Capítulo 51 [Pt. 2]
"Bueno, tengo una piel gruesa y un corazón elástico pero tu espada podría ser demasiado fuerte."
—Elastic Heart
(SIA)
Jungkook observó desde la ventana el pequeño jardín de la parte trasera de la cabaña. Allí Taehyung parecía mucho más sociable, sentado con su amigo charlando y compartiendo sonrisas repletas de calidez. Lo cierto era que eso le aportaba cierta felicidad a Min Jungkook pero también le provocaba soledad, porque ahora Tae parecía haberse olvidado de ese pacto silencioso que los dos habían generado con el paso del tiempo. Un pacto en el que ambos estaban para el otro cuando alguno se sentía decaído.
Mientras su hermano y el magnate estuvieran juntos y Tae siguiera sintiéndose incómodo al tener que compartir espacio con Baek y él a la par... Jungkook simplemente tendría que quedarse solo en aquella habitación de bungalow, con su xbox y algunos juegos que ya conocía de memoria. No lo culpaba del todo por tomar la decisión de mantenerlo alejado, en realidad entendía las razones del hermano menor de Hoseok. El jinete tan solo veía a su mejor amigo algunas semanas al año debido a que este se encontraba estudiando lejos de Corea, en cierta manera era completamente normal que no quisiera a un intruso en esos pocos días que los dos compartían.
-Jungkook. - la voz del magnate llamó inesperadamente su atención.
-¿Sucede algo? - dijo, apartándose de la ventana para sentarse sobre la cama. La noche anterior le había resultado difícil conciliar el sueño por lo que en esos momentos se sentía somnoliento incluso con Hoseok tan cerca. Acostumbrarse a una nueva habitación era complicado. El colchón diferente, la almohada menos mullida o incluso el color de las paredes terminaban por afectar su buena capacidad para dormir rápidamente en cuanto se metía entre las sábanas.
El magnate le sonrió levemente, notando el cansancio del hermano de su pareja mientras avanzaba hacia el interior de la habitación con la intención de sentarse a un lado de este en la cama. A Hoseok no le costaba demasiado saber lo que las personas estaban sintiendo una vez que las conocía bien. Quizás por eso pudo saber sin demasiados problemas que esa mañana Yoongi estaba eufórico, al igual que logró ver que en el otro extremo de la balanza, Jungkook parecía desganado e irascible.
-Vamos a salir al lago, será una buena oportunidad para que descanses tu mente de los exámenes y además disfrutes de la naturaleza. Tae y Baek suelen salir con los kayaks, así que intenta divertirte con ellos hoy al menos. Apuesto a que harás algún amigo. Muchas familias pasan aquí sus fines de semana.
¿Amigos? ¿Cómo esos que había hecho en su nuevo instituto? ¿Esos que solo lo querían porque se pensaban que tenía dinero y cierto atractivo hacia las chicas de su edad? Ellos no sabían nada, ni siquiera lo conocían de verdad.
-No creo poder encajar con el nivel de vida de los adolescentes de este sitio. Dijiste que íbamos a una cabaña pero esto es una casa de madera realmente grande, nuestros conceptos de las cosas son muy distintos - respondió al instante Jungkook. Y no estaba mintiendo, la cabaña de los Jung era más bien una enorme mansión con temática rustica. - ¿No crees?
Hoseok sonrió de nuevo, esta vez levemente nervioso ante las explicaciones del hermano de su pareja. Sabía que a veces sus conceptos de la vida podrían resultar absurdos o incluso injustos para las personas humildes, por eso se estaba esforzando en la tarea de ampliar visión de las cosas. No por nada se decidió a vivir unas semanas con Yoongi en el viejo apartamento de los hermanos Min.
Siempre se había sentido mal por la diferencia entre sus familias. Él ganaba su dinero al igual que su padre lo había hecho anteriormente... Sin embargo sabía, que a diferencia de muchos otros, habría obtenido un buen puesto en la empresa familiar incluso si no hubiese estudiado. Porque su padre y abuelo fueron empresarios importantes en Corea y porque los empresarios que trabajaban a su lado querían su apellido mucho más de lo que deseaban su capacidad para cerrar negocios. De hecho, los accionistas siempre parecían felices con jefes ignorantes que cediesen a sus peticiones.
Hoseok no era así. Él se había esforzado por estudiar y aprender, por conocer el legado que su padre le había dejado. Lo hizo por su hermano, mucho más que por sí mismo.
-Aún así... Ahora formas parte de mi familia. Tienes exactamente el mismo nivel que los demás... - Hoseok suspiró. - El mismo nivel que también tenías antes de que Yoongi se casase conmigo. El nivel de una persona se encuentra en el punto en el que esa misma persona decide ponerlo, algunos lo llaman amor propio y otros egocentrismo. Intenta ser tú mismo y disfrutar de esto, es solo un fin de semana pero te servirá para desconectar un poco. ¿Trato hecho?
Jungkook observó la mano extendida de Hoseok, sin poder evitarlo asintió y la estrechó.
-Supongo que podré hacer eso.
El magnate le dedicó una mirada complacida, lo cierto era que Jungkook le recordaba a sí mismo en muchos aspectos. El adolescente que se esforzaba por abrirse paso a través de un grupo de amigos para ser feliz, ese que se esforzaba por obtener las mejores notas y lograr los mejores resultados en cada uno de los equipos en los que estaba. Todavía le faltaban unos años hasta obtener la suficiente consciencia de que en el mundo cada persona se siente sola a su manera, incluso a pesar de estar rodeada. Mucho más todavía al fingir e intentar ser algo que no es solo por y para otros.
Él lo había hecho también durante un tiempo. Hoseok también se había forzado a ocultar sus gustos o fingir disfrutar algo que en realidad no le generaba felicidad en absoluto. En el pasado había llegado a sonreír sin ganas con el único objetivo de lograr encajar... Basó la amistad en simples conexiones aburridas porque eso era el mundo para todos aquellos que lo rodeaban mientras estaba creciendo. Y ahora entendía que tal vez, probablemente, ni el viejo más sabio podría jurar no haber intentado al menos en una ocasión hacer algo para obtener el beneplácito de alguien.
El único amigo, la única persona que realmente le había demostrado ser válida era Kim Seokjin y este desde luego era el único que mantenía a su lado en la actualidad. Solo uno. Del enorme grupo de amigos que hace años tuvo en el instituto, Jung Hoseok tan solo podía jurar que uno era real.
-Hoseok. - la voz de Yoongi captó la atención de los dos muchachos. El chico de los tatuajes llevaba la ropa de deporte del magnate debido a que no había añadido en la maleta ningún tipo de prenda adecuada para pasar la tarde en un lago. - Necesitamos ayuda abajo, Taehyung y su amigo no saben cómo atar los kayaks a la camioneta.
El magnate sonrió y se levantó, antes de seguir a Yoongi se giró para comprobar que Jungkook había tomado lo que necesitaba de la maleta para disponerse a bajar con ellos.
-¿Preparado para desconectar?
-Tal vez.
Jungkook sonrió, observando al magnate caminar escaleras a bajo mientras se acercaba a su hermano. Su corazón vibró con fuerza en el interior de su pecho.
La escena de Baekhyun y Taehyung tratando de tensar las cuerdas para mantener los kayaks bien sujetos al techo de la camioneta era sencillamente cómica. Ambos eran realmente parecidos e igual de patosos en gran cantidad de aspectos, las cosas más sencillas podían ser convertidas en toda una aventura cuando decidían entrometerse, por lo que a Jungkook no le sorprendió ni un poco encontrar el mismo estilo de reacciones o ideas en los dos.
-Deja que te ayude. - Kook caminó hacia Taehyung, estaba acostumbrado a arreglar todo aquello que Tae no lograba. Casi se había convertido en un hábito para él ser el responsable de ese estilo de cosas. Desde arreglarle el ordenador cuando algo parecía no funcionar, pasando por poner el teléfono mojado de este en arroz para que volviese a funcionar tras soltar toda la humedad tras un día de hípica bajo la lluvia en el que el terminal había sido olvidado en el bolsillo de la chaqueta del menor de los Jung, o por supuesto incluso quitarle chicles del cabello cuando sus compañeros de clase decidían hacerle la vida imposible. Todo aquello en lo que Taehyung era malo, Jungkook era bueno.
Taehyung se apartó levemente al notar la cercanía del cuerpo de Jungkook. Incluso si no quería pensar en ello todavía podía sentir la atracción que le causaba estar al lado de alguien como este. Quizás se debía a que se podía sentir protegido teniéndolo cerca o simplemente estaba confundiendo el deseo sexual no resuelto con el amor platónico. Fuera como fuese, ahora tenía a Baekhyun para alejarse cada vez que sintiese la culpabilidad de quien se aprovecha del dolor de otra persona. Jungkook solo dormía a su lado o lo besaba porque no podía tener a Hoseok, no era bueno aprovechar el desamor del hermano de Yoongi para obtener un poco de ese cariño que ansiaba.
El magnate por su parte estaba ocupado ayudándole a Yoongi a poner en el maletero todo aquello que se había empeñado en llevar. Incluso si era su primera vez en un lago parecía un experto de la planificación de picnic improvisados. Se habían levantado temprano debido a que el chico tenía la ilusión de hacer una barbacoa y finalmente Hoseok se había visto en la necesidad de comprar cada sencilla cosa que atraía la mirada de Yoongi en el supermercado. Incluso si no lo necesitaban o no lo pedía. Podía ver el brillo de ilusión en sus ojos, era todo lo que necesitaba para decidir obtener cada sencillo objeto que le proporcionase a su marido tal grado de felicidad.
-Compramos demasiadas cosas. - el maletero estaba lleno y Yoongi estaba volviendo a hacer ese natural puchero adorable que aparecía en sus labios cada vez que algo salía de forma distinta a como lo había planeado.
-No te preocupes, bebe. - Hoseok le guiñó el ojo y con una enternecida sonrisa besó su puchero. - Podremos hacerle sitio dentro del coche.
Yoongi hubiese reaccionado mal si esas palabras tan cariñosas hubieran sido pronunciadas hace un par de meses, sin embargo en la actualidad por razones superiores a su propio entendimiento, cada vez que el magnate le hablaba así se volvía más y más mimoso. Como un gatito que disfruta de las caricias y la atención de su amo.
Adoraba sentirse atendido. En resumen, simplemente se había acostumbrado a esos gestos de Hoseok que al principio le resultaban tediosos. El que tomase su mano siempre, los besos en el cuello, las caricias, que lo peinase y le secase el cabello antes de irse a la cama. Eran muchas las cosas que los mantenían en un constante estado de dulzura. Como dos enamorados que acaban de descubrir que se gustan.
-Deberíamos haber previsto esto. - Yoongi sonrió avergonzado y entró en el coche, permitiendo que el magnate se encargase de organizarlo todo.
El lago no estaba muy lejos pero Hoseok quería llevarlos a una zona concreta, aquel lugar cerca de la cascada de agua en el que él y su hermano jugaban cuando eran pequeños. Quería ver la mirada de Yoongi al ver el lugar, convencerlo para nadar y comer con su familia en las mesas de madera que rodeaban las extensiones de agua dulce en una zona de hierba verde.
-¿Qué opinas? - en cuanto llegaron su mirada captó la de Yoongi. Era extraño pero se sentía tan emocionado como un niño al llevarlo allí.
Los ojos de Yoongi recorrieron las claras aguas del lago, sus ojos estaban centrados en la limpieza de esa naturaleza. Probablemente poca gente iba a esa zona, de lo contrario habría plásticos y rastros de los descuidos humanos. El aire era sencillamente fresco debido a la gran cantidad de árboles que los rodeaban, dejando que solo algunos rayos de sol los alcanzasen. Todo parecía ser perfecto para el inicio de un cuento de hadas, incluso la pequeña cascada de agua transparente que decoraba con su sonido la perfecta postal ante sus ojos.
-Es lindo. - Le costaba expresar su gran impresión, sin embargo Hoseok podía ver en sus ojos la felicidad. De nuevo, eso era todo lo que necesitaba el magnate para sonreír felizmente.
-¿Qué os parece si empezamos por montar la barbacoa? Podréis nadar cuando tengamos todo preparado.
Hoseok parecía un padre de familia organizando a sus hijos y eso hizo reír levemente a su pareja, la forma de ser de este cambiaba completamente cada vez que se sentía relajado. Sabía eso gracias a las experiencias que los dos habían compartido en varias ocasiones. No había ni pizca del Hoseok serio y amenazante que se mostraba cada vez que hacían negocios en la empresa, tan solo un hombre realmente lindo que sonreía mientras charlaba con su hermano, Taehyung y Baekhyun. Y de alguna manera ese hombre que podía observar ahora, el calmado y risueño, era incluso más sexy que cualquier otro ser humano que Yoongi hubiera conocido anteriormente.
-Bonita sonrisa. - dijo, sentándose sobre uno de los bancos de madera que se encontraban dispersos por el lugar.
El magnate levantó la cabeza y dejó de lado todos los objetos del maletero para caminar hacia Yoongi. Tan pronto como se acercó, este lo tomó de la cintura y lo jalo hacia su cuerpo.
-Te sienta bien este lugar.
-Jugador descarado. - respondió Hoseok, con la voz calmada mientras acariciaba el cabello de Yoongi y le apartaba el flequillo de la cara. - Te gusta verme dudar de tus palabras.
-Hace un tiempo que no juego. Ya lo sabes, te lo he dicho varias veces. - el chico de los tatuajes sonrió, mirando directamente los ojos de su marido. - Realmente este ambiente parece ser el más adecuado para ti.
Los dos se miraron en silencio, ambos sentían el miedo que les provocaba la idea de caer fuertemente el uno por el otro. Ambos sabían lo que les estaba sucediendo pero ninguno lo reconocería, no todavía. Por inseguridad o simple timidez. Ellos se querían y aunque lo demostraban diariamente, sus labios se negaban a decir en voz alta esas palabras tan necesarias.
Así que Hoseok hizo aquello que siempre hacía cuando sentía la necesidad de decirle "te quiero", acercó sus labios a los de Yoongi y lo besó lentamente. Sin importarle que los demás pudieran verlos.
-Luego iremos a nadar, hay un lugar que quiero enseñarte - susurró en su oído.
-¿No hace un poco de frío para eso? - Yoongi jamás diría en voz alta que no sabía nadar bien, su ego lo golpeaba de solo pensar que Hoseok podría reírse de su poco elegante forma de moverse en el agua.
-El clima es lo suficientemente bueno. Es una orden, Yoongi. - Hoseok bromeó, comenzando a apartarse pero sin dejar ir su mano. - Ahora ven a ayudar.
Con un suspiro y la sensación de que algo saldría mal ese día, Yoongi siguió a su marido hasta la camioneta y le ayudó a preparar las ascuas para la comida tras elegir un buen sitio para la barbacoa. Estaba sudando pero ni siquiera eso le provocaba ganas de nadar.
-Ten, bebe un poco. Cuando vayamos a la cascada te relajará, estás sudando demasiado.
Se limitó a asentir ante las palabras de su marido, cada vez faltaba menos para su baño y Jungkook parecía reír internamente cada vez que Hoseok lo mencionaba.
-¿Cuándo vas a decirme qué es lo que te asusta? - incluso el magnate podía ver la expresión descompuesta de Yoongi. - No hay demasiada profundidad.
-No es eso. Vamos, ya. - era mejor si lo hacían ahora, mientras sus hermanos estaban entretenidos con el fuego y no pudiesen burlarse con demasiadas ansias.
Finalmente, la pareja caminó hacia el agua cristalina del lago. El cuerpo de Yoongi era algo que el magnate no podría dejar de mirar ni aunque quisiera. Su chico era bastante delgado en realidad, no era alguien con gran cantidad de músculo y eso ni siquiera importaba. Su cuerpo era bonito debido a la gran cantidad de arte que lo recorría. En realidad, incluso sin tatuajes o con una enorme barriga, habría sido precioso porque era él. Lo que a Hoseok le importaba de Yoongi estaba lejos de cualquier físico. Estaba enamorado de la persona a la que abrazaba todas las noches.
-Acércate más. - Hoseok estiró la mano para que Yoongi se acercase y en cuanto estuvieron el uno ante el otro lo alzó con los brazos. Las piernas del chico rápidamente envolvieron la cintura del magnate, creando un inesperado e íntimo abrazo.
Sus frentes estaban pegadas y no podían evitar mirarse a los ojos. Ni siquiera el agua fría a su alrededor importaba, había una atracción entre ellos que nada ni nadie podría romper. Se gustaban. Anhelaban besarse cuando no lo hacían, querían rozar su piel cada vez que no se tocaban durante varias horas o minutos, e incluso se echaban de menos cada vez que Hoseok viajaba.
-En realidad... - Yoongi estaba a punto de confesarle una de sus debilidades, era extraña la forma en la que la mirada tan cálida de su marido podía calmarlo y hacerlo hablar. - No sé nadar muy bien.
Hoseok sonrió enternecido, una vez más había aparecido el puchero en los labios de Yoongi y casi por instinto volvió a besarlo. Los brazos del chico rodeaban su nuca, acercándolo mientras suspiraba entre el beso. Estaban totalmente pegados el uno al otro, pecho contra pecho mientras sus labios se rozaban con total cuidado.
Yoongi había cambiado, ahora parecía un ser humano sediento de amor y cariño. Un chico al que le gustaba la calidez de los abrazos, la palabra hogar y el concepto de familia. Un jugador que se había convertido en un simple comodín. Estaba enamorándose.
Hoseok había ganado la partida y lo peor del asunto residía en que hacía mucho tiempo que eso ni siquiera le importaba mínimamente a Yoongi.
-¿Confías en mí? - susurró el magnate a un centímetro de los labios de su marido.
-No quiero hacerlo pero por algún motivo lo hago. - dijo con sinceridad el chico de los tatuajes.
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