. El trébol quedó mirándola por unos segundos más mientras el recuerdo de la primera vez que la vio, regresaba a su mente. Vio en aquella joven todo el tiempo que había pasado y la diferencia que se dejaba ver en su figura y personalidad a comparación de antes.
—¿Puedes continuar? —preguntó Ysamar.
—Sí, estoy bien—dijo Derek tratando de hacer creer a su mente que todo iba a salir bien.
—Tenemos que terminar. Sí vas a estar aquí, debes dar todo de ti.
—Está bien.
—¡Tranquilo Derek, la tengo vigilada! —gritó Agni desde el auricular mientras peleaba contra unos soldados de "Agros".
—Sí, pero vigila que nos apoye, tengo a varios pisándome los talones—dijo Kamal.
Ysamar vio por última vez a Derek, bajó del montículo y continuó con su deber. Derek se dio la vuelta y regresó nuevamente a la batalla.
La batalla se extendió por más de tres horas en donde "Vex" y las fuerzas militares buscaban poder frenar el ataque de "Agros" que era impactado con una fuerza increíble. Nadie entendía la razón de un ataque tan impactante como el que se estaba dando. Sin embargo, "The Poker's" supieron como frenar el golpe, con un precio muy caro ante los ojos de las máximas potencias mundiales.
Por alguna razón que ni siquiera ella entendía, Liv fue perseguida por un largo rato por varios soldados de "Agros". Incluso buscaban hacerla caer del aire para facilitar su derrota. Sin embargo, Liv buscó la manera de liberarse de estos y acabando con varios en su paso. A pesar de sus esfuerzos, un soldado logró hacerla caer con fuerza a tierra, provocando que la joven quede aturdida por unos segundos, además del dolor que le causo la caída.
La joven intentó levantarse, pero en cuanto pudo mantenerse en pie por unos segundos, unos disparos comenzaron a impactar contra ella. Liv rápidamente se escondió y trató de escabullirse para evitar un final trágico para ella. Aquellas armas disparaban unos extraños láseres que cauterizaban las heridas al instante debido a lo caliente que eran. Los disparos lograron impactar en los brazos, piernas y en partes del pecho de Liv y por suerte no impactaron en puntos vitales que pudieran impedir su huida e incluso, que se defienda, pero estaba muy herida como para poder seguir peleando.
Mientras escapaba sigilosamente, el corazón se detuvo debido al dolor de sus heridas y se revisó minuciosamente las pocas lesiones que llegaba a ver con detenimiento y fue incapaz de seguir avanzando debido al dolor. El grito del daño, se quedó en su garganta sin la oportunidad de salir y en su lugar cayeron lágrimas. Sin embargo, el terror se hizo presente cuando escuchó los pasos de soldados acercándose lentamente mientras la buscaban. Liv intentó escabullirse por más tiempo, pero el sufrimiento se lo impedía. A pesar de todo y con el alma más fuerte que nunca, Liv olvidó todo el dolor que pudiera estar sintiendo y salió de un salto de su escondite para hacer frente a quienes la buscaban. El corazón dio todo de sí misma en la batalla mientras más disparos impactaban contra ella, pero estaba decidida a salir con vida de esa pelea.
Uno a uno, sus enemigos fueron cayendo y cuando tuvo al último frente a ella, lo tomó con uno de sus látigos y lo acercó a ella. El soldado de mostró hostil ante la mirada del corazón lo que aumentó la ira de Liv. La joven pensó por unos segundos las peores maneras para acabar con su enemigo hasta que giró su cabeza ligeramente y vio todo el paraíso caótico que había formado su extenuante y destructiva batalla. Sintió una culpa inmensa al ver aquel horrible escenario, dejó de respirar y regresó su mirada al hombre que tenía enrollado en sus látigos. En seguida, lo soltó y el hombre terminó lejos de la joven debido a los giros que hizo cuando Liv tiró de su látigo. La joven se alejó adolorida y con su mano en una de sus heridas buscando calmar su dolor. El soldado quedo confundido, pero no iba a desperdiciar la oportunidad que había logrado. Tomó un arma que vio en el suelo con mucho sigilo, se acercó lentamente a Liv, apuntó el arma y la respuesta fue igual de rápida. Liv uso su látigo para rebanar a la mitad el arma y dejar desarmado al hombre quien rápidamente trató de salir corriendo debido al miedo que le había provocado la reacción de Liv. Sin embargo, la paciencia se le había agotado y solo bastó uso pasos para que el cuerpo del soldado cayera al suelo y a la mitad. El corazón había rebanado al hombre de la cabeza hasta abajo.
La joven trató de respirar debido al esfuerzo que había realizado, pero no aguantó más y cayó al suelo con la mirada al cielo. Estaba muy agotada y herida, cerró los ojos y perdió la conciencia, solo pudo llegar a escuchar antes de perder la razón como algunos pedían ayuda para salvarla.
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