Capítulo 18
"¿Esto ha sido el error de un ángel o un beso intenso?"
-Dimple (BTS)
Había pasado poco más de un mes cuando los preparativos de la boda se terminaron. A pesar de la cantidad de horas de tiempo libre que le quitaba y de lo estresante que era hacer malabares con su trabajo, Hoseok puso todo su corazón en la ceremonia porque para él la familia siempre estaba en el primer punto de su lista de prioridades. Y de alguna forma Yoongi sería parte de su familia a partir del día en el que los dos se casaran, al menos por un año completo.
Muy a pesar de que sabía que Yoongi no estaba ilusionado, logró que este entrase en la decisión de algunas cosas importantes como lo eran la música o la elección del catering. El magnate no lo culpaba por negarse a poner toda su atención sobre la boda, lo había contratado para ser un falso marido que le proporcionara una falsa sensación de amor y eso lo hacía a la perfección. Cada día los actos del chico parecían mucho más sinceros, incluso si no lo eran y solo estaban motivados por la necesidad de obtener su dinero cuando ese año llegase a su fin. Como los niños que se portan bien para obtener su regalo el día de Navidad, el mayor de los Min hacía sus esfuerzos para que su relación con Hoseok fuese tan bonita como lo sería si los dos estuviesen enamorados.
Con su actitud fuerte, su propia forma de ver el mundo y una actuación mejor que la de cualquier actor, Min Yoongi se estaba convirtiendo en todo lo que el magnate alguna vez había llegado a desear. Aún así, a veces el magnate se encontraba a sí mismo sintiendo dolor y luchando contra su conciencia por todos los besos sin significado o las caricias automáticas. Hoseok había comenzado a preguntarse si las palabras de Seokjin eran quizás lo más sincero y realista que había escuchado desde hace muchos años.
- Jefe. - el magnate alzó la cabeza saliendo de sus pensamientos y miró a Namjoon. El novio de Jin, la pareja perfecta. Ellos casi parecían sacados de una película. Siempre estaban de acuerdo y si alguna vez no lo estaban se las ingeniaban para encontrar la solución a su desacuerdo, juntos prácticamente a todas horas pero aún así dándose el espacio suficiente como para no aburrirse el uno del otro.
En ocasiones, cuando se sentía mal y un poco hundido, le causaban algo de rabia. Si no fueran los mejores amigos que había llegado a tener, incluso los tacharía de idiotas. Antes de verlos juntos no creía en el amor perfecto y ahora que los tenía trabajando en su propia empresa solo quería encontrar una relación como la que ellos tenían. Una de verdad, llena de sentimientos bonitos que le hicieran vibrar el corazón.
-Han llegado los socios para revisar el nuevo anuncio, cuando quiera empezamos la reunión.
El magnate asintió, eran sus mejores amigos pero dentro de la empresa sus papeles y relaciones se mantenían en la línea de empleado y jefe. Incluso Namjoon hablaba con Seokjin de manera formal, eso evitaba errores, distracciones y sobre todo discusiones. Su padre lo pensó así en algún momento, ahora él lo seguiría llevando a cabo. Las relaciones entre sus empleados no estaban prohibidas pero una vez dentro del edificio no había amigos, esposos, familiares... Mientras trabajaban tan solo importaban los resultados. Daba igual si tras poner un pie fuera de la empresa becarios y directores compartían cama, o si abogados y notarios se iban a tomar un par de copas juntos antes de regresar a su hogar.
–Estaré ahí en un segundo. - Namjoon asintió y revisó su carpeta, asegurándose de que ningún papel le faltaba mientras esperaba a Hoseok. - Vamos. ¿Ha llegado todo el mundo?
El notario negó mientras atravesaban la zona de trabajo virtual del lugar. Desde que Hoseok tomó el puesto que tanto le había costado llegar a su abuelo, las innovaciones no habían parado de llegar a Hope 's Enterprise. Ahora tenían la mejor tecnología, los mejores métodos, los mejores empleados pero todavía les faltaban ideas. Y precisamente por eso todos los miembros del equipo directivo estaban cruzando los dedos para que los inversores aceptasen el concepto del nuevo anuncio que Yoongi y Hoseok habían ideado a la par que organizaban su boda. Había sido especialmente entretenido poder mantener largas conversaciones sobre su trabajo con el mismo hombre que en tan solo un par de semanas se convertiría en su marido.
Por supuesto el anuncio tendría cierta censura pero esperaban poder mantener la estética oscura además de un cierto toque erótico que captaría la atención de los posibles compradores. Sus coches eran perfectos, un anuncio ideal junto con buenos inversores y una promoción de la talla de su marca, podría significar un año lleno de beneficios.
–Están todos, aunque parezca increíble ni uno solo ha faltado. Creo que se debe a la caída de beneficios durante los últimos meses, están enfadados. Van a pedir explicaciones. No les gusta que pongas todo tu interés en ampliar el nivel tecnológico de la empresa mientras los números continúan decayendo. Gran parte de nuestro público son hombres y mujeres de negocios, prácticamente siempre apegados a un modelo de coche de lujo clásico y tradicional.
Un suspiro abandonó los labios de Hoseok en ese instante, sabía cómo llevar la empresa al éxito pero en ocasiones había meses malos. Eso era algo que a sus socios no les gustaba y sin embargo él no podía controlarlo. No estaba en sus manos la crisis financiera del país, ni el hecho de que cada vez menos personas comprasen coches de gama alta. Había intentado un acuerdo para fabricar modelos de automóviles más sencillos, familiares o sencillamente al mismo nivel que los que creaban marcas de gama media y todos lo miraron como si estuviera loco. La empresa del gran Jung no podía dejar a un lado la fabricación de deportivos y vehículos de todo tipo tremendamente trabajados, su exclusividad era la mejor carta que podía jugar. Pero habían pasado muchos años desde que estaban atrapados en la continua fabricación de modelos excesivamente costosos y al igual que Apple en el terreno de la informática, ahora Hope 's Enterprise tenía muchos competidores que ganaban terreno e ideaban nuevos e incluso mejores modelos que los suyos. Sus socios e inversores estaban demasiado cerrados a seguir con la tradición de la elegancia.
–Buenos días señores. - dijo mientras caminaba hacia el interior de la sala de juntas con la mirada segura y el interior temblando.
Hoseok tomó asiento en el borde de la mesa y desplegó los documentos sobre el cristal brillante de esta tras asegurarse de haber saludado a cada persona que se encontraba presente ese importante día. La presencia de Seokjin y Namjoon en la sala lo tranquilizaba un poco, pero no por completo. Tendría que venderles muy bien el anuncio que ansiaba crear.
- Sé que los últimos meses no han sido precisamente buenos para nuestros socios e inversores pero el país atraviesa momentos difíciles y nuestra exportación a países europeos sigue siendo baja en comparación con el resto de empresas de la competencia. Precisamente por eso nuestro nuevo modelo de coche sigue siendo elegante, con un interior trabajado, asientos con motivos de terciopelo rojo y cuero negro, mármol en los acabados de la guantera y una velocidad realmente buena para el motor ecológico que usará. Nuestro objetivo es venderlo fuera de Corea, por medio de anuncios más impactantes y llamativos donde destacaremos nuestro compromiso con el medio ambiente sobre cualquier otra cosa. Si nadie tiene nada que decir al respecto me gustaría comenzar con la presentación de la respectiva publicidad y el concepto que hemos elegido. Elegancia a la que se suma el erotismo y el consumo responsable de la energía. No se alarmen, no haremos nada demasiado intenso.
Yoongi salió al jardín y apoyó sus brazos sobre el balaustre blanco de la terraza, el viento rozó su cabello despeinándolo y causando que se viese obligado a esconderse un poco más en el calor acogedor de su abrigo nuevo. Hacía frío, de ese tipo de frío que te congela las manos y cara en el instante en el que uno abre una ventana o sale a la calle. El invierno seguía avanzando y esos últimos días parecía ser mucho más intenso, por lo que agradecía en silencio cada mañana por poder dormir en una casa donde la calefacción se encendía a diario para mantener el ambiente de la mansión sumido en una calidez ciertamente hogareña.
Observó a Jungkook desde su posición, su hermano pequeño estaba sentado en las escaleras que llevaban hasta el prado que formaba parte de la propiedad de los Jung mientras garabateaba algo sobre un cuaderno, sus ojos parecían completamente atentos a aquello que sucedía ante su mirada. Así que Yoongi decidió imitarlo, observando más allá percibió que a tan solo unos metros de este Taehyung peinaba a dos de sus caballos mientras la brisa removía sus crines y la hierba verde que los rodeaba. El pequeño de los Jung sonreía y hablaba con los animales en tono cariñoso, su rostro se iluminaba cada vez que las yeguas rozaban las frentes y hocicos contra su hombro.
Tranquilidad. Todo estaba repleto de ese silencio que ocupaba la mayor parte del día la mansión de los Jung, había movimiento en el interior. Los cocineros estaban realizando algunos platos que Hoseok le sugirió añadir a la lista de recetas que le gustaría probar. Las limpiadoras se paseaban de un lado a otro con fregonas y bayetas como cada viernes, realizando la limpieza exhaustiva de las zonas comunes en las que ahora se reunían cuatro personas en lugar de tan solo dos. Incluso en el exterior había trabajadores encargándose del mantenimiento de los árboles y cortando esas ramas sin hojas que con la llegada de tormentas podrían suponer algún peligro, la gente entraba y salía de la casa sin que ninguno de ellos le diese la más mínima importancia porque en realidad aquello era lo común y formaba parte de su rutina. Eran de confianza, para los hermanos Jung al menos, así que Yoongi y Jungkook no se metían en esos asuntos.
El chico de los tatuajes se llevó las manos a la cara y sopló su aliento tibio sobre la piel de estas tratando de calentarla. Se le ocurrían mejores formas de hacer entrar en calor su cuerpo pero Hoseok estaba tardando más de lo normal en volver del trabajo, todo era un poco más silencioso y aburrido sin el magnate. Incluso si por norma general la mansión no era el ejemplo de un lugar escandaloso. Incluso le resultaba extraño no verlo sentado en la butaca con una copa de vino en su mano mientras leía alguna novela de Agatha Christie o veía una serie de televisión con una trama demasiado enrevesada o complicada como para atraer la atención de Yoongi.
–¿Qué dibujas? - alzó la voz para que su hermano lo escuchara.
Jungkook giró la cabeza hacia Yoongi, tenía las mejillas rosadas por el frío y su flequillo negro ahora estaba lo suficientemente largo como para molestarle en los ojos cuando el viento revolvía los mechones azabache.
–Hago bocetos de los caballos para la clase de arte, han pedido algo natural. - Yoongi asintió y se apartó del balaustre para caminar hacia las escaleras. Bajó sin prisa y se sentó al lado de su hermano con un pequeño saltito hacia el final de las escaleras en las que este se encontraba. - El problema es que Taehyung los está moviendo de un lado a otro y no logró hacer bien las cosas.
–¿Por qué no le pides que los mantenga quietos por unos minutos? - dijo Yoongi, pasando la mirada por los dibujos de su hermano pequeño. Jungkook era bueno dibujando, al igual que lo había sido su madre. - Deja de fruncir el ceño y ve, no es tan difícil. Solo tienes que pedírselo.
–Bueno.. - el pequeño de los Min llevó una mano a su nuca y se masajeó el cuello. - Hemos tenido un mal día en clase, mi grupo de amigos no se lleva bien con él.
Yoongi bufó, le había advertido a su hermano acerca de esas actitudes tan molestas que había empezado a tomar desde que se juntaba con sus compañeros del equipo de baloncesto. Él había sido así durante un tiempo y probablemente lo seguiría siendo si Hoseok no le hubiera dado una opción de futuro en el que no entrasen el alcohol, robar o la venta de drogas. No quería que su hermano se comportase como un idiota con los demás y menos ahora que ambos podrían obtener un futuro mejor.
Podían elegir. Ahora de veras tenían opciones más enriquecedoras que las que su barrio repleto de pobreza les ofreció mientras vivieron allí.
–¿Vas a seguir haciendo lo que esos idiotas te digan solo porque prometen ser tus amigos? - Jungkook se apartó levemente de Yoongi. Odiaba verlo así, reclamando cosas en las que no era un ejemplo a seguir. Yoongi lo sabía, pero no le importaba ni un poco, estaba haciendo todo por su hermano y no quería que este tomase la decisión de convertirse en un completo idiota. - No son tus amigos Kook, tampoco son buenas personas si se divierten maltratando a los más débiles.
–No trates de darme lecciones si no puedes dar ejemplo Yoons, tú tuviste amigos peores....
–Y tuve que sufrir mucho para darme cuenta de que no merecían la pena. - suspiró recordando a su precioso Jimin. No merecía lo que le pasó, no merecía haber muerto solo por complacer a esos estúpidos, solo por la necesidad de encontrar amigos y vencer la soledad. Park Jimin fue y será una de sus más grandes cicatrices, aún le dolía cada vez que la rozaba. - Por favor Jungkook....
Su hermano volvió a bufar en alto y con una actitud que a Yoongi había empezado a tocarle los huevos, se levantó, le dio la espalda y caminó hacia Taehyung.
–Maldito niño inmaduro. - estaba enfadado con su hermano. Ese no era el Jungkook que conocía, el chico dolido y asustado por el que quería sacrificarse. El mismo que deseaba estudiar psicología para ayudar a los demás.
Lo observó caminar hacia Tae con una pataleta evidente. Jungkook se dejó caer en el césped con las piernas cruzadas y dijo algo que provocó que el hermano de Hoseok se quedase completamente quieto a pesar de la distancia que todavía compartían. Su preciado Kook se había convertido en un abusón de esos que hace no mucho lo empujaban y golpeaban. Sólo dos meses atrás era Jungkook quien llegaba a casa sangrando por la nariz y sin su mochila y era Yoongi quien salía de casa a escondidas para encontrar a los culpables de que su hermano sufriera, era el chico de los tatuajes quien los asustaba, quien siempre protegía, vigilaba y cuidaba a su hermano en secreto. El que le remendaba las heridas mientras dormía y ponía la excusa de que su tía lo curaba en la noche. El mismo que dormía en el suelo para dejarle el colchón a su pequeño pero fingía tener una cama mucho mejor y por eso cerraba con llave, para que nadie la usase. Yoongi amaba a su hermano, incluso si le costaba demostrarlo. Él no era un héroe, no tenía que hablar de sus hazañas.
–¿No tienes frío, nene? - la voz de Hoseok sonó ronca, eso le hizo saber a Yoongi que su prometido estaba cansado y por ende que necesitaba cariño. El toque de la mano de este sobre su nuca fue cálido y suave.
Lo sacó de sus pensamientos por un instante. El chico de los tatuajes se permitió cerrar los ojos y sentir el viento frío estrellándose lentamente contra su piel. ¿Si tenía frío? Lo tenía, pero no le importaba demasiado.
–Han aceptado nuestro anuncio, aunque me ha costado un poco convencerlos. - Hoseok tomó asiento al lado de Yoongi y llevó los dedos de su mano hacia la barbilla de este para girar su cara. El chico abrió los ojos en ese momento pero los cerró de nuevo al instante cuando el magnate selló sus labios con un beso necesitado. - Me gusta que disfrutes de la casa cariño.
Si era un juego... ¿Por qué se sentía tan a gusto cuando Hoseok lo trataba con tanta delicadeza?
–Me gustan tus jardines. - le devolvió el beso, centrándose en mordisquear levemente el labio inferior de su prometido para a continuación lamerlo. Yoongi ni siquiera había percibido la manera en que arrugaba la camisa de Hoseok entre sus manos mientras posaba estas en un puño sobre el pecho de este.
–Nuestros jardines Yoongi, repite. - todavía no había abierto los ojos cuando Hoseok comenzó a trazar caricias por la línea de su mandíbula sacándole el aliento. Le gustaban tantísimo las caricias. - Bebé, dilo.
–Nuestro jardines, Hobi. - susurró Yoongi, para a continuación esconderse en el abrazo cálido que el magnate le ofrecía.
Definitivamente estaba aprendiendo a disfrutar de la atención tan cariñosa que desde hace un mes había pasado a formar parte de sus días, minutos y segundos. Apreciaba a Hoseok, le gustaba su cariño pero lo cierto es que aún no lo quería. No al menos en la forma en la que este ansiaba ser querido.
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Nuevo día y nuevo capítulo, espero de veras que os haya gustado.
Un beso enorme, Mel
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