Capítulo 64
"No puedes dejarme ir en el laberinto del amor."
—Love Maze (BTS)
Cuando las cosas se fuerzan por norma general no salen del todo bien, o eso pensaba Hoseok, y quizás por ese motivo no sabía ni dónde poner sus manos mientras se colocaba sobre el cuerpo desnudo de Yoongi con las lágrimas amenazando con resbalar desde sus ojos acristalados.
Hizo aquello que sentía que quería hacer, tenso pero cómodo a la vez, sabiendo que aquella probablemente sería la última vez en la que podría estar con su pareja de esa manera. Sus labios se posaron sobre la piel del cuello del Yoongi y sin prisa, recreándose en cada condenado segundo de la cuenta atrás para que ambos tuvieran que decirse adiós el uno al otro, trazó una línea de besos cariñosos desde la barbilla de este hasta sus clavículas.
Yoongi parecía más tranquilo que él, manteniendo los ojos cerrados de vez en cuando apretaba su agarre sobre la espalda del magnate invitándolo a acercarse más. Ese roce de piel con piel que desde el primer día le había llamado la atención ahora le resultaba adictivo, realmente disfrutaba sintiendo el torso levemente musculoso de Hoseok posándose sobre el suyo. El acercamiento era familiar y se sentía tan correcto que las mariposas parecían revolotear por todo su estómago cada vez que los dos se abrazaban y sumían en el juego de caricias.
—Acércate más. - susurró Yoongi, envolviendo el cuello del magnate con sus brazos. En su interior el miedo a la separación seguía vivo pero todavía no era capaz de confesarlo en voz alta. Sabía que era un proceso inevitable, pasase lo que pasase, su futuro debía comenzar por deshacerse del contrato que hasta el momento había definido su relación y había sido sacado como un arma en cada una de sus discusiones. - Más. Más cerca de mí. Hasta que no haya ningún espacio entre nosotros.
Prefería romper la relación por contrato en lugar de seguir con eso que los dos iniciaron pensando en algo que no tenía nada que ver con el amor que ahora sentían, era lo mejor que se le ocurría para evitar rencores y dolor. Su prevención quizás resultase del todo absurda para algunas personas, pero tenía sentido para Yoongi porque él mejor que nadie sabía quienes eran los dos en la intimidad. La gente con frecuencia protege lo que quiere y él estaba acostumbrado a cuidar a las personas sin permitir que estas lo supieran la mayoría del tiempo.
De la misma manera en la que lo había hecho con Jungkook, se encargaría de mantener al magnate feliz de la mejor forma que sabía. Sería difícil mantener el futuro en mente cuando ni siquiera en el presente podían comunicarse con claridad. Y aún así algo en su interior le gritaba que si Jung Hoseok le pedía que se quedase, sin duda no encontraría ninguna palabra para negarse a ello. No podría. No sabía de dónde sacar la fuerza para hacer algo así.
Hoseok atacó los labios de Yoongi con un beso profundo mientras pegaba todavía más su cuerpo al del muchacho de la manera en la que este lo había pedido, de la manera que él mismo ansiaba. Ya no había espacio alguno entre ellos y una sola estocada bastó para hacer suspirar a Yoongi sobre sus labios. El magnate era tortuosamente lento, porque estaba centrado en crear un momento perfecto e inolvidable, uno que los dos pudieran recordar con cariño cuando pensasen en su despedida.
Yoongi no protestó ni por un solo instante, esa noche quería que su marido le hiciera el amor. Se sentía nervioso ante el hecho de no saber bien cómo comportarse en una situación así, sin embargo sus movimientos parecían fluir como actos reflejos. De forma natural, por completo.
—¿Duele? - los labios de Hoseok estaban todavía pegados a los de Yoongi mientras realizaba la pregunta.
—Estoy bien. - la voz de Yoongi había salido de su boca de forma entrecortada y con un tono ronco que sin duda afirmaba lo muy excitado que se encontraba en ese instante. Hoseok no pudo evitar sonreír, se conocían bien. Lo suficiente como para saber lo que un simple tono de voz implicaba. - Tan solo sigue adelante, Hobi.
Hoseok asintió, comenzando a mover sus caderas levemente más fuerte mientras posaba su frente sobre la del muchacho de los tatuajes. En algún momento durante el transcurso de esos meses se había dado cuenta de lo mucho que disfrutaba observando a Yoongi suspirar a gusto y moverse buscando más placer bajo su cuerpo. Se trataba de un placer que de alguna extraña manera estaba por completo en sus manos, que dependía de su comportamiento y forma de jugar con la persona que era su pareja.
Yoongi se excitaba con las cosas más sencillas, bastaban las caricias en su torso o un par de besos en el cuello para hacerlo rogar por más. Pero eso era sólo en el sexo, ahora Hoseok quería hacerle el amor y la única diferencia que él lograba encontrar era ese difícil ritmo lento que los obligaba a alargar el placer hasta llegar al climax. Si bien estaban más centrados el uno en el otro, no parecían disfrutar tanto como cuando la pasión acelerada los sumía en sudor y gemidos roncos. Y aún así parecían estar obligándose a no apurar las cosas, a tomar la noche con calma como si ese comportamiento pudiera alargar las horas de la madrugada.
No pasaría, por muy lentas que hicieran las cosas. Eso no iba a ocurrir.
—Más rápido. - las piernas de Yoongi se apretaron alrededor de la cintura de Hoseok, invitándolo a moverse con más intensidad.
El magnate tomó la oportunidad y volvió a besar a su pareja, en la última hora apenas había podido evitar mantener sus labios lejos de los de Yoongi.
—¿Estás seguro de que quieres que sea más rápido? - Hoseok llevó una mano hacia el cabello de Yoongi para apartar los mechones despeinados que se desperdigaban sobre la frente de este. - No hay prisa, Yoon.
-Ir lento no va a darnos más horas. - susurró. - Así que hagamos esto de la manera que más nos gusta a ambos. ¿De acuerdo?
Hoseok no necesitó responder en voz alta, en lugar de eso sus caderas comenzaron a tomar un ritmo más ágil y acelerado. Esta vez, cuando el placer golpeó su interior, los dos gimieron estremeciéndose ante las intensas sensaciones que le recorrieron por completo los cuerpos.
-Lo que seas que pidas, así lo haré.
Las manos de Yoongi recorrieron la espalda de Hoseok y subieron hasta el cabello de este, las yemas de sus dedos acariciaron y envolvieron cada mechón, logrando hacer gemir al magnate sobre su piel. Hoseok había comenzado maltratar con mordiscos y lamidas uno de sus pezones y si bien algunos chicos no sentían estimulación alguna ante ese tipo de actos, para Yoongi la sensación de percibir la lengua del magnate sobre su piel de aquella forma era comparable a la más placentera caricia. Resultaba sencillamente increíble lo muy sensible que sentía esa zona, tanto que podría llegar al clímax solo con la lengua y dientes de su marido jugueteando de aquella manera retadora e íntima.
—Mirate. - Hoseok sonrió mientras llevaba la mano hasta el pezón de Yoongi y tiraba de este con delicadeza. - Ahora mismo pareces realmente inofensivo. Tan desesperado porque te toque incluso cuando fuera de la cama sueles ser el que siempre domina las situaciones.
Yoongi asintió con una sonrisa cálida resbalando desde sus labios. Meses atrás se hubiese enfadado por tales palabras, pero actualmente la voz de Hoseok haciéndole notar cuán necesitado y a gusto estaba, simplemente lo calentaba más de lo que un día creyó que sería posible.
—Lo sé. Así que por favor, no pares. Sigue con lo que estabas haciendo Hobi, hasta que los dos sintamos demasiado sueño como para permanecer despiertos.
—Tan demandante incluso así. - Hoseok se relamió los labios y de nuevo movió con fuerza sus caderas.
-Ya me conoces.
-Creo que realmente lo hago.
Cuando Hoseok y Yoongi se dejaban ir, permitiendo que el placer los consumiese de una forma tan sumamente exquisita, a menudo las palabras salían por error de sus bocas. Se volvían sinceros ante la debilidad que les provocaba encontrarse sumidos el uno en el otro.
—Te quiero. - la voz de Yoongi era baja y temblorosa en ese instante y al magnate le costó comprender lo que estaba diciendo. - Te quiero Hoseok, de verdad lo hago. - repitió.
El magnate frenó las estocadas un par de segundos antes de volverlas incluso más fuertes. Sus labios cubrieron los de Yoongi nuevamente y su mano comenzó a masturbar al muchacho sin piedad. Yoongi era de nuevo una bola de gemidos entre sus brazos, el calor ya recorría hasta la más mínima zona de su piel.
Solo un par de minutos después el chico de los tatuajes dejó escapar entre sus labios un pequeño grito de placer que indicaba su llegada al clímax y el magnate se permitió caer cansado sobre el cuerpo del chico.
—Yo también te quiero, Yoongi. Todavía no sabes cuánto.
Pasaron minutos hasta que ambos reaccionaron, apartándose y estirándose sobre la cama. Aunque los dos recordaban la confesión de amor, ninguno pretendía decir nada al respecto sabiendo lo que los esperaba unas horas más tarde. Eran demasiado cabezotas incluso cuando se trataba de salvar esa relación que existía entre ambos, en la que había nacido y crecido un amor real que hasta ese instante jamás habían demostrado tan abiertamente como en su último día juntos. La despedida sin duda estaba siendo agridulce en muchos aspectos.
Quizás por eso, en un impulso repentino, Yoongi rodeo la cintura de Hoseok en un abrazo y posó la cabeza sobre el pecho de este.
—Creo que deberías ampliar unas semanas el contrato. - susurró, asustado por el golpe de sentimientos que le hacía sentir dolor en el pecho, ante la ansiedad que le causaba pensar en la respuesta de Hoseok a su suplica. - Quiero.. Bueno, tú querías saber que se sentía teniendo una pareja o un novio y ahora yo también lo quiero. No hemos tenido citas, creo que quiero intentar eso, estás en todo tu derecho de negarte pero no quiero que nos sumamos en lo malo y de esto nos quede solo un recuerdo amargo. Si nos queremos.. Al menos tendríamos que disfrutar de lo que tenemos un poco antes de terminarlo.
Hoseok dejó escapar una sonrisa involuntaria y apretó a Yoongi contra su pecho, encantado por las frases que había dejado escapar el muchacho. Hace unas horas solo veía el final, sin embargo en ese instante sus planes habían comenzado a cambiar. Quizás pudieran tener un poco de esperanza después de todo.
—¿Una cita? ¿Tienes algún lugar en mente? - sabía que Yoongi entendería con esa respuesta tan simple. El contrato sería ampliado y ahora tan solo le quedaba agradecerle a Jin por añadir la cláusula.
—No lo sé, nunca he tenido una cita real. - sonrió Yoongi - En los dramas siempre acaban en el río Han por alguna razón. Así que supongo que es una buena idea ir allí.
Hoseok acarició cariñosamente el cabello de Yoongi.
—¿Esto es a lo que llaman sexo de reconciliación? - dijo el magnate antes de responder acerca de la cita. - Podemos simplemente tener relaciones cada vez que discutamos. Ya sabemos que hacer el amor lentamente no es algo en lo que nos vaya demasiado bien. Siempre acabamos buscando la intensidad.
Yoongi alzó la mirada para observar a Hoseok y sonrió, se sentía realmente bien abrazándolo así y hablando de nuevo con él con total normalidad. Familia. Él se había convertido poco a poco en su familia.
–Supongo que sí, sexo de reconciliación suena como una buena definición para lo que acaba de suceder. Por cierto, Hoseok...
—Mmm. - el magnate bajó la mirada y dejó un suave y cariñoso beso sobre los labios de su pareja.
—Siento haberte dicho todas esas cosas. De veras lo siento. No quiero hacerte daño pero hay temas que simplemente me superan, si se trata de Jimin simplemente no trates de juzgarme.
El magnate asintió, sabía que en ese aspecto había sido culpable al tratar de forzar a Yoongi a reconocer ciertos sentimientos, aún sabiendo que para este tenía gran importancia la promesa que le había hecho a aquel chico.
—Lo siento por eso también, realmente no debí forzarte a hablar de un tema cuando no estabas preparado para ello.
—Está bien, ahora sabemos que cosas no debemos volver a hacer si queremos estar bien los dos juntos. Jimin es una persona que aún no he superado, quizás algún día lo haga pero hasta ese momento tendrás que esperarme o irte sin mi. ¿Lo entiendes? Su recuerdo sigue vivo en mi corazón y es posible que siempre vaya a seguirlo un poco. Eso no significa que mis sentimientos por tí sean menos verdaderos.
El magnate asintió con una sonrisa, al fin estaban hablando de algo que tendrían que haber solucionado juntos hace mucho. Los dos tenían problemas con respecto a reconocer sentimientos y pedir disculpas y tal vez solo con la práctica lograsen solucionarlo. De todas formas, todavía le quedaban unas semanas más para descubrir si podrían seguir juntos o deberían separarse para siempre.
—Entonces... ¿Planearas una cita para mí? - preguntó Yoongi, con la curiosidad marcada en sus brillantes ojos.
El magnate lo miró con una sonrisa y asintió.
—¿Cuenta como cita enseñarte a conducir bien o prefieres que te lleve a algún viaje de dos días en el que podamos reconciliarnos por completo?
—Quiero tener una cita por día durante las semanas que amplíes el contrato. Todos los días. Sin excepciones.
—¿Debería llamar a Jin para que haga un contrato con esa cláusula? - bromeó el magnate.
Sin embargo y para su sorpresa, Yoongi asintió. Quería asegurarse de disfrutar de Hoseok el tiempo que les quedase. Daba igual si eran unos días o unas semanas, sencillamente quería separarse de él dejando buenos momentos y recuerdos en el proceso. Y quizás, si llegasen a comprenderse bien el uno al otro, podrían intentarlo de verdad. Sin contratos de por medio. Ya no estaba jugando o interpretando un papel, hacía mucho que no lo hacía.
—Bien, empezaremos desde mañana. Pensaré a dónde llevarte después del trabajo, una cena es lo único que se me viene a la cabeza por ahora.
—Lo dejo en tus manos Hoseok, más vale que no me decepciones. Debes conquistarme como si realmente acabases de conocerme.
—¿Eso significa que debo esperar hasta la tercera cita para poder besarte? - dijo el magnate con una sonrisa divertida.
Yoongi negó al instante, disfrutaba de los besos del magnate. Eran realmente algo de lo que probablemente nunca se cansaría, le gustaba la forma en que Hoseok lo sostenía y tomaba el control cuando se besaban, siempre lograba encenderlo. Incluso con un simple roce. Y en realidad empezaba a entender que le gustaba tener a alguien que estaba dispuesto a protegerlo incluso cuando no necesitaba ser protegido, una persona en la que poder sostenerse durante los malos momentos y alguien a quien poder sostener de la misma manera. Algo mutuo. Le gustaba el sentimiento de no tener que luchar siempre solo ante el mundo. Quizás eso fue lo que lo hizo volverse completamente adicto a esa relación. Y la forma de ser de Hoseok simplemente completó la ecuación. La incógnita estaba resuelta ahora.
Los dos se querían, nadie podía saber lo que sucedería en un futuro y sin embargo en esos instantes, cuando se besaban y sonreían juntos, no parecía importarles demasiado a ninguno de ellos.
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