Capítulo 66
" A pesar de que hay tantos agujeros en mi corazón, la razón por la que pude soportarlo eres tú."
—Jenga
(Heize ft Gaeko)
Convencer a Jungkook de que era una buena idea salir a dar un paseo y quizás asistir a la función del circo del Sol había sido realmente difícil. Quizás precisamente por eso la cara del chico era la misma que la de alguien que se encuentra especialmente enfadado con el mundo.
Estaba sentado al lado de Taehyung en ese precioso teatro pero en lugar de observar el bonito entorno lleno de luz, se limitaba a esconderse bajo su cubre bocas y a maldecir de vez en cuando. Su actitud comenzaba a disminuir el buen humor con el que el menor de los hermanos Jung se había preparado para la ocasión. Incluso si Jungkook no estaba a gusto, al menos como muestra de respeto, podría evitar las malas palabras o los bufidos en alto.
Taehyung era completamente consciente de que el chico hubiera preferido pasar la tarde de un modo diferente y de que lo habría hecho felizmente si alguno de esos nuevos amigos suyos lo hubiese llamado para juntarse en algún bar o jugar un partido de baloncesto, pero aquello no ocurrió y definitivamente el jinete no había hecho nada más que ofrecerle la posibilidad de acompañarlo tras percibir el modo en el que el menor de los Min continuaba revisando las inexistentes notificaciones de su teléfono móvil. No lo había obligado a decir que sí en ningún momento. Si Jungkook tomó la decisión de acompañarlo fue únicamente porque la idea de quedarse solo en la mansión durante una tarde de sábado era quizás un poco desoladora. Así que incluso si podía comprender que Kook realmente estaba aburrido, Taehyung comenzaba a sentir cierta irritación hacia la mala actitud de este.
-Esto es un asco, todos estos snobs parecen tener un palo metido en el culo. Se supone que las personas vienen aquí a entretenerse pero están sentados con la espalda tan recta... Y ciertamente nos miran, o me miran, como si fueran miembros de la realiza. Estoy seguro de que creen que me he equivocado de sitio.
Las personas a su alrededor comenzaban a mirarlos con cierto grado de impaciencia y eso era algo que molestaba al jinete pero en esa ocasión no podía estar completamente del lado de Jungkook. La familia Jung era conocida en la alta sociedad coreana debido a lo bien que la empresa familiar parecía funcionar incluso con el reciente estallido de competencia tanto nacional como internacional. Primero gracias a su abuelo, después gracias a su padre y ahora en consecuencia del buen trabajo de Hoseok, Hope 's Enterprise se renovaba constantemente en un terreno sumamente complicado. Así que, aunque Jung Taehyung detestaba los eventos sociales, ver como lo juzgaban con esas miradas llenas de reprobación a la vez que trataba de lidiar con el insoportable humor del menor de los Min... Bueno, podría decirse que todo ese lío estaba exterminando sus ganas de ver el espectáculo. Empezaba a desear que la función terminase para poder liberarse de esa personalidad negativa que parecía fluir a cada instante con mayor intensidad del hermano de Yoongi.
—Cállate y presta atención por cinco minutos seguidos, es probable que eso ayude con tu sensación de aburrimiento. - dijo, con el tono de voz lo suficientemente serio como para captar la atención de Jungkook con facilidad. - Puedes irte si quieres. Adelante. Levanta tu culo y sal por la puerta. No voy a correr para impedirlo, eres dueño de tu propia vida.
—Taehyung... - Jungkook frunció el ceño. No había pretendido molestarlo a él, simplemente esas miradas que les dedicaba la gente a su alrededor... No estaba acostumbrado a todo ese escrutinio constante.
—Solo lárgate, no voy a dejar que me amargues esto. Si tanto te gusta la soledad vuelve a la mansión y diviértete por tí mismo. Hay muchas personas aquí que conocen a mi hermano y nuestra empresa, esto no es solo acerca de mí. Sé cuanto lo odias porque yo también lo hago pero hoy también se trata de mantener limpio el apellido de mi familia. - Taehyung se giró hacia Jungkook, su voz siendo un susurro mientras acercaba la boca al oído de este. - Me da igual que me juzguen por cosas como mi personalidad o la orientación sexual que tengo pero cuando me juzgan debido a que un idiota está maldiciendo continuamente en voz alta no me queda más remedio que pedir disculpas y bajar la cabeza. No haré eso, no me gusta esta gente en lo absoluto, así que si vas a comportarte como un niño de diez años obligándome a disculparme debido a tu mal comportamiento... Entonces es mejor que te vayas.
Jungkook observó a Taehyung con cierta curiosidad asomando a sus pupilas. Cuando se trataba de este casi nunca sabía cómo reaccionar. El jinete era realmente frágil cuando la enfermedad ocupaba su mente pero en los momentos en los que se encontraba del todo bien resultaba tan natural como cualquier otro muchacho de su edad. De hecho no, el jinete era más responsable, amable y educado, solo esos detalles podrían llevarlo a defender a toda esa gente que los había estado mirando desde el instante en el que entraron por la puerta del teatro uno al lado del otro. Podría sonar extraño para aquellos que no lo conocían lo suficiente, pero para Jungkook ya no, no después de un año a su lado al menos. Y ver esa lucha que el jinete llevaba impregnada en cada poro de la piel parecía mucho más evidente cuando tenía algo con lo que compararlo. Incluso si no lo admitía en voz alta, admiraba a Taehyung. Mucho.
De vez en cuando la necesidad de este por apoyarse en alguien, desaparecía dejando paso al chico de mentalidad abierta y correcta. Kim Taehyung seguía divirtiéndose y siendo extravagante cuando su enfermedad le daba un respiro y su personalidad permanecía con la única e importante diferencia de que se convertía en una persona segura de sí misma que podría hacer que cualquier ser humano alzase la mirada hacia él con gran admiración. Si se trataba de mantener el nombre de su familia limpio, entonces la seriedad siempre llegaba hasta sus perfectas facciones haciéndolo parecer más adulto de lo que realmente era. Y Jungkook también admiraba aquello, lo hacía con intensidad a pesar de que no quisiera dejarle saber todo eso a él.
—Me comportare. Si realmente crees que estoy haciendo las cosas peores con mis protestas... Voy a cerrar la boca desde este instante.
-Sé lo que esas miradas hacen, por eso te lo estoy pidiendo. - Taehyung todavía susurraba cerca del oído de Jungkook. - Lo mejor que puedes hacer es fingir que no los ves.
Jungkook tendía a sentirse incómodo cuando Taehyung hablaba con seriedad, al igual que con los besos las posiciones parecían cambiar cuando su tono de voz era ronco y serio. A Kook le gustaba mantener el control sobre sí mismo e incluso sobre aquellos que lo rodeaban si era necesario para obtener cierta estabilidad en sus días, por eso procuraba ser el que se encargaba de todo cada vez que Tae lo necesitaba. Pero entonces ocurrían ese tipo de cosas de forma inesperada, era poco frecuente pero aún así sucedía. Taehyung se volvía serio y entonces todo su cuerpo respondía al instante obedeciendo si había hecho algo incorrecto o bajando la cabeza después de entender que frecuentemente decía las cosas con más crudeza de la necesaria. Sabía que después de todo, el menor de los Jung respondía de esa forma cuando necesitaba mantener en orden aquello que lo molestaba.
Tenía un efecto extraño en Jungkook, desde el mismísimo inicio. Podría decir que odiaba que Taehyung usase ese tono ronco y demandante, sin embargo no podría negar que también lo encendía. Quizás se debía a que parecía más masculino cuando su voz risueña desaparecía dejando paso a la grave o puede que estuviera conectado con el detalle de que ver a un Taehyung tan fuerte aceleraba su pulso. Fuese como fuera, no podía dejar de pensar en besarlo en esos instantes.
—Es inevitable que proteste cuando escucho sus cuchicheos...
—Entonces mantén tu boca limpia de malas palabras Jungkook, solo te pido eso. Si te aburres o no te encuentras a gusto puedes irte o salir del teatro. ¿Está bien? - Taehyung rozó con su labio inferior el lóbulo de Jungkook en el proceso de separarse de este. - Si no dices nada malo, serán ellos los que queden como unos idiotas por atreverse a hablar mal de nosotros o nuestra familia.
Jungkook asintió como lo haría un chiquillo hipnotizado, su oreja cosquilleaba ante el sencillo roce accidental de los labios de Taehyung sobre su piel.
—¿Cómo será el espectáculo? No me agradan los circos.
Las luces bajaron en medio de la pregunta de Jungkook, señal de que el espectáculo estaba a punto de comenzar. Atrás quedaban los teloneros y sus aburridos monólogos sin gracia creados para agradar a un público con el nivel monetario bastante superior al que él estaba acostumbrado a pesar de llevar un año de su vida entre los Jung. Ahora, el brillo de las luces había dejado paso a la oscuridad solo rota por los focos que rodeaban el telón burdeos.
—Ten, puedes leer el programa si sientes curiosidad. - Taehyung se había acercado una vez más a Jungkook para que este pudiese escuchar su voz en susurros, probablemente debido a que todos en la sala se encontraban en silencio esperando el inicio del show. - En realidad el Circo del Sol es acerca de arte. No es un circo habitual, mantienen una encantadora política con respecto a sus espectáculos. Algunos de los mejores gimnastas están aquí y lo que a mí personalmente me ha convencido para asistir es que no hay animales. Eso significa que no tendremos que ver a tigres obligados a saltar por el medio de un aro de fuego. Apuesto a que te gustará.
Jungkook hubiese querido contestar, sin embargo la voz en susurros de Taehyung era todavía más ronca ahora que estaba tan cerca y tampoco ayudaba el hecho de que este mantuviese la mano sobre su muslo desde el momento en que se acercó para hablarle al oído por primera vez. Ni siquiera sabía si podría concentrarse en caso de que las cosas siguieran así. Por eso apartó a Taehyung y asintió, agradecía llevar sus gafas y el cubre bocas, de lo contrario estaba seguro de que él hubiese notado las evidentes reacciones de su cuerpo ante el contacto.
Hoseok entrelazó los dedos de su mano con los de la de Yoongi y sonrió al notar como este tiraba levemente de su brazo, haciéndolo caminar con prisa hacia uno de los puestos de comida callejera. El olor a carne se podía notar en el ambiente y algunas personas se encontraban sentadas en las pequeñas mesas alrededor del sitio.
No necesitó preguntar demasiado, tal vez porque conocía la mayoría de platillos favoritos de su pareja.
—¿Brochetas de carne? ¿No quieres algo más contundente? - preguntó con una sonrisa asomando a sus labios.
—Bastará con que compres muchas.
El magnate no pudo evitar que una carcajada reverberara en el interior de su boca, realmente seguía sintiendo esa necesidad de consentir a Yoongi en todo lo que este pidiese. Era algo que había empezado a sucederle poco después de conocerlo y el problema de aquello se basaba en que tal vez ese fuese el único modo que el magnate conocía para conquistar a las personas. Lo único que tenía para ofrecerle a un chico como él. Aunque ahora al menos sabía con cierta certeza que el dinero compraba el amor solo en forma de ilusión, jamás como algo real y certero.
—Solo pide lo que quieras, yo compraré lo que necesites.
Yoongi sonrió y besó la mejilla de Hoseok, no era su estilo ser tan cariñoso pero empezaba a gustarle la sensación de poder tener a alguien a su lado a quien abrazarse o con quien hablar de cualquier cosa. Ese alguien sin duda era Hoseok, el magnate tenía una mente abierta completamente perfecta para comprender sus inquietudes.
El chico de los tatuajes aún recordaba esas charlas que meses atrás tubo compartió con este acerca de la homosexualidad y lo que la práctica de la misma podría implicar. Quizás aún seguía siendo algo inepto en el tema pero su pareja había ayudado en gran medida a que esos comportamientos homófobos desaparecieran de su mente y vida. Por fin sabía y lograba reconocer que le gustaba Hoseok y también todo lo que completaba a esa bella persona con la que se había casado por contrato. Además, ya no estaba ciego. No, ahora sabía que le gustaba el físico de otros chicos, podía notarlo porque no sólo miraba la ropa que llevaban las estrellas televisivas... Su cara de repente también le importaba, incluso comenzaba a admirar la belleza de rostros que en el pasado se habría obligado a ignorar.
—Compra soju y cerveza también, vas a cenar por fin como una persona normal. Sin vino caro o ese agrio Monet Black que tanto te agrada.
—Eres al que más le gustan esas cosas, deja de hablar de mí como si fuese un hombre que solo puede vivir con objetos exclusivos.
Ambos sonrieron.
—Pero yo conozco los dos extremos y hasta el medio. - Yoongi estaba hablando con el tipo de sinceridad y experiencia que Jung Hoseok había comenzado a amar. - Viví en una familia media, luego en la pobreza y gracias a ti estoy viviendo en la riqueza. Tú solo has conocido la última y es hora de que tu marido te enseñe otro resquicio de lo demás.
—Sí, pero eso no me ha impedido beber soju alguna que otra vez incluso si no lo había hecho en un puesto callejero. - respondió el magnate antes de girarse hacia el hombre que estaba atendiendo el lugar.
—Pide las que más carne tengan. - Yoongi parecía un niño pequeño observando todas las clases de brochetas que había y atendiendo a lo que pedía o hacía el magnate. Sus pies incluso golpeaban con impaciencia el suelo.
Cuando al fin obtuvieron la comida los dos se sentaron en una de las mesas cercanas al puesto de brochetas. Sin duda destacaban entre todas las personas debido a su forma de vestir, pero eso parecía no importarles lo más minimo. Yoongi estaba centrado en la forma en que la camisa de Hoseok se pegaba a su cuerpo levemente, tal vez en consecuencia de la calidez del ambiente que los hacía sudar.
— ¿Qué es lo que miras con tanta atención? - el magnate sonrió levantando la mirada hacia el chico.
— A mi marido.
A Yoongi le gustaba la forma en la que este se había quitado la chaqueta y subido las mangas para evitar el sofoco, mostrando la piel levemente tostada de sus brazos. También le gustaba como el rostro de este se enrojecía fácilmente con el alcohol o lo bien que le quedaban las dos cadenas de oro, que se precipitaban sobre sus clavículas y pecho. Podía ver con claridad todo lo que atraía su atención, debido a la manía del magnate por mantener varios botones abiertos de su camisa. Y el cabello negro peinado de forma que su frente quedase libre simplemente remataba ese estilo rutinario y perfecto.
—¿Y te gusta lo que ves?
—Mucho.
Yoongi realmente sentía que estaba comenzando a obsesionarse con el magnate, en las últimas horas había atendido cada detalle de su forma de ser. Existía mucho que le gustaba en su físico y mucho que le gustaba en su personalidad. Simplemente lo había conquistado en algún momento haciéndolo perder en ese juego de manera completamente inevitable. Había sido seriamente derrotado.
—Game over. - susurró, aprovechando que el magnate estaba entretenido observando el ambiente a su alrededor. - Hoseok. - lo llamó - Me gustaría que me consiguieras una cámara.
El magnate lo observó con curiosidad pero asintió.
—Estoy seguro de que conseguiré la mejor para ti. ¿Estás interesado en la fotografía?
—No pero me gustaría fotografiarte.
Sin poder evitarlo, el magnate tragó saliva. Estaba seguro de que Yoongi no sabía lo mucho que esos comentarios le afectaban. Además, de repente parecía hacer mucho calor.
—¿Algún motivo en concreto para esa declaración? Podría ilusionarme con facilidad y ninguno de nosotros dos quiere que eso suceda.
—Me gustas, la gente suele fotografiar eso que le gusta. ¿No es así? - Yoongi se encogió de hombros y bebió, quitándole importancia a sus palabras a pesar de que también para él significaban mucho. Estaba abriendo su corazón y arriesgándose a ser aplastado por el dolor del desamor. - Debería fotografiar también lo que me gusta. Es sencillo pero también muy complicado. Solo digo que... Tú eres quién me gusta.
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