𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 26
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Habían pasado cerca de una hora alejados de Leven, esperando a que se calmara un poco por todo lo que había tenido que pasar aquel día.
Parecía haberlo hecho, porque ahora su atención estaba sobre el pequeño que dormía en sus brazos.
-Deberíamos curarla Luke, tiene una navaja enterrada.-mencionó Franco, el rubio asintió.
-Pensaba como hacerlo, nos tiene miedo.-murmuró mordiendo su uña.
-Pues será mejor que se lo mencione ahora, capitán, porque está perdiendo demasiada sangre.-opinó Leonardo.
El rubio solo asintió dirigiéndose hacia ella con lentitud.
-Leven.-susurró Luke hincándose frente a ella, había dejado de llorar y solo acariciaba el rostro de Carlo delicadamente.
La pelinegra lo miró seria, a Luke le dolió el pecho al verla así, tan destruída.
-Hola linda.-susurró con una pequeña sonrisa, intentando ser amigable, Leven solo rodó los ojos, el rubio decidió ignorar aquel gesto.-¿Quieres que cure tus heridas? Como tú me curaste a mi.
La pelinegra solo lo miró con la frente arrugada y negó, el intento de sonrisa de Luke decayó totalmente.
-¿Por qué no? Puedo vendarte con tus hojas, si es lo que quieres.-la ojiverde gruñó.-Dime que es lo que quieres.-pidió dolorido.
Leven giró su cabeza hacia el bello rostro de Carlo, ignorando al rubio totalmente.
-Leven, por favor, déjame ayudarte, no quiero que te pase algo más.-susurró intentando tocar su mano, ella la alejó molesta.
-Humanos malos-susurró sin mirarlo.
Luke suspiró.
-Lo se cariño, ese hombre ha sido muy malo contigo.-aseguró.-Pero, ninguno de nosotros te hará algo, ¿está bien?-ella negó.
-Déjame.-susurró cabizbaja.
-Leven...-pidió nuevamente.
-¡Déjame!-gritó, despertando a Carlo, miró al pequeño arrepentida.-Leven lo siente bebé.-susurró acariciando el cabello de Carlo, quien solo asintió, decidiendo no reclamarle por llamarle 'bebé'
-Escucha Leven, entonces pasaras con nosotros esta noche, no quiero pensar en lo que te podría pasar andando por ahí sola y lastimada.
La chica lo miró seria pero asintió.
Por primera vez en toda su vida, tenía miedo de estar sola en la isla, su propio hogar.
Luke volvió con Franco, Leonardo y Henderson.
-No quiere que la toque.-susurró recargándose contra un árbol.
-No me sorprende.-admitió Leonardo, mirándola con una mueca.-Pobre, se ve muy mal.
Era verdad, tenía la mejilla morada, la marca de la soga que la mantuvo muda por un momento, el cuello rojo, y eso sin contar toda la sangre regada por todo su cuerpo, incluso había manchado a Carlo y al venado que la miraba con ojos tristes.
Luke suspiró, mirándola con tristeza.
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Luke estaba despierto, haciendo guardia en su pequeño campamento, mientras los tres piratas dormían y Leven le tarareaba una canción en voz baja a Carlo y a Zuiverheid, el rubio sonrió con ternura.
Lo abrazaba con fuerza mientras acariciaba la cabeza del ciervo, sobre la cintura del menor.
Ellos parecían estar dormidos desde hace horas, pero ella seguía tarareando y dejándoles caricias, con temor, Luke se acercó a ella lentamente.
-Leven, ¿como te sientes?-preguntó sentándose a un lado suyo, abrazando sus piernas.
La pelinegra dejó de cantar abruptamente, deteniendo sus caricias.
-Bien.-susurró para después besar la frente de Carlo con cariño.
-¿Quieres hablar?-preguntó en voz baja, de forma dulce.
-No.-admitió, sintiendo sus ojos cristalizarse.
-Está bien cariño, duerme tranquila, yo estaré despierto cuidando de ti toda la noche.
Leven bufó en respuesta.
-Luke no cuida a Leven.-murmuró molesta, Luke suspiró.
-Voy a cuidarte, te lo prometo, no te volverá a hacer daño.-Leven gruñó, moviéndose para poder mirar al rubio.
-Humanos malos, hacen cosas malas, humano lastimar a Leven porque Leven lo provocó.-susurró, admitiendo su supuesto error.
Luke la miró con el ceño fruncido.
-¿Qué dices?-preguntó casi enojado-Esto no ha sido tu culpa Leven, él es el enfermo que quiso lastimarte.
-Leven dejó a humanos quedarse.-sorbió la nariz.-Por eso recibe un castigo.
Luke negó rápidamente.
-Escúchame bien Leven, esto no fue un castigo ni mucho menos, esto fue solo por un hombre horrible que pensó que hacerte daño sería divertido, no es tu culpa, nunca será tu culpa.-dijo, mirándola serio.
Sus verdosos ojos se cristalizaron y no pudiendo sostenerle la mirada, la desvió hacia Carlo, acariciando su cabello.
-El dijo que si.-susurró, Luke tomó sus mejillas con delicadeza.
-No linda, él solo lo dijo para hacerte sentir mal.-murmuró con ojos tiernos.-No importa la ropa que lleves o no lleves, un hombre de verdad nunca te obligaría a hacer algo que tú no quieres, ¿entiendes?-ella asintió, sintiendo una lágrima caer por su mejilla, Luke no tardó en limpiarla con delicadeza.
-¿Y si tengo un bebé?-susurró preocupada en voz baja.-No quiero un bebé malo.-sollozó.-Yo quería uno bueno.
Luke la estrechó en sus brazos, ella no se negó a tal muestra de cariño, dejándose acariciar el cabello.
-No pasará linda, te lo aseguro.-de verdad esperó tener razón, pues no era seguro que una mujer quedara embarazada si el hombre no se corria, pero no iba a preguntarle sobre eso en ese momento.
Leven se acurrucó en su pecho, aún con un poco de humedad en sus mejillas.
-¿Por qué Luke es bueno?-preguntó con tristeza.
-¿Eh?-preguntó confundido, ella se alejó lentamente de él.
-Luke me tiene miedo, ¿porque eres bueno?-el rubio suspiró.
-Leven...solo...solo me tomaste por sorpresa, ahora he tenido más tiempo para pensarlo, pero...no es momento ni lugar para hablar sobre eso.
Leven apretó los labios y asintió, volviendo a acostarse, con un jadeo de dolor de por medio, pues la navaja aún estaba dentro suyo.
No la habían sacado para evitar que perdiera más sangre.
-No estés molesta más conmigo, por favor, quiero que sepas que el incendio de verdad fue sin querer, estaba distraído y tan shockeado que no podía pensar bien.
Leven lo miró.
-No sabes cuanto me odié al saber que yo lo había ocasionado.
La pelinegra solo le dió una mirada incrédula.
-No soy un asesino Leven.-dijo con tristeza.-No podría matar por matar, solo por satisfacción. Es algo horrible.
Leven lo miró sin creerle una sola palabra, Luke suspiró.
-Mira Leven, te contaré esto solo porque quiero que arreglemos las cosas y seamos amigos de nuevo.-la ojiverde lo miró intrigada.
»Cuando era pequeño, éramos demasiado pobres como para tener una casa que fuera más grande a un cuarto, éramos Rubí, mamá y yo, porque nuestro padre nos dejó.-Leven lo miró confundida.
»Ser pobre, en el mundo humano, significa que no tienes que comer y tienes qué hacer mucho trabajo cansado para poder tener donde dormir.-Leven asintió, comprendiendo.-Mi madre trabajaba en una cantina 17 horas al día los 7 días de la semana y a penas nos alcanzaba para pagar la renta del cuarto y un pan para los tres.
»Rubí fue quien me crió porque a penas y veíamos a nuestra madre, aprendió a leer sola y cada noche me contaba historias de sirenas, eran sus favoritas.-Leven lo miró sorprendida.-En algunas, las sirenas eran seres malos, pero ahora mismo eso sobra un poco.
»No fue una infancia muy triste, gracias a Rubí, pero la verdad es que a veces me sentía muy mal, todos nos insultaban por el trabajo de mamá, ella era...eh...prostituta, pero lo hacía por nosotros, una mujer sola y con hijos no podría lograr un trabajo mejor que el de vender su cuerpo, yo la quería muchísimo a pesar de que casi no estábamos juntos, era muy cariñosa, así como lo eras tú conmigo.
»Un día, cuando mamá y yo preparábamos la cena mientras Rubí intentaba leer un libro, unos hombres entraron a nuestro cuarto, Rubí se escondió debajo de la cama cuando mamá se lo ordenó, pero yo no encontré dónde ocultarme, así que me gané una gran golpiza de hombres adultos, no entendía que estaba pasando, hasta que comenzaron a gritarle a mi madre que les había contagiado alguna enfermedad, estaban borrachos y enojados.-sus ojos se cristalizaron.-La mataron. Frente a mis ojos, y yo no pude hacer nada.
Leven lo miró con tristeza, entendiendo su dolor, acarició su hombro.
Luke limpió sus ojos rápida y discretamente.
-Yo no asesino Leven, mucho menos si se trata de una mujer, yo no se si tiene hijos o a alguien que dependa de ella.-se tragó un sollozó.-Cuando mataron a nuestra madre, tuvimos que vivir en la calle, y la única forma de sobrevivir ahí es robando, así terminamos aquí, porque los piratas vivimos de robar cosas. ¿Cómo crees que conseguí todas estas cosas que te encantan?-preguntó, tomando sus collares.-Solo te pido que me perdones Leven, de verdad lamento con todo mi corazón haberte amenazado y haber ocasionado el incendio.
Leven lo miró con una mueca.
-¿Me tienes miedo?-preguntó la pelinegra en un susurro.
Luke negó.
-Eres la criatura más dulce que he conocido en mi vida, lamento haberte hecho tanto daño Leven.-dijo mirándola fijamente a los ojos.
Se podía notar su sinceridad
La ojiverde asintió.
-Leven también siente haberte lastimado.-murmuró, dejando caer su cabeza sobre el hombro de Luke.
-Esta bien linda.-susurró, besando su cabeza.
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