Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⸙͎۪۫ Capítulo 25

—¿A qué se refiere?

Observé la boca de DongMin abrirse para hablar, pero fue entonces el estruendo de una puerta cerrarse lo que nos desconcentró. DongMin me miró y luego detrás de mí, dándome la vuelta vi a HyunJin caminando a paso apresurado hasta que tomó mi mano y entrelazando nuestros dedos tiró ligeramente de mí, acercándome a su cuerpo para rodear mi cintura con firmeza.

—Necesito... Dios, necesito tanto olerte. —Sentía su pecho subir y bajar por la adrenalina, ¿Habrían estado discutiendo? ¿Qué había sucedido en esa habitación?

—Llévatelo, HyunJin. Hablaré con tu madre.

HyunJin afirmó con la cabeza y al segundo siguiente ya estábamos saliendo del enorme edificio. La mano de HyunJin temblaba, su agarre sobre la mía era potente y definitivamente no dejaba circular bien mi sangre, pero no sentía dolor, al contrario, me dolía el pecho por verlo de esa manera. Me ayudó a subir a su auto y subió él para luego salir del estacionamiento. Solo una vez estuvo en la autopista soltó un suspiro cargado de enojo, apretando sus dedos sobre el timón.

—Jinnie —Suspiré, sin saber muy bien qué hacer. Nunca había visto a ningún alfa así, aunque tampoco era muy experto en la materia de conocerlos —, ¿Qué tienes? Dime, por favor, quiero ayudar.

—Espera, solo espera —Alzó su mano hacia mi dirección, estirando el índice como intentando callarme. Obedecí, no sonaba enojado, pero estaba agitado —. Necesito que esperes.

—Espero, yo espero. —Mordí mi labio inferior, observando cómo él no despegaba la mirada del camino, con su ceño fruncido y sus cejas curvadas hacia abajo. Enojo, ira, fastidio, el olor no tardó en llenar el auto. Mi omega tembló y tensé mi cuerpo, no nos gustaba nuestro alfa enojado, así que no tardé en soltar en un pequeño susurro la duda principal.

—Hice... ¿Hice algo malo?

—No, tú no —El auto seguía avanzando a gran velocidad, por suerte ya era muy tarde, no me había fijado en la hora desde que salí de su casa, pero esperaba que fueran más de las doce —Yo —Siguió, así que solo lo miré, dejando que se tome su tiempo —. Yo soy el idiota que creyó que ella entendería, pero no pasó.

—¿Tu mamá? ¿Es eso? —Observé las venas marcarse ligeramente en su mano por la nueva tensión producida y lo tomé como un sí —¿Eso haces? ¿Estás conteniéndote? —HyunJin no dijo nada y tampoco hizo falta, cada detalle de su reacción encajó perfectamente.

Para ese instante sabía que HyunJin era el alfa con quien desearía pasar cada segundo de mi vida. La noche había sido larga, muchísimo, él y yo no hicimos lo que planeábamos, pero conocí tanto de su mundo que este último detalle solo ayudó a comprender que DongMin tenía razón, yo también veía a HyunJin como mi alma gemela.

Y él tampoco era un alfa perfecto.

Y es que en realidad... No existe un prototipo del ser perfecto, ni un estándar, ni un manual para hacerlo al pie de la letra. No somos alfas, betas y omegas, somos personas. HyunJin me había demostrado que yo no era un fenómeno por ser diferente, las diferencias son buenas, ahora mismo él es diferente y amo cada una de sus particularidades.

HyunJin es alto, pero a diferencia de los demás alfas él no busca pelea para hacerse sentir alguien superior, no te impone qué hacer o qué no hacer y tampoco le llama la atención presumir la cantidad de omegas que tiene a sus pies. Él quiere a MinHo y sabe tratarlo, no es torpe, es cuidadoso, listo y cauteloso. No se rinde, no se siente mejor que nadie y por sobre todo, es el mismo alfa que ahora está a mi lado intentando calmarse a sí mismo para no responderle a su madre, a pesar que ya está en la edad en que todo alfa cree que nadie puede pasarte por encima.

Él no es perfecto y yo no soy perfecto, quizás por eso estamos hechos el uno para el otro.

—Bebé, ¿Estás bien?

Volví a la realidad y lo encontré mirándome. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero al mirar de reojo hacia el frente del auto observé que estábamos en el estacionamiento del edificio donde se encontraba su penthouse, así que definitivamente me había tomado mi tiempo comprendiendo algo que HyunJin me intentó enseñar desde el primer día que nos conocimos.

—Estoy... Bien. —Afirmé, disfrutando de la paz interna que sentí apenas sus ojos y toda su expresión se relajó, mostrándome una pequeña sonrisa.

—Ya vas a poder ayudarme, mi perfecto omega.

—HyunJin —Jadeé apenas mi cuerpo cayó sobre el colchón de su cama, observándolo colocarse sobre mí, con sus piernas a cada lado de mi cuerpo y sus manos apoyadas a los costados de mi cabeza —, tenemos... tenemos que hablar.

—Lo sé —Su mirada se conectó con la mía y pude observar cómo sus preciosos ojos se habían vuelto más oscuros y brillosos, mostrando su deseo por algo que yo también me moría por hacer —. Pero primero te necesito. Tu cuerpo, a ti, todo tú.

—Jinnie.

Sabía que no debía dejar que algo tan importante como el tema de las almas gemelas quede en el olvido, pero ¿Cómo negarme a tan hermoso alfa gruñendo y frotando su mejilla contra mi cuello? Las manos de HyunJin no tardaron en dirigirse hacia mi pantalón, abriendo el botón y bajando la cremallera con rapidez, si no es que la había roto en el proceso. Luego esa misma mano subió por debajo de mi camiseta hasta acariciar mi vientre, logrando que un gemido escape de mi boca.

—Imaginarte embarazado me puede tanto, bebé —Su rasposa voz iba directo hacia mi oído, jadeé cuando su lengua se encargó de delinear mi lóbulo con lentitud —. Todo tú eres tan excitante.

—¡HyunJin! —Gemí, dos de sus dedos tomaron uno de mis pezones y tiraron ligeramente de este, jugando con ese pedazo de carne mientras su otra mano acomodaba mis piernas, dejando que uno de sus muslos se coloque en medio de ellas y empuje hacia arriba. La simple fricción me consumió en una fuerte oleada de placer mientras mi miembro se iba endureciendo más —. No es... no es cierto.

—¿Ah, no?

—No —Busqué su mirada e hice un pequeño puchero, subiendo una de mis manos para acariciar su mejilla, apoyándola después sobre su hombro —. Me veía muy... Gordo y tenía miedo que me dejé marcas... Estrías, esas cosas.

—¿Y te cuidaste mucho la piel? —Mientras hablaba, HyunJin me ayudó a incorporar la mitad superior de mi cuerpo para quitarme la camiseta, acostándome después. Sentí mis mejillas sonrojarse cuando lo tuve admirando con detalle mi vientre, pasando la yema de sus dedos sobre mi piel.

—Sí, mucho.

—A mí me habrías encantado con estrías o con lo que fuera.

—Eso es porque me miras con ojos de amor —Sonreí, sorprendiéndome de la facilidad con la que esa palabra escapó de mis lablos, ignorando lo caliente que sentía mi rostro —. Así tuviera un mono en el rostro seguro me dirías que te encanto.

—Es que lo haces —Susurró, mordiendo suavemente la piel de mi cuello —. Luego puedo repetirte las tantas razones por las que me encantas, pero ahora mismo solo me cuestiono la mejor posición para hacerte mío. —Mirándolo relamí mis labios antes de contestar.

—Me gusta así —Alzó una de sus cejas al no entender a qué me refería y entonces dirigí la mirada a su cuerpo sobre el mío, con mis piernas separadas ya a ambos lados de su cadera —. Así. Me gusta cómo me cubres completamente con tu cuerpo... Siento que me comes, que desaparezco, que soy devorado por mi gran alfa y nada me puede más que esa idea.

Intenté sonreír de la forma más seductora posible antes de volver a tirar de sus cabellos para que quede claro que quería su boca en ese mismo segundo. Mis piernas se separaron más y se encogieron a los lados de su cuerpo, apoyando la planta de mis pies en la cama, mientras mis manos jugaban con sus largos mechones de cabello y ladeaba mi cabeza, entregándome completamente a su boca.

En silencio se alejó de mis labios y se inclinó para dejar delicados y tiernos besos sobre mi abdomen, a un costado y un poco más abajo de mi ombligo. Besó hasta donde la tela de mi bóxer se lo permitió y subió para terminar besando sobre mi vientre. Imaginé que sintió la tensión de mi abdomen apenas sus caliente y humedecidos besos habían tenido contacto con mi piel, aumentado la temperatura de mi cuerpo solo con esas caricias.

Alzó la mirada y se dedicó a observar mis expresiones, estando yo simplemente perdido entre todos sus actos. Así continuó con sus caricias, haciéndose desear. Bajó nuevamente la mirada para ver mi piel, pude saber que admiraba su obra, los pequeños círculos oscuros que se habrían formado a causa de sus mordidas. Él siguió besando la línea de mis costillas tardando, pero al final llegando a mis pezones.

—Uh... Uhm. —Mordí mi labio inferior, mis piernas comenzaron a temblar y se intentaban juntar, queriendo hacer presión para tener su entrepierna más cerca de mi cuerpo.

Lo necesitaba tanto.

HyunJin estaba bastante entretenido besándome por todas partes y yo no podía apartar la mirada de sus movimientos tan lentos y tan delicados, erizándome la piel sin dejar de mandarme ligeras y agradables descargas de placer.

Mis manos pasaron a sostener la tela de sus sábanas, apretándolas con fuerza. Me removía impaciente en mi lugar tragando saliva con dureza, intentando morder mi labio inferior con la mayor fuerza posible para no soltar gemidos demasiado fuertes e interrumpir la atmósfera. Aunque por la expresión que notaba por segundos en su rostro, estaba seguro de que HyunJin sabía muy bien en qué estado me encontraba y solo buscaba llevarme poco a poco al límite.

—Hy-HyunJinnie —Lo ronca que salió mi voz me hizo intentar aclarar mi garganta, sabía que sus simples acciones me estaban dejando sin aire —, necesito que... necesito que, ¡Oh! —Mi espalda se arqueó ligeramente por la sorpresa, no me di cuenta del instante en que sus labios se rozaron justo sobre uno de mis pezones, endureciéndolo con algo tan simple, besando el contorno oscuro de este.

—¿Le dabas leche a MinHo, amor?

—S-Sí —Su boca hizo presión sobre la punta de mi pezón y succionó sobre él, causándome otro fuerte gemido. Llevé una de mis manos a su pelo y cerré los ojos con fuerza —No —Gemí de nuevo, tirando de sus cabellos intentando alejarlo —. N-No hagas... Oh, joder, ¡HyunJin!

Lo tomó entre sus dientes y tiró de la sensible piel, para luego volver a morder el contorno mientras su pulgar pasaba por sobre mi abdomen, bajando entre caricias hasta que llegó al borde de mi pantalón. Solté un jadeo de sorpresa cuando de un simple tirón me quitó la prenda y el bóxer. Estaba feliz de haberme quitado las zapatillas antes de eso.

—Yo sigo pensando que en este momento tengo al hombre más hermoso ante mis ojos, que me pertenece y esta noche quiero hacerle el amor. —Susurró.

Rozó sus labios con los míos solo para burlarse de mi deseo de besarlo, para después entregarme una maliciosa sonrisa apenas mis ojos se abrieron. Quise hacer un puchero, pero él solo dejó un pequeño beso en mis labios antes de levantarse, quitándose todas las prendas que le quedaban sin desconectar la mirada. Estaba seguro que jamás había visto un hombre tan sexy en mi vida.

—Mierda... Tienes que calmarte o esto no va a durar mucho. —Pedí, aunque por su preciosa y sensual sonrisa imaginé que no me había tomado en serio.

—Quiero que me toques y me dejes susurrarte al oído cuánto te amo, Felix. —Se volvió a colocar lentamente sobre mi cuerpo acercando su rostro al mío, aunque terminó bajando hasta besar mi cuello, pasando sus dientes lentamente por ahí, sobre la zona de la mordida anterior, causando que mi cuerpo se tensara, pero no de la mala forma, ahora no tenía miedo.

—¿Qui... quieres? —Pregunté en un hilo de voz, esperando que realmente me haya escuchado. Mis manos subieron para acariciar su espalda, sus hombros, todo espacio de su piel cálida y suave que me fuera posible tocar.

—Me muero por hacerlo —Susurró sobre mi oído, dejando un pequeño beso sobre mi lóbulo —. Pero, ¿Tú quieres que lo haga, mi amor?

—No lo sé. —Suspiré, sintiéndome asustado repentinamente porque esa no fuera la respuesta que estaba esperando. Lo pensé alejándose, amargándose, vistiéndose y dejándome solo, pero nada de eso pasó.

Porque HyunJin es un alfa imperfecto.

—Entonces hoy no es el día —Dijo, besando de nuevo sobre mi marca anterior antes de alejarse y mirarme a los ojos con una sonrisa totalmente diferente a las anteriores. Una tierna y bonita, donde el lunar bajo su ojo parecía esconderse y me mostraba sus dientes —. Eres mío, bebé, no necesito una mordida que lo compruebe, al menos hasta que estés listo.

HyunJin besó mis labios e intenté realmente no terminar llorando, él sabía cómo hacerme sentir bien, sin siquiera darse cuenta él conocía cada punto para derribar cualquier pequeña barrera que aún tenga mi corazón hacia su amor. Lo amaba, lo amaba con cada fibra de mí.

Separé más mis piernas en cuanto nos alejamos, la emoción claramente no hizo que la excitación disminuyera, muy por el contrario, mi entrada se lubricaba cada vez más ante su simple toque, esperando que cumpliera con las palabras antes dichas. Y no es que yo no tuviera experiencias sexuales hasta para regalar, sino porque no recordaba una sola vez en la que hubiera hecho el amor con alguien. Nunca. Era hermoso saber que le regalaría al menos una primera vez al alfa dueño de mi corazón.

HyunJin se acomodó mejor entre mis piernas, dejando que cada una de las mías esté a los lados, justo sobre sus muslos, rozando con su duro miembro mis glúteos, sin entrar, solo empujando lentamente, inclinándose hacia adelante para volver a apoyar sus manos a los lados de mi cuerpo, embistiendo sin penetrar, moviendo sus caderas circularmente o contra mí.

Gemí, lo quería, lo necesitaba dentro y a la vez me retorcía por la simple simulación, ni siquiera me estaba haciendo suyo, su glande tenía contacto regularmente con mi entrada y se lubricaba con esta, quizás por eso mismo lo hizo. No noté hasta que inspiré hondo para aguantar cualquier ruego de que me follara de una vez, que toda la habitación ya se había llenado de nosotros, de mí más que nada, pero su olor no pasaba desapercibido. Cualquiera que entrara a este lugar sabría perfectamente lo que había sucedido aquí.

Intenté mirarlo, aunque fue casi imposible, mi vista se humedecía por las lágrimas a causa del placer que me provocaba el observarlo, el escucharlo maldecir o soltar pequeños gruñidos, repitiéndome una y otra vez que era completamente suyo. HyunJin se inclinó más hacia adelante, besando mi pecho y subiendo a mis labios, robándome un beso mordió y tiró de mi labio inferior antes de mirarme a los ojos.

—Me gustas tanto, mi pequeño. Me vuelve loco tenerte así, no sabes lo que cuesta el contenerme para no follarte como la última vez.

—No —Jadeé, volviendo a sentir la cabeza de su erección chocar contra mi entrada en uno de sus tantos movimientos —No tienes que... que contenerte —Acaricié su espalda, mordiendo rápidamente mi labio —. Hazme tuyo, ¿Sí? Por-Por favor.

—¿Lo quieres, bebé? —Sonrió, como si realmente hubiera conseguido lo que quería —Te gusta, ¿No? Pero lo quieres dentro de ti ya, ¿Verdad? Empujando dentro de tu apretado y caliente agujero.

—Mierda —De nuevo pensé que iba a matarme —. Sí, sí. Lo quiero dentro. —Asentí irregularmente con la cabeza.

Y entonces, por fin HyunJin dejó de jugar. Detuvo sus movimientos para observar mis piernas, su mano se estiró hasta tomar, sin siquiera mirar, uno de los almohadones de su cama y alzándome en un movimiento tan fuerte y rápido, lo colocó bajo mis caderas.

Admiró por unos segundos justo donde se encontraba mi entrada, tentándome a juntar mis piernas por la vergüenza, no tuve tiempo ni de eso cuando escuché su potente voz de alfa lanzar una maldición.

Me perteneces, Felix. —Gruñó, tomando su erección, acomodándola y empujándose dentro de una sola embestida. Mi cuerpo entero se contrajo ante la invasión y no precisamente por el dolor. Me sentí tan feliz, no había forma de explicarlo, pero mi omega y yo deseamos llorar de felicidad justo en ese momento. Felicidad y una calidez increíble.

HyunJin se mantuvo quieto por unos segundos, inclinándose para besar la comisura de mis ojos. Sentí mojado, ni siquiera noté el segundo en que se me habían escapado las lágrimas. Después de eso me dio un pequeño beso y entonces se acomodó con firmeza, empezando con los rápidos movimientos.

No era cuestión de ir lento, no lo necesitábamos, él y yo queríamos sentir cómo volábamos mientras me hacía suyo. Y quizás de eso se trataba hacer el amor, no es el ir con cuidado o con paciencia, sino el hacerte volar como si fuera el sexo más intenso de tu vida, pero al contrario de solo hacerlo, cuando haces el amor vuelas de la mano con alguien, mientras en el otro te encargas de volar solo.

Y HyunJin estaba volando conmigo.

—¡HyunJin! —Hice lo posible por mirarlo, porque mis ojos no cedieran y se cerraran ante la cantidad de placer, y agradecí a la vida el haber podido. La imagen de HyunJin era simplemente maravillosa, con su rostro en un gesto tenso, empujándose contra mí mientras se mantenía observándome. Sus ojos tan oscuros como la noche brillaban, sabía que solo tenía ojos para mí, porque lo sentía; no sabía cuánto duraría ese sentimiento, pero esa misma noche me sentí tan amado como nunca antes lo había sentido.

Éramos HyunJin y yo haciendo el amor.

Gemí su nombre y él se acercó, en medio de las embestidas rozó sus labios con los míos, dejando que su cálido aliento chocara contra mi rostro. Cerré mis ojos y lamí mi labio inferior, justo antes de que sus dientes se apoderen de este y tiren suavemente, separando mis labios y dejando el espacio suficiente para que su lengua se encargue de lo demás, fundiéndonos en un profundo y apasionado beso, ahogando todo sonido en este y escuchándose únicamente el constante rechinar de su cama por sus salvajes movimientos.

—Te amo, Felix. —Susurró apenas nuestros labios se separaron —Te amo con locura. Eres mío, todo mío.

Volvió a besarme después de eso.

Mis manos se paseaban con libertad por su espalda, arañándolo, marcándolo. Quizás desde esa posición no podía hacer gran cosa, pero cada que lo sentía hundirse mis uñas se aferraban a su tensa piel, llenándolo de líneas rojas que sabía notaría al día siguiente. Él también me pertenecía.

—¡Oh! Mierda —Gemí, cerrando los ojos completamente y apretando los párpados. Su mano había tomado mi miembro con fuerza, rodeándolo con sus dedos, empezando a masturbarlo al mismo ritmo frenético con el que se movía —. No, no. No hagas... ¡Oh!

—¿Qué, bebé? —Sus dientes rozaron el lóbulo de mi oreja de nuevo, deteniendo sus movimientos por un par de segundos antes de hundirse con fuerza y terminar robándome un gemido tan fuerte que temí desgarrara mi garganta —¿Quieres llegar, mi amor?

—S-Sí, sí. —Asentí irregularmente, llevando ahora mis manos a sus hombros, sin poder verlo, conociendo muy bien la expresión que debía tener en ese momento —Quiero... Contigo. Juntos.

—Yo también —Besó mi mandíbula y luego mi cuello, frotando ligeramente su mejilla contra la mía, mordiendo apenas en un roce con sus dientes —No quiero aplastarte —Iba a gemir en protesta cuando se detuvo y salió, pero sabía qué era lo que venía —. Se bueno y ponte de lado para mí, ¿Sí, amor?

—Mmm. —Y como el animal más obediente apenas se alejó de mi cuerpo me tomé tres segundos para respirar hondo antes de acomodarme para él, apoyándome sobre mi costado, sintiendo primero su pecho chocar contra mi espalda y luego su mano colocarse con firmeza en mi cadera.

—Separa tus piernas, mi amor —Obedecí —. Así.

Sentí la cabeza de su erección cerca de mi entrada, cómo esta se acomodaba hasta que él empujó y entró lentamente, sacándome otro gemido, uno más largo y agudo. Un quejido cargado de placer. Me gustaba tenerlo ahí, me encantaba ser uno con él y solo con él.

—Te amo, ¿Lo sabes?

Yo también te amo, HyunJin.

Las embestidas iniciaron de nuevo antes de siquiera poder responderle. HyunJin continuó con el salvaje ritmo hasta que ambos no pudimos más, lo cual fue mucho más pronto de lo que habría deseado. Me corrí con fuerza sobre las frazadas de su cama, sin la necesidad de que él me ayude con ello. Segundos después, sentí mi interior arder como si estuviera llenándome de la lava de un volcán. El nudo de HyunJin sería algo a lo que jamás estaría acostumbrado.

Me llevaba al cielo, nos quedamos juntos incluso más tiempo del que le llevaba a su miembro volver a su tamaño original. Continué recibiendo sus besos hasta quedar dormido, disfrutando de las dulces caricias que me entregaba.

Y lo último que escuché fue su voz, sus promesas de estar por siempre juntos y sus palabras asegurándome lo mucho que me amaba. Y le creí, porque no importaba si él terminaba mintiendo o fallándome. Yo ya había caído en sus brazos, en una caída sin retorno.

Además, con el tiempo me tocaría aprender que el causante de mis futuras lágrimas no sería HyunJin, sino la vida y el cruel recuerdo que la felicidad nunca dura para siempre.

에이브릴🌹

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro