Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 26 (Presente)


"Hay calma antes y después de una tormenta, así que a veces es difícil saber cual es cual."

Katana

Miko cayó de rodillas y gritó.

Golpeó el suelo una y otra vez mientras gritaba, lloró, sacó la fuerza que estuvo manteniendo a lo largo del juicio; sus piernas cedieron primero, su garganta fue la siguiente, lo último resultó ser su corazón.

Su llanto atrajo a la lluvia gélida, su grito al crudo invierno. 

No fue la única que evocó a la estación, Katana, Dalial, Zhan, Rin-Lu, Rilu, y, en algún lugar dentro del castillo de la montaña, Lan-Yun; clamaron por la calidez en sus pechos, un sustituto al frío que los acogió entre sus brazos, que los protegió con sus tormentas y fiereza. 

Se había acabado.

Se había ido.

El clan blanco se llenó de verde, con flores que nacieron abruptamente, con aves que llegaron desde los cielos y un clima que surgió de las cálidas corrientes. 

La escarcha en la rotonda empezó a derretirse, el agua se mezcló con la sangre, creando un baño rojo alrededor de un cuerpo blanco. 

Blanco.

Eso fue lo que siguió a los gritos. Todo aquello que había cobrado color y vida, se rompió; el terreno fértil regresó a ser un osco lugar de nieve y copos, la escarcha mágica que se unía a la sangre, se separó de ella, como si nunca se hubieran unido, y el tiempo retrocedió sin estar alterado.

Un estrella se agitó en lo alto, otra más, muy cerca de ella, hizo lo mismo, y hubo otra. Tres en total, separándose de la constelación de estaciones. Giraron dos veces y bajaron en picada, aterrizando, iguales a cascadas, entorno al cuerpo sin vida de Lan-Sui. 

La primera en llegar evocó sensaciones dulces y flores alrededor, la segunda las hizo crecer, tomando posesión del clima, convirtiéndolo en un tiempo ameno, la última, arrasó con todo, destruyendo las flores en un proceso que les quitaba la vida, marchitándolas. 

Hubo viento y hojas secas.

Hubo vida y luego esta fue arrebatada.

"El ciclo está incompleto". —dijeron cuatro tres sin género ni distinción, iguales en poder y hermanas en control. —"El ciclo está roto". 

"El invierno se ha ido pero no puede alejarse".

"El invierno se ha perdido pero siempre vuelve".

"El invierno ha caído pero no muere. Nunca muere".

"Cada año regresa al final. Es una constante que no puede alterarse, que no puede dejar de existir. Invierno es familia. Invierno es hermana. Invierno sigue aquí. Invierno debe volver a casa. Invierno debe olvidar su vida y regresar a su lugar. Invierno debe vivir".

Un silueta sin forma salió del otoño y avanzó con cuidado, liberando ondas accidentales de poder, que rebotaban contra una barrera circular antes de llegar a los seres vivos. Otra más dejó atrás a la primavera y la última salió del verano. 

"Invierno, madre te espera. Invierno, madre repondrá tu alma rota. Invierno debe volver con nosotros. Invierno".

Un alma blanca salió del cuerpo destruido, Miko reaccionó enseguida, levantándose con tanta prisa que volvió al suelo, delante de ella, cubierta por luz, Lan-Sui acababa de dejar atrás la materia física que la ataba al mundo y se miraba a sí misma, atenta en los detalles de sus manos y el largo de su cabello, que servía muy bien para cubrir una desnudez blanquecina. 

"Invierno". —llamaron a coro de nuevo. 

El alma respondió a prisa, girando la cabeza para verles bien, con sorpresa en su rostro, cambiada enseguida por alegría en forma de crispas y copos. 

Afuera de la barrera, el clima empeoró, cayendo en compañía de algunas aves, muertas al chocar contra el mármol sangriento, por culpa del hielo que se adhería a sus cuerpos y sus corazones. 

Igual que Lan-Sui antes de ser llevaba a la rotonda, todos los cuerpos comenzaron a llenarse de escarcha y tiritar. 

Se congelaban. 

Se morían.

—Lan-Sui. —Miko se puso de pie, sosteniendo con una mano su corazón, que bajaba su ritmo por culpa del hielo que iba colándose a través de sus labios rotos. Se tambaleó a mitad del camino, cayendo a la sangre que abría el mar. Volvió a levantarse, temblando con mayor fuerza que antes. —¡Lan-Sui! —gritó al llegar a la barrera, golpeando con un puño que no hizo nada contra la magia sólida del otoño. —¡Lan-Sui!

—No va a reconocerle. —el emperador la envolvió con una capa gruesa de piel. —Su alma fue destruida, eso que ve ahí, es el poder concentrado del invierno. Una estación no guarda recuerdos. 

Miko apretó la capa, golpeó de nuevo, con más fuerza. 

—¡Lan-Sui!

—Emperatriz.

—¡LAN-SUI! 

—Ya le he dicho que ella...

—¡Pequeño zorro, mírame!

La barrera retumbó con la impresión blanca y se fragmentó. 

—Imposible. —el emperador quitó sus manos de los hombros de Miko, sosteniendo su frente. El invierno los miraba con unos penetrantes ojos morados, sin expresión luego de su sorpresa inicial. —Una estación no guarda recuerdos.

—Se equivoca emperador. —Miko sonrió sin contenerse, vaciando las pocas lágrimas que preservaba. —Una estación puede recordar tan bien cómo un alma ordinaria. 

—Destruí su alma. —murmuró el emperador. —No debería...

—Destruyó su poder, —le corrigió Miko. —el alma se unió con el invierno para sobrevivir. ¿Qué es más fuerte? 

—El invierno como estación, por supuesto. —el emperador comprendió, adquiriendo un color peor por la impresión que por la escarcha que le cubría. —Todo este tiempo... Siempre... —la impresión cambió por un horror puro. —Nunca fue un alma, ella era una estación.

—Ella era Lan-Sui. —dijo Miko, contagiando su sonrisa a la silueta blanca. 

El invierno inclinó su cabeza y volvió a centrarse en las otras tres, cuyas formas se iban difundiendo en espirales que se reincorporaban a los pilares de luz, desapareciendo luego de un rato. 

Arriba la constelación volvió a estar completa, abajo, el invierno esperó y esperó, centrada en el cielo pero atada a la tierra. El cuerpo físico empezó a desaparecer, consumido por la luz de un cuarto pilar, activado cuando las estrellas volvieron a su posición en lo alto. 

El invierno alcanzó su pilar y tocó la caída de magia con los dedos, parecía una niña que jugaba con el agua de una cascada. Estuvo entretenida bastante tiempo, hasta que pareció recordar que existía la prisa y tuvo que introducirse en aquel baño de poder, paró apenas  ingresó un pie, dio la vuelta y se quedó fija en Miko, sin actuar, recibiendo el impacto directo de la magia que fluía desde arriba.

—Te estaré esperando. —Miko agitó una mano. —No rompas tu promesa. 

Lan-Sui asintió y su presencia en la tierra desapareció por completo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro