El estruendoso ruido del caos que provenía del exterior interrumpió la tranquilidad del misterioso hombre que se encontraba en lo profundo de la torre. El hombre se hallaba dentro de una extraña cápsula, sumergido en un líquido púrpura. Mostró una malévola y desagradable sonrisa mientras abría los ojos y el líquido iba escurriéndose por la base de la cápsula por unas ranuras. Salió de la cápsula y se acercó a un extraño recipiente que contenía una viscosa masa de colores rojo y negro. Introdujo la mano mientras la extraña masa generaba ruidos desagradables, similares al chirrido de una rata. Como si se tratara de una presa, la masa comenzó a adherirse como si devorara la carne del hombre. En cuestión de segundos, una impenetrable y fortalecida armadura se formó en el cuerpo del hombre, armadura de un hermoso rojo carmesí y un negro tan oscuro como la noche misma.

—Llegó la hora —dijo el hombre mientras se iba cerrando la parte del rostro de la armadura.

En el exterior, la batalla ya había iniciado con el caótico ataque aéreo. Los aviones disparaban todo lo que tenían y el cielo se había vuelto de un extraño color naranja oscuro combinando con la oscuridad de la noche. Los aviones caían del aire tras los impactos y otros chocaban entre sí.

Los civiles corrían asustados en un intento por resguardarse del desastre que se llevaba la vida de muchos inocentes. Muchos niños aterrados, gritaban el nombre de sus padres entre llantos y parados esperando poder hallar a sus familias, todo eso mientras las demás personas corrían asustadas por todas partes. Algunas personas morían aplastadas por otras, producto de caídas y pisotones que estos daban.

El ejército inglés se presentó en el campo de batalla cuanto antes. Los soldados buscaban ayudar a los civiles lo más rápido posible y cuantos podían para evitar que el caos se propague de peor manera.

El general que lideraba a las tropas salió de uno de los camiones y se paró en medio de la calle mientras veía todo aquel oscuro y desastroso paraíso. Se llevó la mano a la boca de la sorpresa mientras temblaba y se tiró de rodillas al suelo. No entendía como todo se había salido tanto de control hasta llegar a ese extremo. Veía a todos lados y las personas solo salían corriendo mientras buscaban alejarse de la escena.

Los aviones pasaban tan cerca de ellos que podía sentirse el viento que generaban e incluso hacían temblar ligeramente la tierra.

Uno de los soldados se acercó para ayudar al general, pero este rechazó la ayuda y se levantó rápidamente, pero no podía dejar de ver todo lío. Miró fijamente hacia el cielo una vez más y pudo verlos.

El corazón y la espada luchando para salvar al mundo. El elegante y coqueto estilo de lucha de Liv, junto con la fuerza bruta y el desbordante poder de Price.

Se dio media vuelta y vio a los soldados que quedaban parados esperando sus órdenes con desesperación. El rostro arrepentido del general era de notar y preocupar, ¿cómo había podido ser tan ciego?, ¿cómo todos podían ser tan ciegos?, ¿por qué ponerse en contra del aliado? No tenía sentido, nada tenía sentido y entendió el error de Blake Relish. En su intento por ser racional y buscar el sentido, no vio que nada lo tenía y no podía acudir a esas opciones en ese momento, eso fue lo que lo mató. Miró fijamente a todos con el ceño fruncido y con una posición firme.

—Vayan a ayudar a "Vex" y a "The Poker's" —ordenó el general a todos los soldados mientras se dirigía al camión para tomar su rifle.

—Pero señor, nos ordenaron capturarlos —dijo uno de los soldados. —Ellos son una amenaza.

—¡Mire bien a su alrededor, soldado! ¡¿Puede ver bien o es ciego?!

—¡Sí señor, veo bien!

—¡Dígame que ve!

—¡Una batalla, señor!

—¡¿Puede ver si "Vex" nos ataca o "The Poker's"?!

—¡No señor!

—¡¿Qué están haciendo?!

—¡Peleando contra "Agros"!

—¡Ellos nos están atacando, soldado! ¡Vean todos con atención! ¡¿Quieren pelear contra el aliado?!

—¡No señor! —gritaron todos los soldados.

—¡Entonces vayan y ayuden a nuestros compañeros! ¡Ahora con un demonio!

—¡Si señor!

Todos los soldados salieron corriendo hacia la base entre gritos y exigencias. El general regreso al camión y tomó la radio de este para dar un comunicado a todas las tropas.

—¡Escuchen todos, se cancela la captura de los miembros de "Vex" y "The Poker's"! ¡Ahora los declaró aliados de la humanidad y les daremos todo el apoyo posible! ¡Nadie va a desistir hasta que el trébol no sea liberado sano y salvo de esa maldita torre! ¡Es una orden! —declaró el general desde la radio del camión.

Todo el ejército inglés que había acudido a la batalla empezó a atacar a los soldados de "Agros" tanto por tierra como por aire. Más aviones de combate se vieron en el cielo pertenecientes al ejército de Inglaterra. Varias tropas inglesas, tanques y camiones se presentaron al campo de batalla y mostraron su total apoyo a la causa de "Vex".

La soldado Guillen se encontraba contra las cuerdas en un ataque de los soldados de "Agros". Había estado peleando sola por varios minutos, disparando y golpeando a todos sus enemigos.

Sin embargo, la fuerza de los soldados llegó a superarla y pudieron vencerla haciendo que caiga al suelo. Un grupo de cinco soldados la rodearon y uno de ellos se disponía a lanzarse sobre ella para poder matarla.

En ese momento, varios disparos impactaron contra estos soldados de "Agros" y dejándolos sin tiempo a reaccionar. Guillen ya estaba resignada a perder contra ellos cuando reaccionó y giró la cabeza para ver a miembros del ejército inglés apuntando con sus armas y disparando a todos los soldados de "Agros".

Un soldado se acercó a Guillen, le estiró la mano y ayudó a levantar a la mujer para seguir con la misión.

—De pie soldado, aún tenemos mucho que hacer —dijo el soldado mientras ayudaba a Sabine.

—Gracias, pero... —intentó hablar Sabine debido a la confusión del momento.

—No tiene sentido pelear contra nosotros mismos.

—Es un honor pelear a su lado.

—El honor es nuestro. Soy el sargento Harper, encargado de la unidad quince.

—Soldado Guillen, líder de varios escuadrones de la orden.

—Entonces es una superior, ¿cuál es la misión?

—Abrir pasó al diamante hasta el interior de la torre para ejecutar el rescate del trébol.

—¿Qué podemos hacer?

—Ayuden en todo lo que puedan. El único objetivo es el interior de la torre.

—¡Soldado Wright!

—¡Sí señor! —respondió el soldado en cuanto lo tuvo en frente.

—Dile a todo el escuadrón que se dividan, que ataquen los perímetros desde el interior de la base, no quiero que nadie entre o salga. Informa al general Campbell la situación, que hagan lo mismo desde afuera y que los demás nos apoyen a hacer llegar al diamante, al corazón y a la espada hasta el interior de la torre —ordenó el sargento Harper.

—Sí señor.

—No se preocupe, la tenemos cubierta soldado Guillen.

El sargento se separó de Sabine para iniciar el ataque que había ordenado. Guillen se quedó parada y atónita mirando al cielo agradeciendo a quien sea, todo parecía ir mucho mejor.

—Hazel —dijo Sabine desde el auricular. —Parece que aún tenemos aliados en los altos mandos.

Desde la base, Hazel sintonizó las noticias y vio esa pequeña luz de esperanza en esa nueva alianza que se había formado entre el ejército inglés y "Vex" para detener a "Agros" y salvar a Derek. Hazel soltó una enorme sonrisa y aumentó el entusiasmo a la misión. Ahora todo iba mucho más rápido, con más ánimos y mayor motivación.