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Epílogo


"Tú eres todo lo que veo en mis sueños, no te diría eso si no fuera verdad."

—Treasure (Bruno Mars)

Vivir como una pareja era difícil, no porque no lo hubiesen hecho antes, sino porque tuvieron que seguir aprendiendo el uno del otro durante un largo tiempo antes de encontrar un equilibrio. Incluso si se conocían bien, de vez en cuando surgían peleas donde ambos creían que la culpa era del contrario y dónde los dos terminaban por disculparse sin que llegase a importar del todo quien había sido el responsable de aquello que había llevado a una disputa.

La relación de Yoongi y Hoseok no era de película, incluso se podría decir que en gran medida podría definirse todavía como complicada. Sin embargo, era una relación en la que existía gran respeto y admiración por parte de ambos después de haber trabajado duramente en el respeto mutuo. Se querían, debido a eso la desconfianza no era un problema, tampoco los celos o las dudas. Después de un año y ocho meses juntos ambos sabían que el amor estaba lejos de los romances llamativos de las novelas y aunque se seguían deseando con enorme intensidad, no se les desgarraba el alma por pasar un día separados y a menudo cuando alguno de los dos viajaba todo se solucionaba con una llamada larga cargada de cariño.

Yoongi seguía pidiéndole perdón a Jimin cada uno de los días en los que despertaba en su lujosa cama al lado del hombre al que amaba, pero a diferencia del pasado ahora le pedía perdón por no haber sabido apreciar la pureza del amor que este le mostró. Seguía sintiendo la culpabilidad en su corazón por su muerte, ese sentimiento tal vez nunca se iría. Y Hoseok permanecía tranquilo cuando las dudas lo asaltaban, sus caricias lentas o sus palabras sosegadas mantenían al chico de los tatuajes menos preocupado por el pasado y mucho más centrado en disfrutar del presente. La idea de traición no cubría cada parte de su alma cada vez que le decía al magnate lo feliz que se encontraba a su lado, o cuando lo saludaba con "te quieros" sinceros.

Yoongi entendía que Jung Hoseok ya no era su marido, sino un hombre al que amaba y con el que seguiría estando en una relación cerrada mientras su amor siguiese presente. La pasión del romance intenso podría llegar a morir pero no los sentimientos que dedicaban el uno al otro. Hoseok nunca lo lastimaba, era un hombre comprensivo y para nada posesivo. Alguien que mantenía siempre vivos los momentos íntimos que compartían como pareja. Además, el magnate ya no pasaba todo su tiempo encarrado en la oficina porque ahora tenía razones más que suficientes para querer regresar a casa.

Hoseok había cambiado poco a poco y por decisión propia, cuando estaba con Yoongi se permitía ser un chico normal de su edad en lugar del joven con la manía de trabajar constantemente para construir un futuro estable para su hermano pequeño. Ahora, a menudo llevaba a Yoongi a los puestos de comida callejera que a este tanto le gustaban y allí bebían y reían en voz alta incluso si la prensa los perseguía o las miradas juzgadoras se encontraban constantemente sobre ellos. Mientras los periodistas se inventaban que un delincuente había perjudicado su buena fama, él sabía que Min Yoongi sólo era un chico malo en apariencia, uno que cada vez se derretía más y más ante los actos de cariño. Los días más duros de Yoongi eran aquellos en los que los paparazzis lo perseguían realizando preguntas afiladas, buscando en el pasado de este para lograr titulares jugosos y llamativos.

—Hoseok — la voz de Yoongi se coló en su oficina y el magnate dejó el papeleo a un lado para mirarlo—. Necesito ayuda con la elección de asignaturas, esto está siendo más difícil de lo que pensaba.

Yoongi había decidido que la forma más fácil de permanecer cerca de su hermano sin entrometerse en la vida del mismo era estudiando en la misma universidad que Jungkook. Había sido una decisión complicada pero finalmente los ánimos de Hoseok y la necesidad de ver más veces a su hermano fueron los que lo llevaron a enfrentarse a la posibilidad de tener que regresar a un aula y enfrentar las críticas de malos compañeros de clase.

—¿Finalmente te has decidido por la comunicación audiovisual? — Yoongi asintió moviendo la silla para sentarse al lado de Hoseok.

—Sí, pero quiero combinarla con publicidad. No sé cómo hacer que los horarios sean correctos, hay demasiadas opciones.

Hoseok sonrió y miró las matrículas que su chico sostenía con nerviosismo entre las manos, así como listas de asignaturas que le enseñaba. Estaba feliz sabiendo que Yoongi se había decidido a estudiar con el dinero que había sacado del contrato de matrimonio, incluso si sólo lo hacía para estar más cerca de su hermano pequeño. ESo le daría un futuro, uno estable e independiente.

—¿Quieres salir a comer después de esto? Iré a recoger a Taehyung y a Baek a la universidad de Gangnam cuando acabe de trabajar.

Taehyung había decidido estudiar en el instituto de artes de Corea, una universidad repleta de nombres célebres entre sus alumnos. Su objetivo era seguir dedicándose a la hípica y cursar mientras tanto alguna materia que le gustase, teatro y canto habían sido las especialidades escogidas por este.

En cuanto a Jungkook, este estaba estudiando psicología como siempre había deseado. Eran pocas las veces en las que lo habían visto durante los últimos ocho meses y aunque seguía sobreviviendo sólo, Yoongi jamás dejaba de preocuparse. Su hermano pequeño difícilmente le daba explicaciones acerca del lugar del que sacaba el dinero para sobrevivir solo, sin embargo Yoongi tenía la tranquilidad de saber que su hermano pequeño jamás conseguiría una sola moneda de forma sucia.

—¿A dónde iremos a comer? —preguntó, observando las indicaciones que Hoseok hacía sobre los horarios de su matrícula.

—No tengo un lugar específico en mente, iremos al sitio que Tae y tú queráis.

Yoongi sonrió y asintió. No podría mentir nunca al respecto. La rutina que se había formado entre ellos estaba rodeada de un ambiente bastante más familiar que ese que habían llegado a sentir mientras estaban casados y ligados a un contrato. A menudo dejaban el orden excesivo y pedían pizzas para cenar sobre la alfombra del salón viendo alguna comedia televisiva. Los tres compartían constantemente largas charlas sobre casi cualquier tema y cuando llegaba la noche, Taehyung sabía que era el momento de encerrarse en su habitación para fingir que no sabía lo que pasaba en el cuarto de su hermano mayor.

Ni a Yoongi ni a Hoseok les importaba estar ocupados, esos momentos le daban el espacio suficiente para apreciar las cenas, las noches o los fines de semana juntos. Por supuesto, seguían asistiendo a los eventos sociales, todavía visitaban museos o asistían a obras teatrales, también acudían sin falta a todos y cada uno de los concursos de doma clásica a los que Taehyung asistía. Eran felices, dejando a un lado el amor pasional complicado y viviendo con un amor simple repleto de cariño. Aunque la ausencia de Jungkook dolía, el chico de los tatuajes estaba aprendiendo a vivir con ese sentimiento continuamente sobre su garganta.

—Estos son los horarios que puedes escoger. —Hoseok había apuntado las combinaciones posibles en una hoja de papel y ahora envolvía con su brazo los hombros de su novio mientras dejaba besos cariñosos en su mejilla.

—Los revisaré en casa. Vayamos a por Tae, me muero de hambre.

—Recogeré todo en mi despacho así que dame cinco minutos —el magnate puso las llaves de su coche sobre la palma de Yoongi—. Nos vemos en la entrada. Creo que es una buena ocasión para que practiques tu conducción, ahora tienes el carnet pero de alguna forma siempre soy yo el que conduce.

Yoongi asintió con esa preciosa sonrisa que lo hacía parecer un niño pequeño, una sonrisa natural que dejaba al magnate continuamente fuera de juego.

—Me gusta verte conducir, eso es todo.

—Aún así necesitas practicar de vez en cuando, estaré a tu lado todo el tiempo. Quizás a mí también me gusta verte conducir.

Poniéndose levemente de puntillas, Yoongi acercó sus labios a los del magnate.

—Quizás daddy pueda ayudarme esta noche con mis estudios.

Hoseok se relamió los labios. Yoongi era una persona más abierta en relación a lo que la homosexualidad y cualquier elección de las personas en el amor o sus vidas personales significaba. A menudo lo sorprendía vistiendo prendas sin género concreto o viendo documentales acerca de los problemas que los miembros del colectivo LGTBIQ+ experimentaban en su país. El magnate disfrutaba de esa nueva faceta, además ahora finalmente sabía que al chico de los tatuajes le gustaba sentir que era él quien se encargaba de cubrir todo su cuerpo de temblores placenteros, besos y caricias. En el presente los dos eran plenamente sinceros acerca de cada sentimiento que experimentaban hacia el otro.

—Daddy te ayudará sin duda.

Yoongi dejó el despacho de Hoseok tras besarlo con gran mimo y con su ya habitual sonrisa caminó hacia su propio despacho para obtener su mochila. Namjoon estaba esperándolo con varios documentos en la mano y una expresión amigable.

—Vienes de ver a Hoseok. ¿Cierto? - preguntó el notario con una resplandeciente mirada picara.

—¿Tanto se nota?

—Ni siquiera necesitas que responda realmente —Nam lo siguió hacia el interior del despacho—. Jin ha redactado esto. Es un nuevo acuerdo de matrimonio para vosotros, uno normal y corriente. Está empeñado en que os volveréis a casar, así que me ha pedido que os entregue la copia para que reviséis si todo está bien.

Yoongi alzó una ceja confundido y tomó el documento de varias hojas donde se especificaban los puntos generales de un matrimonio de forma tradicional y casi rutinaria. Incluso si en Corea la unión homosexual no era legal, sabía que en otras partes del mundo les serviría y el principal problema de eso era que el modelo de ejemplo redactado por Seokjin había sido narrado en inglés.

—¿Puedes traducirlo?

Namjoon negó.

—Lo haría pero Seokjin me ha amenazado con eso, quiere que sea el propio Hoseok el que te explique los puntos del contrato. Contrato... Ya no es la palabra adecuada para esto. De todos modos, lo adecuado es que lo leais juntos.

Como habían planeado, los dos chicos comieron con Taehyung y el amigo de este. Yoongi se sentía levemente nervioso ante la idea de pedirle a Hoseok que le explicase lo que ponía en los documentos de matrimonio y durante la totalidad de la comida su mente pareció estar en otro sitio. Tenía miedo a que su novio malinterpretase sus intenciones, porque aunque sabía que quería volver a llevar el anillo en su mano, llamar al magnate esposo y compartir su apellido... También sabía que eran planes de futuro suficientemente lejanos, aún era demasiado temprano para casarse otra vez.

Sin embargo, tras darse una larga ducha al llegar a casa, se sentó en la cama y frenó a Hoseok cuando este comenzaba a besar su cuello.

—Necesito que me traduzcas algo. Jin se ha empeñado en crear nuevos documentos de matrimonio, es algo que tal vez hagamos en el futuro si todo va bien entre nosotros pero los ha redactado en inglés y no comprendo todas las palabras. Nam ha mencionado que es importante que seas tú quién los traduzca para mí, si tenemos dudas Jin nos lo explicará con calma.

—Debido a que en Corea el matrimonio entre personas del mismo sexo no es legal. ¿Por eso lo ha redactado en inglés? —Yoongi asintió—. Dejame leerlo, lo traduciré para tí.

Yoongi volvió a asentir mientras acomodaba su cabeza sobre las piernas del magnate, era una postura frecuente en él. A menudo se quedaba dormido así mientras Hoseok le acariciaba el cabello. Su adicción a la atención y las caricias nunca había acabado.

—Mmm... Es un documento bastante frecuente por lo que puedo ver. Sólo especifica que vamos a casarnos, las partes formantes de nuestra familia y no hay separación de bienes, lo que podríamos modificar si tú así lo quisieras —Hoseok sonrió—. Si lo mantenemos de esta forma y me dejas, te llevarás la mitad de mi fortuna. Y ese será el menor problema para mí si nos separamos, no podría importarme menos el dinero.

—Deberías cambiarlo —Yoongi no estaba de acuerdo con esa medida, pues sabía cuán duro el magnate trabajaba a diario para mantener el legado de sus padres—. No estoy aquí por tu dinero, ya no.

—No te preocupes, no es algo que me moleste. No te dejaré ir si me vuelvo a casar contigo. Pase lo que pase intentaré esforzarme por solucionar nuestros problemas antes de que sea tarde para hacerlo. ¿Está bien eso para tí? No te vas a escapar con facilidad.

Yoongi sonrió, sabía que Jung estaba bromeando pero le gustaba escuchar eso. Saber que lo quería, que con sus defectos él seguía siendo la persona que Hoseok elegía a diario, lo completaba. Lo hacía malditamente feliz.

—Yoongi.

—¿Mmm?

El chico de los tatuajes estaba ya levemente adormilado debido a las caricias del magnate sobre su cabello.

—Si nos casamos de nuevo... ¿Estarías dispuesto a adoptar a un niño?

Yoongi tardó en responder varios segundos. La única duda que tenía sobre aquello era su capacidad para cuidar de una persona que lo necesitaría plenamente en todos los aspectos de la vida, sabía que Hoseok sería un buen padre pero dudaba de sí mismo.

—Si es contigo podremos hacerlo bien con un bebe, supongo. Aún es pronto para eso y me siento adormilado. Hablemos sobre eso en otra ocasión, ¿de acuerdo?

El magnate asintió con la cabeza, observando el rostro bonito y lleno de sueño de su pareja. Tras besar la frente de este, lo arropó en la cama y se estiró a su lado.

—Hasta mañana, bebé.

—Hasta mañana, Hobi.



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Hiiii!!!

Con este Epílogo finaliza la historia de The Player pero no el final de la saga Lost Boys, podréis seguir leyendo sobre este Yoonseok en el libro nº 2 , que tendrá como protagonista a Taekook. Su nombre es THE DANCER y ya está completo en mi perfil.

Si queréis más Yoonseok también podeis leer Alpha Pleasure, un omegaverse que está disponible para cada lector que desee leerlo.

Y ahora toca daros las gracias por todo el apoyo y amor que me habéis dado. Estoy segura de que ni siquiera os imaginais lo feliz que cada uno de vuestros comentarios me hacen. Mil millones de veces gracias.

Un beso,

os amo

Mel

💜

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