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Revelación

La noche estaba muy oscura y era muy tarde. Un grupo de seis jóvenes de amigos paseaban por las calles sin preocupaciones y tratando de pasarla bien. Sin miedo a correr algún riesgo, los jóvenes buscaban como matar el aburrimiento. Después de un rato sin saber que hacer, decidieron ir a tomar unos tragos a un bar que estaba muy cerca de donde ellos estaban. El bar, se encontraba pasando una calle que solía estar desolada y con muy poco tránsito. Suponían que al estar juntos estaban fuera de peligro.

Cuando entraron a la calle, una camioneta muy grande y negra, apareció de pronto y de esta misma bajaron un grupo de más de diez sujetos encapuchados. Era imposible que se les viera el rostro. Tomaron a estos seis chicos y los subieron a la camioneta. La camioneta arrancó rápidamente en dirección desconocida.

Después de unos segundos, una extraña ráfaga de viento se presentó varias veces alrededor de la camioneta. En los edificios de los lados, una silueta extraña, saltaba dando piruetas de edificio en edificio y columpiándose con ayuda de otra silueta que iba volando dejando una estela de color rosa. Los sujetos que habían secuestrado a los jóvenes empezaron a asustarse y a gritarse entre ellos para tratar de averiguar quiénes eran esos tipos que los iban siguiendo. Cuando de pronto, unos sables encendidos en un radiante fuego rojo atravesaron el techo de la camioneta. El conductor de esta se asustó y empezó a mover el auto de tal manera para que el sujeto que estuviera arriba del auto cayera. El camino empezó a destruirse por los impactos de ondas doradas que destruían la autopista y las llantas reventaron por unos látigos flameantes que las hicieron explotar. Esto provocó, que la camioneta pierda el control y de unas vueltas de campana para que al final terminara destruida y sin posibilidades de arrancar.

La camioneta quedó en un mal estado, pero las vueltas de campana dejaron al auto en una posición firme y sin nadie herido. Los jóvenes y sus secuestradores estaban aturdidos y asustados con los recientes hechos. En eso, un sujeto cayó del cielo sobre su rodilla. Los faroles de la camioneta lo alumbraban. El sujeto se levantó y, alzando la cabeza, se reveló el trébol ante la mirada de los malhechores. Con su lanza en la espalda, se paró firme frente al auto y caminó acercándose lentamente. 

—Bajen ustedes solos sin lastimar a nadie y ninguno de nosotros les hará daño—les dijo el trébol a los secuestrados.

Los sujetos, que aún estaban asustados, se mostraron furiosos y seis de estos bajaron de la camioneta con armas poco comunes que parecían estar fusionadas. Los sujetos que se quedaron en el auto amenazaron a los jóvenes secuestrados con sus armas. El trébol se mostró firme mientras los tipos que habían bajado de la camioneta se iban acercando lentamente mientras le apuntaban con sus armas. De repente, una ráfaga de viento se presentó otra vez. Pero el trébol y la ráfaga eran una distracción para el verdadero cometido.

Un látigo envuelto en fuego partió la camioneta a la mitad y, con suerte, no lastimó a nadie que estaba dentro de ella. Los tipos que se estaban acercando al trébol se dieron la vuelta para observar lo que había pasado y el trébol aprovechó la distracción para empezar a atacar a los tipos uno por uno.

De pronto, una onda de energía de un color dorado derribó a unos cuantos de estos sujetos y empezó a combatir con estos de la mano del trébol. Ante la mirada de todos, la espada unió sus fuerzas para ayudar a combatir a los secuestradores. Los tipos restantes en la camioneta bajaron para ayudar a sus compañeros derrotados; pero uno de ellos se quedó en el auto tratando de custodiar a los jóvenes secuestrados. Los tres sujetos que bajaron del auto no lograron ayudar a sus compañeros, ya que una extraña silueta voladora que dejaba una estela de color rosa les cerró el paso.

Para dejar atónitos a estos tipos, el corazón empezó a hacerse cargo de estos tipos neutralizándolos uno a uno. El tipo que había quedado en el auto bajó de este muy asustado con la intención de escapar, pero "La líder de las cartas" no dejó que este escapara y lo neutralizó a tiempo. Una vez derrotados todos los tipos, el corazón junto a la espada, se acercaron para atender a los jóvenes que habían sido secuestrados. Un sujeto se levantó con las pocas fuerzas que le quedaban y se dirigió al diamante. 

—Ustedes cuatro, no saben en lo que se han metido—dijo el sujeto malherido y con pocas fuerzas. —Quieren jugar a ser los héroes, pero terminaran perdiendo. Todos están muertos.

—No vamos a dejarlos morir—dijo el trébol que estaba al lado del diamante. —No llegaría el mensaje que queremos mandar.

—¿Mensaje?

El diamante se acercó lentamente hacía el sujeto que se mostraba asustado con cada paso que daba "La reina". Cuando el diamante tuvo en frente al tipo, lo tomó de la armadura y lo golpeó en la frente con su frente, haciéndolo caer de vuelta al suelo. El diamante le puso uno de sus sables en el cuello y le aplastó el pecho con su rodilla izquierda.

—Sabemos a quienes sirven y estamos aquí por eso. Vayan todos ustedes ante Vatra y díganle que ya hemos salido de la cueva. Que cuando tenga valor, venga a enfrentarse con nosotros. Dile que, dentro de nuestros planes, la muerte no es una opción y planeamos atacar a "Agros" con todo lo que tenemos—dijo el diamante firme y amenazante al sujeto.

Al sujeto le fue imposible ocultar su temor. Los jóvenes que habían sido secuestrados escaparon rápidamente y el corazón y la espada se acercaron al trébol y se pusieron a su lado. El diamante se levantó y regresó para formarse junto a sus compañeros. El tipo, aún asustado, se quedó en el suelo. Levantó la cabeza y, con una mirada de terror, vio a los cuatros chicos perfectamente. Rápidamente, el tipo se levantó y salió corriendo. Los otros sujetos, aún aturdidos, vieron a este grupo y salieron corriendo. Uno de ellos se detuvo para verlos bien. 

—¡¿Quiénes se suponen que son ustedes?! —dijo asustado el sujeto.

El diamante se quedó pensando unos segundos. Volteó la cabeza para ver a sus compañeros atentamente. Cuando vio al trébol y a la espada, recordó la vez en la que eligieron sus símbolos. Recordó que la idea surgió a raíz de la idea del trébol después que vio sobre la mesa las cartas. Fue entonces que también recordó aquella partida de póquer que disputaban Price y Derek.

—Somos "The Poker's" —dijo el diamante muy firme y con sus sables en la mano.

El sujeto salió corriendo para reagruparse con sus demás compañeros y juntos dar la noticia de este nuevo equipo que atentaba con destruir "Agros".

Horas después de este acontecimiento, los ahora nombrados "The Poker's", se reunieron en la base para analizar los acontecimientos de esa noche. Arlet propuso continuar con el plan hasta que Vatra se digné a salir para enfrentarlos o hacer que los soldados de "Agros", que salían a secuestrar a las personas, los guíen hasta la base en donde se encontraba Vatra. Cualquiera de los dos planes, eran buenos y tendrían un buen resultado. Por su parte, Price no parecía convencido. El creía que no atacar antes, daría tiempo a Vatra de reunir más fuerzas en contra de ellos; sin embargo, Liv le mostró que la idea no era tan descabellada. Quizás atacar antes no era la solución en este momento y atacar de sorpresa podría darles ventaja. Derek tenía un problema, y es que estaba de acuerdo con el plan de Arlet, pero lo que decía Price tampoco era tan estúpido. Al final, optó la idea de la mayoría y se puso del lado de Arlet y Liv. 

En ese mismo instante, en la base de "Agros", los sujetos que habían sido derrotados por este nuevo equipo llegaron para dar la noticia a todos los presentes. La noticia se hizo tan importante que muchos soldados se reunieron para escuchar el suceso. La multitud, llamó la atención de Vatra que, intrigado y algo molesto, se acercó para ver qué estaba pasando. 

—Señor Vatra—dijo el sujeto que había sido atacado y amenazado por el diamante.

—Habla—dijo molesto Vatra.

—Señor, hace unas horas hemos sido atacados por un grupo de jóvenes disfrazados.

—¿Dónde están los chicos que se supone debías traerme?

—Lo siento señor, pero no pudimos hacer nada.

—Habla claro idiota, ¿qué fue lo que pasó?

—Secuestramos a seis jóvenes como lo ordenó. Cuando escapamos de la escena, fuimos atacados por unos chicos en traje.

—Descríbelos.

—Eran dos chicos y dos chicas. Las chicas tenían trajes rojos y el de los chicos eran negros.

—¿Cómo eran?

—No lo sabemos bien, señor. Tenían los rostros cubiertos.

—Continúa.

—Cada uno tenía un símbolo.

—¿Qué clase de símbolos?

—El de una baraja de naipes, señor. Un corazón, una espada, un trébol y un diamante.

—¿Quién los guiaba?

—Fui amenazado por el diamante, una de las chicas de traje rojo. Supongo que es ella la que lidera al grupo.

—¿Qué te dijo?

—Dijo que sabían a quienes servíamos. Dijeron que ya habían salido de la cueva. Lo retaban a enfrentarlo. Que dentro de sus planes no estaba la muerte y que iban a derrotarnos.

—¿En serio? —dijo en tono sarcástico Vatra. —¿Me retan? Esos idiotas ¡¿Me retan?!

Vatra estiró su mano en dirección al sujeto y le prendió fuego. Los soldados salieron corriendo del miedo. Vatra comenzó a atacar a cuantos soldados pudo para desquitar su ira. Una pequeña parte de los soldados, pudieron escapar, pero les fue muy difícil. La mayoría de los soldados resultaron heridos e incluso otros llegaron a morir.

—¡¿Alguien tiene algo más que decir?! —gritó muy furioso Vatra. Un aura flameante y ardiente, se hizo ver alrededor de Vatra y sus ojos estaban encendidos de un intenso fuego. Un sujeto se levantó con las pocas fuerzas que le quedaban y, mirando fijamente a Vatra, le dijo.

—Dijeron... Dijeron que se hacían llamar... "The Poker's".

Vatra se acercó al tipo, lo miró directamente con sus ojos flameantes y el sujeto murió.

"The Poker's". Ahora se hacen llamar así ¿Quieren que salga? Eso haré y más les vale estar preparados.

Al día siguiente, los chicos se quedaron en casa debido a que no tenían clases en la universidad. Liv aprovechó en estudiar sus apuntes de sus clases para olvidar el asunto de Vatra por un segundo. De pronto recibió una videollamada de Arlet desde su computadora, la cual respondió sin problemas.

—Hola—dijo Arlet.

—Hola, ¿todo bien? —preguntó Liv.

—Si, solo quería hablarte y saber de ti.

—Bueno, creo que en este momento no hay nada que no sepas de mí,

—Quizás, aunque podría intentar adivinar.

—Adelante.

—Sé tú secreto.

—¿En serio? ¿Cuál es?

—Tu... Eres... ¡El corazón!

—¡Maldita sea, no pude ocultarlo bien!

—Ahora les diré a todos en la universidad y así me haré popular.

—Funcionaría si supieran de que hablas.

En ese instante, ambos recibieron una notificación de Derek para que se uniera a la llamada. Liv aceptó y este ingresó a la llamada.

—Hola—dijo Derek.

—¿Qué hay Escarsa? —dijo Liv.

—No lo sé, les seré honesto.

—Te escuchamos.

—Price dijo que me contactara con ustedes y aproveche que estaban aquí.

—¿Price? —dijo Arlet.

Price envió una notificación para unirse a la llamada. Liv aceptó y Price entró muy eufórico y emocionado para darles una noticia.

—¿Todo bien? —preguntó preocupada Arlet.

—Sintonicen el canal cinco—dijo Price muy emocionado.

—¿El cinco? —preguntó Derek.

—Si, no tarden.

Los chicos se levantaron y de inmediato, sintonizaron el canal que Price les había dicho. Una joven estaba realizando un reportaje en vivo desde el lugar donde habían peleado con los soldados de "Agros".

—Como repetimos, esta misma calle fue el escenario de un accidente que aparentemente fue ocasionado por un grupo de jóvenes disfrazados. A mi lado se encuentran unos muchachos que dicen haber visto lo que aconteció y exclaman haber sido salvados de un secuestro por estos jóvenes anónimos. Dígannos a detalle que fue lo qué pasó—dijo la reportera.

—Nosotros íbamos a un bar que esta cerca a la calle en la que nos raptaron. Nos subieron a una camioneta unos sujetos vestidos de negro. De pronto, cuatro tipos interceptaron la camioneta y nos salvaron—dijo uno de los chicos muy emocionado.

—¿Podría describir a estos cuatro jóvenes?

—Eran dos chicas y dos chicos. Las chicas llevan trajes rojos y los chicos trajes negros.

—¿Qué más puede decirnos de ellos?

—Los cuatro traían los símbolos de los naipes. Creo que es una manera de ocultar sus identidades.

—¿Qué más pasó?

—Los cuatro tipos acabaron con los sujetos que nos habían secuestrado. Cuando los derrotaron a todos, el que tenía el símbolo de la espada y la que tenía el símbolo del corazón, vinieron a ayudarnos a bajar del auto.

—¡La chica del corazón! ¡Te amo y juro que te encontraré! —gritó otro chico con tono enamorado. Este gesto sorprendió muchísimo a Liv e incluso la avergonzó un poco.

—Estos chicos, ¿dijeron sus nombres? —preguntó la reportera.

—Llegamos a oír que se hicieron llamar "The Poker's" —dijo el muchacho que le declaró su amor a Liv.

—Muchas gracias por la información otorgada. Eso todo por ahora, regresamos al estudio.

—¿Qué demonios? —preguntó Derek.

—¡Es genial, salimos en la televisión! —gritó emocionado Price.

—No sé si eso sea bueno—dijo preocupada Liv.

—¿Por qué? —preguntó Arlet.

—No lo sé, solo me da mala espina.

—Creo que eso nos ayudará bastante—dijo Derek. —Si los tipos que derrotamos ese día no han ido con Vatra, esto llamara su atención.

—Lo va a hacer actuar rápido.

—Y si los tipos ya lo hicieron, esto lo pondrá las cuerdas—dijo Price.

—Exacto—respondió Derek.

—Quería algo de libertad de todo esto—dijo Liv.

—Lo siento, pero creo que no vamos a tener días libres desde ahora—respondió Arlet.

—Mientras haga esto, yo no tengo problemas—dijo Price.

—Nos reuniremos mañana en la base para preparar el siguiente ataque. Tenemos que hacer que la rata salga del hoyo.

Los chicos desconectaron la llamada y volvieron a su rutina.

Vatra por su parte, estaba meditando. Tenía los ojos cerrados para tratar de concentrarse mejor. Trataba de canalizar su "Tetra" para no perder el control otra vez. Empezó a tener recuerdos de la vez en la que peleó con Liv y Kai hace años. Recordó su pelea con Liv y "Nostok" también. Las derrotas que estuvo sufriendo los últimos días, empezaban a torturarlo mentalmente. La tierra empezó a temblar alrededor de él y su aura de fuego empezaba a mostrarse. Seguía teniendo recuerdos pasados y su "Tetra" cada vez se descontrolaba más. La tierra temblaba cada vez más fuerte y su aura se iba haciendo más grande. Después de tanto descontrol, Vatra abrió los ojos y estos desprendían un intenso fuego. Vatra se levantó y salió caminando tranquilamente, pero su aura y el fuego de sus ojos, aún seguían haciéndose presentes

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