En cuestión de segundos, Hazel llegó corriendo a la habitación donde se hospitalizaba Price para corroborar la información de su mejora. Estaba muy emocionada por verlo mejor, fuera de riesgo y con mucho por delante.

Hazel se abalanzó sobre él y lo llenó de besos por todo el rostro mientras lloraba sin cesar al notar su recuperación. Price estaba feliz, se le veía en el rostro que estaba mucho mejor, pero Arlet no podía verlos.

Algo dentro de ella la estaba carcomiendo. Los celos, la envidia de verlos felices y enamorados, sin temor de que algo pueda pasarle al otro.

Arlet estaba imaginando cuantas cosas podría hacer con Derek en ese momento, ya había pasado demasiado tiempo y no podía seguir resistiendo. Quería tenerlo en sus brazos y darle el mismo amor, pero algo le gritaba desde su corazón, su orgullo.

Su maldito orgullo le decía que no lo perdonara, que fuera por él y lo salve porque era lo correcto, pero que siga haciéndolo pagar por sus acciones. Parecía que ese sentimiento ganaba, parecía que mientras más intentaba quitarse ese estúpido pensamiento más se apoderaba de ella, era irritante. Sentía que no había aprendido nada, quería rescatarlo para seguir haciéndolo sufrir ¿qué caso tiene? ¿Por qué salvar de la tortura a alguien para seguirle torturándolo? ¿Por qué evitar su muerte si poco a poco iba a seguir matándolo? Debía reaccionar, debía pensar en todo ese tiempo sin él y dejar que su corazón lleve las riendas de ese momento.

Hazel seguía agradeciendo y llorando que Price estuviera mejor y Price intentaba no caer de la camilla mientras seguía mostrando su amor a su pareja. Sin embargo, Liv, entre sonrisas, notó como Arlet se mantenía cabizbaja para después retirarse. Liv entendió de inmediato que la situación no era la mejor para una persona que intentaba salvar al amor de su vida.

Liv la siguió y dejó solos en un momento íntimo y de amor a su hermana y a su mejor amigo. La encontró caminando firme hacia la nave para esperarlos y poder partir.

—¡Arlet! —gritó Liv intentando detenerla y acercándose a la joven. —Lo siento, pero no podemos evitar que reaccionen así.

—Ya lo sé —respondió Arlet con una sonrisa forzada. —Los esperaré en la nave.

—Quizás...

—¿Qué?

—Quizás debamos esperar un poco más.

—¡¿Qué?!

—Price acaba de despertar y Hazel no dejará que vaya con nosotros. Podríamos esperar unos días para que puedan pasar tiempo juntos...

—Dime que por favor no hablas en serio.

—Claro que sí. Arlet sé que quieres ir por Derek, pero seamos sinceras lo estás haciendo para expiar la culpa que sientes por lo que le dijiste e hiciste.

—No puede ser.

—Arlet, no podemos ser tan egoístas.

—Tienes razón, no lo seré

Liv sonrió en cuanto escuchó la respuesta, pero Arlet no la veía. Tenía sus ojos puestos en otro lado evitando el contacto visual con el corazón. Liv se dio media vuelta y se disponía a regresar con la pareja.

—Gracias —dijo Liv deteniéndose por un segundo.

—Creo que no entendiste —dijo Arlet manteniendo su mirada fija en otro lado.

Liv giró para ver de nuevo a la joven, pero ahora se le veía preocupada, asustada al no haber entendido el mensaje del diamante. Arlet al fin miró a Liv y el corazón entendió que algo no iba bien, Arlet estaba con el ceño fruncido, fastidiada y molesta.

—Quédense ustedes, no los voy a comprometer en esto —dijo Arlet dándose media vuelta.

—Arlet, por favor —dijo Liv también molesta. —¿Quieres acabar igual que él?

—Estoy siendo solidaria. Ustedes se quedan a celebrar mientras yo voy por Derek.

—Creí haber dicho que iría también —dijo Price apareciendo en la conversación junto con Hazel.

—No, no es contigo la conversación. Nos quedaremos aquí y pasaras tiempo con Hazel y los demás, eso también te servirá para tu recuperación total. Además, si lo piensan bien, eso nos dará tiempo de idear un nuevo plan para el rescate de Derek —dijo Liv tratando de convencer al diamante y a la espada con quedarse.

—Para ser la más inteligente de nosotros, eres muy estúpida —agregó Price acercándose a Arlet. —No podemos esperar más, cada segundo que perdemos es más tiempo para que "Agros" piense como matar a Derek. No me quedaré aquí otro segundo más a esperar.

—¿Qué hay de Hazel?

—Ella entiende, o al menos eso intentará, de que debo ir por él. Se acabó la discusión y ahora los tres iremos por ese desgraciado para poder patearle el trasero por todo este tiempo que nos está haciendo sufrir.

Arlet continuó su camino sin esperar a nadie y lista para iniciar el rescate. Price se disponía a seguirla sin pensarlo un segundo, pero fue tomado del brazo por Hazel en un intento por retenerlo. Hazel se mostraba asustada, preocupada, intrigada al no tener la capacidad de saber qué pasará con Price y los demás en este rescate. Price tomó su mano, la abrazó y calmó su ansiedad.

—¿Estás seguro? —preguntó Hazel en voz baja y entrecortada.

—Confía en mí, como siempre lo has hecho —respondió Price con una voz suave y calmada.

La espada se separó de Hazel y siguió su camino siguiendo a Arlet. Liv quedó de pie mirando a su hermana, quien rompió en llanto cuando Price ya no pudo verla. Liv no sabía que hacer, no entendía que era correcto. Todos corrían un grave peligro, pero Derek no merecía esto. Nada era claro y eso estaba comiéndole la cabeza.

—Regresaremos, no te preocupes —dijo Liv tratando se calmar a su hermana.

Una vez todos estaban en la nave y listos para despegar, los soldados vieron con preocupación a Price, pero a la vez estaban felices y aliviados con su presencia.

La pregunta que rondaba era saber si los explosivos serían útiles después de todo; sin embargo, nadie decía nada por respeto y temor a Price.

Arlet se puso al frente de todos para poder hablar y dejar claro las pautas.

—Bien, ahora que contamos con Price, vamos a repasar el plan una vez más —dijo Arlet con tono firme y manteniendo la seriedad. —Llegaremos a la torre por tierra, evitando llamar la atención de los soldados. En este momento, aprovechando su presencia, quisiera saber si Price sabe algo respecto a la torre.

—¿Qué han planeado? —preguntó Price con cierta preocupación. Algo se veía extraño y poco usual, había mucha confianza en el ambiente respecto al ingreso de la torre.

—Ingresar a la torre, destruirla y rescatar a Derek —respondió la soldado Guillen.

—¿Y cómo entrarán?

—Solos calificados entran a la torre, ¿qué los hace calificados para que puedan entrar? —preguntó Liv intrigada.

—Retiren del plan la destrucción de la torre, es claro que no tomaron en cuenta eso ¿Creyeron que podían ir con miles de explosivos, buscar la manera de entrar y ya? Solo explotar la base de la torre era el plan, ¿verdad?

—No entiendo nada.

—Solo un personal calificado entra a la torre, lo que los hace tan especiales es la sangre del líder de la torre.

—Ahora soy yo quien no entiende nada —agregó Santaolalla con un tono de furia en su voz.

—Los clasificados llevan en su sangre un poco de la sangre del líder de la torre, eso les permite entrar a ella —respondió Price con un tono tajante y firme.

—Maldita sea —se quejó Liv al oír tal información. —Malditos desgraciados, lo tenían muy bien planeado.

—¿Cuál es el problema? Matamos a uno o lo tomamos como rehén y entramos —agregó un soldado con una sonrisa en el rostro.

Liv comenzó a refunfuñar, estaba furiosa y desesperada, llena de impotencia mientras seguía repitiendo "No" varias veces. Los soldados creían que se había vuelto loca y algunos se reían disimuladamente, pero entonces vieron a Price con la cabeza agachada, triste y decepcionado. Arlet estaba sentada, con los ojos bien abiertos al igual que la boca en un intento por tomar aire. Nadie entendía que pasaba, solo asustaban a todos con la incertidumbre.

—¿Qué pasa? —preguntó Guillen buscando conectar una mirada con Price y con un tono firme en su voz.

—No hay como hacer tan siquiera un misero paso en la torre —dijo Liv tirada en el suelo.

—Price, ¿de qué habla?

—Una función tan básica como abrir una puerta se realiza con la sangre del líder de la torre —agregó Arlet en voz baja.

—¿Qué hay con eso? —preguntó Santaolalla muy furioso.

—Deben existir miles de comandos y acciones que se pueden realizar dentro de la torre con la sangre del líder —dijo Liv con la voz entrecortada.

—Los ascensores quizás también funcionen con eso —agregó Price sin levantar la cabeza.

—Eso no es lo peor. La torre se alimenta de energía solar. Con el tamaño gigantesco de los paneles, pueden haber tomado toda la energía que querían para sustentarse por unos dos años, tiempo suficiente para hacer otros paneles. Jamás podremos hacer nada en esa torre, ni siquiera caminar en su interior.

—¿Qué hacemos entonces? —preguntó Guillen ya desesperada y asustada.

—Primero —dijo Arlet muy furiosa. —Nos iremos ahora y nadie dirá nada a nadie.

—¿Quieres ocultarle esto a Parker? —preguntó Santaolalla muy serio y con el ceño fruncido.

—Sí. Iremos por Derek, nada más.

—Arlet, ¿cómo diablos piensas hacer eso? —preguntó Guillen muy molesta. —Date cuenta, no hay nada que podamos hacer. Para que podamos acabar con todo y destruir la torre el líder de la torre debe morir y a saber quién demonios puede ser.

—Es claro que se trata de "Wolf" —agregó Liv en voz baja.

—Iremos por Derek con un ligero cambio de planes —dijo Arlet con la cabeza agachada y con una furia contenida en su voz.

—¿Cambio? —preguntó Price.

—Que se vaya al diablo el factor sorpresa, atacaremos de frente y haremos salir a esos malditos desgraciados —respondió Arlet levantando la cabeza y con la rabia en su mirada, decidida a acabar con todo aquel que se le interponga en su camino.