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Capítulo 36

El día en el que yo era tú, la noche en la que tú eras yo. ❞

-Day and Night (Taemin)


Jungkook dejó escapar un suspiro de sus labios y se removió en la cama mirando hacia el techo de su habitación, Hoseok se iría en unas horas y eso lo hacía sentirse levemente nervioso. Incluso si en su interior había aceptado que Yoongi era la única persona para el magnate, aún quedaban rastros de necesidad en su interior fuertemente escondidos. Sencillamente le gustaba todo de él y eso estaba provocando que el proceso de no admirarlo con vehemencia fuera mucho más complicado.

Min Jungkook amaba que el magnate le revolviera el cabello, lo recogiese a la salida del entrenamiento de baloncesto cada día con su brillante coche, que lo ayudara con las materias del instituto o sencillamente disfrutaba de poder charlar con este de cosas sin importancia. Su amor por Jung Hoseok seguía creciendo y eso de alguna estúpida forma le quitaba el sueño cada día. Había visto en los ojos de su hermano la devoción, había notado como la pareja que Yoongi y el magnate formaban necesitaba tener contacto a todas horas casi sin darse cuenta y por supuesto había comprobado que ambos se cuidaban.

Cuando Yoongi se encerraba con Hoseok en los períodos en los que la depresión cubría la psique de este, inevitablemente demostraba lo mucho que el hombre había comenzado a importarle. Esos eran los días en los cuales pedía las comidas favoritas del magnate, conociendo de memoria la receta de cada plato e incluso exigiendo la perfección de cada ingrediente. Al observar cómo se besaban Jungkook había llegado a percibir el modo en el que las manos de su hermano siempre estaban pendientes de las caricias que su marido le daba. Los dos se encontraban sumidos en una relación envuelta de amor y él sentía la envidia quemando su pecho, así como la culpabilidad por querer arrancarle de las manos a Yoongi al hombre que los dos adoraban.

-Jungkook. - la voz de Taehyung lo hizo dejar a un lado sus pensamientos. - Tendremos que tomar un taxi, Hoseok no podrá llevarnos.

El pequeño de los Min miró el reloj antes de girarse hacia el hermano de Hoseok. Se había pasado la noche entera en vela y ni siquiera la leve claridad que se colaba a través de las persianas había sido un reclamo para el sueño urgente. No podía dejar de pensar ni por un segundo, eso lo agotaba.

-¿Estás bien?

Ni siquiera le sorprendió que Taehyung se sentase a su lado en la cama, incluso se movió automáticamente para dejarle un espacio. El apoyo del muchacho ya le parecía habitual a esas alturas, lo recibía con gusto siempre que se encontraba mal. Le ayudaba a dejar a un lado todo tipo de pensamientos acerca de su futuro o de cómo no quería vivir del dinero que obtuviese Yoongi con ese contrato que cada día parecía ser más problemático incluso cuando su hermano se negaba a reconocer los sentimientos que comenzaban a crecer en su corazón hacia el magnate.

-Me he pasado la noche pensando. - dijo, percibiendo como Tae se acomodaba a su lado, casi moldeándose con su cuerpo en el intento por encontrar una postura cómoda sobre la cama.

-Por Hoseok. - suspiró el menor de los Jung, no estaba preguntando nada. No hacía falta de todos modos.

-Sigo creyendo que soy egoísta. - le explicó el contrario, comenzando a juguetear con las ondas del cabello de Taehyung en un acto automático. - No quiero que se vaya, me gusta. TaeTae, es la primera persona que me atrae de verdad pero sabes que Yoongi está más unido a Hoseok de lo que pensamos que podría llegar a estar. Se quieren.

Taehyung sonrió levemente y tomó del mentón a Jungkook para besarlo, solía hacerlo cada vez que notaba que este estaba a punto de quebrarse y autoinculparse con cosas sencillamente absurdas. Comenzó con suaves caricias acompañadas de besos tímidos pero pronto terminó sentado a horcajadas sobre el hermano de Yoongi, aportándole su atención mientras lamía y succionaba la piel del cuello de este haciéndolo gimotear. Momentos como esos eran los únicos en los que podía ver a Jungkook completamente rendido ante él. Era hasta extraño notar como este se volvía sumiso con los besos, adoraba ser marcado.

-Tae... - un suspiro placentero escapó de sus labios. Se habían prometido a sí mismos nunca mantener relaciones sexuales, pues sabían que hacerlo podría significar un error para ambos. Se desquitaban juntos, sin embargo no había ese tipo de cariño peligroso que podría terminar lastimándolos. No al menos todavía. Algo tan íntimo como su primera vez debía ser dedicado a una persona con la que se sintieran amados y no simplemente solidarios.

-Mmm... - Taehyung se dedicó a seguir besando y marcando durante varios minutos la piel del cuello del menor de los Min, ignorando el hecho de que el calor se acrecentaba a cada segundo en el cuerpo de ambos. - Es una pena que tengamos que cambiarnos para ir a clase.

En un solo pestañeo la normalidad se había recuperado y Tae volvía a ser el chico tímido de siempre mientras escondía su cara en el hueco del cuello de Jungkook, quien sonreía sin saber qué decir o cómo reaccionar. Estaba comenzando a entender la personalidad del chico pero sin duda le quedaba un camino muy largo por recorrer hasta poder afirmar que lo conocía bien.

-TaeTae. - lo llamó delicadamente. - Pasas de cien a cero en un segundo.

-Estoy en cien cuando no tengo que pensar demasiado. Me gustan los besos, me gusta la manera en que me dejas el control cuando dejo algunas marcas sobre tu cuello... En esos momentos me siento seguro, como cuando estoy con mis caballos o cuando voy al club de arte.

Jungkook asintió, sabía esa parte. La teoría era fácil pero llevado a la práctica Taehyung era sencillamente imprevisible. Por ese tipo de cosas se enfadaban tan a menudo, lo que para Jungkook era una broma podría derivar en un llanto interminable para el hermano de Hoseok. Y no le gustaba verlo llorar, porque significaba que podría sufrir un ataque de pánico de los exageradamente fuertes y eso definitivamente lo asustaba de sobremanera. Incluso si cada día aprendía más y más cosas acerca de la psicología que tanto le gustaba. Taehyung era una mina de curiosidad, con esa personalidad tan camaleónica.

-Deberíamos levantarnos entonces. - Jungkook se levantó, haciendo caer a Tae sobre su lado de la cama para a continuación abrir por completo la persiana. Cuando se giró pudo percibir que el hermano de Hoseok todavía lo observaba, sus labios estaban enrojecidos. Siempre le sucedía cuando los mordisqueaba nervioso o se besaban. - ¿Hoy tienes esa prueba para el equipo de baile?

Taehyung asintió cabizbajo, no podía mirar a Jungkook cuando este no llevaba camiseta y todas esas marcas de besos cubrían sus clavículas.

-Suerte con eso, yo también me presentaré. Deberías apuntarte a otra cosa, no creo que Jaebum vaya a ser una persona amable contigo si finalmente entras en su grupo de baile.

-Es tu amigo. - susurró Taehyung. - Podrías hablar con él y...

Cuando el chico se comportaba tan sumamente dulce le resultaba difícil negarle lo que fuera que necesitase. Aún así, Tae no sobreviviría en un grupo de baile dirigido por Jaebum. Era el único chico del equipo de baloncesto que pertenecía al club de arte, alguien que no soportaba la debilidad y llevaba cuatro años dirigiendo las audiciones, eso significaba que humillaría a Taehyung si este llegaba a mostrar la más mínima señal de inseguridad.

-No te presentes a las pruebas de Jaebum. Tae sé que has estado trabajando mucho pero eres socio, tienes acceso a las salas y varios amigos allí. Entrar en el equipo de Jae solo te traerá dolores de cabeza. Deberías crear algo por ti mismo en su lugar.

-¿Entonces por qué tú puedes entrar? - la pregunta no necesitaba respuesta y Taehyung simplemente no quería oírla.

-Llevó aguantando insultos toda mi vida, un ensayo con alguien que humilla buscando la perfección absoluta no será nada para mí. - Jungkook tomó la barbilla de Taehyung y besó sus labios lentamente, sin poder evitarlo al notar su mirada entristecida. Le gustaban sus pucheros pero no se parecía en nada a Hoseok, no era lo mismo. Jamás lo sería. - Pero tú, con lo delicado que eres por todo tu pasado... Tanto que ni siquiera puedes escuchar que te griten sin entrar en pánico... No es lo adecuado. Puedes hacer lo que quieras, ya lo sabes, pero no hablaré con Jaebum porque para ser sincero creo que entrar en ese grupo de baile va a ser negativo para tu rutina diaria. No quiero enemigos, ni por ti ni por nadie. Y tampoco quiero tener que enfrentarme a quien decida lastimarte.

Taehyung alzó la mirada y negó, se fue de la habitación antes de que Jungkook pudiera reaccionar. Le habían dolido esas palabras, sin embargo era la única realidad que existía. Él no aguantaría los entrenamientos de Jaebum porque no soporta los gritos.

Y Jungkook jamás se metería en líos para ayudar a Tae en la tarea de entrar a un estúpido grupo de baile.

Yoongi abrazó a Jung Hoseok por la cintura y enterró la nariz en su nuca sin querer dejar ir ese característico olor de su marido. Ni él mismo se creía lo mal que se sentía al verlo con la maleta en la mano a punto de tomar el coche para irse al aeropuerto.

Le quería echar la culpa a la rutina y a la mala costumbre de tener a un chico con el que hablar, un jefe que agradecía sus ideas, alguien con quien disfrutar de un maravilloso sexo... Necesitaba echarle la culpa a tantas cosas, pero en realidad hasta Yoongi sabía que todas se resumían en una. No quería que Hoseok se fuese porque existía ese gran cariño entre ellos que alegraba sus días y por supuesto porque ese matrimonio suponía de alguna forma su primera relación de verdad.

-¿Lo llevas todo? - susurró, aún abrazándolo. - Lleva el pc, podremos tener otro tipo de juegos si...

-¿No te afectará el cambio horario para eso? - Hoseok sonrió y se dió la vuelta atrapando a Yoongi en un abrazo. - Yo no tengo problema pero busca algo que lo haga interesante.

Ambos sonrieron con complicidad, Yoongi rodeó con sus brazos el cuello de su marido y rozó sus labios con los de este.

-¿Te refieres a la caja erótica que me has prohibido abrir hasta que te vayas? - besó sus labios levemente. - Tengo curiosidad por eso, jefe.

-Eso es exactamente a lo que me refiero. - Hoseok soltó una gran carcajada por el apodo que Yoongi había comenzado a usar desde hace unos días atrás. - Hay muchas cosas bonitas para ti. Disfruta esta semana Yoonie, tomalo como unas vacaciones. Sal a comer con tu hermano, comprate ropa, pásatelo bien.

Yoongi asintió todavía con su mirada todavía clavada en los ojos del magnate, no quería dejarlo ir. Eso le afectaba por el simple hecho de que jamás se había sentido de aquella forma antes con una pareja, solo Jimin causaba cierto anhelo en él pero eso era algo en lo que no le gustaba pensar porque lo dañaba demasiado.

Yoongi pasó sus manos por la cintura de Hoseok, acarició con mimo la piel bajo la camiseta de este y le dedicó una sonrisa.

-Cuidate mucho, Yoongi. - de nuevo compartieron un beso de esos que los hacían perder la noción de todo lo que los rodeaba.

-Deja el sentimentalismo, sabes que no soy así y será solo una semana .- Min fingió una sonrisa apartándose del magnate. Empezaba a comprender el por qué de que las personas detestasen las despedidas.

-Tú eras el que estaba haciendo drama.

La respuesta de Yoongi se vio interrumpida por la llegada de sus hermanos. Taehyung se acercó rápidamente a Hoseok y se colgó de él en un gran abrazo que desprendía cariño. El dolor ya subía por la garganta del chico de los tatuajes cuando el magnate le dedicó un cariñoso achuchón a Jungkook.

-Tened cuidado con Tae. - les susurro Hoseok. - Cuando pasen unos días le afectará levemente que yo esté lejos.

Tras eso solo compartieron unas palabras más antes de que el magnate subiera al coche dejando a los tres chicos en esa enorme mansión. Los tres de ellos observando el coche alejarse y cada uno con una emoción diferente en el fondo de sus pechos.

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