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Capítulo 3

(Nota: Los hermanos Jung tendrán los ojos verdes en esta novela.)

"Si quieres encontrar amor, entonces, ya sabes donde está la ciudad"

- The1975 (The City)

Como había prometido el día anterior, durante la firma del contrato que marcaría un nuevo rumbo en su vida, Hoseok se ocupó de enviar una furgoneta de mudanzas al lugar en el cual los hermanos Min residían. A pesar de que estos no tenían demasiadas cosas que mereciese la pena trasladar, se vieron obligados a aceptar el gesto del magnate por miedo a ofenderlo. Así que se subieron al vehículo con tan solo un par de maletas en la mano, el viejo ordenador que conservaban desde hace años, algunos cómics y libros que Jungkook usaba para estudiar. Todavía no sabían bien hacia dónde se dirigían, pues la localización de la mansión en la que los hermanos Jung residían se encontraba alejada del centro de la ciudad y rodeada por un espeso bosque de árboles frondosos.

Habían buscado en internet acerca del lugar en el que residirán junto a Jung Hoseok y el hermano pequeño de este, con la única intención de saber un poquito más al respecto. Sería su nueva casa por un año completo, era inevitable sentirse curioso al respecto. Sin embargo la realidad era que no habían encontrado nada a parte de algunas fotos de la zona exterior que rodeaba con enredaderas la enorme casa que una vez había pertenecido a los padres de esos dos chicos. Las pistas hubieran sido más si al menos alguna dirección concreta o algo a parte de esos muros foráneos cargados de plantas de un verde intenso figuraran en alguna página. Al parecer, si bien el chico era amable con la prensa su privacidad jugaba una carta importante en su vida diaria.

La única conclusión a la que Yoongi y Jungkook habían terminado por llegar era que quizás algunas partes del bosque por el que ahora se movía la furgoneta de mudanzas, estaban dentro de la propiedad de la familia Jung. Algo que en realidad no sería del todo descabellado, no si ponían su pensamiento en el detalle de que Hope 's Enterprise estaba en la cima de los negocios en Corea en cuanto a todo aquello que se encontraba ligado a la creación, importación y exportación de coches de lujo.

-¿Crees que será una de esas mansiones de película? - Yoongi cuestionó, dejando escapar un pensamiento que había estado sobrevolando su mente mientras se acomodaba por cuarta vez en el asiento de la furgoneta situado al lado del que ocupaba su hermano. En realidad estaba un poco nervioso.

El mayor de los Min se sacudió levemente las gotas de lluvia que se posaban sobre su cazadora de tela azul, sintiendo repentinamente el frío debido a la ventanilla abierta de Jungkook. Su hermano tendía a disfrutar del frío y le importaba poco que los demás protestasen por su necesidad de sentir el viento helado contra su cara.

Jungkook tan solo se encogió de hombros como respuesta y dejó a un lado su teléfono móvil por unos instantes para atender las dudas de Yoongi. Había estado escuchando música durante casi la totalidad del viaje, lo hacía porque no lograba evitar ese sentimiento de enfado que le recorría el cuerpo al pensar en que muy probablemente ellos dos serían el acto de caridad de un chico rico demasiado aburrido como para limitarse a hacer las cosas normales que el resto de seres humanos con dinero harían.

Ellos no eran un coche deportivo pero no dudaba que ese hombre fuera a tratarlos de la misma manera que lo haría con un objeto comprado.

-Bueno, se supone que es una hacienda. Por lo que he leído se encargan de cuidar caballos que están en proceso de recuperación y también tienen bastante terreno verde de su propiedad. - Jungkook puso la mirada sobre los árboles que se mecían con el viento a su alrededor. - Así que sin duda creo que tendrá un tamaño importante. Además, a juzgar por el cuidado jardín delantero que se puede apreciar en las fotos que hemos visto, el lugar debe de tener alguna importancia en cuanto a su valor económico. - volvió a centrarse en su destartalado teléfono después de decir eso. No recordaba la última vez que había podido cambiarlo a pesar de que ya casi no funcionaba y continuaba apagándose de manera aleatoria de vez en cuando. - He leído que su hermano práctica hípica y de ahí viene todo ese tema de tener grandes zonas verdes para poder cabalgar.

Por supuesto que lo había leído, estaban dirigiéndose a la casa de dos personas que no conocían y aunque Yoongi parecía confiado con respecto a eso... Él sencillamente seguía pensando en la posibilidad de que tal vez el tipo, Jung Hoseok, no estuviera tan cuerdo como presumía estarlo. Nadie regala dinero y mucho menos nadie da tanto tan solo por un poco de cariño falso o sexo. Y en su opinión quién lo hacía, esos que ponían billetes sobre la mesa para compartir cama con otras personas, probablemente buscasen a chicas esclavizadas que no estuvieran en la disposición de pedir cifras altas.

Eso hacía que su piel se erizase. No le gustaba en absoluto nada de lo que se ligaba al contrato que había firmado su hermano, y por supuesto no se creía que el magnate tan solo buscase a un hombre que pudiese suponerle un reto y aportarle cariño. Tenía que haber mucho más en el fondo de todo aquello. Al menos un motivo razonable.

-Apuesto a que eso te ilusiona, siempre te han gustado los animales. - Yoongi forzó una sonrisa. Estaba nervioso pero a fin de cuentas todo lo que estaba haciendo era por y para Jungkook. Había elegido un camino aparentemente fácil aunque lo cierto es que venderse y vender su vida no era precisamente algo que le agradase.

Le gustaba el dinero, como a cualquier otra persona que hubiese vivido toda una vida necesitándolo para sobrevivir, pero quizás perder su libertad era un precio a pagar demasiado alto. Un precio que no aceptaba como método de pago la cantidad monetaria que lograría recaudar durante un año de tiempo perdido y regalado a un chico desesperado. Aunque eso no lo detenía, amaba el imaginarse entre riquezas porque solo había conocido la pobreza desde el instante en el que sus padres murieron. Quizás podría soportar perder un año de buen sexo con mujeres que realmente le gustaban si a cambio obtenía una cuenta bancaria llena con la que enviar a su hermano pequeño a la universidad y abrir algún negocio en un lugar mejor que en el que vivían en la actualidad. Soportaría darle por culo cada noche a ese idiota si fuese necesario, lo haría si a cambio su hermano y él podían disfrutar de todo lo que querían.

-Me agradaría que tuviesen caballos, eso no puedo negarlo pero sigue sin gustarme la idea de ese matrimonio entre vosotros dos... Y el hecho de que quiera meterme en vuestro juego pidiéndome que sea amigo de su hermano... Un amigo comprado no podrá hacer feliz a ese niño rico pero parece que a ambos les da igual. No distinguen entre lo falso y lo real, eso sí que es un verdadero problema y no los nuestros.

Durante el trayecto siguieron hablando y evaluando la actitud que el magnate automovilístico había mostrado el día pasado. Los dos estaban de acuerdo en una cosa, su personalidad risueña tenía que ser una faceta. Era imposible que un chico tan joven y en apariencia tremendamente tranquilo pudiese manejar una empresa multimillonaria sin vivir lleno de estrés. Y además aceptar a los paparazzis siempre con una sonrisa.

No tardarían en entender que en al menos un par de cosas ellos dos se equivocaban, porque ninguno de los dos estaba tomando en cuenta que Hoseok era probablemente una de las personas más honestas en cuanto a sentimientos que conocerían en su vida. Por supuesto a veces escondía sus opiniones por miedo a lastimar a los demás o forzaba sonrisas sabiendo que eso era mejor que causar un escándalo por apartar de forma brusca a alguien de la prensa. Lo cierto es que eso no implicaba que Jung Hoseok no se enfadase, lo hacía pocas veces pero si sucedía todos preferían dejarlo solo hasta que se le pasase. Porque el magnate reservaba su mal humor para aquellos que lastimaban a las personas que le importaban, podían dañarlo a él pero jamás a su familia.

Los hermanos Min llegaron a la entrada de la mansión cuando la lluvia ya empapaba los cristales del vehículo y la carretera. Jungkook se vio forzado a cerrar la ventana cuando el dueño de la furgoneta le llamó la atención. La lluvia estaba entrando por esta y mojando toda la tapicería de aspecto cuidado, así que a pesar de que amaba notar como las gotas se estrellaban contra su piel blanca y bajaban lentamente por sus mejillas hasta colarse en sus clavículas o estancarse en sus labios, hizo caso.

El sitio sin duda era grande, tal y como Yoongi se lo había imaginado después de ver esas fotos en las que tan solo logró vislumbrar algunas partes de la casa de Jung. Los árboles cubrían las partes delanteras de la carretera que cruzaba el jardín delantero desde la verja de entrada. Cerezos de colores vivos que definían perfectamente el estilo elegante de quién quiera que se encargara de cuidar la decoración del lugar y altos pinos que le regalaban al sitio un aspecto mucho más europeo de lo que le hubiera gustado. Quizás podría convencer a Hoseok para modificar la distribución de las especies arbóreas del jardín, aunque dudaba que este le dejase cambiar a su antojo cada parte de la casa.

-Vamos. - habló Jungkook, notando que su hermano se había quedado perdido por un par de instantes mientras observaba todo aquello que los rodeaba. - ¿A qué esperas?

Jung Hoseok estaba de pie en la gran entrada de la mansión, unas escaleras de lo que parecía ser mármol blanco lo separaban de ellos. Tenía un aspecto formal, vestía de forma elegante y llevaba el cabello perfectamente peinado como si hubiese acabado de salir de una reunión importante con empresarios importantes. El tono negro de los mechones era brillante incluso bajo el día gris.

Como la primera vez que Yoongi lo vio, el magnate tenía las manos hundidas en los bolsillos del traje. Su imagen le resultó más atractiva esa vez que el día anterior, quizás se debía a que estaba rodeado de cosas bonitas, o tal vez su corbata levemente desatada dejando expuestas sus clavículas de piel morena. Incluso podría ser influencia de esa cadena de oro blanco que adornaba cada fragmento de piel de su cuello.

-Creo que es un síntoma de nerviosismo. - habló de nuevo Jungkook, sacándolo de su repentino letargo. Frunció el ceño sin entender. - Estudiaré psicología si las cosas van bien Yoongs, me refiero a su postura. Las manos en los bolsillos, cerradas en un puño a pesar de que mantiene la mirada alta. Estoy seguro de que lo pones nervioso. Tal vez sea el libido...

-Deja de analizar a las personas Jungkookie, me pone nervioso que lo hagas. - Yoongi tomó sus maletas antes de que un trabajador le comunicase que acomodarían todo por él y su hermano, sin necesidad de que estos se vieran obligados a llevar sus propios bártulos hasta las habitaciones que le habían sido asignadas.

Los dos asintieron y subieron las escaleras en el mismo momento en el que otro chico asomaba su cabeza por la puerta de la mansión y caminaba hacia Hoseok colocándose detrás de este. Su mirada era más segura o lo fue por algunos instantes, casi parecía juzgarlos y matarlos con sus ojos verdes.

-Bienvenidos. - habló Hoseok, con una sonrisa precediendo cada una de sus palabras. Trató de tomar la mano de Yoongi y a pesar de que este se negó terminó por sujetarla con toda la delicadeza que le resultó posible teniendo en cuenta que era un movimiento forzado. - No me malinterpretes pero tomar mi mano no es algo que te cause daño alguno. Has firmado un contrato y agradecería poder hacerlo de vez en cuando... No pretendo obligarte a ello, solo quiero hacerte saber que es uno de los gestos cariñosos que agradecería obtener de tu parte. Sé que estarás actuando cuando lo hagas pero es el tipo de apoyo que me apetece sentir sin importar cuán falso sea.

Jungkook bufó al escuchar las palabras del magnate. Odiaba ver a su hermano mayor siendo reducido a unas normas expuestas en un contrato.

-Joder, ¿vas a ser así? - dijo Yoongi sintiendo la forma en la que Hoseok apretaba su mano levemente. Casi como lo haría una pareja en busca de respuesta. - No me gustan estas cosas. Demasiado...me estás lastimando.

-Oh , lo siento. - dijo con sinceridad el magnate, tomando la mano de Yoongi con menos fuerza en esa ocasión. Ahora casi parecía acariciar la piel del mayor de los Min mientras masajeaba la zona anteriormente apretada con uno de sus dedos. - Tu actitud me puso nervioso. No pretendía lastimarte Yoongi.

Escalofriante. A Jungkook todo aquello le parecía el inicio de una película de terror.

-Pues lo has hecho. Suéltame de una jodida vez. No todas las parejas tienen que ser tan cariñosas, no me gusta este tipo de contacto. Ni siquiera suelo abrazar a mi hermano, así que aléjate un poco si quieres mantenerme de buen humor.

Sin embargo, Hoseok no obedeció a la petición de Yoongi hasta varios segundos después. Soltó la mano de este, pero aún así se mantuvo cerca.

-Oh, este es mi hermano Taehyung. - dijo señalando al muchacho que hace solo unos segundos los miraba con gesto malhumorado. - Estoy seguro de que él y Jungkook serán buenos amigos.

Jungkook lo observó con más atención que Yoongi, siempre analizaba a las personas. No era algo típico en los psicólogos como le gustaba poner de excusa, era más bien algo implícito en su personalidad. Le gustaba observar, controlar las situaciones, saber cómo reaccionar o qué hacer en cada sencillo instante.

Así que lo miró durante varios segundos, su ropa era cara al igual que la de Hoseok pero el estilo era diferente. No parecía millonario, era casi como un mendigo con ropa de marca varias tallas más grande de lo necesario. Elegante de todas formas, de una forma diferente. Los colores que usaba eran mucho más vivos que los del mayor de los Kim, más estilizados y combinados que los que se esperaría de alguien que viviera en las calles.

Jungkook percibió que portaba dos relojes en lugar de uno, algo que sin duda no lograba entender el pequeño de los Min. Su piel era mucho más blanca que la del magnate, quizás por lo que este había dicho el día anterior. Recordaba lo que había dicho sobre que su hermano menor no tenía muchos amigos en Seúl, quizá eso implicase que no salía mucho de casa y por eso el color tan limpio de cada zona de su cara. Sin poros destrozados por la luz solar o zonas enrojecidas. Anillos de plata en sus manos, cadena de oro blanco en su cuello aparentemente igual a la que portaba Jung Hoseok, una camisa blanca... Ancha, demasiado ancha, y con varios botones abiertos. Quizás confiaba lo suficiente en sí mismo como para dejar a la vista ciertas zonas de su cuerpo, pues su figura se transparentaba cada vez que un poco de luz chocaba contra la amplia tela.

-Dudo que pueda llevarme bien con alguien que has comprado. - habló Taehyung caminando al lado de su hermano. - No tengo que repetirte todo lo que está mal en esto. Has tomado la decisión de aprovecharte de dos personas que necesitan dinero...

-Taehyung... - Hoseok lo intentó.

-Lo sé, es difícil para ti encontrar personas en nuestro círculo de amigo que te quieran con sinceridad pero algo falso es incluso peor.

Tras un suspiro Hoseok apuró el paso y los llevó hacía el comedor casi sin permitirles observar la casa, estaba tan acostumbrado al lugar en el que vivía que no se paró a pensar ni por un segundo en que tal vez el sitio fuese atractivo a la vista de las personas que nunca lo habían visto antes.

-En unos minutos servirán la comida, ¿hay algo que os guste especialmente? Podéis pedir lo que sea que queráis dentro de los horarios marcados por nuestros empleados.

-En ese caso... Nos gustan las brochetas de carne. - Hoseok frunció el ceño pero asintió. Entre todo lo que podrían haber pedido se limitaron a elegir simples brochetas, ese tipo de comida era más típica de un puesto callejero tras una noche de fiesta. Jamás lo había consumido en su propia casa, sí en locales especializados, pero no le resultaba problemático que los gustos de los Min fuesen más bien sencillos. Él todavía no sabía que su futuro marido podía perder la cabeza tan solo por unos zapatos caros.

Fueron solo un par de minutos los que le llevó al magnate ir hacia la cocina, cambiar el menú con el beneplácito de su cocinero y volver al comedor, sin embargo la situación se volvió algo fría entre el pequeño Jung y el más joven de los Min.

-Mi hermano me ha presentado como Taehyung pero en general solo me llaman así en el instituto, prefiero que me llaméis Tae. - Taehyung extendió su mano levemente tímido, su mirada se había suavizado un poco. No era asco lo que habían visto en sus ojos con anterioridad, sino una cerrada timidez que podía confundir a aquellos que lo rodeaban sin conocerlo bien sumado al rechazo que le provocaba que su hermano mayor hubiese decidido pagarle a alguien para obtener cariño. Jungkook casi reclamó una palmadita en la espalda por parte de su hermano tras descubrir el miedo a la socialización presente en el muchacho. Así que sonrió un poco, negando con la cabeza mientras lo observaba con atención.

-Jungkook. - lo regaño Yoongi en voz baja. - Deja de mirarlo y presentate.

Y así lo hizo, se presentó fingiendo una sonrisa que ninguno de esos dos hermanos merecía aparentemente. Sin embargo, cuando el chico bajó la cabeza levemente sonriente, él rodó los ojos aburrido hacía la actitud de Tae.

Hoseok tomó asiento al lado derecho de Yoongi y una vez más acarició su mano antes de levantar la mirada hacia él. Por un instante quiso disculparse, pero él había explicado con detalles la totalidad del contrato durante el día anterior. Quería cariño por muy falso que este fuese.

-Deja de hacer eso, me pone de los nervios. - habló el grande de los Min.

-Mala actitud. Me gusta. Deberías saber a estas alturas que cuanto más te molestó más me animo a seguir adelante. - estaba bromeando, sin embargo prefería a alguien que activase diferentes reacciones en él a una persona que siempre asintiese ante todo lo que decía.

-Está loco. - Yoongi trató de hablar bajo, apartando la mirada de los ojos brillantes del magnate.

Y esa palabra, escuchar esa palabra de nuevo abandonando los labios de Min Yoongi... Le hizo daño.

-Sí. Tal vez te has casado con un loco maníaco, tu hermano podrá seguir analizándome durante lo que resta de año. - Jungkook miró a Hoseok, no esperaba que este notase que lo analizaba. - Te vendrá bien saber si cumplo con las características de un psicópata o si simplemente me gustan los retos. - su voz era muy calmada a pesar de detonar molestia. - No hables de lo que no sabes Min Yoongi, primera lección. Cuando quieras juzgar algún aspecto de mi vida procura saber con seguridad que la información que pretendes usar en mi contra es verídica. La locura no es algo con lo que puedas jugar, acaba de comer y sube a mi habitación. Los empleados pueden indicarte donde está, es necesario que te acomodes a tu gusto y me menciones si sientes la necesidad de modificar alguna cosa en el lugar que compartiremos.

Yoongi lo observó levantarse de la mesa e irse, miró a Taehyung con la duda marcada en sus ojos. Jung Hoseok simplemente había decidido marcharse de la nada.

-Tenemos algún familiar sufriendo de estigmas de locura. Es un tema tabú para Hoseok, le duele hablar sobre eso. - explicó el chico con tristeza en la voz. - No os preocupéis, mi hermano está mucho más cuerdo de lo que os imagináis. No suele enfadarse tampoco. Solo... Ese es uno de los pocos temas que le vencen, ni siquiera estaba enfadado ahora. Solo dolido. - se excusó. - No estoy de acuerdo con que haya tomado la decisión de ofrecerle dinero a alguien a cambio de cariño, pero a veces parece realmente desesperado por tener a alguien que lo reciba con un abrazo después de un día de trabajo complicado.

Los hermanos Min asintieron sin decir nada, el resto de la comida fue silenciosa. Ninguno de los tres tenía algo interesante que decir, el ambiente era casi helado entre ellos.

-Será bueno tener a gente nueva en casa. - susurró Taehyung.

Ambos lo escucharon pero se limitaron a seguir comiendo sin decir nada a cambio. En ese momento no sabían la tristeza que el corazón del pequeño Jung Taehyung reunía ni lo cerca que estaba la locura de su familia.





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Espero que os haya gustado baes, a pesar de que al principio tenía pensado hacer una trama muy sencilla pensé que tal vez añadir algo más estaría bien ya que solo y exclusivamente la historia de amor me parecía que podría llegar a ser monótona. Así que aquí está introducida otra parte de la trama : locura.

Sabréis más adelante a quien le afectará esto.

Un beso, Mel 😘

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