Voten y comenten
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Suspiró mirando el barco.

Si, era un desastre, pero al menos uno que podía repararse.

-Muy bien, recolecten toda la madera que encuentren, si nos hace falta tendremos que usar la de los camerinos.-ordenó en voz alta, el resto solo asintió comenzando a movilizarse.

Se quitó las botas y caminó hacia Rubí y Carlo, ahora eran ellos quienes se hacían cargo de la pesca.

Estaban algo adentrados en el mar, sosteniendo y moviendo la red intentando capturar algunos peces para la comida de ese día.

-Rubí.-llamó Luke en voz alta, la rubia lo miró.

-¿Que necesitas?-preguntó adentrándose un poco más en el agua, con el menor a un lado.

-Necesito uno de tus vestidos, ¿tienes?-la mayor lo miró confundida.

-¿Y para que quieres uno de mis vestidos?-preguntó con el ceño fruncido.-No me digas que tienes ese tipo de inclinaciones.-murmuró divertida, el ojiazul solo le mostró el dedo medio.

-Jódete-murmuró con los ojos entrecerrados.-Y no, ayer he encontrado a una mujer en la selva, parecía haber naufragado, supongo que su ropa debió de haberse arruinado, ya que...bueno...necesito uno de tus vestidos.

La rubia lo miró burlona.

-¿Te acostaste con una mujer que conociste en la isla y destruiste su ropa en el acto? Eso es nuevo.-murmuró incrédula.

El rubio solo rodó los ojos de forma exagerada.

-¿Me vas a dar uno o qué?-preguntó serio y un poco hastiado.

-Joder, que genio tienes, toma uno, creo que también había un corsé, si es que no se perdió en el mar.-Murmuró girándose al sentir como algo caía dentro de la red.-¡No lo dejes ir Carlo!-dijo en voz alta a su hijo, quien no tardó en reaccionar.

Luke no les prestó más atención, caminó hacia uno de los baúles de Rubí (habían sacado todo el equipaje del barco) abrió uno y tomó el primer vestido que se encontró, dejándolo sobre la arena se dispuso a buscar un corsé.

-¡Capitán, cuidado!-llamó Jan, a la distancia, Luke lo volteó a ver, al notar que todos miraban fijamente hacia la selva, donde se escuchaban rugidos y pasos rápidos.

-¡Todos en guardia, Rubí, sube con Carlo al barco!-ordenó sacando su espada, al igual que el resto, se alejó un poco del borde en donde comenzaba la enorme selva.

Los nervios estaban ahí, a penas eran perceptibles, pero los había e iban en aumento cuando las hojas comenzaron a moverse.

Fue inevitable no saltar hacia atrás cuando algo salió de dentro de la vegetación.

Luke bufó viendo al pequeño animal correr, mientras el resto suspiró de alivio.

-Jodido animal estúpido.-murmuró al ver lo que parecía ser un cerdo pero más pequeño y también más feo.

Dio media vuelta de regreso al barco, dejando a esa cosa atrás, rodó los ojos al notar que el resto estaba como diez metros atrás de él.

-¿De verdad se quedaron ahí? ¿Que si hub.-El chillido del cerdo y el rugido que lo acompañó, hizo a todos brincar hacia atrás.

-¡Es eso!-gritó Rubí desde el barco, todos miraron como el animal le quitaba la vida a su presa, con sus enormes garras enterradas en la piel del cerdo.

Era grande y tenía que aceptarlo, era majestuoso, más que cualquier animal que hubiese visto antes.

En cuanto los ojos de la criatura levantaron su atención hacia los hombres, todos sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos, Luke solo colocó su mano sobre la empuñadura de su espada, sin llegar a sacarla.

Así se mantuvieron unos tres minutos, con el animal manchado mirándolos fijamente mientras la sangre pintaba la arena y todos manteniéndose quietos y en silencio.

-Capitán, ¿y si l..

-No-interrumpió tajante en un murmuro ante las palabras de Franco.-Este no es el mismo que atacó a Rubí, tú lo dijiste, había mucha sangre, este no parece tener ninguna herida.

-Pero puede intentar atacarnos.-respondió en voz baja.

Justo en ese momento el leopardo se movió sigilosamente, se adentró nuevamente en la selva sin quitarles la mirada de encima, casi parecía que les daba una advertencia.

"Si tú no me atacas, yo no tendré que atacarte; solo he venido por mi comida, déjame ir."

Y justo eso pareció dado que en cuanto se perdió ligeramente con la vegetación, se escuchó como se alejó corriendo.

Luke suspiró.

-¿Lo ven? Se ha ido en cuanto capturó a su presa. No sean estúpidos, no intenten atacarlo si él no da indicios de querer hacerlo primero.

Los demás solo asintieron, guardando sus espadas.

-¡Vuelvan al trabajo!-ordenó, tomando unas cuantas tablas de madera para llevarlas al barco y comenzar lo más pronto posible a re-construir la proa* del barco.

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-Capitán, ya no tenemos más agua.-informó Anton.-Las cantimploras están vacías.-Luke asintió.

-Supongo que tocará ir al tan temido estanque por ella.-suspiró, miró de reojo al menor.-¿Que es lo qué haces ahora?

-Bueno, encendí la fogata, me echaron del barco después de martillarle el dedo a Romeo y a Jan.

Luke rió con voz ronca.

-Lo hiciste a propósito.-dijo ya conociendo la respuesta.

El menor se encogió de hombros.

-¿Qué puedo decir? Soy alguien perezoso.

Luke negó divertido.

-Trae las cantimploras.-El menor asintió, caminando hacia donde se encontraban aquellos artefactos, Luke llamó su atención a mitad del camino.-Y trae tu espada, me acompañarás por el agua.-el castaño entreabrió la boca, señalándose.

-¿Yo? ¿Ahí, después de ver a ese animal?-preguntó con los ojos abiertos.

-Claro, ¿O te da miedo?-preguntó con una ceja arqueada.

-¿A mi? ¡Claro que no! Eso ha sido como un gatito.-mintió.

Luke solo rió caminando hacia el vestido que había elegido para la desconocida.

-¡Tráelas rápido, no queremos que se haga más tarde!-No tuvo que repetirlo una segunda vez pues el castaño se fue rápidamente por las cantimploras.

Si, le daba un poco de miedo adentrarse en la selva después de ver a semejante animal cazando, pero tendría que hacerlo de cualquier forma, y definitivamente prefería hacerlo de día, cuando podía ver hacia dónde corría.

Luke suspiró, colocando el vestido en su hombro, esperaba que ella no esperase un corsé, porque no había tenido la suerte de hallar uno.

Ni siquiera sabía si se la iba a encontrar, tal vez solo dejase el vestido ahí, seguro ella lo encontraba y se lo ponía.

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