Capítulo 20
"Espero poder verte mañana, esa esperanza está asfixiándome. Cuando estoy casi agotado me quedo dormido, espero que vengas incluso en mis sueños."
–Coming Home (JJ Project)
Jungkook echó su cabeza hacia atrás y miró hacia el cielo estrellado. La mayoría de invitados estaban cenando todavía, pero él no soportaba la forma en la que todos los amigos de Hoseok lo miraban. Como si fuese el nuevo juguete del magnate, como si su hermano fuera una simple pieza más en su partida de ajedrez. La gente adinerada podía obtener cualquier cosa, bastaba con que sus ojos captasen algo bonito para que se sacasen la cartera del bolsillo. Como si con sus billetes pudieran hacerse con el mundo entero, sin importar nada más que aquello que marcaban sus deseos.
–Vaya mierda. - susurró antes de darle un trago más a la botella de vino que sostenía entre los dedos de su mano.
Por si no fuese poco tener que pasarse un día completo soportando la idea de ver a su hermano uniéndose a un hombre que no amaba, la celebración parecía interminable. La comida del mediodía había sucedido horas atrás y después de una gran cantidad de bailes, actuaciones de músicos sobre el palco del jardín y algunas situaciones sin importancia, ahora había llegado la cena. Sin duda el magnate deseaba una ceremonia a lo grande, la cantidad de gente adinerada que había acudido sin tan siquiera conocer su nombre o el de su hermano lo demostraba. Pero desde luego conocían a Jung Hoseok, la manera en la que hablaban con este en un tono excesivamente conciliador demostraba que habían asistido al evento como una mera formalidad para facilitar negocios entre sus empresas y la de este.
Sobre las mesas del jardín todavía residían las acristaladas botellas y copas que habían usado los invitados antes de entrar al gran salón para comenzar con la cena.
–Lo estás malgastando. - Taehyung se acercó a Jungkook, llevaba un traje elegante con la americana negra cayendo cuidadosamente sobre su camisa de seda blanca, abierta hasta la mitad del pecho a pesar de que el frío de finales de Febrero todavía era pesado. Se había desatado el nudo de la corbata y ahora esta se precipitaba desordenada sobre su torso. - Es un buen vino pero no sabes cómo beberlo.
Tae tomó dos copas limpias de una de las mesas y rompió la distancia entre él y Jungkook en un rápido movimiento.
El hermano de Yoongi apoyaba sus hombros sobre la barandilla levemente ancha mientras observaba las tintineantes luces de Roma decorar la ciudad. Llevó la mirada hasta Taehyung cuando lo notó a su derecha.
–Dame eso. - Jungkook frunció el ceño pero aún así le cedió la botella tal y como Jung pedía. - Esta botella vale unos miles y tú te has bebido la mitad sin saborearla ni por un solo segundo.
–No me gusta el alcohol. - respondió Kook a la defensiva, con la sinceridad escapando de forma excesivamente precipitada a través de sus sentimientos de malestar. - Pero he escuchado leyendas callejeras sobre que es una buena cura ante el malestar mental.
Taehyung sonrió levemente y negó con la cabeza ante las palabras del hermano de Yoongi. Su cabello marrón y ondulado se movió con el viento suave del invierno, tapando por sólo unos segundos sus ojos.
–El alcohol da más dolores de cabeza de los que quita. - posó las copas sobre la barandilla y sirvió una breve cantidad de vino. - Pero puedes disfrutarlo sin consecuencias cuando sabes cómo. Yo ni siquiera debería beberlo, pero a veces me lo permito cuando atravieso una buena época.
Jungkook se mantenía en silencio, sentía curiosidad acerca de las palabras del chico pero eso era algo que nunca admitiría en voz alta. Al igual que sus sentimientos, simplemente no se sentía preparado mentalmente para enfrentarse al rechazo y mucho menos a su propio hermano. Yoongi quería el dinero más que a nada en el mundo y él quería a Hoseok, quería sus cuidados, sus sonrisas, sus manos fuertes revolviéndole el cabello cuando aprendía rápido, ansiaba verlo todos los días sentado en su coche esperándolo en la puerta del instituto... Quería tanto del magnate que empezaba a sentirse mareado por la necesidad. Le gustaba ese hombre y la felicidad que provocaba tan fácilmente en él cada vez que se le acercaba. No era el físico, era todo. Era Hoseok. Eran sus sentimientos puros y sus buenas intenciones. Era que le hacía caso a todas horas y era que se preocupaba por él como nadie lo había hecho antes.
–Hablas de beber como un arte, no hay que ser un experto para tragar líquido.
Taehyung sonrió ante lo que había dicho Jungkook mientras que este se limitó a bufar al entender que para la mente de un par de adolescentes como ellos lo eran, unas palabras tan normales y claras como las que había usado podían cobrar significados muy diferentes a los pretendidos.
-Me has entendido.
–Lo he hecho, no hay que ser ningún experto para eso. Basta con un par de veces para hacerlo bien y disfrutar. - ahora era Jungkook el sorprendido, a veces Taehyung era tímido con las personas que lo acorralaban pero cuando no sentía miedo se soltaba en un instante. Eso en realidad le parecía encantador. - Ten. - las manos de Tae tomaron la suya y con cuidado lo ayudó a colocar sus dedos alrededor de la copa en la forma que él prefería. - Así.
El pequeño de los Jung sonrió satisfecho antes de tomar su propia copa.
- Atento.
Jungkook bufo sin apartar la mirada del hermano de Hoseok, aunque quisiera reaccionar como el idiota que era se estaba obligando a no armar una escena. Yoongi podía cortarle las bolas si estropeaba los negocios de Hoseok, el tipo trabajaba incluso durante su boda. Todos los que se le acercaban eran socios o posibles inversores y su hermano parecía en su salsa cuando los hombres y mujeres de apariencia adinerada se le acercaban. Estaba disfrutando, presumiendo su traje caro, su prometido impecable y fingiendo saber por completo lo que hacer. Sin embargo, Jungkook lo conocía bien, era evidente que Yoongi no dejaba de morderse las uñas y cuando el magnate lo regañaba argumentaba que era una simple manía que tenía desde que era un niño.
–Sorpréndeme. - contestó Jungkook, mirando a los ojos a Taehyung. Verde. El color de sus ojos era notable incluso en el jardín que tan solo se encontraba levemente iluminado por velas y antorchas.
Taehyung mordió levemente su labio captando al instante la atención de Jungkook y se acercó un poco más a él. Posó de nuevo su mano sobre la del hermano de Yoongi con la intención de guiarlo con mayor facilidad. Quería sorprender a ese chico camaleónico que se convertía en una malvada bestia cuando trataba de impresionar a la gente y se mostraba frágil en la intimidad.
–Tienes que deleitarte con esto Kookie. - sabía que a este no le gustaba ser llamado de esa forma por alguien que no fuera su hermano mayor, pero cuando Jungkook no protestó decidió volvió a hacerlo. - Kookie. - arrastró la palabra entre sus labios con voz ronca, disfrutando cada sílaba de ella. - Disfrutalo. Si no lo haces no tiene el menor sentido que decidas beberlo. - Taehyung siguió hablando mientras Jungkook lo miraba fijamente. Movió la copa de manera tranquila, sujetando la mano del chico bajó la suya, acariciando la fría piel de este. - Déjalo respirar un poco, lo bueno lleva su tiempo. - susurró dando otro paso hacia delante. - Ahora, siéntelo.
Jungkook se quedó quieto, observando con atención la forma en la que Taehyung parecía tomarse completamente en serio la tarea de beber ese caro vino y ante todo analizando la manera en la que este llevó la copa que él todavía sostenía hasta su nariz para a continuación cerrar los ojos y olisquear.
-Ahora tú.
Dudoso, Jungkook hizo lo que Tae le había pedido. No entendía bien lo que sucedía pero tampoco se sentía incómodo, por lo que simplemente quiso seguir adelante. Había muchos pensamientos carcomiendo su mente que comenzaban a disiparse mientras atendía a todos los detalles que ponía el pequeño Jung en el acto de beber vino. Incluso le parecía algo erótico cuando este lo explicaba tan delicadamente.
Así que cerró los ojos sintiendo el olor fuerte abrirse paso a través de sus fosas nasales y tosió ligeramente.
–Demasiado fuerte para mi gusto. - mencionó. - Como si hubieran derramado cinco botellas sobre mi. O...
–Como estar en mitad del campo. - dijo Taehyung en voz baja.
Un escalofrío recorrió la nuca de Kook cuando escuchó su voz tan grave de nuevo. Sus palabras leyéndole la mente por un instante.
–Sí... Eso iba a decir. Me recuerda a frutas y al campo.
Taehyung asintió antes de tomar la mano de este y guiar la copa hasta sus propios labios. Y de nuevo, Jungkook lo observó hacer y lo analizó mientras lo veía relamerse los labios con disfrute antes de beber un corto trago más.
–Tu turno. - ambos estaban tan centrados el uno en el otro que si alguien hubiera intentado hablarles ni siquiera lo habrían escuchado. - Pásalo de un lado a otro de la boca, debes saborearlo.
Un pequeño sonido de duda de parte de Jungkook y la mano de Tae ya estaba de nuevo sobre la suya animándolo a beber sin presionarlo realmente. Cada sencillo detalle era captado, desde la velocidad lenta en que los párpados del muchacho se cerraban captando por primera vez la gran cantidad de sabores que ese simple vino le regalaba, hasta la forma en que su manzana de Adán se movía al tragar atropellada con la corbata que Jungkook llevaba puesta.
–¿Te gusta? - un paso más de Taehyung y la distancia entre ellos sería de sólo un par de centímetros.
Jungkook asintió, abriendo los ojos y encontrándose con la mirada verdosa del hermano de Hoseok escrutándolo. Sentía que podía quemarse si miraba por demasiado tiempo sus iris, el color era tan similar al del magnate que por instante casi le pareció verlo en aquella mirada inocente. Su mano tembló cuando le devolvió la copa, mareado por la cantidad de emociones que se acumulaban en su cuerpo y la cantidad de alcohol que había consumido antes de la llegada de Tae. Se tambaleó levemente y posó las manos sobre el pecho del pequeño de los Jung, dejando caer la copa.
–Demasiado alcohol para ser tú primera vez bebiendo.
En contra de lo que todos pensaban Taehyung era fuerte, trabajaba con caballos y eso lo obligaba a mantenerse en forma. Las largas caminatas por la montaña, levantarse pronto para ir a limpiar el establo, colocar bien el pasto... Trabajaba a su manera, se mantenía vigoroso sin ni siquiera pretenderlo. Por ese motivo cuando Jungkook volvió a tambalearse pudo sostenerlo sin problema y caminar con él hasta una mesa apartada. Los invitados de Hoseok no podían ver al hermano de Yoongi así. Daría mala imagen en sociedad.
–Me gusta tu hermano. - confesó el chico, cuando sintió que el mundo dejaba de girar a su alrededor. - Pero si lo mencionas o tan solo se lo dices a alguno de tus amigos a distancia... - Jungkook se sentó recto y le hizo una seña a Tae para que se acercase, estaba un poco borracho en realidad. Ni siquiera lograba coordinarse del todo y sus palabras eran más precipitadas incluso de lo habitual. - Te cortaré las bolas, Taehyung. Nadie puede enterarse de esto. - dijo tirando de su corbata y apoyando su frente sobre la de este. - Estás acabado si alguien se llega a saberlo por el motivo que sea.
Taehyung tragó saliva y asintió, despidiéndose de todo el valor que había tenido unos minutos atrás. Nunca sabía como actuar o qué hacer con Jungkook, era parte de su familia ahora y sin embargo por mucho que lo intentaba nunca lograba obtener su cariño. Eso le dolía pero por encima de todo lo frustraba.
Era difícil vivir queriendo reír y teniendo que mantenerse serio. El mundo tenía una norma de vida honorable muy difícil de seguir para Taehyung. Las personas solo pensaban en sí mismas, solo luchaban por sus problemas y necesidades. Él llevaba demasiado tiempo encerrado en la idea de que las palabras cariñosas podrían curar a las fieras más desconfiadas. Sin embargo, Jungkook no necesitaba ser curado, él necesitaba alguien que lo retase sin temblar ante sus amenazas. Necesitaba que lo frenasen porque estaba a punto de perderse en la necesidad de encajar.
–¿Hoseok? - la mirada de Taehyung estaba perdida, sus ojos se movían de un lado a otro y jugueteaba con las manos asustado.
Solo por un segundo la voz de Hoseok volvió a la cabeza de Jungkook desde que Tae había salido al jardín para interrumpir sus lamentos.
"Tae no soporta los gritos o la violencia, entra en pánico cuando algo así sucede. Cuando éramos pequeños los niños solían meterse con él por ello... Algún día sabrás el motivo de su miedo. Cuando él quiera contártelo lo hará, mientras tanto por favor, cuidalo. Cuida de mi hermano."
–Oye, era broma. No voy a hacerte nada. - dijo con la voz calmada. A pesar de sus duras palabras Jungkook jamás se atrevería a dañar al muchacho que ahora se encontraba perdido a su lado. - Taehyung.
–No diré nada, de todas formas ya lo sabía. Eres muy obvio en ese aspecto.
-¿Lo soy? - lo era. - No es fácil, me gusta y a la vez lo detesto. No me agrada que esté usando a mi hermano pero me vuelve loco cuando me cuida y presta atención. Un mes y medio, ha bastado eso para que tu hermano me tenga en la palma de sus dedos. Ahora no sé qué hacer.
Taehyung levantó lentamente la mirada tratando de tranquilizarse y le sonrió a Jungkook. Ya no era el chico sensual que hasta hace poco había sido con todo el tema de la cata del vino, ahora volvía a parecer un chiquillo adorable con ganas de ayudar.
–Entonces... ¿Qué vas a hacer? - preguntó Tae, con el dolor aún instalado en la garganta y pecho.
–No lo sé TaeTae, no tengo ni la más mínima idea. ¿Un clavo saca a otro clavo?
–No. Otro clavo y serán dos.
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Hiiiiii!!!!
En esta ocasión no habéis podido saber acerca del Yoonseok pero se debe exclusivamente a que quiero introducir del modo adecuado a la que será la pareja secundaria de esta fic y la principal del libro The Dancer que se corresponde con el segundo de la saga #LostBoys. Espero de verás que os esté gustando, también podéis comentarme al respecto en mis redes sociales y ayudarme así en el proceso de compartir mi trabajo con otras personas. Momento spam, guiño guiño.
Twitter : MinMel97
Instagrams : melaniegerpeleon (personal) y wastedsoul_girl (para mis historias de wattpad)
Un beso, Mel 😘
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