Un largo mes ha pasado desde aquella primera partida de cartas de los cinco chicos. Un largo mes en el que sus vidas no han variado mucho. Un mes en el que los cinco chicos han recuperado el contacto, reuniéndose esporádicamente varias veces más, tanto para charlar como para jugar de nuevo a las cartas. Se han puesto al día de sus vidas, sin entrar de momento en detalles demasiado peliagudos ni grandes temas. Simplemente han hablado de temas relevantes a pequeña escala y han empezado a recuperar la complicidad y confianza de sus días de infancia.

Ahora, Jisung se pasa por las tardes por la tienda del barrio a preguntarle que tal le ha ido su día a Jeongin. Minho ha intentado no pelearse tanto, consciente de que a ninguno de sus amigos le hacen gracia sus heridas. Chan va a buscar a Han en su coche cada mañana para que el pequeño no tenga que caminar, ya que la universidad del chico queda de camino a la suya. Hyunjin recurre a cualquiera de ellos cuando necesita que alguien se ocupe de Ryujin. Pequeños cambios que parecen ser el preludio de algo grande.

-Un compañero de mi clase me ha hablado de un bar que hay aquí cerca que está bien.- comenta Jeongin mientras patea a Minho con poca delicadeza para que suelte el mechero con el que lleva un rato jugando. El sonido que este hace al encenderse lleva poniéndolo nervioso desde que su mayor lo cogió.- La verdad es que me han dado ganas de ir a ver como es. Dicen que es como los bares americanos de las películas, que hay muchas mesas de billar.

Se encuentran los cinco en la guarida. Antes de que Jeongin hablase todo se encontraba en un cómodo silencio. Por extraño que parezca, cada chico estaba a lo suyo, haciendo diferentes cosas. Jisung ha llevado los libros que debe consultar para su trabajo, en los que subraya cosas o hace anotaciones con rapidez. Bebe cortos sorbos de un café que le ha traído Jeongin de vez en cuando. Minho simplemente lo observa mientras juega con su mechero de manera inconsciente, prendiendo y apagando la llama cada pocos segundos. Claro, hasta que el menor de todos lo ha pateado para que deje de hacerlo. Chan también ha llevado sus apuntes, que repasa con lentitud, memorizando cada palabra. Hyunjin se encuentra recostado en el sofá, con la cabeza en el regazo de Jeongin, mientras mira en su teléfono un vídeo de boxeo. Jeongin solo mira Instagram con algo de aburrimiento.

Puede parecer que no es algo muy lógico en una quedada de amigos, pero su nivel de comodidad con los otros ha vuelto a los extremos en los que simplemente necesitan estar juntos. Ni siquiera tienen que hablar mucho, solamente hacerse compañía y ya es suficiente para todos.

-¿Qué propones, enano?- pregunta Minho, apartando al fin la mirada de Jisung.- Porque si quieres ir con nosotros para que te compremos alcohol lo llevas mal.

-Me desesperas, Minho hyung.- suspira el menor, haciendo reír al chico que se encuentra apoyado en su regazo. Jisung y Chan siguen tan concentrados que ni siquiera se dan cuenta de que sus amigos están manteniendo una conversación.- Uno, no os necesito para conseguir alcohol. Sé como conseguirlo solo.- sus dos mayores lo miran con sorpresa, dándose cuenta de nuevo de todo lo que ha crecido el pequeño. El niño de sus recuerdos siquiera pensaba en beber en algún momento de su vida.- Dos, lo que yo proponía era que fuésemos todos a ver como es ese bar. A jugar al billar un rato. En serio creo que a Jisung hyung se le va a salir la vena de la frente y Chan hyung va a invocar a un demonio si sigue murmurando así.

Minho y Hyunjin estallan en risas cuando los dos nombrados desconectan de golpe de sus tareas y miran al pequeño con confusión por haber oído sus nombres. Chan los interroga con la mirada y una ceja alzada, confuso por no saber que es lo que ha pasado. Han apura lo poco que queda de su café mientras esperan a que alguno de ellos les cuente lo que se han perdido.

-Creo que tienes razón Innie.- dice Hyunjin incorporándose.- Deberíamos ir y echar unas partidas al billar.

-¿Billar? ¿Ir a dónde?

-Os lo explicamos por el camino.- responde Minho levantándose del suelo.

Los cinco chicos se encaminan hacia el bar, siendo guiados por Jeongin. Hyunjin se encarga de explicarles lo que han hablado mientras ellos no les atendían, sin omitir la parte en la que el menor ha hablado sobre la vena de la frente de Jisung o el intento de invocación de Chan. Jeongin lo fulmina furioso con la mirada. Aún así le da las gracias mentalmente porque si que ha omitido la parte en la que ha dicho que sabía como conseguir alcohol solo, consciente del ataque de nervios que le podría dar a Chan.

Minho camina a la par que Jisung. Avanzan en silencio, respetando los pensamientos del otro. Decide que ahora que Jeongin está distraído hablando con los otros dos chicos es el momento justo para matar el gusanillo de su vicio. Saca una cajetilla de tabaco del bolsillo de su vaquero y enciende un cigarro, todo sin dejar de observar a Jeongin, preparado para mandar el objeto entre sus dedos lejos si este se gira en algún momento.

-¿Sabes que a Jeongin no es al único al que le molesta que fumes, no?- el mayor se sobresalta cuando Jisung habla. Cuando se gira a mirarlo se encuentra con una mirada cansada y reprobatoria.- Es un hábito asqueroso. Por no decir lo perjudicial que es para la salud.

-No es para tanto, simplemente es algo de tabaco.- Minho intenta restarle importancia, encogiéndose de hombros. La mirada de Jisung no cambia. El mayor expulsa el humo por la boca, intentando mandarlo lejos del rostro del chico con el que habla, sabiendo que si lo hace solo va a empeorar las cosas.- Soy mayor para ser lo suficientemente responsable como para saber lo que hago. Y el tabaco es legal, por lo que no estoy haciendo nada malo.

-Tú sabrás lo que haces.- suspira Jisung, mirando de nuevo al frente, sintiendo que hacer entrar en razón en ese tema a su hyung va a ser esfuerzo malgastado.- Pero no me gusta que huelas a tabaco. Era mejor cuando tenías tu olor natural.

Minho se siente morir de ternura cuando Jisung forma un puchero con sus labios y frunce el ceño, un gesto bastante infantil pero que hace que se vea precioso. De nuevo, su corazón se acelera de manera exagerada al mirar los labios de su menor, mientras el eco de su voz diciendo que le gusta su aroma se repite una y otra vez en su cabeza. Se queda atrapado en el gran mundo que es Han Jisung. Un mundo que él quiere conocer a fondo, ahora que ha cambiado durante los años en los que han estado separados.

Jisung siente la mirada de Minho sobre él. Por el rabillo del ojo puede ver como el mayor sonríe ampliamente, con algo de burla en su expresión. Siente a su maldito corazón pararse unos instantes al notar que el mayor lo observa un poco más de lo que es normal. Lo maldice cuando comienza a latir de manera desenfrenada en el momento en el que el chico posa una mano en su hombro con delicadeza.

-¡Minho hyung!- exclama la voz de Jeongin, sacándolos a ambos de su ensoñación.- ¡Te he dicho miles de veces que no fumes delante de mí!

-Mierda, me ha pillado el enano.- murmura el chico, reprendiéndose mentalmente por distraerse observando a Jisung. Han solo se ríe de manera disimulada por la expresión de pánico de su mayor.- Técnicamente estaba detrás de ti, Innie.- anota Minho, lanzando lejos el cigarro a medio fumar que sostenía en su mano derecha. Jeongin lo fulmina con la mirada, dando a entender que esa excusa no le vale.- Bueno, vale, no lo volveré a hacer.

Jeongin sonríe de manera triunfal, haciendo que todos sus mayores, incluso el anteriormente regañado, lo miren con diversión. El pequeño se planta delante de un local, un bar de aspecto normal. Unas mesas se encuentran fuera, en una pequeña terraza algo descuidada. La puerta abierta los invita a entrar. El menor de todos es el primero en avanzar, pero rápidamente Hyunjin se pone delante, asustado por la clase de gente que se puedan encontrar en el lugar.

Por dentro, el bar es casi un pozo sumido en la penumbra. Es amplio y huele a limón y distintos tipos de alcohol. En el extremo derecho hay unas mesas de metal con sillas del mismo material, en el izquierdo tres mesas de billar. En el centro, en frente de la entrada, una barra detrás de la que se encuentra un hombre mayor, de aspecto amable, que limpia un baso con ímpetu. Dos de las mesas están ocupadas. Una por un hombre de mediana edad que bebe una cerveza mientras mira el periódico y la otra por dos chicas que hablan entre risas. Un grupo de chicos algo mayores que ellos, quizás de la edad de Chan, se apiñan al rededor de una de las mesas de billar. Todos llevan ropa oscura y la piel llena de tatuajes, algunos más que otros. Transmiten ese aura de peligro que a ninguno de los mayores les gusta.

-No está mal.- murmura Jisung, a pesar de que se ha escondido detrás de Minho nada más vio a los chicos de la mesa de billar.

-Yo voy a pedir y vosotros vais preparando la partida.- ordena Chan.- ¿Qué queréis?

-¿Cerveza para todos y un refresco para Jeongin?- propone Hyunjin mirando a sus amigos en busca de una negativa.

-¿Está mal si digo que yo también quiero cerveza?- a Jeongin le basta con las miradas fulminantes de sus amigos para saber que ha de conformarse con un refresco, porque ni locos van a dejar que beba alcohol.- Vale, el refresco está bien.

Después de una pequeña charla de Chan a Jeongin sobre los peligros de beber alcohol siendo menor de edad, a la que el resto asisten con diversión al observar lo enfurruñado que se encuentra el menor por los excesivos cuidados del mayor del grupo, cada uno se va a hacer lo que el chico ha ordenado.

No pasa mucho hasta que están divididos por equipos, jugando ya la partida de billar por la que habían ido hasta allí. Han y Minho forman un equipo, y Chan y Hyunjin otro. Jeongin ha decidido no jugar de momento y simplemente observar lo malos que son sus hyungs al juego. Las botellas de cerveza ya empezadas se encuentran apoyadas en los bordes de la mesa de billar, peligrando con caer en cualquier momento. Las risas no tardan en hacerse presentes.

-Innie.- lo llama Jisung en un susurro mientras los otros chicos se encuentran distraídos, debatiendo sobre un golpe que ha dado Minho que los otros dos mantienen que ha estado mal.- Aprovecha el momento.- murmura, tendiéndole su cerveza, que se encuentra por la mitad.- Ahora ni Chan ni Hyunjin te ven.

-Quién iba a decir que el bueno de Jisung hyung iba a ser el que me corrompiese.- ríe Jeongin, hablando también por lo bajo.

Los dos chicos intercambian una mirada cómplice, en la que Jisung apremia al menor a que beba. Jeongin agarra la botella de cerveza y le da un largo trago, disfrutando de su sabor amargo. Ambos miran en la dirección de los mayores, esperando que no se den cuenta de lo que están haciendo. El chico le da un par de tragos más a la bebida de su amigo.

-En Malasia yo era el pequeño, y tampoco me dejaban beber porque era malo para mí y esas cosas.- explica Jisung cuando el menor le tiende de vuelta la cerveza.- Tenía un hyung que siempre me daba cerveza y otras cosas a escondidas. Un día se llevó la bronca de su vida de parte de uno de los mayores porque acabé borracho en un fiesta. Recordarlo ahora mismo es divertido, pero mi resaca y el enfado de mis amigos mayores no fueron ningún chiste.

La complicidad entre ambos se nota con solo ver como se observan, sonriendo con la mirada. Jeongin se siente afortunado por tener un hyung como Jisung. No puede evitar reírse con la historia del chico.

-¿Cómo es que nunca había visto a estas dos linduras por aquí?- pregunta una voz desconocida, sacándolos de su burbuja, instalando el pánico de manera automática en ambos.

Os voy a confesar algo, cuando escribo esta historia busco playlist de canciones sad de kpop por Youtube y las escucho para inspirarme. Suena estúpido, pero me ayuda un montón a escribir.

Solo decir que a partir de ahora quiero hacer drama de verdad, se va a intentar. No aseguro que me salga bien, así que no os hagáis ilusiones si os gusta lo dramático.4

No sé si podré actualizar en los próximos cuatro días, lo intentaré a muerte, pero si no puedo vais a tener que quedaros con la tensión de que pasará uwu Sorry not sorry <3

Os amo <3