Capítulo 4
"Eres demasiado malo, no me gustas, jódete de todos modos. Haces que quiera gritar a todo pulmón."
-Afraid (The Neighborhood)
La casa era probablemente mucho más interesante por dentro que por fuera, a pesar de los grandes jardines que la rodeaban o las pistas de hípica que se extendían por los terrenos verdes que podían observarse desde las ventanas. Varias épocas parecían mezclarse mientras Yoongi recorría con la mirada la decoración que se encontraba elegantemente esparcida por los pasillos y pequeñas salas de estar de cada uno de los pisos.
Las escaleras de mármol negro o los pasamanos de madera brillante le daban un aspecto señorial que las arboledas que cubrían los muros exteriores no llegaban a conseguir. La vista del mayor de los Min se había quedado clavada en algunos de los muchos cuadros que decoraban los largos pasillos. Le gustaba el toque casi gótico que decoraba cada zona, era oscuro en cierta manera, como si la persona que lo hubiese decorado no fuese fanática de los colores estridentes o llamativos. Jungkook difería con su hermano, él parecía preguntarse en silencio si se trataba de una mansión en la que vivía un muchacho joven o más bien la guarida de algún vampiro de película, con todos esos toques de color burdeos en las alfombras, las lámparas de cristales brillantes precipitándose del techo o las cristaleras inmensas con vistas al bosque profundo que formaba parte de la propiedad.
Y los cuadros, esos dibujos abstractos posados sobre enormes marcos del color del oro hacían que el ambiente se pareciese mucho más a un museo que a una casa habitada por una familia conformada por dos muchachos no mucho mayores que su hermano y él mismo.
-¿Dónde dijo el chico que estará tu habitación? - le preguntó Yoongi a su hermano, mientras jugueteaba con sus propias manos en un intento por hacer desaparecer esos nervios que de forma completamente inevitable estaban mostrándose. - Este lugar es inmenso, estamos acostumbrados a un pequeño apartamento con goteras y ahora tendremos una mansión con cuatro pisos de alto a nuestra completa disposición.
Por algún motivo se encontraba nervioso, por mucho que tratase de ocultarlo para evitar que su hermano pequeño se viese contagiado por esa especie de ansiedad que le cubría el pecho. Necesitaban el dinero, no solo para obtener todos los lujos que una vida así podría regalarles tras muchos años teniendo lo justo, sino también para lograr que al menos uno de ellos pudiese llegar a obtener la carrera de sus sueños en una buena universidad.
Quizá esa era la razón de su nerviosismo, no quería estropear algo que estaba comenzando y que muy probablemente podría ser la clave para que sus vidas cambiasen de forma definitiva. Hoseok parecía afectado en la cena debido a que había usado una palabra que no sabía que era de carácter tabú para esos dos hermanos y puede... Tal vez este rompiese el trato. Eso significaría que se quedaría sin el dinero que tanto ansiaba.
-A la derecha de la suya. - un suspiro se escapó de los labios del menor. - Cerraré con llave con tal de no tener que verle la cara. De repente parece más emocionado que nadie ante la idea de tener nuevas personas en su casa después haber puesto cara de circunstancias cuando nos vio llegar, eso no me agrada. Por no hablar de lo poco que me convence Hoseok, no tienes nada en común con él.
Jungkook no podía evitarlo, sabía que su actitud estaba siendo odiosa pero sencillamente no le gustaba la idea de que alguien comprase a su hermano a cambio de dinero. Le asustaba el poder que tener una cartera repleta de billetes podía darle a las personas.
-Oye, no estropees mi trató. ¿Está bien? - la mirada de Yoongi dejó los cuadros para observar a Jungkook directamente a los ojos. - Quiero ese dinero y lo voy a conseguir como sea. Sé fingir bien, lograré que ese idiota me ame y que crea que yo lo amo a él si hace falta. Así que haz lo mismo con su hermano, conviértete en el mejor de los amigos y en un año podremos ser realmente libres. ¿Puedes hacer eso por mi, Kook?
A Jungkook le habría gustado decir que no y probablemente lo hubiese hecho si no fuera porque la felicidad de su hermano significaba todo para él. Así que se limitó a asentir incluso cuando no le apetecía hacerse amigo de un chico con problemas de socialización, no al menos por dinero. Tal vez si lo hubiese conocido por voluntad propia las cosas fuesen distintas pero prácticamente lo estaban obligando a llevarse bien con alguien a la fuerza. Eso no lo convencía en absoluto.
En circunstancias normales él se habría acercado primero a Taehyung, lo habría hecho porque sus dotes de socialización tampoco eran las mejores y conocía perfectamente bien la sensación de soledad. Tan solo había conseguido obtener un amigo en todos sus años de escolarización y las burlas de aquellos con dinero resonaban en su mente al recordar esos zapatos que Yoongi trató de hacer ver decentes con varios lavados pero que nunca perdieron el tono amarillento del uso continuo de los mismos año tras año.
-Gracias. - dijo el mayor con una sonrisa. - Nos ganaremos el dinero juntos. Podremos tener una vida cómoda si nos sale bien. Piensa en eso Kook, no más estrés porque no hemos logrado obtener el dinero necesario para pagarle a nuestro tío el alquiler. Podríamos tener un perro por fín, si tenemos dinero no tendremos que preocuparnos por el costo de los veterinarios y tú podrás estudiar lo que quieras donde sea que desees. Eres un buen estudiante, no tendrías que conformarte con la universidad más cercana.
De nuevo Jungkook asintió ante las palabras de su hermano. Yoongi no estaba orgulloso de gran parte de sus decisiones pero lo cierto es que no sabía hacer nada en la vida y ese dinero era quizás su única salida, no quería ser una piedra en el camino de su hermano pequeño. Tal vez si obtenía plena libertad económica Jungkook pudiese terminar sus estudios de la manera en que merecía y con el tiempo lograría volverse el hombre responsable que él jamás llegó a ser cuando sus padres murieron dejándolo completamente solo bajo el cuidado de un tío que jamás se preocupó demasiado de su hermano y él.
Si ganaba ese dinero fingiendo querer a una persona durante un año, ya no tendría que trabajar exclusivamente para mantener una mierda de casa que se caía a cachos debido a la humedad que se filtraba entre las paredes.
-Iré a la habitación de Hoseok. - dijo Yoongi, parándose ante la puerta que los empleados le habían indicado que era la habitación de su futuro esposo por contrato. - Intentaré hablar contigo antes de irme a dormir pero no prometo nada, no sé lo que ese enfermo va a querer que haga.
-Solo... Ten cuidado Yoons, ya viste su cara en la cena. Parecía estar a punto de matar a alguien por el simple hecho de que mencionaste una palabra que ni siquiera sabías que estaba ligada a un estigma para él.
Yoongi asintió con la cabeza y se giró hacia la puerta mientras Jungkook seguía caminando por el pasillo. La habitación del menor al menos se encontraba cerca de la suya, si pasaba algo solo tendría que correr hacia él por unos segundos.
Cuando Min Yoongi entró en el cuarto del magnate automovilístico observó sin vergüenza cada uno de los muebles; la gran cama de matrimonio bañada en sábanas de seda de un intenso azul cobalto, las paredes pintadas de gris claro, mesillas de madera maciza... Casi le recordaba a uno de esos anuncios de las revistas de decoración que su tía leía. Sus ojos no tardaron en percibir algo más interesante, se trataba del chico.
Hoseok estaba sentado en la silla del despacho cercano a la cama con solo unos pantalones de vestir puestos y la camisa abierta hasta la mitad de su pecho. Sostenía en la mano lo que parecía ser un vaso repleto de whisky o de algún alcohol lo suficientemente fuerte para que su olfato captase el olor en solo un par de segundos. Portaba unas gafas que le regalaban a su rostro masculino y delgado un toque de seriedad mientras leía algo en el ordenador y apuntaba datos a bolígrafo sobre un folio en blanco.
-Hey. - dijo incómodo. ¿Cómo se supone que debía saludarlo? ¿Debería darle un beso y desearle buenas noches? No. Desde luego que no. Ese no era el estilo de Min Yoongi, ni se acercaba a su forma de ser.
-Hola Yoongi. - habló el magnate sin apartar la mirada del ordenador portátil que descansaba sobre el despacho. - Dame un par de minutos, necesito apuntar algunas fechas importantes de las próximas reuniones en Europa. No quiero que cuadren con nuestro viaje de luna de miel.
¿Por qué mierda parecía tan tranquilo después de haber reaccionado de forma tan obsesiva en la cena?
-Aja, sigue con lo tuyo. No es como si tuviera prisa. - Yoongi decidió dejarse caer en la mullida cama. La seda le gustaba, nunca había tenido unas sábanas así, pero le resultaba satisfactoria la suavidad de estas.
Jung Hoseok posó su mirada sobre el muchacho y sonrió, le atraía su personalidad. Seokjin había elegido bien. La piel blanca de este, sus tatuajes... E incluso su cara. No era superficial pero Yoongi era guapo, aunque por supuesto había estado con hombres mucho más atractivos que él. Dejó a un lado el ordenador solo diez minutos después de que su futuro esposo entrara en la habitación y se levantó dispuesto a probarlo bien por primera vez. A veces se daba asco a sí mismo por pensar que quizás Min necesitase el dinero y él estaba obligándolo de forma indirecta a aceptar el contrato tal y como su hermano pequeño le había mencionado en más de un par de ocasiones. Sin embargo, la única realidad era que no pretendía obligarlo a nada, en cierto modo solo quería hacer a alguien feliz o al menos intentarlo. Y ser feliz también en consecuencia, por un año. Solo uno.
-Acomodate.- habló Hoseok, con la voz ronca por el pensamiento de todo lo que le apetecía probar con Yoongi. Algo que sin duda le llevaría tiempo, tenían que conocerse bien todavía. Quería aprender sobre el muchacho, imitar lo que una relación normal supondría. - Vamos a conocernos un poco mejor hoy.
-Ei, espera. Hablas como si tú fueses a tomar el control de la situación y...
-Solo hazlo Yoongi, prometo que lograré que lo disfrutes lo máximo que me sea posible.
-Juro que jamás haría esta mierda si no fuese por el dinero que ganaré. - a Min no le llevó demasiado quitarse la ropa aunque por un segundo la idea de hacerlo lentamente cruzó su mente tan rápido como se fue. No podía creerse que casi, solo casi, la mirada sorprendida del magnate sobre su cuerpo lo calentara. - ¿Y ahora qué?
-No tienes que desnudarte, no voy a quejarme al respecto pero realmente no me refería a eso cuando te pedí que te pusieras cómodo. - aclaró.
-Ya... - Yoongi arrastró sus palabras. - He mantenido relaciones con muchas personas, un hombre no puede ser tan diferente. No me avergüenza mi cuerpo y soy consciente de que tarde o temprano querrás mantener relaciones, así que mejor hacerlo ahora que retrasarlo sin motivo.
Hoseok se tomó unos segundos para pensar, la situación ciertamente estaba desviándose del tema central. Él no había esperado tener a ese chico desnudo ante sus ojos en algún momento, el contrato hablaba de mostrar cariño y fingir una relación... Pero Yoongi parecía una tentación así, con toda esa tinta que cubría su cuerpo mostrándose y haciendo de su mirada una muestra evidente de curiosidad peligrosa.
-Acuéstate, yo me ocuparé del resto.
Por primera vez en muchos años Yoongi decidió obedecer a la primera. No podía negar que sentía un poco de interés por saber lo que Hoseok podría llegar a hacer con el objetivo de complacerlo, quizás por eso no pudo evitar estremecerse al sentir caricias.
¿Caricias? No toques obscenos, no cercanía entre sus bocas o gemidos... Sino caricias. Ni siquiera roces de labios o lenguas teniendo que entrelazarse. Tan solo el toque tranquilo de un par de manos sobre la piel de sus brazos moviéndose tan lento que logró sorprenderlo un poco.
Hoseok sonrió ante la expresión de Yoongi.
-¿No creerías que me iba a acostar contigo el primer día cierto? Casi no te conozco Yoongi, en cambio hay otras muchas cosas que podemos hacer.
Yoongi trató de apartar las manos de Hoseok cuando se sintió expuesto, avergonzado por haber creído que el magnate habría querido mantener relaciones con él en el instante en el que tocase su cama. No le gustaban las caricias, no era un animal si no una persona. No quería que el magnate usase delicadeza aburrida y sin embargo este lo hacía. Hubiese preferido un follada rápida.
-Permíteme hacer esto solo por unos segundos más, cuando firmaste el contrato dije que quería un marido al completo. Eso no es solo sexo, sino también amor. - Hoseok suspiró, poniendo sus ojos directamente sobre los de Yoongi. - Incluso si es ficticio. Solo... Quiero intentar esto Yoongi. Deja que lo haga. Juguemos juntos a fingir que nos gustamos.
-¿Tengo opción acaso? - respondió con el ceño fruncido.
-Siempre, conmigo siempre tendrás opciones. No quiero obligarte a nada, sólo necesito que aprendas a ceder un poco cuando el ceder sea posible si así lo deseas. Me agradaría poder enseñarte eso. Creo que hay muchas cosas que tú sabes y yo no, pero también a la inversa. No pareces estar acostumbrado al cariño y yo quiero dártelo. Eso es lo bonito del proceso que envuelve conocer a una persona.
"¿Qué sabes tú de mí?" - pensó Yoongi en silencio. Por supuesto que Hoseok no sabía nada de él, no lo conocía. A él no le había faltado jamás cariño, quizás se volvió frío cuando perdió a sus padres pero eso fue su propia decisión.
- Simplemente permíteme probarte si no es demasiado molesto para ti. - susurró Hoseok acercando su boca a la del chico y acariciando lentamente su torso, su piel era tibia y suave. Todo lo contrario de su personalidad. - Si lo es puedes decirme que pare y lo haré al instante, sin dudar un solo segundo. Jamás haremos nada que no quieras.
Se lo permitió, incluso aunque el magnate había mencionado que podía decidir no quería poner en riesgo el contrato, mucho menos el dinero. Si tenía que jugar a su juego lo haría, se convertiría en un jugador profesional y obtendría el mejor de los premios.
Por eso aceptó el beso, suspiró sobre la boca de Hoseok, mordió su labio, lamió su cuello, fingió disfrutar las caricias e incluso pasó la mano por los abdominales del chico rasguñando por momentos la piel morena de este. Yoongi se deshizo de la tela molesta que cubría aún la espalda del magnate, tiró esa cara camisa de diseño al suelo sin fijarse en donde caía... Trató de disfrutar y sobre todo de jugar.
Sus labios eran distintos a todo lo que había probado antes, en lugar de frágiles parecían decididos, expertos y rudos. Le resultaba inmensamente difícil tomar el control, ya fuese por el hecho de que Jung Hoseok estaba causando curiosidad en él o por la sencilla razón de que le gustaba la manera en la que lo besaba. Era un hombre, eso seguía causando sentimientos enfrentados en su cabeza, sin embargo nunca negaría que Jung Hoseok sabía cómo besar, acariciar y arrullar, pues minutos después el insomnio de Yoongi parecía desvanecerse cuando comenzaba a sentir el sueño entre los brazos de su futuro marido.
Jugar. Él era un experto en esa tarea.
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Hiiii!!
Espero que os haya gustado 💗.
Podéis dejarme vuestras opiniones en los comentarios, siempre que puedo leo y contesto a todo.
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