Capítulo 31
"Incluso si otros piensan que tu suspiro saca la energía y la fuerza, yo ya sé que tuviste un día bastante difícil. Para dejar salir incluso una pequeña señal. Ahora no pienses en otra cosa. Deja escapar un profundo suspiro. Simplemente déjalo salir así"
— Breathe (Lee Hi)
Yoongi se tumbó en el sofá a un lado de Hoseok y le acarició con delicadeza el cabello cuando se acomodó entre sus piernas, había entrado en la última fase de depresión. Esa en la que necesitaba compañía y atención casi durante todo el día. Lo cierto es que en ocasiones podía llegar a resultar un asunto un poco pesado, sin embargo lo aguantaba bien. Abrazarlo y besarlo no era, después de todo, un trabajo que lo aburriese o le causase problemas. De hecho disfrutaba de la tranquilidad que solía aportarle su marido cuando se tumbaban juntos y simplemente escuchaban músicas o veían alguna película.
-Hoseoki. - Yoongi lo llamó con una sonrisa mientras jugueteaba con el brillante cabello de este. El magnate le dedicó una mirada tristona. - ¿Qué te sucede, bebé? Estás frunciendo el ceño, te saldrán arrugas.
Min era un fiel creyente de que el rostro de su marido estaba creado exclusivamente para sonrisas, las lágrimas y ceños fruncidos no cuadraban en él, a pesar de su frecuencia. Así que bromear con que le saldrían arrugas si se mostraba así de triste se había convertido en algo habitual mientras lo llenaba de atenciones y mimos.
-Odio que hagan eso. - habló Hoseok, mirando el televisor con cierta reticencia. - ¿Qué necesidad hay de que usen monos reales en las películas cuando pueden hacerlos digitalmente? Seguramente todos ellos están siendo maltratados y explotados, pero la gente seguirá viendo esas estúpidas películas y riendo cada vez que los pobres animales hacen algo lindo. De ahí a una jaula, de eso estoy completamente seguro y no me importa ni un poco lo que los directores usen como excusa. Los animales no están para hacer reír a los humanos.
Yoongi se limitó a asentir mientras seguía con las caricias. En esos últimos días se había dado cuenta de cuan implicado estaba Hoseok con la causa animalista.
-¿Has pensado en hacerte vegetariano? - le preguntó al magnate. Su interés no era fingido, había visto en varias ocasiones el modo en el que Hoseok reaccionaba cuando veían alguno de esos programas en los que las personas rescataban animales en mal estado. El magnate difícilmente lograba evitar las lágrimas.
Hoseok asintió y se revolvió un poco en el asiento para poder mirarlo directamente a los ojos. Tenían esa confianza, la de compartir sus miradas cargadas de emociones sin que les importase lo que podría llegar a ocurrir después. Así que sonrió levemente y sin poder evitarlo acarició la mejilla de Yoongi, observando como por acto reflejo este cerraba sus ojos dejándose hacer por completo. Esas reacciones eran únicas.
-He pensado en ello muchas veces pero mi médico de cabecera ha mencionado que con mis frecuentes anemias eso sería una locura. Aunque no te voy a mentir, creo que es un estigma. Estoy informándome acerca de suplementos alimenticios y puede que pida una cita con un nutricionista especializado en alimentación vegetariana y vegana. - se encogió de hombros. - ¿Qué hay de ti? ¿Te gustan los animales, Yonnie?
El chico de los tatuajes se encogió de hombros. Por supuesto, nunca se le ocurriría maltratar a un animal pero en cuanto a si le gustaban, no sabía dar una respuesta concreta. Nunca había podido tener una mascota, cuidar de Jungkook y llegar a fin de mes eran cosas que hasta hace poco se llevaban gran parte de sus energías. Él podría ser un idiota ignorante en multitud de aspectos, sin embargo sabía que un animal era para toda la vida y conllevaba una importante responsabilidad.
-Creo que me gustan. - sonrió. - Pero nunca he estado con animales, así que no lo sé con certeza...
-Deberíamos salir a montar juntos en alguna ocasión, lo disfrutarás. - por primera vez en varios días Hoseok parecía animado. Se levantó y miró a su marido esperando una respuesta. - ¿Qué tal si empezamos hoy mismo?
-¿A...Ahora? - respondió Yoongi, levemente nervioso ante la idea de tener que hacer algo así. Lo cierto era que le daban un poco de miedo los caballos, podría subirse a mil motos pero esos animales le resultaban por algún motivo de todo menos seguros. No era el animal en sí, sino la idea de caer de este y hacerse daño lo que lo hacía temblar. Probablemente estaba equivocado y de hecho quizás lo podría comprobar ese día, porque el magnate lo estaba mirando con una sonrisa ilusionada y eso era algo a lo que nadie, ni una sola persona, podría negarse. O eso le parecía a Yoongi cada vez que lo observaba sonreír así.
-Bueno, ahora mismo está soleado incluso si hay algunas nubes grises en el horizonte. Creo que es un buen día para comenzar con tus lecciones de hípica. - Hoseok sonrió incluso más ampliamente que unos segundos atrás. - Vamos, te daré algo de ropa para eso y me encargaré de ayudarte en todo momento. ¿Quieres intentarlo?
El chico de los tatuajes asintió finalmente, no queriendo mostrarse miedoso ante su marido por nada del mundo. Todavía estaba jugando, por lo que compartir aficiones con Hoseok le ayudaría a desempeñar su papel de forma adecuada. Así que siguió a este hasta la habitación con las manos levemente temblorosas.
Yoongi nunca se había imaginado cabalgando por los prados de una mansión, ni siquiera sentía ganas de hacerlo. Más bien notaba ese cosquilleo en su estómago que le subía hasta el pecho. Se encontraba nervioso, muy nervioso.
-¿Sabes realmente cómo montar a caballo? - le preguntó al magnate con las manos temblorosas.
El magnate percibió esa inseguridad en Yoongi y al instante lo acogió en un cálido abrazo. Sus manos se sentían cálidas y suaves, sin duda parecía haber notado esa especie de inseguridad que en el instante lo atacaba.
-Sé como hacerlo desde que era un niño, voy a cuidar de ti. Nuestros caballos son tranquilos, Tae los ha entrenado a la perfección y la mayoría proceden de protectoras que los han rescatado de dueños irresponsables. Ni uno solo de ellos es miedoso por lo que no corres el riesgo de caer si se asusta, Taehyung trabaja duramente con ellos para rehabilitarlos y darlos en adopción responsablemente por medio de un contrato en el que los adoptantes se comprometen a seguir una serie de pautas. - besó la frente del chico. - No tienes por qué preocuparte, nene.
Sin embargo, Yoongi se escondió más en el abrazo. Le gustaba sentir el consuelo que le daban los fuertes brazos de su marido. Incluso en días normales apreciaba esa maravillosa manía que el magnate tenía. El contacto físico y cariñoso, del tipo que llenaba de felicidad el interior de su cuerpo.
Lo que en un inicio odiaba se había convertido con el paso de los días en la más preciada característica de su matrimonio. Era tan dulce cuando se acoplaban así, encajando sus cuerpos, pareciendo uno... Casi le resultaba irreal. Estaba asustado de nuevo, por amar de una forma tan vehemente la emoción de estar en un hogar después de una vida entera sintiéndose en la nada. Una casa cálida, un marido cariñoso, un futuro para su hermano y dinero. Lo tenía todo y no quería perderlo.
-Está bien cariño, tómate tu tiempo. - las manos del magnate escalaron por su espalda logrando que su cuerpo se relajase de una forma que ningún médico lograría entender.
-Hagámoslo. - dijo finalmente Yoongi, todavía sin salir de ese cobijo que su marido le proporcionaba.
Lo que iba ser un paseo en pareja se convirtió en una caminata en familia. Si bien Hoseok y Yoongi estaban sobre el mismo caballo, abrazándose y mostrándose cariñosos sin ningún tipo de vergüenza, sus hermanos parecían estar discutiendo por alguna cosa absurda como de costumbre.
-Déjalos. - Yoongi apoyó su espalda contra el pecho de Hoseok mientras posaba la cabeza en su hombro. - Ya lo arreglaran, sigamos nosotros.
El magnate asintió sonriente. Todo a su alrededor estaba calmando la depresión de su mente. El olor a tierra humedecida por las finas gotas de lluvia que habían caído esa mañana, el viento tibio, la naturaleza de mil colores que los rodeaba y el precioso lago teñido de los tonos que el cielo mostraba. La combinación de azul con los tonos grisáceos de los nimbos que sobrevolaban el firmamento amenazando la llegada de un nuevo chubasco. Oh y él, su marido. Yoongi también ayudaba, se estaba comportando con una dulzura que hasta el momento no había tenido el placer de observar antes.
-Beso. - el chico de los tatuajes miró a Hoseok de manera insistente, sentía unas ganas de besarlo tan fuertes que ni siquiera pudo evitar pedirlo. No sabía si lo que sentía en su interior era la inequívoca señal de quien ha comenzado a caer en el hechizo de Cupido, pero sabía que Jung Hoseok era una buena persona que había sido lastimada por las condiciones de la vida. Al igual que él, al igual que muchos otros y esa quizás había sido la clave.
Yoongi sinceramente no podría profesar amor a quien no entendiese su dolor, su ansiedad por las trampas que el mundo constantemente le tendía a las personas. Que Hoseok escuchase sus palabras y las entendiera fue lo que le abrió a su corazón las puertas para el posible enamoramiento.
El magnate no tardó demasiado en reaccionar, besando al instante a Yoongi sin percatarse de la dolida mirada que Jungkook le dedicaba a solo unos metros de distancia. Quien aún sin saber montar a caballo hizo al animal correr con la rabia que su corazón retenía, porque no podía ser él. De nuevo.
La pareja se separó al escuchar el grito de Taehyung. Lo siguiente que supieron es que Kook se había adentrado en el bosque por un camino inutilizado.
-Tenemos que encontrarlo. - para sorpresa de los Jung, la mirada de Yoongi mostraba el pánico por la desaparición de su hermano. Si bien los Min no se mostraban cariño de forma demasiado abierta, eso no implicaba que no se quisieran.
-Si es listo dejará que mi yegua lo guíe hacia casa, volverá por sí misma.
La calma de Tae solo logró que el tatuado se pusiera más nervioso, su voz subió de tono en solo unos segundos.
-Mi hermano es listo pero también idiota cuando se niega a pensar, si quiere perderse lo hará. Jungkook no habría entrado en el bosque sin calcular la probabilidad de que probablemente ese camino lo lleve hasta zonas que no conoce. - suspiró. - Lo ha hecho por decisión propia y ahora tenemos que buscarlo. Conociéndolo como lo hago, se derrumbará en cuanto se calme un poco.
El mayor de los Min se revolvió en el abrazo de Hoseok, apartando a este. No era momento para ese tipo de juegos. Lo primero era Jungkook, su hermano siempre era la prioridad. Siempre lo había sido y siempre lo sería. Incluso sin mostrarlo a menudo, era su vida entera. Todo lo que le importaba y deseaba proteger con sus enteras fuerzas hasta que la muerte llegase a su cuerpo. Quería ver a su hermano bien, con una vida de lujos, gran cantidad de amigos y una preciosa familia que lo amase con sinceridad absoluta.
Min Yoongi adoraba a su hermano. Jungkook era la única persona que siempre lo había aceptado sin condiciones y la vez criticado con sinceridad cuando había sido necesario. Era lo único que le quedaba, quien lo mantenía vivo. Sin él, ya no habría nada a lo que aferrarse.
-Vamos a buscarlo entonces. - Taehyung había tomado una decisión, su postura era sería y parecía a punto de hacer correr a su caballo en la misma dirección por la que Jungkook se había escabullido. - Voy a encontrarlo.
Hoseok tan solo lo miró con desacuerdo. Ese era un camino difícil para los caballos y sabía que Tae nunca los haría trabajar tan duro si tuviera otra opción, para este eran animales que desde que llegaban a sus establos hasta el mismísimo presente se entrenaban tan sólo con cariño e ilusión. Hacerlos caminar por el lodo que las lluvias del día anterior habían formado podría ser quizás la más dura decisión para su hermano pequeño. Pero era también la decisión de Jung Taehyung, no se podía entrometerse en ello.
-Ve con cuidado, no fuerces a los caballos. - sabía que Taehyung no lo haría, en realidad estaba pidiéndole que no se forzase a sí mismo y este pareció entenderlo con gran facilidad. - Si hay peligro vuelve, llamaremos a alguien para que nos ayude.
Yoongi se había quedado callado, atento a cada palabra que esos dos compartían. Los nervios lo paralizaron por al menos unos instantes antes de que las ideas y preguntas tomasen el control de sus palabras.
-¿Es una zona peligrosa? - preguntó, tratando de decirse a sí mismo que tal vez los hermanos Jung tan solo exageraban.
-Generalmente no. - informó Hoseok. - Pero estos días ha estado lloviendo. Es un lugar con mucha tierra y eso implica lodo, Jungkook no sabe controlar a un caballo. Probablemente se sentirá agobiado y eso provocará lo mismo en el animal. No va a lograr volver si Taehyung no lo encuentra. Pero lo hará, intenta pensar en positivo Yoongi. Mi hermano conoce nuestros terrenos a la perfección y más todavía a sus caballos.
Creyó en sus palabras, incluso si cada cosa que decía Hoseok salía de su boca con cuidado. El magnate nunca hablaba sobre algo sin estar prácticamente seguro de ello, pero esa vez se equivocó. Lo confirmaron cuando el clima los traicionó inesperadamente porque aunque habían visto algunos nubarrones, no se esperaban una tormenta tan temprana.
Se había hecho prácticamente de noche, estaba tronando y la lluvia se hacía cada vez más fuerte.
-Tae le tiene algo de miedo a las tormentas. - dijo el magnate, mirando a través de la cristalera del salón tras haber regresado a la mansión con su marido. El bosque estaba ante sus ojos y los expertos que habían llamado ya caminaban hacia el lugar.
Yoongi volvió a reclamar un abrazo.
-Jungkook lo cuidará cuando se encuentren, él tampoco es un enorme fanático de las tormentas pero apuesto a que sabrá lo que hacer en una situación como esta. - susurró. - Se cuidarán mutuamente.
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