Capítulo 15
" Si me ves tropezar por favor, llévame lejos de aquí. Quiero huir. "
-Runaway (Bobby)
Estaban perdidos, definitivamente lo estaban pero Taehyung no parecía demasiado dispuesto a admitirlo mientras toqueteaba la pantalla de su caro teléfono Samsung de última generación en busca de cobertura. Jungkook bufó en alto y se encogió en su chaqueta debido al viento frío que ahora había tomado mucha más fuerza.
Era invierno y ellos tan solo llevaban el uniforme del instituto junto con un par de chaquetas casi iguales que Hoseok les había regalado una semana atrás. No abrigaba demasiado, porque se suponía que todo lo que harían sería pasar el día estudiando y disfrutando de sus actividades extraescolares. Irse a una zona rural en medio de la nada no era algo que estuviese en su agenda esa mañana. Mucho menos durante el anochecer y cuando el frío se tornaba mucho más intenso.
-No volveré a hacerle un favor a tu hermano. - susurró molesto por la actitud despreocupada del chico. - ¿Me estás escuchando?
Jungkook se encogió dentro de su chaqueta, no mentiría si dijese que los dientes le castañeaban. El frío viento continuaba tropezando contra la piel expuesta de su cara y revolviendo su flequillo hasta hacerlo molesto.
-Se volvió aburrido la octava vez, a la décima definitivamente empezaré a ignorarte por completo. Te repites en tus argumentos, Jungkookie. - Taehyung se giró para mirarlo. - Tranquilízate, las cosas irán bien. Solo tienes que poner un poco de fe en el asunto, si lo miras desde otra perspectiva hoy estamos viviendo una aventura.
-No me llames así. - solo Yoongi tenía el derecho de llamarlo de esa forma porque aquel era el apodo que sus padres le habían puesto cuando era demasiado pequeño como para apreciarlo. Se trataba de un asunto familiar que deseaba que se quedase justamente ahí, en su familia. - No tenemos suficiente confianza como para que...
Taehyung alzó su mano para pedirle que le diese un momento mientras mantenía el teléfono pegado a su oreja. ¿Posiblemente había logrado contactar con el magnate después de dos horas de espera?
-Parece que Hoseok ya está disponible. Su teléfono da señal, voy a llamarlo para que venga a por nosotros. ¿Podrías ir a preguntar a esa gasolinera la dirección? - Taehyung rebuscó en el bolsillo de su uniforme y tomó un par de billetes - Ten, mencionaste que tenías hambre. Puedes comprar algo si te apetece.
En otra ocasión Jungkook hubiese rechazado el dinero por su propio orgullo pero estaba enfadado, tenía frío y hacía horas que no llevaba algo de agua o comida a su boca. Así que decidió aceptar los billetes que Taehyung le estaba dando e hizo lo que este le había pedido. Lo que sea por salir de la cuneta de esa carretera, no había más autobuses y los coches habían dejado de pasar por la zona desde hace un buen rato. En resumen, literalmente parecían haberse perdido en el peor lugar posible.
- ¿Qué clase de lugar sobrevive con solo dos buses diarios? - se preguntó en voz alta, mientras pateaba una lata de Coca Cola oxidada que se hallaba sobre el asfalto. - Por supuesto, un jodido pueblo en medio de la nada. Ese idiota se ha lucido con su elección de lugar tranquilizador. Oh, desde luego que él parece relajado, no le importa una mierda estar solo ahora mismo en la cuneta con esa pinta de niño rico y su reloj Rolex de.... - Jungkook se dio la vuelta preocupado cuando solo había avanzado unos pasos. - Eh, Taehyung, ven conmigo. Eres como un maldito diamante ahí y este no parece un sitio donde residan personas adineradas.
Taehyung alzó la mirada confuso todavía con el teléfono contra su oreja, sin embargo caminó sin demasiado problema hacia Jungkook. Parecía el tipo de ser humano pacifico que al pequeño de los Min le gustaría ser, en realidad admiraba bastante ese detalle acerca del chico. Tae se alteraba de vez en cuando, pero solo si las condiciones eran lo suficientemente tensas como para que sucediese.
-Estoy hablando con mi hermano. - susurró, informándole del éxito de su llamada al menor de los Min. - Pero aún necesitamos esa dirección. Podemos pedirla en la gasolinera, no tengo idea de dónde estamos exactamente.
-Muy bien Tae, ahora mueve tu culo antes de que los dos nos congelemos aquí fuera. - Jungkook lo sujetó de la muñeca sin fuerza y tironeó de él hasta que comenzó a caminar, de verás estaba muriéndose de frío y suponía que era igual para el contrario incluso si este no lo decía abiertamente. Por otro lado, no le importaba que atracasen a Taehyung porque este tenía dinero para comprarse unas veinte casas y perder un reloj no le supondría demasiado. Sin embargo, no quería perder esas cosas que solo él tenía. Porque aunque la mayoría de lo que llevaba encima le había sido dado por Hoseok, todavía mantenía consigo baratijas bastante sentimentales.
Yoongi le había regalado un teléfono unos meses atrás, y aún con la pantalla rota quería conservarlo porque aquello no era algo que su hermano mayor hubiese robado. No. Él trabajó para ello, lo que sin duda supuso una enorme sorpresa para el menor de los Min. Así que no se arriesgaría a perderlo solo porque Taehyung parecía feliz de vagar por un lugar que parecía estar situado en medio de la nada.
Entraron juntos en la gasolinera, Jungkook todavía sujetaba la muñeca de Taehyung pero en esta ocasión lo hacía con la intención de tapar de la vista de curiosos su brillante reloj. Años de experiencia viviendo en un barrio pobre lo precedían, por supuesto sabía que no todas las personas buscaban causar mal, sin embargo gran cantidad de gente podía llegar a usar medidas desesperadas para sobrevivir. Como por ejemplo, robarle al muchacho rico e ingenuo que lucía varias joyas caras en sus manos, muñecas y cuello. Desde la cadena de oro que decoraba las clavículas de este, pasando por sus anillos, siguiendo por su teléfono y terminando con el maldito Rolex.
-Esto. - dijo posando algunas bolsas de snacks sobre el mostrador. - Y esto. -añadió un par de bebidas. - Si no es molestia, ¿podría proporcionarnos la dirección de este lugar, por favor? Necesitamos informar a unos amigos de donde estamos.
La cajera asintió y les apuntó en un papel la dirección en la que se encontraban con pasmosa facilidad. En realidad la chica parecía aburrida en un sitio por el que era obvio que no pasaban demasiadas personas a juzgar por el estado desierto de la carretera.
Mientras esta escribía Jungkook decidió informarse un poco más acerca de dónde estaban. La chica no tardó en mencionar que la carretera que atravesaba el pueblo era antigua, desde que se construyó una autopista a solo unos kilómetros los coches y autobuses tan solo pasaban por allí en viajes específicos. Los cuales ocurrían no más de tres o cuatro veces al día.
-Jungkook. - habló Taehyung, interrumpiendo la explicación de la mujer. - Quiero chocolates.
El pequeño de los Jung se estaba relamiendo mientras observaba el estante repleto de chocolatinas que descansaba cerca de la zona de pago.
-Pues alcanzalos, es tu dinero. - contestó el otro con obviedad.
-Es que... Todavía me tienes apresado con tu mano. - ambos miraron la muñeca de Tae. - Necesito que me sueltes para alcanzarlos.
Jungkook se mostró inseguro por un momento. Miró a la mujer que parecía nuevamente aburrida por su charla y se giró hacia Taehyung, colocándose ante este de una manera en la que esta no pudiera ver lo que hacían. Bajó sin prisa ni movimientos exagerados las mangas remangadas de la chaqueta de Tae y cerró los botones del puño de la camisa que llevaba en el interior de la misma, de manera que el reloj no se viera de ninguna forma posible. También introdujo la cadena por dentro del cuello del chaleco de uniforme con cuello redondo y tomó el teléfono de este para guardarlo en el bolsillo de su pantalón.
-Date la vuelta, aún pareces un niño rico. - Taehyung obedeció ante la petición de Jungkook y este levantó levemente el chaleco para tirar de la camisa hacia fuera. La llevaba recatadamente colocada por dentro del pantalón. - Mejor. - lo giró de nuevo y miró su cabello ondulado. - Deja que... - removió sus mechones tratando de darle un aspecto más descuidado. - Agg sigues pareciendo un chico rico.
Tae sonrió de forma infantil al notar como Jungkook le despeinaba su perfecto cabello y el menor de los Min no pudo evitar dejar escapar una pequeña risa a cambio. Taehyung se veía como un chico rico porque definitivamente lo era, su piel perfecta y la manera en la que sus movimientos desprendían elegancia lo confirmaban constantemente.
-¿Puedo ir ya a por mis chocolates? - dijo el chico, clavando sus ojos verdes sobre la mirada del pequeño Min.
-Ve, yo tomaré la dirección.
De repente se sentía más amable con Taehyung. Quizás era contagiosa su calma estresante.
Para suerte de ambos todo sucedió con normalidad, no había demasiada gente, por no mencionar que solo se habían topado con tres personas. Aquellos que pasaban cerca de la gasolinera parecían mucho más interesadas en obtener comida o algo con lo que sanar su sed que en pararse a mirarlos con detalle.
Ahora solo tendrían que esperar. Y lo hicieron mientras ambos devoraban todos esos snacks después de un día casi completo sin haber probado bocado.
-Hoseok no me deja comer todas estas cosas durante la semana, solo tenemos el fin de semana para comer dulces o snacks. Es un poco estricto con aquello que se refiere a la salud de ambos.
-Sobreprotector, lo he percibido. - Jungkook sonrió y le dio un pequeño codazo de complicidad a Taehyung. - Come ahora todo lo que quieras, aprovecha que tu guardián no está cerca todavía.
Y Kim le sonrió, con una mirada repleta de esa felicidad bonita que por desgracia la gente confundía con más frecuencia de la que a Jungkook le gustaba. El hermano de Hoseok era un chico bueno al que le costaba defenderse y le gustaba juguetear todo el tiempo, eso no significaba que hubiese algo mal en su personalidad. Aunque sí los convertía en polos opuestos.
Jungkook se había obligado a madurar antes de tiempo, porque la vida lo obligó a ello. Taehyung por su parte se podía permitirse seguir siendo un niño cuando las circunstancias no ameritaban ser un adulto en todos los sentidos de la palabra, aunque eso desde luego no significaba que no fuese sensato. Sencillamente era ese tipo de persona que amaba bailar bajo la lluvia, perderse en un paisaje que llamaba la atención de sus ojos o jugar con su gato durante horas sobre la alfombra de la sala de la mansión de los Jung. Había algo bueno en su corazón, de ese estilo de bondad afable que cada vez era menos frecuente encontrar en el mundo.
-¿Te gusta? - Jungkook sonrió un poco, subiendo la cremallera de su chaqueta hasta el tope.
-No es Cadbury, pero definitivamente podría volverme loco por cualquier cosa que lleve chocolate y caramelo. - bromeó el pequeño de los Jung.
-Al menos tenemos eso en común.
Y los dos sonrieron.
Hoseok llegó junto a Yoongi una media hora más tarde y los dos chicos corrieron hacia su coche al instante en el que lo captaron aparcando cerca. Sus labios tiritaban debido al frío que había comenzado a cubrirlos con la llegada de la noche. No dijeron nada tras entrar y acomodarse en los asientos que siempre usaban cuando el magnate los llevaba a algún sitio. Completamente a gusto con la sensación de calor agradable que la calefacción encendida en un grado no demasiado alto les aportaba.
-Estaba realmente preocupado. - mencionó Hoseok antes de empezar a conducir. - No volváis a hacerlo. Podría haberos pasado algo.
-Lo raro es que no nos haya pasado nada a nosotros. - Yoongi señaló con obviedad la guantera del vehículo y Jungkook solo pudo asentir de acuerdo. - Traer un deportivo así a un barrio como este es como entrar en la frontera del norte con una bandera americana. Incluso si solo te acercas un poco ya tendrás toda la atención y mucha gente dispuesta a hacerse contigo.
El magnate sonrió levemente y miró a Yoongi, habían pasado la tarde hablando acerca de todas las dudas que este tenía acerca de la homosexualidad y aunque aún les quedaba mucho por aclarar, Hoseok estaba seguro de que su prometido estaba progresando y esforzándose por aprender todo eso que él tenía para mostrarle..
-¿Preocupado por mí, cariño? - dijo con voz burlona. Estaba bromeando, y eso le gustaba porque sus anteriores parejas no eran del tipo que les gustase demasiado el humor simple.
-Más bien preocupado por mi culo, en todos los sentidos. - Yoongi pinchó con uno de sus dedos la mejilla del magnate.
Jungkook bufó desde el asiento trasero, sin poder evitar encontrarse con la escena que estaba teniendo lugar mientras que Taehyung dejaba escapar una tenue sonrisa .
-Ahora arranca el coche de una maldita vez. De veras quiero cenar, mi estómago está rogando por un poco de esa carne asada que he olido en casa antes de salir a por el par mocosos. Estoy sencillamente hambriento.
-Apuesto a que lo estás. - susurró Hobi asegurándose de que tan solo Yoongi le prestaba atención. El chico había ignorado su pregunta, pero él había percibido la forma en la que Yoongi se sintió nervioso por el modo acelerado en el que reaccionó tras recibir la noticia de que sus hermanos estaban perdidos en medio de la nada con el frío de la noche sobre ellos. Se había preocupado, incluso si solo fue un poco. O quizás la preocupación tenía que ver con esa caliente sensación que los había cubierto a ambos antes de que su teléfono sonase, cuando Yoon comenzaba a estar curioso y a querer explorar más allá de lo que nunca lo había hecho con un hombre. - Te va a doler cuando te lo haga por primera vez pero seré tan delicado que será tan solo un instante Yoon, después de que te deje saber lo que se siente hay una posibilidad de que comience a gustarte, nene. Vas a saber lo que es disfrutar.
Yoongi tragó saliva, podía decir muchas cosas en contra del sexo y relaciones homosexuales pero lo cierto es que hasta el momento todo lo que poco a poco fue probando con Hoseok en la cama, había derivado en placer. Casi se sentía mal por tener una muy leve sensación de temor. En el fondo sabía que quizás le gustaría de verdad el momento en que sus jornadas de sexo se hicieran más intensas y completas.
"Tienes miedo de que te partan el culo y aún así te mueres de curiosidad. " - se dijo a sí mismo mientras ponía la vista en la carretera. Todavía no sabía el porqué, pero observar a Hoseok conducir encendía algunas partes de su cuerpo que deberían mantenerse frías. Algo que ocurría con demasiada frecuencia cuando se trataba del magnate.
El camino hacia casa fue tranquilo, la música sonaba en la radio del coche mientras los cuatro chicos se mantenían en silencio. Ninguno se sentía incómodo, sin embargo no había ningún tema de vital interés que los invitase a charlar.
-Hoseoki. - fue Yoongi quien rompió el silencio, sumido de lleno en su papel de futuro marido. Una pequeña risa cruzó sus labios al notar la sorpresa en el rostro del magnate por el apodo que había usado a sabiendas de que probablemente le gustaría. Cariño, esa era la primera y más importante cláusula del contrato. Debía ser cariñoso con Hoseok.
-Dime, nene. - Jung Hoseok no era idiota, sabía a la perfección que Yoongi estaba fingiendo y sin embargo eso era en cierto modo lo que desde el primer momento le había pedido.
-¿Vas a seguir con las lecciones esta noche? - la sonrisa en el rostro del magnate se hizo mayor y el chico de los tatuajes comprendió que le había gustado su atrevimiento. - Quiero que me enseñes.
Por un momento la presencia de Tae y Jungkook en los asientos de atrás pareció desaparecer de su mente. Sólo estaba interesado en lo que su prometido decía o hacía, cada detalle contaba para mejorar su juego.
-Seguiremos sin duda esta noche, Yoongi. - Hoseok le sonrió. - Pero tal vez deberías dejar el tema para cuando estemos a solas. Hablaremos de ello más tarde. ¿Está bien?
El grande de los hermanos Min bufó en alto, levemente molesto debido a que su juego había sido cortado de raíz. No le gustaba tener que callar solo porque ese idiota se lo ordenase, nadie le daba órdenes desde hace muchísimo tiempo... Así que se limitó a cruzarse de brazos mientras llevaba su mirada a los paisajes nocturnos que se veían a través de la ventana. Se sentía más que mal consigo mismo, ni siquiera le importaba parecer infantil con tal rabieta. Toda su fuerza decaía en los momentos en que Hoseok hablaba con autoridad. No le gustaban ese tipo de cosas.
-No me des órdenes. - pidió tras varios minutos de reflexión, el magnate mencionó en un par de ocasiones que si algo lo perturbada podía decirlo sin problema alguno. - Me siento como si tuviera un padre cuidándome a cada segundo, en lugar de tener una pareja o lo que quiera que seas.
Miró de nuevo al magnate, había algo en sus ojos que le dejaba ver miedo en las pupilas de estos, casi como si sus palabras estuvieran causando una sensación de duda enorme en este.
-Perdoname por eso Yoongs. - Hoseok suspiró. - Estoy acostumbrado debido a mi trabajo, me paso el día completo teniendo que ordenar cosas. A veces me olvido de que estoy hablando con un igual y no con uno de mis empleados, no dudes en reclamármelo cada una de las veces en las que ocurra. No he tenido parejas de verdad con anterioridad a excepción quizá de una sola persona...
Taehyung frunció el ceño mientras escuchaba atentamente la conversación que esos dos mantenían. Podía observar el gesto atento de Yoongi, sus ojos se posaban instintivamente sobre el perfil de Hoseok.
-Has tenido otras parejas. - dijo llamando la atención de su hermano mayor. - Pero te han durado poco porque nunca les das confianza. Sabes tan bien como yo que ese siempre será tu error Hoseok, eres todo amor pero te cuesta una barbaridad permitir que las personas extrañas entren en nuestras vidas. Sé que soy el culpable en parte...
El magnate volvió a suspirar, de repente quería esconderse bajo una piedra con tal de evitar el sonrojo que se había posado en sus mejillas. No le daba confianza a sus parejas porque nadie llegaba a conocer sus momentos más oscuros. Pero esos momentos eran un secreto que no estaba dispuesto a revelar tan fácilmente, jamás se atrevería a permitir que una de sus parejas conociese hasta la parte más dolorosa de su alma. Por supuesto, con Yoongi era distinto. Él podría juzgarlo pero no se iría. Por el dinero, porque estaba a su lado únicamente debido a la cifra económica que le prometió en el contrato. Porque no era un novio de verdad al que le importase quedarse atrapado en sus manías y filias.
-A veces no es bueno hablar de todo con tu pareja, Tae. - respondió, mirando por unos segundos al chico de los tatuajes a su lado. - Hay muchas cosas que uno debe guardar para sí mismo.
Yoongi alzó levemente la mirada, había estado jugueteando con su nuevo teléfono móvil pero las palabras del magnate captaron su atención. Un escalofrío recorrió su espalda haciéndolo temblar levemente cuando captó los ojos de su prometido clavados en su mirada. Hoseok era de ese tipo de personas a las que resultaba complicado mirar a los ojos por más de unos segundos. Imponía con sus trajes tan perfectos, sus musculosas manos y esa forma de hablar.
-¿Me vas a ocultar cosas, cariño? - dijo Yoongi, tratando de librarse de la incomodidad a través del fingido juego de la actuación.
-No nene, tú no eres como los demás. Te quedarás a mi lado durante este año a pesar de lo oscuro que pueda llegar a volverme para mí mismo....
-No eres oscuro. - la frase salió de sus labios por puro instinto. Yoongi no podría ver a ese hombre que cada día besaba la frente de su hermano pequeño como un ser oscuro. De ninguna maldita manera. - Quiero decir, llevo unas semanas conviviendo contigo y eres la persona menos oscura del mundo.
No hubo respuesta, el viaje en coche se sumió de nuevo en un silencio que solo era interrumpido por la música. La noche parecía volverse a cada momento más densa, los árboles eran removidos con gran fuerza por el viento y en el interior de su mente Hoseok rogaba por no asustar a Yoongi con todos los secretos absurdos que siempre escondía ante los demás. El miedo a no ser aceptado siempre superaba el amor por uno mismo, y él lo sabía mejor que nadie.
-¿Qué harás cuando me veas tan lleno de lágrimas que no pueda siquiera respirar, Yoongi? - era una pregunta de la que el magnate no esperaba respuesta alguna. - Hay muchas cosas que no sabes de mi y aunque contigo intentaré ser sincero debes saber con antelación que en gran cantidad de ocasiones lo que una persona finge ser y lo que es en realidad, tienden a ser cosas diferentes.
-¿Lo dices por tu depresión? - había sido Jungkook el curioso en esa ocasión. Sabía que tenía un grave problema con guardarse los pensamientos para él mismo pero si se trataba de algo que podría afectarle a su hermano mayor... Sencillamente debía asegurarse.
Hoseok aparcó el coche, habían llegado a la mansión pero ninguno de los cuatro se sintió realmente preparado para abrir la puerta y salir del coche. No al menos tras la conversación que había iniciado segundos atrás.
-Lo digo por las guerras interiores que cada ser humano tiene. - el magnate se pasó la mano por el cuello. - Todos necesitan llorar de vez en cuando, simplemente yo lo retraso hasta que se vuelve completamente inevitable. Entonces siento que explotare si no lo suelto.
Fingió una sonrisa y se giró hacia Jungkook. Yoongi aún lo miraba, sin duda el magnate le causaba algo que aún no lograba comprender. Cuando Hoseok hizo aquella pregunta estuvo a punto de contestar rápidamente "te cuidaría". Pero el caso es que no lo hizo, porque no sabía si era él quién ansiaba contestar aquello o si por el contrario se trataba de su personaje fingido.
-Ahora entremos, creo que ambos estaréis hambrientos y hemos tenido que posponer la cena más de lo normal. Sinceramente, estoy deseando llegar a casa.
La luz tenue de la lámpara que estaba posada sobre su mesilla era una de las cosas a las que Yoongi se había acostumbrado. Le resultaba tan cálida como las mantas suaves que Hoseok ponía sobre la cama cuando sentía frío. En ocasiones se asustaba por haberse enamorado de algunos de los detalles de esa mansión que al principio le resultaba tan sumamente fría y vacía.
-¿En qué piensas? - Hoseok se secaba el cabello húmedo delante del espejo de su habitación, con una leve sonrisa en la boca. Siempre sonreía cuando estaba tranquilo, Yoongi había percibido ese detalle en él. - Pareces estar de nuevo en tu propio universo... ¿Es por lo que dije en el coche? Estaba exagerando Yoo...
-No. Pensaba en que este lugar realmente me agrada. - se dejó caer del todo sobre la cama, esperando las caricias nocturnas que el magnate le regalaba hasta que se dormía. Eso también le gustaba, era un buen remedio para el insomnio si tenía que ser sincero. - Ven a la cama Hoseok, tengo sueño.
Bastaron unos segundos para que el chico se recostase a su lado y comenzase a acariciar el abdomen de Yoongi. Hoseok sabía que ese era un momento genuino entre ambos, era consciente de la forma en la que su prometido disfrutaba de la atención que cosas así le proporcionaban.
- Creó que no debería estar tan... Tan a gusto.
Hoseok sonrió y posó un beso cálido sobre el hombro de Yoongi, días atrás había descubierto su gran gusto por los mimos y desde entonces aprovechaba cada ocasión para verlo sonreír debido a sus atenciones.
-Es bueno que estés a gusto. Date la vuelta nene, te ayudaré a relajarte un poco. - Hoseok estaba tratando de no ordenarle nada, por lo que sus frases sonaron más como una pregunta en esa ocasión. Sin embargo Yoongi no se mostró molesto, por lo que colocándose a horcajadas sobre el trasero del chico cuando este se giró, comenzó a masajear su espalda. - Si estuvieras incómodo me sentiría muy mal. Solo quiero... Saber cómo es tener una pareja durante más de un par de meses. En ocasiones creo que debería haber contratado a un actor pero por algún motivo me apetecía ayudar a alguien a la vez que ese alguien me ayudaba a mi. Es dar y recibir.
Yoongi sonrió con ganas, no podía pensar limpiamente cuando se trataba de Hoseok y de sus palabras enrevesadas. Por no hablar del modo tan satisfactorio con el que esas manos estaban masajeando su espalda.
-Deja las explicaciones. - lo regañó. - Querías sentirte bien pero sabías que con un actor no podrías, así que pensaste que lo mejor era sacar a un chico de un barrio de mierda y solucionarle la vida a cambio de un par de polvos y un año de lujos.
-Sabes que el sexo es opcional, no pretendo obligarte a... - no le dio tiempo a contestar, pues Yoongi se dio la vuelta haciéndolo caer de espaldas sobre la cama. Sus labios estaban tan cerca que se rozaban.
El chico de los tatuajes acarició curioso el abdomen marcado de Hoseok, tratando de imitar las caricias que este le proporcionaba habitualmente y que tan bien lo hacían sentirse. Ya no usaba pastillas naturales para favorecer el sueño desde que compartía cama con su prometido.
-Lo sé, pero no sería un buen jugador usando solo parte de la baraja Hoseok. - besó levemente sus labios. - Así que usaré todas y cada una de mis cartas. Es probable que mienta o que simplemente tenga suerte, quizás ambas. Pero por ahora disfruta de tu chico por un año, después hablaremos de mi paga.
-Lo haces bien, nene. - sus labios se rozaron de nuevo.
-Lo hago jodidamente bien, bebé. No sabes todavía con quién estás jugando.
Y esa noche fue para ambos la decisiva, la noche en la que se besaron como si fuese la primera vez que conocían el sabor de sus labios.
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Hiiiii!!!!
Espero que os haya gustado, como siempre ya sabéis que podéis dejarme vuestras opiniones en la sección de comentarios. Ojalá no parezca precipitado pero a partir de aquí se verá la boda y demás.
Un beso, Mel 😘
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