"Regresame a la básica y la simple vida. Dime esas cosas que te hacen sentir todo sencillo. Tus caricias, mi conforte, mi canción de cuna. Sosteniéndome fuerte y durmiendo en la noche."
(Easy - Troye Sivan)
Los dedos de Hoseok repiqueteaban sobre la sencilla mesa de madera situada en la pequeña sala de estar del apartamento de los hermanos Min, de vez en cuando levantaba la mirada con disimulo de los papeles para observar algunos de los tatuajes que escalaban la garganta de Yoongi o aquellos resquicios de decoración que se encontraban sobre el mueble de la vieja televisión.
Le gustaba el chico que Seokjin había seleccionado para él porque realmente no tenía nada que ver con las parejas que se había acostumbrado a tener, estaba tan cansado de entrar en relaciones con novios perfectos que buscaban en él otra muestra de perfección para completar la perfecta estampa familiar sin problemas y con mucho dinero... Físicamente jamás podría quejarse pues había salido con muchos chicos atractivos pero ni uno solo de ellos había tenido sobre su piel el rastro de arte que se escapaba sobre el cuello del suéter de Yoongi y escalaba por sus manos mientras movía los papeles que el abogado le mostraba. Min era guapo para su tipo de concepto de belleza, aunque Hoseok no estaba buscando una persona preciosa por fuera sino a alguien que calentase un poco su alma por dentro sin importar que fuese a través de un juego de actuación.
De piel blanca, pelo negro, labios rosados y estilo callejero, Min Yoongi se parecía mucho a los muchachos de sus fantasías más escondidas. Pidió un chico malo y su abogado encontró a uno que al menos en aspecto parecía serlo. Pidió mala actitud y también la obtuvo porque sí, el tipo era alguien realmente complicado de tratar a juzgar por su humor irascible y la manera en la que parecía mirarlos como si su sola presencia fuera superior a la de Seokjin y la suya. Era un poco borde en realidad, con mirada juzgadora, risa escandalosa... Todo lo contrario de sus anteriores parejas, algo que le encantaba al magnate. Por fin podría romper esa asquerosa rutina que siempre parecía asfixiarlo, quería empezar a respirar y Yoongi quizás fuese un idiota sin embargo haría de su vida algo un poco menos rutinario.
Mientras él continuaba analizando a la persona que se convertiría en su marido por un año completo, Seokjin les explicaba a los hermanos Min con voz calmada los términos del acuerdo prematrimonial. Hoseok podría estar desesperado por conseguir un chico que lo hiciera sentirse vivo pero no era idiota, si Min se comportaba bien le daría cada capricho que quisiera. Si por el contrario se portaba mal rompería el trato sin darle ni la más mínima cifra del dinero acordado. Su definición de comportarse bien era tan simple que a Yoongi se le escapó una sonrisa burlona.
Jung buscaba una persona dispuesta a acompañarlo en esos viajes de negocios tremendamente aburridos que terminaban con su paciencia, a un chico que besase sus labios y tomase su mano cuando llegase a casa tras un día de trabajo asfixiante. A alguien que le deshiciera el nudo de la corbata y se sentase a su lado en la mesa para cenar mientras charlaban de cualquier tontería.
Lo que no quería era atrapar por completo a una persona sin motivo. Así que le pediría a Yoongi amor, sin importar lo falso que este fuese. Si recibía eso, entonces la cifra de la cuenta bancaria de los hermanos Min aumentaría más y más por cada día que pasase.
-¿Unas cuantas caricias y que esté dispuesto a cenar contigo todas las noches? ¿Eso es todo lo que pides a cambio de la millonada que me pagarás? ¿Dónde está la trampa? - Hoseok se encogió de hombros y miró al chico directamente a los ojos. Le gustaba. Su forma de hablar, de expresarse, de mirarlo... Era diferente de lo que solía encontrar en los círculos por los que con frecuencia se veía obligado a moverse. Min Yoongi no se mostraba respetuoso y formal porque no había nada que lo empujase a hacerlo. - Quizás estés un poco loco después de todo.
Hoseok se obligó a ignorar la palabra que Yoongi había escogido, tuvo que cerrar los ojos por un instante pero finalmente logró sonreír un poco.
-Debes acompañarme a mis viajes de negocios también y para eso necesitarás aprender algunas cosas sobre las fiestas de sociedad. Lo cual incluye a tu hermano, puedo matricularlo en la mejor escuela de Corea. Aprenderá bien y le enseñarán buenos modelos de conducta. - Hoseok llevó su mirada hacia el hermano pequeño de Yoongi, estaba claro que a este no le gustaba ni un poco todo lo que envolvía el contrato.- Mi hermano Taehyung podría ayudarle en lo que sea necesario. Además, él necesita un buen amigo en Seúl. Está solo aquí, así que podríais haceros compañía. ¿No te agrada la idea, Jungkook?
El pequeño de los Min dejó escapar una sonrisa cargada de ironía que hizo que el magnate entendiese en solo una mirada, que en esos ojos brillantes había cierto rencor hacia su presencia.
-Yo no estoy en venta, Yoongi y yo no vamos en el mismo paquete. - a Jungkook no le agradaba ese hombre. Hoseok podría tener todo el dinero del mundo pero a él no le gustaba su actitud en absoluto. Le importaba poco su cartera o sus empresas, no quería a alguien con afán de héroe cerca y sin duda Jung Hoseok parecía un tipo rico aburrido que había encontrado un perfecto juguete en un muchacho de los barrios pobres de Seúl. Le resultaba insoportable. Con su traje de marca, las cadenas de oro brillando en su cuello, el Rolex en su mano o la forma en la que se movía. Muchos le llamarían clase pero sin duda Kook prefería denominarlo como simple mala actuación. Si estaba pagando por lo que su abogado había definido como un chico malo, era probablemente porque creía que no lo podría conseguir sin comprarlo. Así funcionaba a sus ojos Hoseok, un idiota con dinero que en lugar de esforzarse para obtener las cosas tan solo tenía que sacar su tarjeta de crédito de color negro. Todas las características humanas que detestaban su hermano y él se reunían en una sola persona.
Jungkook no quería ser el proyecto social de un idiota que vivía en una casa de oro desde el mismo día en el que había nacido.
-Cierto, mi hermano no entra en el trato. - y Jungkook asintió. Detestaba a la gente con dinero y detestaba a ese hombre que quería comprar la vida de su hermano a cambio de billetes y regalos caros.
-Está bien Jungkook, solo era una idea. Mi hermano pequeño me preocupa a veces, él necesita amigos de su edad. La muerte de nuestros padres cambió por completo nuestras vidas y los efectos secundarios de atravesar algo así permanecen plenamente presentes en su vida. Ya no se relaciona con nadie que no sea de su completa confianza, no inicia charlas ni disfruta socializando. - el menor de los Min apartó la mirada, en cierto modo Jungkook comprendía lo que ese chico podía sentir. Eso que estaba sintiendo el chico del que Hoseok le hablaba, se podría parecer bastante a lo que él sintió tiempo atrás. Sus padres también habían fallecido y aunque en aquella época solo era un niño, él también se aisló durante un tiempo. Aún así no era su problema.
Yoongi por su parte observó al magnate automovilístico con la curiosidad recorriendo su mente, no sabía que decir acerca de este. Lo veía hablar con el abogado, firmaba los papeles con esa pluma estilográfica de aspecto caro y mantenía la compostura en todo momento como si su piel fuese lo suficientemente gruesa como para que las balas no lo matasen.
En cierto modo era como si Jung Hoseok hubiese nacido para los negocios, sabía de términos de derecho porque en ocasiones era él mismo quién les explicaba los términos en lugar de su abogado y jamás perdía esa irritante sonrisa cuando SeokJin le preguntaba algún dato necesario para cubrir sobre el papel. También estaba ese físico, para Yoongi no era increíblemente guapo pero tenía cierto atractivo, incluso un hombre al que le gustaban las mujeres podría admitirlo. El cabello de Jung era del más intenso color negro, brillaba como el de las muchachas que salían en los vídeos musicales que su hermano veía en secreto y sin duda las manos captaban gran parte de la atención de Yoongi. Esas venas marcadas que se desplazaban hasta el interior de sus brazos, escalando por la piel de estos para ocultarse bajo las mangas de la chaqueta americana levemente arremangadas, le indicaban que muy posiblemente se ejercitaba a diario. Así que, tal vez, bajo las camisas de chico de oficina se escondiera un buen cuerpo.
Aún así, él no lograba sentir atracción alguna. Era un chico heterosexual tratando de encontrar algo a lo que aferrarse para excitarse con Hoseok el cual era un tipo completamente normal con un hermoso traje y el cabello bien cuidado. El magnate era del montón, no despertaba nada en su cuerpo. Se preguntaba cómo demonios cumpliría el contrato si no le proporcionaba ningún tipo de necesidad sexual, por mucho que lo intentase. Tal vez desnudo, a cuatro y gimiendo su nombre... Pero solo tal vez.
Aunque Hoseok había indicado que su intención era únicamente la de obtener cariño, Yoongi no era idiota. Sabía que probablemente el sexo aparecería en algún instante en la ecuación de su matrimonio falso.
-Firma aquí, Min. - el abogado parecía obstinado en realizar su tarea rápido, incluso si Hoseok se tomaba las cosas con más calma.
-¿Lo has entendido, Yoongi? - el mayor de los Min asintió. - Bien, si estás de acuerdo firma donde Seokjin te lo ha indicado. He explicado cada línea pero puedes leerlo si no te fías de mí. En contra de lo que muchos creen. aprecio cuando las personas se molestan en comprender bien los contratos.
Hoseok apoyó el contrato con todos los puntos cubiertos sobre la mesita de la sala de estar de los Min y le dedicó una mirada curiosa a Yoongi. Estar con ese chico sería sin duda algo interesante.
-Está bien, creo que lo leeré. No me fío de las personas como tú. No es nada personal pero me resulta extraño que regales tu dinero a cambio de un año de matrimonio y algo de cariño, quizás también sexo. Una puta te saldría más barata.
De nuevo con calma Hoseok le dedicó una sonrisa y le cedió los documentos.
-No tenemos prisa, puedes leerlo las veces que lo necesites. Tómalo con tranquilidad. - su gesto se torció levemente. - Me gustaría indicarte más adelante el motivo por el cuál tu comentario es una completa idiotez, en una sociedad como la nuestra la esclavitud sexual es algo tremendamente asqueroso pero que continua sucediendo. Me verás combatiendo la prostitución desde muchas asociaciones, pero jamás consumiéndola. Las mujeres sufren demasiado a diario como para que alguien decida pagar por servicios que en la mayoría de ocasiones realizan en contra de su voluntad. No estoy comprando tu cuerpo o favores sexuales, estoy tratando de encontrar algo diferente y sé desde el inicio que tu cariño será una actuación. En este contrato tú sabes lo que harás y tú más que yo decides si quieres hacerlo o no.
Eso era tal vez lo único que le había agradado hasta el momento. Jung Hoseok era una persona que mantenía la cabeza despejada de prisas y las ideas bastante claras acerca de aquello que estaba dispuesto a permitir. Estaba ese modo en el que lo había corregido en el instante que tocó un tema ciertamente delicado y también el detalle de que hace una media hora Jin mencionó que tenían una reunión y este simplemente contestó que les quedaba suficiente tiempo para leer bien el contrato, explicar perfectamente cada punto y llegar a las oficinas de la empresa. Jung prefería dejar el asunto bien zanjado, sin dudas o malentendidos.
La razón por la que a Yoongi eso le parecía algo bueno se debía a que se había enfrentado en demasiadas ocasiones a seres humanos con la intención de engañarlo. A veces aquello que parecía demasiado bueno terminaba siendo muy malo, pero Hoseok estaba encargándose de dejar bastante claro todo lo que supondría el contrato.
-Eso es todo por ahora, como se estipula en el contrato tendrás que alojarte con Hoseok en la casa familiar en un periodo de al menos cuarenta y ocho horas. La boda se realizará en menos de un mes pudiendo ser la fecha del enlace elegida por tí mismo. - Jin se levantó tras ordenar los papeles y guardarlos en su maletín. - Espero que esto salga bien.
Yoongi se levantó por instinto a la vez que Hoseok, aún no era su marido, no lo conocía de nada realmente pero por alguna razón los comportamientos de este lo hacían sentirse un poco incómodo. Se sentía casi obligado a mantener la compostura. Su egocentrismo se había extinguido después de leer ese contrato. Quería el dinero, lo necesitaba para darle una buena vida a su hermano pequeño, así que haría lo posible por atender las necesidades del magnate.
-No hagas eso. - habló Jung Hoseok cuando entendió las intenciones de su futuro marido. - No quiero a alguien amable o sumiso Yoongi, he tenido muchas parejas así y realmente me resultan aburridas las personas de ese estilo. No cambies tu personalidad por mí. Si bien es cierto que en el contrato pido cierto buen comportamiento me refiero principalmente a la fidelidad, puedes estar con otras personas pero me gustaría saberlo. También hace referencia a las ocasiones en las que debas acompañarme a algún evento social. Cabe mencionar que no estás obligado por completo a asistir a todos estos, pero aún así espero que acudas a algunos de ellos.
-¿Por qué no dejas de ser tan formal entonces? No trates de suavizar esto. Hay un contrato que he firmado. Quieres un marido del que presumir y con el que muy probablemente follar. Haré eso. Es el único resumen posible. Me dan igual tus elegantes eventos sociales o tus amigos millonarios. Seguiré siendo el mismo que siempre he sido... Solo pretendía hacer esto más llevadero.
-No finjas un comportamiento que no va contigo incluso si te pido ciertas muestras de afección Yoongi. Hay algo que no está escrito en el contrato. Algo que la justicia en este caso no puede medir y se trata de amor. Quizás solo de cariño. No quiero únicamente a alguien con quien mantener relaciones, quiero a un chico que me haga sentir algo. Mis parejas hasta ahora han sido demasiado superficiales y he depositado mi confianza en tí.
Yoongi mantuvo su atención sobre el magnate por al menos un par de segundos, sintiéndose un poco confuso con todo lo que envolvía ese acuerdo entre ambos.
-¿Puedo preguntarte algo? - Hoseok asintió. - ¿Por qué estás comprando una pareja? Es posible que puedas tener a mucha gente deseando casarse contigo.
Hoseok suspiró, y por primera vez Yoongi lo percibió nervioso.
-Cuando tienes dinero es difícil saber si te quieren a ti, un acuerdo entre empresas o a tus regalos. - le explicó. - Supongo que prefiero saberlo desde el principio. De esa forma no corro el riesgo de enamorarme sin conocer las consecuencias de ello. No soy una persona buena con los sentimientos, a diferencia de lo que puedas creer tampoco tengo buenos amigos. Tal vez solo un par de ellos son cercanos a mí. - bajó la mirada. - Al igual que mi hermano, no soy alguien a quien le guste tomar confianza con más personas de las necesarias y las parejas que he tenido me han resultado aburridas y casi absurdas. Mis gustos tienden a ser distintos a los de las personas que encuentro en mi trabajo. A ellos les gusta jugar al golf y a mí conducir de noche escuchando música. Me gusta ir al estudio de danza y a ellos a comer en algún restaurante elegante. Me agradan las cosas sencillas y... A ellos los hoteles de lujo o los viajes a Europa siempre dentro de un enorme resort que no te permite conocer el país en el que estás. Por eso estoy eligiendo a alguien de esta zona. Supongo que tus gustos pueden ser más cercanos a los míos, la verdad es que aún no lo sé... Solo quiero intentarlo con lo opuesto a lo que siempre he tenido.
Por un instante esas palabras captaron la atención de Jungkook, el magnate había usado una voz menos formal. Parecía sincero y casi afectado, eso definitivamente aportaba una faceta más sencilla a su estética de chico rico. Lo hacía humano a diferencia de sus joyas y ropa. Diferente de su risa forzada e imperturbable.
-Oye... Yo no seré muy diferente. Deberías saber eso, me gusta el dinero.
-Creeme. No te gusta más de lo que a otras personas que han estado conmigo les gustaba. Al menos quiero intentarlo con alguien que suponga un reto para mí. Alguien que desde el inicio me diga que me quiere por mi dinero, estoy cansado de hombres que dicen que me aman pero tan solo desean acceder a mi cuenta bancaria mediante mentiras.
-¿Eso soy? ¿Un reto?
Hoseok sonrió y los hermanos Min lo miraron extrañados.
-Eres más que un reto Yoongi, pero prefiero que los detalles vayan revelándose poco a poco.
---------------
P.d : Hoseok me parece precioso pero Yoongi notará los detalles a medida que se vaya enamorando. Usaré como un tema central el hecho de que cuando una persona te cuida, te cae bien y te ayuda eso la hace más guapa, más atractiva o simplemente más importante en tu vida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro