Capítulo 12
"Vamos, cabalga conmigo a través de las venas de la historia. Te mostraré cómo Dios se duerme en el trabajo y cómo podemos ganar cuando los tontos pueden ser reyes. No pierdas tu tiempo o el tiempo te desechará."
—Knights Of Cydonia (Muse)
Yoongi se dejó caer sobre la cama, una vez más sintiendo de fondo la risa de Hoseok. El magnate lo observaba entretenido con las gafas de ver puestas y una carpeta negra posada sobre su regazo. Cuando sentía esos ojos persiguiendo cada uno de sus movimientos no podía evitar ponerse nervioso, pues la mirada del mayor de los Jung era realmente intensa. En momentos así no podía entender siquiera lo que sentía. A veces le gustaba obtener tal cantidad de atención, mientras que en otras ocasiones se encontraba luchando contra el instinto de ladrar como un perro defendiendo su territorio. Hoseok no entendía bien el significado de "espacio propio", para ser sincero, a cada día que pasaban juntos la sensación de que el chico tomaba más y más de él se volvía mayor.
-¿Qué es tan gracioso? - dijo el chico de los tatuajes, para a continuación dejar escapar de sus labios un largo suspiro de aburrimiento.
-Tú. - contestó Hoseok, levantándose de la silla del escritorio para dejarse caer en la cama. El magnate se acomodó con discreción a un lado del chico y posó sus ojos sobre el alto techo de la habitación, dejando que Yoongi se acostumbrase a la presencia de su cuerpo cercano. La cercanía, eso era algo que continuamente le molestaba a su prometido y aunque Hoseok se sentía como un idiota tratando de romper las barreras que este mantenía en lo alto, todavía tenía la necesidad de obtener la sensación cálida que estar acostado sobre su cama al lado de una persona le proporcionaba. - Mañana iremos al juzgado a ver a mi abogado, quiero comprobar que Seokjin lo ha arreglado todo bien en Italia para nuestra boda. Aunque si quieres que sea sincero creo que definitivamente habrá hecho su trabajo de forma completamente impecable.
-¿Por qué Italia y no Corea? - respondió con notoria curiosidad el otro.
Hoseok dudó durante un par de segundos acerca de si debía decirle la verdad o no a su prometido. Sus pensamientos casi titubeaban ante la idea de confesarle más secretos al chico, había miles de cosas que sencillamente no podría dejar escapar de sus labios incluso si quisiera. Un bufido discreto subió hasta su boca, colándose entre sus labios y resbalando por estos.
Bien, tenía secretos de familia que no podría compartir con un marido falso. Pero eso no implicaba que no pudiera contarle muchas otras cosas cuando el momento requiriera sinceridad.
-Es debido a que Taehyung no soporta a la prensa, si celebramos una boda aquí hay varias cosas que pueden pasar. La primera y la que más me importa es que los reporteros se agolpen en la puerta de la mansión, sin importar que nuestra ubicación se encuentre en una zona bastante privada dentro de lo posible. La prensa podrá saber lo que vamos a hacer antes de que tan siquiera comience la ceremonia. - Hoseok estiró sus brazos para librarse de la sensación de pesadez de su espalda tras varias horas de trabajo. - Créeme Yoongi, sé que algunas personas que han estado aquí no dudarían ni por un segundo en mandarle nuestra dirección unos a otros si con eso pueden sacar algo a cambio. La otra cosa que podría ocurrir es que nos acosasen en las calles, algo que a mi no me supone problema pero como habrás percibido, mi hermano no es del todo bueno sobrellevando las tareas que implican la presencia de demasiadas personas desconocidas a su alrededor.
Hoseok se recostó en la cama y pasó la palma de su mano por el estómago de Yoongi en un acto automático, colando sus dedos bajo el sweater gris de este se permitió ofrecerle un toque tranquilo como los que había aprendido que en realidad a su futuro marido le agradaba recibir de vez en cuando.
- Y... Bueno, olvidas lo mal visto que está aquí ser homosexual. Realmente no quiero exponerte a eso, ni a ti, ni a Jungkook y mucho menos a mi hermano pequeño. En Italia todo será más fácil. Además conozco bien Roma.
Por un momento Yoongi se olvidó de su papel de jugador en ese contrato que tenía con el magnate y apartó de forma brusca la cálida mano de este. En contra de lo que él mismo pensaba a Hoseok no le molestaban ese tipo de cosas, de hecho lo animaba mucho más a continuar jugando a la pareja perfecta. Un chico con mala actitud, lo que había pedido, exactamente lo que deseó por gran cantidad de años... así que era razonable en cierta medida que la personalidad de Min Yoongi lo tuviera pendiendo de un hilo. Estaba como hipnotizado con él.
Y lo estaba por la principal razón de que al fin alguien estaba permitiéndole experimentar más sensaciones y sentimientos que los del simple aburrimiento. Yoongi era atractivo sí, pero también un cúmulo de sorpresas que lo hacía sonreír constantemente.
-Brusco. - susurró acercando su boca a la del muchacho tatuado, quien seguía tendido a su izquierda y ahora parecía más dispuesto que antes a recibir algunos mimos y halagos por parte del magnate. - Me gusta eso, no sabes lo bien que se siente cuando un hombre te besa sin ningún tipo de delicadeza. ¿Verdad, Yoonie? - Jung se sentó a horcajadas sobre su cintura mientras le pedía permiso con los ojos, se sintió agradecido por ver la expresión de asentimiento asomar a los labios de su prometido. Con cierta duda posó las manos sobre el torso de este y mantuvo su mirada clavada en el cuello de Yoongi, ese chico que estaba ante sus ojos era imposible de leer porque en ocasiones sus ojos se llenaban de felicidad ante las caricias cariñosas y en otros, todo lo que el responsable de esos toques recibía era el enfado de unas pupilas afiladas.
-Bonito. Eres bastante más bonito de lo que tú mismo crees Yoongi, no sé porqué te empeñas en creer que debes ser una persona egoísta para sobrevivir en el mundo pero prometo esforzarme por comenzar a entenderlo. Por entenderte a ti.
Sus labios recorrieron la extensión de la manzana de Adán del chico, captando toda su atención casi al instante en el que comenzó a lamer como un cachorrillo esa piel tan fría y colorida por la tinta imborrable de los tatuajes que la decoraban. Hoseok estaba empezando a amar y apreciar todos esos dibujos, siempre le había gustado el arte y Yoongi era una obra completa.
-Ho...Hoseok, te estás comportando de forma extraña. De nuevo. - el magnate sonrió levemente sobre la piel de Yoongi al escuchar esas palabras.
Yoongi apoyó las manos sobre la cabeza de su futuro marido, permitiendo que los largos dedos de sus manos se hundieran en el interior de ese sedoso cabello del color del azabache.
-Puedo ser sumiso además de dominante, me gusta jugar en más de un solo sentido Yoon. - y tanto que podía ser sumiso en cuanto al estereotipo de serlo se trataba. La sangre del cuerpo de Yoongi estaba calentándose en oleadas mientras que su corazón vibraba con fuerza en su pecho con cada acción llevada a cabo por parte del magnate. - ¿Te gusta esto, lindo?
Yoongi no contestó, no podía hablar mientras sentía a Hoseok rozar la cadera contra su entrepierna en movimientos lentos pero siempre continuos. Incluso tenía la sensación de notar los besos ardiendo en su piel con cada lamida que el magnate arrastraba a lo largo de su cuello. Le estaba gustando, una vez más adoraba el sentir un cuerpo masculino sobre él, sin delicadeza o absurdos gemidos que siempre parecían ser especialmente necesarios para encenderlo de la manera correcta Quizás estaba perdiendo la cabeza o tal vez el nivel de persuasión de su prometido rozaba lo imposible.
Lo único que Yoongi sabía en esos instantes era que quería más, muchísimo más. Ya no se trataba del magnate comportándose como todo un macho dominante. Ahora el chico rozaba una sumisión que él nunca antes había llegado a observar en las mujeres que había conocido, eso también lo volvía loco. Lo enfadaba y calentaba en proporciones muy similares.
-¿Pretendes tan solo calentarme o harás algo más? - habló con impaciencia, las acciones de Hoseok le recordaban a una tortura incluso si solo habían transcurrido algunos minutos desde el inicio de lo que sea que fuese aquello.
Hoseok sonrió de una manera en que su rostro parecía más aniñado, con los ojos cerrados y sus labios curvados en una perfecta sonrisa.
-¿Quieres que haga algo más que esto? - preguntó el magnate con inocencia fingida, volviendo a rozar sus cinturas.
-¿Por qué mierda haces preguntas tan absurdas? - en realidad que actuará de esa forma se había convertido en el principal motivo por el cual una gran erección dolía apresada bajo sus bóxer. Y también era quizás el motivo que lo estaba volviendo tan impaciente.
Yoongi no podría decir bien el porqué pero lo cierto es que aquello le estaba gustando. El magnate acercó esta vez sus labios a la boca del chico de los tatuajes para dejar allí un suave beso que pronto ascendió a algo mucho más profundo y sensual tras sentir la forma en la que Yoongi estaba clavando los dedos en la piel de su cintura. Ambos estaban centrados en cada movimiento, roce y sensación que los rodeaba. Los dos completamente centrados en el detalle importante de que mientras sus bocas se juntaban el mundo a su alrededor simulaba desaparecer por algunos instantes.
"Es un juego, solo eso. Lo hago porque necesito el dinero que este idiota me ha prometido. Nada más, no te está gustando. Es solo una erección, es normal tenerlas de vez en cuando si algo te provoca..." - se decía Min Yoongi en silencio. Nunca podría admitir en voz alta lo mucho que le agradaban cada una de las cosas que ese hombre le estaba enseñando.
Palabras, palabras y más palabras recorrían su mente pero nada tenían que ver con lo que en realidad sus acciones expresaban. Cada gemido ronco lo delataba ante el magnate, quien parecía cada vez más feliz de observar a un chico como Yoongi retorcerse de placer bajo sus más sencillos toques.
"Dios, él realmente lo está disfrutando y ni siquiera he comenzado a jugar." - Hoseok estaba encantado con alguien así. Jin había encontrado a la persona adecuada y debía recordar darle sus merecidas gracias.
Se echó levemente hacia atrás antes de llevar sus manos hasta el suéter de Yoongi, si iban a hacerlo quería disfrutar primero de cada parte de su precioso cuerpo o de lo contrario más tarde se centrarían en cosas superficiales, banales. No le gustaba cuando un hombre iba directamente a su culo, en ocasiones había llegado a pensar que tal vez su mente estaba perdida pues al contrario de los demás él no veía el sexo como un mero asunto de placer. Más bien consideraba esa maravilla de la vida como la perfecta oportunidad para juguetear con los puntos débiles de todo aquel que se atreviera a compartir su cama. Una enorme oportunidad para poner a prueba la química que existía entre una pareja. Esta vez el afortunado era Yoongi quien de nuevo había comenzado a gemir cuando los lametones del magnate abandonaron su cuello para centrarse en su bajo vientre.
O quizás lo era él, por poder besar la piel de ese chico a pesar de que todo fuese falso. A pesar de que lo que hacían ambos estuviese basado en pedazo de papel, una firma y muchas mentiras.
-¿Realmente estoy siendo sumiso? - susurró en el oído - Me comporto como uno según la definición que la sociedad se empeña en darle a quien ejerce un papel pasivo, pero tú también y eso me vuelve loco. Lo que deberías saber es que la mayoría de personas no somos sumisas o dominantes, tampoco activas o pasivas. Somos sencillamente una mezcla de todo ello.
Solo una frase bastó para que toda la conducta de Yoongi cambiase, quien tomando el control se deshizo rápidamente de la ropa de Hoseok y clavó sus labios sobre los pezones de este. Había pasado mucho tiempo desde que el magnate aceptaba perder su poder, si es que de alguna forma lo que estaba haciendo podría definirse de esa forma. Le gustaba dominar porque gracias a eso perdía el miedo a salir dañado, era mucho más difícil controlarse a sí mismo cuando te abrías por completo a una persona. Pero también peligroso.
-Haz lo que quieras conmigo, Yonnie. - Hoseok mordisqueó la oreja de su futuro marido mientras colaba los dedos en su cabello brillante. - Pero haz algo de una maldita vez porque estoy duro y no me gusta la delicadeza.
-No soy delicado Hoseok, nunca lo he sido.
-Eso es lo que me gusta, me lastimarás y apuesto a que eso me hará caer con más fuerza en tus brazos. Tóxico en cierta forma. - el magnate echó el cuello hacia atrás, notando como Yoongi paseaba sus manos sobre su torso a medida que subía los besos traviesos hasta sus clavículas. - Estoy loco pero así de insano quiero que seas para mí. Quiero llorar por ti cuando te vayas con mi dinero, joder quiero enamorarme de una maldita vez. No sabes lo triste que es una vida en la que uno ni siquiera puede sentir que ha caído en la telaraña del amor por otra persona. Quiero saber cómo se siente.
-El amor es doloroso a veces, Jung. - el chico de los tatuajes susurraba con la voz ronca, por lo que cuando le hablaba al oído a Hoseok sus palabras simulaban ser incluso más intensas. - El amor es mentiroso, un perro infiel, quisquilloso y lleno de parásitos.
-El amor es sentirse vivo Yoongi, ya sea por el dolor abrasador o por la felicidad más absoluta. Solo... Te hace sentir algo y eso es lo que más ansío yo. - Hoseok suspiró repentinamente, estaba comenzando a sentirse un poco emocional de nuevo. Antes de que sus cristalizados ojos dejasen escapar la primera lágrima, Min ya había atacado sus labios extinguiendo sus sollozos.
-Entonces deja de llorar. - era una petición real, Yoongi podía ver sufrir en silencio a cualquier persona pero las lágrimas eran distintas. Le recordaban a esa quemazón dolorosa en el cuello que lo hacía tartamudear en sus momentos más débiles. - Prohibido llorar, Hobi.
Hoseok se hundió en el colchón complacido por la seguridad que alguien como Yoongi lograba regalarle con tan simples palabras como las que había usado, incluso si parecía imposible. Quería saber más de él, estaba empecinado en enamorarlo y en ocasiones llegaba a olvidar la verdadera razón por la que ese muchacho se mantenía imperturbable a su lado cada día desde que firmaron el contrato.
Ignorando lo que el magnate pudiese estar pensando, Yoongi observó su musculado cuerpo. Jung Hoseok tenía rasgos masculinos, comportamiento masculino y cuerpo sin duda más que simplemente masculino.
-Hazlo. - susurró el magnate. - Si tienes curiosidad, moja tu jodido dedo y pruébame. Podemos empezar por eso.
El chico tatuado asintió y con un leve sentimiento de inseguridad llevó el dedo índice de su mano derecha hasta el interior de su boca, sabía que eso no era suficiente húmedo como para tocarlo de forma indolora pero el magnate simulaba estar del todo tranquilo.
-No me molesta un poco de dolor, por favor Yoonie. - la actitud de chico desesperado y de apariencia sumisa había regresado a Hoseok. - Necesito atención.
Tras una mirada dura que solo pretendía comprobar que el magnate estaba hablando en serio y no bromeando, Yoongi llevó uno completamente humedecido hasta la cobertura de la entrada de Hoseok.. Algo debía funcionar mal en su cabeza si estaba dispuesto a intentar algo así con un hombre, ya que ni siquiera estaba sintiendo un mínimo de asco por tocarlo de esa forma. Incluso gimió acompañando las súplicas del chico cuando tras comenzar a mover su dedo por la zona exterior el magnate arqueó su cuerpo, alzando las caderas para hacer los movimientos tan notorios como podía.
-Mira como me tienes. - su voz era aguda pero de alguna extraña forma mantenía su masculinidad intacta. Hoseok era algo de otro mundo para Yoongi.
El chico de los tatuajes tendría que pasar un tiempo cometiendo errores hasta comprender que sus definiciones de masculinidad y feminidad eran solo estigmas en los que la sociedad le había hecho creer fielmente.
-Joder, pareces desesperado cada vez que te toco un poco. Esto es... - Y sus palabras se confirmaron cuando Hobi se movió por él mismo para obtener un poco de profundidad.
Fueron varios minutos y un poco de lubricante después cuando Min pudo descubrir por primera vez en su vida que tocar a un hombre de aquella manera no era asqueroso si dicho hombre era Jung. Sus dedos eran largos y finos, Hoseok casi podía notar la forma en que se agrandaban levemente en cada articulación para volverse delgados de nuevo poco después.
-Otro. - pidió el magnate con voz calmada. - Mete el segundo. Quiero más.
Min tragó saliva tras notar cómo el cuerpo entero del mayor de los Jung se movía de forma lenta a medida que sus toques se hacían más profundos. Así que tras dudar un poco decidió cumplir con la petición de su futuro marido, Yoongi metió el segundo dedo casi sin pensárselo pero nunca dejando de lado el proceso de lentitud adecuado para evitar el dolor en su compañero de cama. Estaba demasiado entretenido viendo el rostro del chico como para recordar que semanas atrás jamás hubiese querido compartir cama con alguien de su mismo género. Se mordía el labio con tanta fuerza que se había hecho una pequeña marca rojiza en el medio de este y aún así, Hoseok mantenía ese jodido vaivén de caderas que tan solo creaba imágenes sucias en su mente. Podía imaginarse fácilmente a sí mismo penetrando con su hombría al magnate, de hecho había comenzado a desearlo de forma exagerada.
Un pequeño gemido de dolor agudo salió de la boca de Hoseok cuando Yoongi llegó a introducir el tercer dedo.
-¿Dolió? - preguntó con la voz ronca. Verdaderamente preocupado por su acto excesivamente rápido. Estaba nervioso.
-Quema un poco...ah... Pero no es del todo malo, has usado el suficiente lubricante. Muévete por favor, Yoonie .
Y lo hizo, preguntándose si acaso era normal que Hoseok en modo sumiso siguiera siendo capaz de darle órdenes indirectas a la vez que certeras. Temblaba de solo oírlo pedir algo. Le gustaba complacerlo, le encantaba recibir buenas respuestas. Sentía que al menos en ese aspecto estaba haciendo algo bien.
Mientras tanto el magnate jugueteaba con las emociones del chico, se hacía el sumiso o al menos el tipo de persona sumisa del que Yoongi parecía disfrutar. Se complacía con sus toques, pero aún notaba a su futuro marido inexperto en la forma de proceder. Le quedaba mucho camino por avanzar hasta alcanzarlo en el terreno de la cama, lo que era normal si pensaba en el importante detalle de que el chico era ciertamente hetero.
-Deja que te recompense. - Hoseok se apartó del tacto de Yoongi, quien por un segundo casi gruñó enfurruñado por tal acto. Realmente había disfrutado viendo las reacciones que el magnate mostraba.
Sin embargo, una vez más obedeció. Siguiendo las indicaciones que Hoseok le había dado se sentó sobre la cama y lo observó colocarse en su regazo, apoyando la espalda en su pecho.
-No es justo si solo yo me divierto. ¿No crees?
-Créeme. - respondió al instante Yoongi. - Yo estaba bastante entretenido viéndote suplicar más y más, apuesto a que me hubieras pedido los cinco dedos si hubiese sido un poco más ... Duro.
-Tal vez. - Hoseok tomó la hombría de Yoonie y comenzó a masturbarlo a la vez que se masturbaba a sí mismo. Los dos penes rozándose de forma continua.
Los minutos pasaban y los gemidos de ambos aumentaban con cada toque. La brisa chocaba contra sus cuerpos sudorosos debido a que la ventana estaba levemente abierta como parecía ser costumbre en el magnate, las sábanas eran un desastre totalmente revueltas e incluso el teléfono que Hoseok usaba para sus negocios importantes sonaba sin recibir atención alguna ... Estaban en su propio mundo, como perdidos el uno en el otro. Sin ni siquiera pretenderlo habían empezado a entender lo que cada cual necesitaba. Al menos en la cama. Ahí se compenetraban a la perfección.
Unos minutos más tarde ambos llegaron al clímax y se dejaron caer sobre la cama con las respiraciones agitadas y las piernas todavía temblorosas. Entonces Yoongi se permitió observar el abdomen de Hoseok, marcado, moreno... Distinto de una mujer pero perfecto a la sensación de su tacto. Estaba obsesionado con esa parte de él, le gustaba acariciar su torso. Más de lo que debería.
-Ah... Eso ha estado bien. - antes de poder acabar la frase el chico de los tatuajes notó como Hoseok lo instaba a apoyar la cabeza sobre su pecho. - ¿Vuelves a querer esa mierda cursi?
El magnate se limitó a asentir.
"Esta bien, supongo que puedo seguir actuando. Su juego es fácil hasta el momento." - pensó Yoongi, acurrucándose sobre el pecho de su prometido y olisqueando el champú con olor a menta fresca que este usaba para el cabello. - "Al menos su cuerpo es cálido. De eso no hay duda".
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Holiii!!!!
Quería compartir con vosotros a la artista 87Gloss de Twitter, no sé si la conocéis pero sus fanarts son geniales. En especial me flipan los Yoonseok. También FeelFeli o NotCypherWork son impresionantes, así que con sus debidos créditos os dejo las imágenes que me inspiraron la historia de The Player.
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