♡ ∘ ׄ · ׂ 20
Pov Natalan:
Loco no era una buena definición para mí, loco por Soaring se acercaba mucho más. Sé que existen demasiados alfa que después de haber mantenido relaciones sexuales con el omega que cortejan, suelen aburrirse y buscarse una nueva presa; conmigo estaba ocurriendo exactamente lo mismo... En reversa.
Si existía alguna razón por la que quería golpear a Roier hasta desfigurarlo era porque mi deseo de tener a Soaring cerca había aumentado mucho desde esa noche, antes podía controlarme mejor, sabía que debía ser paciente e ir con cuidado para no asustarlo, sin embargo ese día marcó un antes y un después en mi conducta. Ya no podía controlarme, quería tenerlo entre mis brazos a cada hora posible, y todo sin la necesidad de morderlo aún.
Sé que cuando le pregunté si sabía realmente quien tenía el poder cuando se trataba de amor, él no entendió la pregunta y tampoco esperé una respuesta, con el tiempo lo descubriría, eso sí me permitía acercarme, más de lo cerca que se puede considerar el mantener un beta aun cuidando su casa desde esa vez, o pasar repetidas veces en mi auto por las calles que rodeaban su hogar cuando iba a la oficina, con la única esperanza de verlo aunque sea por coincidencia.
Me concentré en pensar que no se trataba de acoso, sino solo cuidar a quien algún día me pertenecería por completo, asegurarme que este bien y que no le falte absolutamente nada, es todo.
Gruñí cuando escuché el celular, estaba buscando exactamente que ropa usar para ese día, no era una cita cualquiera la que tenía. Sin pensarlo, observé el nombre de mi mejor amigo y contesté sin dudarlo, algo importante tendría que decirme.
- ¿Qué quieres, Roier? Estoy ocupado -. Puse el teléfono en altavoz y lo lancé sobre la cama, pensando si llevar un terno o una vestimenta más casual.
- ¿Qué quiero? Estás bromeando ¿No? ¿Recuerdas que tenemos una reunión hoy? -.
- ¿Recuerdas que te dije que ya tenía planes para hoy? No lo sé, cúbreme, confío en ti -.
- Sí, eso puedo hacerlo, no recordé lo de tus planes -. Su tono enojado cambió a uno mucho más gracioso o ridículo, "pícaro" como él le decía. - ¿Y? ¿Puedo saber qué planes son esos? -.
- Iré a ver a Soaring -.
- ¿Soaring? ¿Soaring el "Sé que debo llamarte yo pero nunca lo hice" Bustamante? ¿Ese Soaring? -.
- ¿Cómo sabes su apellido? -.
- Soy bueno investigando -.
- No te di permiso para que lo investigaras -.
- Natalan, no te lo voy a quitar, si eso estás pensando -. Bufé, no permitiría que nadie me lo quite de todas formas. - Es solo que fuiste muy vago cuando me contaste de él, necesito saber más de la persona que cautivó el corazón de piedra de mi mejor amigo -.
- Ajá, no tiene nada que ver que Star te haya dicho que es el mismo chico con el que salí de la exposición esa noche, y que te esté rogando para que sepas más de él -.
- De acuerdo, culpable. Pero no solo es Star, tu padre quiere que hablen -. Sonreí al darme cuenta que mi madre no estaba enterada de nada, eso era bueno, al menos por el momento.
- Lo sé -.
- ¿Y por qué no lo llamas? -.
- No puedo llamarlo si no consigo que Soaring sea mi novio primero, o sea, sé que será mío tarde o temprano, pero quiero ver la expresión de mi papá cuando se lo diga -.
- ¿No quieres de una vez pedirle su mano en matrimonio de paso? Digo, ya que avanzas con tantas formalidades -. Ignoré su tono irónico y respondí sin dudarlo.
- Si se lo pido ahora, se asustaría, pero luego claramente lo haré -.
- Joder, amigo, en serio estás demente -. Escuché la risa de Roier y al final opté por algo casual, no quería tampoco presentarme como si estuviera apenas saliendo del trabajo.
Mientras tiraba mi ropa a la cama, llamé desde el teléfono del penthouse a la recepcionista, Nori, pidiéndole de favor me consiga un hermoso ramo de flores, si fueran para Soaring, las elegiría yo mismo, pero todo entraba dentro de mi plan, eso sí él no me terminaba golpeando antes de entregárselos a su madre.
El resto de la mañana me la pasé escuchando a Roier sermonearme, aconsejarme, bromearme e incluso al final desearme suerte con respecto al tema, aún estaba algo enojado con su osadía de haber investigado a mi pequeño, pero eso podíamos arreglarlo después.
Estacioné mi auto frente a su casa y tomé con cuidado el ramo de flores, me aseguré de que mi cabello esté perfectamente despeinado y salí, caminando decidido hasta la puerta. Iba a esperar unos segundos, pero cuando escuché la voz de Soaring gritando algo que no pude oír, me alarmé. Toqué el timbre solo una vez, intentando ocultar mi preocupación cuando su rostro sorprendido entró en mi campo de visión. Sonreí, solo Dios sabía cuánto lo había extrañado.
- Hey, hola bebé -.
- ¡Natalan! -. Me sorprendí pero no repliqué cuando saltó hacía mí, rodeándome por el cuello mientras escondía su rostro a la misma altura, inspirando profundamente, mis brazos también lo rodearon por la cintura de forma protectora, atrayéndolo más contra mi cuerpo.
- ¿Me extrañaste? -. Le susurré cerca de su oído, besando el lóbulo de su oreja, disfruté de su estremecimiento y la forma como se puso tenso, intentando alejarse de mí, cosa que no le permití.
- Algo... Ya sabes -. Colocó sus manos sobre mi pecho, alejándose lo suficiente para que nuestras miradas se encuentren. Observé el hermoso sonrojo dibujado en sus pálidas mejillas y me incliné hacía él, ansiando tanto besarlo y lo hice, por dos segundos sentí la suavidad de sus labios cuando escuché un grito y después una pequeña mano tiró de mi jean.
- ¡Natalaaan! -. Bajé la mirada, sorprendiéndome por la emoción que sentí al encontrarme con los ojitos de Oliver y su enorme sonrisa. Me aparté lentamente del cuerpo de Soaring, dejándolo en libertad mientras me inclinaba y con cuidado de no arruinar las flores, lo cargué en brazos.
- Hey ¿Cómo estás, Oliver? -.
- Bien -. Aseguró él, admirando el ramo. - ¿Y Natalaaan? -.
- Yo estoy bien, gracias -. Dirigí la mirada a Soaring, quien me sonreía tímidamente, mordiéndose su labio inferior y aumentando mis ganas de abalanzarme sobre su cuerpo para devorarle la boca, hasta parecía que lo hacía con toda la intención.
- ¿Para papá? -. Preguntó Oliver, señalando el ramo.
- Oh no -. Miré a Soaring, solo entonces me preocupé en algo más que no fueran las dos personas que más ansiaba ver. Observé a la distancia a una mujer muy hermosa sentada en el sofá, ella me miraba anonadada, supuse que era la madre de Soaring por su vestimenta tan refinada, además, había algo en el rostro de mi pequeño omega que lo hacía muy parecido a la señora. - Es para tu abuela ¿Me dices dónde está, Oliver? -.
- Síp -. Lo bajé con cuidado, él me extendió la mano para guiarme más adentro de la casa. Escuché como Soaring cerraba la puerta mientras yo me acercaba a la mujer, extendiéndole con cautela el ramo de flores una vez ella se puso de pie. - Abuela -. Señaló con su dedito.
- Un placer -. Dijo ella tan rápido como recibió las flores. - Y muchas gracias por las flores, es usted muy amable, señor...-.
- Morelos, Natalan Morelos -. Respondí, aunque estaba más que seguro que ella me había reconocido desde el primer momento en que me vio.
- Un placer, señor Morelos, mi nombre es Lucy, Lucy Bustamante, soy la madre de Soaring -. Me dijo mientras estiraba su mano, permitiéndome besarle la el dorso de esta, recibiendo una de sus risas coquetas. Escuché a Soaring aclararse la garganta y dirigí la mirada hacía él, aunque mi pequeño estaba más que enfocado en su madre que en observarme.
- Controla las hormonas, mamá, empieza a oler mal -. Dijo mientras se acercaba, hasta colocarse casi a mi altura. Sabía que él se moría por saber qué estaba haciendo yo ahí o qué planeaba, pero por la misma presencia de esa mujer, se ahorraba el hacer preguntas indiscretas y por mi parte eso me convenía, todo estaba resultando como deseaba.
- Es...-. Ella se aclaró la garganta. - Realmente sorprendente que Soaring tenga amigos tan...Prometedores como lo es usted, señor Morelos ¿Puedo preguntar cómo se conocen? -.
- Bueno, es que Natalan- -.
- Antes que nada, quiero aclarar que no soy su amigo, yo estoy saliendo con su hijo, señora Bustamante -.
- ¿Qué? -. Escuché la voz aguda de la madre de mi pequeño y cuando me gire a verlo, él teníauna expresión muy parecida, aunque no dijo nada, solo me miró por unos segundos antesde que ambos nos enfoquemos en la señora de nuevo. - Eso es imposible, Soaring no me hadicho nada -
- Lo sé, queríamos sorprenderla -. Con cuidado, tomé la mano de Soaring para acercarlo a míhasta que estuvo lo suficientemente cerca para rodear su cintura y pegar su costado a micuerpo, él soltó un sonido parecido a un gemido mientras me miraba y a su madre después,repetidas veces. Le di un pequeño beso en su mejilla, tratando que mi sonrisa burlona nofuera demasiado obvia. Incluso sorprendido o en shock, él era hermoso.
- Es imposible. Usted... Usted está soltero, yo lo he visto en revistas y no hablan de que tengapareja -.
- Soaring y yo queríamos mantenerlo en secreto hasta que sus padres se enteren, por ellodeseaba una presentación formal con usted -.
- Pero él tiene un... Y tú eres...-. La lengua parecía enredársele a la señora y logré oír unapequeña risita por parte de Oliver y de Soaring incluso, aunque ambos se quedaron calladoscuando ella frunció el ceño, totalmente enojada. Definitivamente esto estaba saliendo mejorde lo que había esperado. - No puedo creerlo -. Dijo al final con total decisión, al parecer erademasiado escéptica con la idea de su hijo consiguiendo un novio, ahora comprendía dedonde Soaring tenía la autoestima de esa manera ¿Su propia madre prefería creerlo solteropor toda la vida antes que consiguiendo un alfa? Idiota.
- Aquí estoy, señora, no soy imaginario -. Le sonreí con burla, ella agudizó su vista y entrecerró los ojos al reconocer esas palabras, incluso Soaring se estremeció al oírme.
- Sí, estás aquí y... Lo sostienes así -. Hizo referencia a mi mano rodeando su cintura. - Pero Soaring no tiene ninguna mordida, esto puede ser una trampa o algo falso por como yo lo veo -.
- Bueno, que no vea la mordida no quiere decir que no las tenga -. Suspiré, ya tenía algo planeado para esa pregunta, además de una pequeña venganza a mi niño que hasta el momentono sabía dónde esconder la cara. - Si me permite -.
Sin dudarlo, moví a Soaring hasta que se colocara justo frente a mi cuerpo, él iba a voltear amirarme, quizás para preguntarme silenciosamente qué planeaba hacer cuando una de mismanos se colocó justo sobre donde sabía se encontraba una de sus tetillas, la otra más abajo,sobre la parte baja de su abdomen, después me acerqué más a su cuerpo, tanto que sabía susglúteos pudieron sentir mi entrepierna claramente, presionándose contra él.
- Natalan -. Lo oí jadear, llevando cada una de sus manos sobre las muñecas de las mías, aunqueno impuso presión para que lo suelte.
- Como le decía, a él le encanta que lo muerda justo aquí -. Mis labios se colocaron sobre suoreja antes de separarlos y morder ligeramente el lóbulo de esta; mientras mis manos sepresionaron sobre las zonas donde estaban estratégicamente colocadas, esos mismos puntoserógenos que conocí la noche que estuvimos juntos. Soaring soltó un gemido y cubrió su boca.
Venganza, bebé, ahora lo pensarás dos veces antes de impedirme verte.
Sabía que la señora comprendió que Soaring amaba que lo mordiera sobre el lóbulo de la oreja,pero Soaring entendió un mensaje distinto, uno que le hizo soltar un sonido tan erótico quelas mejillas de su madre se enrojecieron, imaginé que las suyas igual.
- Oh vaya -. Susurró la mujer después de un pequeño silencio. Estaba más que orgulloso demi actitud, incluso no quise liberar el cuerpo de mi omega durante muchos segundos después
- ¿Alguna otra duda, señora Bustamante? -.
- No...Creo que no -.
Cuando por fin solté a Soaring, dejé que mi mano acariciara uno de sus glúteos antes de dejarloir por completo y observar como este me miró con el ceño fruncido, estuve a punto de deciralgo cuando él giró hacía su madre, forzando una exagerada y totalmente falsa sonrisa.
- Mamá ¿Nos disculpas un momento? ¿Sí? Gracias -. Se respondió rápidamente, tomando mimano para empezar a jalarme hacía más adentro de su casa.
- Oops -. Escuché decir a Oliver. De acuerdo, quizás algo había hecho mal.
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