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El mar ya era de un tono oscuro de azul mientras las estrellas y la luna brillaban en el cielo y se reflejaban en el agua de forma distorsionada.

No se podía estar seguro de que hora era, pero hace más de cuatro que habían ido a dormirse y hace dos la fogata terminó de consumirse por si sola, dejando a los marineros en la oscuridad de la naturaleza.

El mar estaba calmo esa noche, aunque se escuchaba un salpicadero algo extraño, como si hubiese un delfín cerca o como si los peces estuviesen jugando, lo que no era muy probable, es decir, ¿si quiera jugaban en mar profundo?

Nadie lo sabría.

Pero ese era todo en ruido que había alrededor, todos, incluso los animales dentro de la selva dormían o si no lo hacían, se mantenían en completo silencio.

Luke cerró con fuerza los ojos y movió la cabeza con incomodidad a mitad de la noche al sentir agua cayendo en su rostro, lo que no era posible ya que se durmió detrás de una roca, lo más alejado que pudo de la marea, al igual que los demás.

Abrió los ojos, topándose de frente a la chica desconocida, que lo miraba fijamente y de tan cerca que sus narices chocaban, la alejó lentamente por los hombros.

-Ehhh, ¿hola?-preguntó confundido.-¿Necesitas algo o porqué me has despertado?-la chica señaló el collar descansando en el pecho de Luke.-Ya...-murmuró divertido, llevando las manos a su cuello para quitárselo.

La ojiverde lo miraba atenta y de cerca, parecía no conocer lo que era el espacio personal, porque Luke podía sentir la humedad de su piel y las gotas de agua caer de su pelo.

-¿Fuiste a nadar a esta hora?-preguntó confundido, alejando el collar de su cuello, ella no respondió, solo colocó una mano sobre el muslo de Luke, usándola como impulso para arrebatarle el collar con la otra.

Miró nuevamente el oro con alegría, pero su rostro poco a poco cambió a desconcierto. ¿Porqué ya no brillaba?

Luke la inspeccionó con la mirada, deteniendo sus propios pensamientos indebidos, le llamó la atención tocándole el hombro.

-¿No quieres ropa?-ella ladeó la cabeza sin entender.-Ropa, como esta.-dijo señalando sus propias prendas.

Ella sólo se acercó, tocando la piel con la que estaba echa su gabardina negra, al no encontrar algo interesante ahí, metió la cabeza.

-Oye.-llamó Luke, alejándola de él.-No.-dijo serio.

La atención de la pelinegra fue hacía el pedazo de tela en el suelo que Luke usaba como manta minutos antes, el rubio la tomó y se levantó.

-Levántate.-pidió haciéndole señas con la cabeza, ella lo hizo de forma lenta, mirando a su alrededor confundida.

Luke colocó la tela alrededor de su pequeña cintura mientras ella solo lo miraba curiosa.

-Tienes suerte de que soy un pirata con principios y no me aproveché de ti.-dijo, haciendo un nudo fuerte con las dos puntas superiores, dándole el aspecto de una falda demasiado corta, aún se podía ver la forma de la cadera y su muslo derecho, pero al menos ya no estaba totalmente desnuda.

La pelinegra miró desconcertada la tela alrededor de su cintura y miró a Luke con el ceño fruncido.

-No todos son como yo, así que no puedes andar por ahí desnuda.-murmuró, quitando un mechón de pelo que había quedado atrapado dentro de su falda improvisada.-¿Quieres decirme en donde está tu barco? ¿O los que vienen contigo?-preguntó.

La ojiverde ni siquiera parecía haber escuchado sus preguntas, solamente tocaba la tela de color verde oscuro con curiosidad, mientras mantenía la cadena de oro en su otra mano con fuerza.

Luke suspiró, tal vez fuera sordomuda y solo estaba perdiendo el tiempo al intentar mantener una conversación con ella.

El rubio tomó su brazo de forma delicada, la pelinegra lo miró con sus grandes ojos atenta, Luke señaló la cadena que conservaba en un puño.

-Te la pondré, ¿bien?-al intentar tomar el collar, ella solo le gruñó llevando las manos a su pecho.

De verdad le gruñó, como cuando molestas a un gato y te advierte que te alejes.

-¿Que carajo?-preguntó Luke confundido.

La joven solo se le quedó viendo fijamente, alerta de cualquier movimiento que él pudiera llegar a hacer.

-Bien, pero entonces lo perderás.-murmuró serio, sentándose de nuevo en la arena.-Ahora volveré a dormir y no me molestes más.-dijo de mala gana mientras se acostaba, dándole la espalda.

No escuchó nada por unos cuantos minutos, cuando finalmente creyó que se había marchado y se dispuso a dormir, sintió que lamía su mejilla.

Se alejó bruscamente de ella, limpiando su mejilla con disgusto.

-¿Que demonios te pasa?-preguntó molesto, mirándola de rodillas sobre la arena, con el collar aún en su mano y la cabeza ladeada.

Dándose por vencido a que ella no iba a contestarle nunca, señaló la selva.

-Sólo...vete ya.-pidió en voz baja, ella no se movió, es más, comenzó a acercarse más a él, gateando.

Luke suspiró, lo que le faltaba, una mujer medio desnuda en esa posición tan sexualmente atractiva.

-Lo digo en serio, vete.-murmuró nuevamente, golpeando su bota, que estaba justo a un lado suyo.

La pelinegra se detuvo en seco al mirar la espada justo a un lado de las botas del rubio. Su mirada cambió a miedo y se alejó de él sin despegar su mirada de la espada.

Luke suspiró al verla levantarse y correr dentro de la selva, llevándose con ella la cadena de oro.

Era tan rara.

Solo rodó los ojos y se tiró de nuevo en la arena dispuesto a retomar su sueño interrumpido.

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K opinan reinas?