Capitulo 1
¿por que? ¿por que?... ¿por que paso esto?, no entiendo, la verdad no entiendo...
Se supone que confiaban en mi... ¿por que ahora debo huir?...
Tengo miedo... mucho miedo...
¿por que me quieren matar?
No hice nada malo...
Yo no hice nada malo...
¿tan malo fue ayudarlo?...
Ya pasaron tres mil años... tres mil años desde que huyo... se supone que ya debería ser reina...
— ¿tan malo fue salvarte... chico?...—dije en un susurro apenas audible... lágrimas salian de mis ojos...— ¿solo por salvarte merezco esto?...—mas lágrimas salian de mis ojos y caían en mi ya roto vestido y en mis desgastadas botas...—pero sabes que... no me arrepiento de lo que hice... —seque mis lágrimas y tome mi capa, así cubriendo mis ya lastimadas alas.
Oculte mi cabello y sujete la capa con una de las correas que tenía.
Me lavante y empece a caminar, no podía volar con mis alas como están... no a menos que quiera terminar con mas lesiones de las que ya tengo...
—¡¿QUE CARAJOS?!—grite a los cuatro vientos cuando el piso se empezo a mover.
Justo después de que el terremoto parará, una flecha paso a mi lado, pero logre esquivarla a tiempo, justo antes de que me diera en mi brazo o pierna.
Pero antes de que pudiera darme cuenta me tenía acorralada. No puedo pelear, no en mi estado actual por lo menos... por desgracia... la única opción viable para escapar con vida... es volando...
Use un poco de magia, lo poco que me quedaba, para hacer un muro de fuego y liberar mis alas, así logrando volar...
No aguantaré mucho, pero espero que sea suficiente para escapar...
¿lo que me ataco?
Humanos, mis alas son realmente valiosas... ganarían mucho... pero es lo único que tengo...
... ¿he?...
Hay diez personas delante de mi...
Es extraño... siento que conozco a todos... pero no lo recuerdo... y a todo caso... si los conociera... los habría conocido de muy pequeña...
Creo que volare atrás de ellos... el viento hará que no tenga que usar tanto mis alas...
—... duele...—susurre, mis alas dolían demaciado... maldito caballero...
¿hum?... se detuvieron...
¿o yo me detuve?... mi cuerpo... mi magia.... me voy a desmayar en cualquier momento... necesito llegar a un lugar seguro...
¿he?... ya no están...
—¿de... sapa... recieron?... No... deben estar... detrás... de... mi...— dije antes de caer inconsciente.
[Lo que este subrayado será la narración normal]
—interesante, supo que estábamos detrás de ella, pero no lo esquivo — dijo una chica con cabellos morados.
Un chico pelinegro hablo —no podría haberlo esquivado, estaba apunto de desmayarse. —tenía a la pelirroja en brazos mientras hablaba con voz sería.
—¿que haremos con ella Zeldris? —un musculoso peliblanco hablo.
—nos podría ser de utilidad, la conservaremos —dijo con voz demandante. —Gloxinia, ten —dijo para seguidamente lanzar la chica hacia el nombrado.
Él la atrapo en el aire con sus extraños tentáculos verdes. La sujeto por la cintura con algo de delicadeza, cuidando no sujetarla demasiado.
—vamos —y desaparecieron del lugar.
Mmm
Mi cabeza da vueltas. Siento que estoy flotando, no duele nada.
Me siento ligera, es relajante este ambiente de paz.
—¡mamá, mamá! —una voz se oye en la oscuridad, es aguda y delicada. —¡mira un conejo de fuego! —la luz se hace en el lugar. Veo a una niña pequeña sujetando a un pequeño conejo anaranjado con rojo.
Veo sus ojos.
Rosas, cabellos naranjas rojizos.
Soy yo.
Mi yo pequeña levanta al conejo. Solo para ver como mi madre usa un fuego verde.
Lo salvo.
—mamá. —saladas lágrimas salen de mis ojos. Duele ver estos recuerdos.
Es doloroso recordar mi pasado, cuendo todo era felicidad, cuando podía vivir tranquila.
Antes de que todo cambiara... antes de que le salvara...
Todo se vuelve negro de nuevo.
Dolor, mi cuerpo se siente pesado, duele, me duele respirar.
Intento abrir mis ojos, no puedo.
Lo intento unas cuantas veces mas, hasta que lo logro.
Estoy recostada en una cama de hojas, mi descuidada capa. Todo esta algo oscuro.
¿es de noche?, lo dudo, tal vez este encerrada en algún lugar.
Intento mover mi cuerpo. Es pesado. Duele moverlo.
Me levanto poco a poco de la cama. Una vez de pie. Camino lentamente hasta donde parece ser la salida.
Tardo un poco hasta llegar ahí. Esta cubierto con una cortina de hojas.
La atravieso.
La luz me ciega un momento. Cuando mis ojos se acostumbran a la luz, los veo.
Son las diez sombras a las que seguía.
Siento la mirada de todos. Se que me están mirando, pero finjo que no lo noto y veo el cielo.
Mis piernas fallan. Casi caigo cuando frente a mi aparece una roca. Retiene mi caída, me recargo en ella.
Buscó con la mirada al gigante que evito mi caída, lo veo.
Se que fue el rey de los gigantes, aunque no se su nombre.
Observo a todos.
Un gigante, una hada, un.... ¿humano?... no, tiene una marca en su frente... ¿un demonio parásito?, tal vez. Siete demonios. Ocho si contamos al parásito.
¿son los diez mandamientos?...
La hada me mira.
—somos los diez mandamientos, soy Gloxinia del reposó, antiguo primer rey de las hadas —habla y responde la duda que tenía.
—Drole de la paciencia, antiguo rey de los gigantes.
—Melascula de la fe y Galand de la verdad.
—Graylord del pacifismo y Fraudin del desinterés.
—Monspiet De la reticencia y Derieri de la pureza.
—Esterossa del amor.
—Zeldris de la piedad, capitan de los diez mandamientos.
Se presentaron todos.
—soy...
CONTINUARA...
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