Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

37~

ESPECIAL CHANGLIX

-Lee Félix, para de una vez.- pide un exhasperado Changbin, ya cansado de seguir al menor y que este ni se digne en girarse para mirarlo. Se siente como un padre persiguiendo a su hijo pequeño que está haciendo una pataleta por alguna pequeñez.- Estás siendo un completo idiota.

-¿Yo estoy siendo un completo idiota?- pregunta Félix, parando de andar abruptamente, pero sin mirar de frente al mayor todavía. Se encuentran en una calle desierta, casi al lado del apartamento del australiano.- Tú eres el que me dijo que iba a quedar todo entre nosotros, y ahora todos los chicos me miran con lástima. No tengo ningún puto problema como para que hagáis eso. No quiero vuestra puta lástima ni tus promesas vacías.

-¿En serio no tienes ningún problema?- exclama el mayor, subiendo un poco la voz. El pecoso se asusta ligeramente, sintiendo que Changbin ya ha llegado a su límite. Se gira despacio, encontrándose con esos ojos oscuros que tanto adora llenos de tristeza y cansancio.- ¿Me estás diciendo que comes como deberías? ¿Que no te saltas ninguna comida? ¿Que no haces abdominales hasta que tienes que parar porque te duele la espalda? ¿Me estás diciendo que no estás obsesionado con un puto número que no vale para nada?

-¡Querer adelgazar para ser bonito no es tener un problema!- grita de vuelta el otro, dejando correr ya alguna lágrima por sus mejillas con libertad. Se siente sobrepasado con toda la situación.- ¡Que tu comas como un cerdo y no engordes no significa que a todos nos pase lo mismo! ¡¿Es que no vives en la misma sociedad de mierda que yo?! ¡Eres un maldito egoísta, Seo Changbin!

Siempre había querido la atención de su hyung, siempre había querido que Changbin se fijase en él un par de segundos más de lo normal. Pero ahora que ha logrado su atención se siente peor que antes. La poca seguridad que había ganado en su cuerpo ha pasado a cero en cuanto tuvo que quitarse la camiseta delante del mayor y este lo miró con pena y algo de repulsión.

Ahora solo quiere que Changbin aleje su mirada triste de su persona y que vuelva a tratarlo como uno más del grupo, como si nunca nada de eso hubiese pasado.

-¿Sabes qué, Félix?- pregunta el mayor, suspirando para liberar la tensión de su cuerpo, o intentarlo. Esas acciones asustan más al pequeño que cuando el chico grita.- Estoy harto. No puedo hacer esto otra vez. Estás haciendo lo mismo que hizo Chungha, y no se si quiero ir a visitar otra tumba sabiendo que no quisiste ayuda, igual que ella.- cierra sus manos en dos puños temblorosos que contienen toda la rabia de una experiencia dolorosa.- Solo quiero que estés bien. Pero cuando intento cuidarte solo recibo insultos y que me desprecies. Te quiero mucho Lix, pero no puedo pasar por todo esto otra vez como con noona.

-Yo no estoy haciendo lo que hizo tu hermana, Changbin.- reclama el pecoso, todavía aferrándose a su poca estabilidad para negar su problema, agradeciendo que no pase nadie por la calle en ese momento para ver como sus pedazos inestables se caen poco a poco con cada palabra que pronuncian.- Ella estaba enferma, yo no lo estoy. Yo lo tengo todo bajo control. Solo voy a adelgazar un poco más.

-¿Lo tienes todo bajo control?- repite Changbin, sonriendo ladeado, un gesto sin una pizca de la gracia y la sorna con las que lo hace normalmente. Una pequeña lágrima solitaria se escapa de su ojo para correr por su mejilla, dándole un aspecto penoso al cuadro que es el chico tatuado.- ¿No te acuerdas del día que viste a noona antes de lo que pasó, verdad? ¿No te acuerdas de lo que te dijo?

Flashback

-¡Vamos a ver a Chungha noona, hyung!- exclama con emoción un pequeño Félix de trece años.- Seguro que ella tiene algún dibujo nuevo para llevarle a Seungminnie.

-No creo que sea buena idea molestar a noona ahora, Lix.- suspira su mayor, mirando hacia el chico de pecas parado en la escalera de su casa con emoción desde el pie de estas. Le gustaría poder decirle al menor que su hermana les ha preparado galletas y que espera poder estar con ellos como antes, pero la Chungha de esos momentos y la de ahora parecen dos personas completamente diferentes.- Ella ha estado algo enferma últimamente y quizás esté descansando. Es mejor que la dejemos sola para que se reponga y sane bien.

-¿Sigue sin comer bien?- pregunta el menor, acercándose a Changbin con expresión desalentada. Su mayor, de catorce, simplemente niega con la cabeza, mirando hacia otro lado con rabia reflejada en sus ojos, esperando que su amigo no note su miedo de manera tan obvia como él lo siente. Odia no poder esconderle nada a Félix.- No te preocupes, seguro que ella comerá bien en cuanto acaben los exámenes. Solo es el estrés.

-No la has visto, Lix.- murmura el otro con brusquedad.- Está en los huesos. Ya no es nada sano lo que está haciendo con su cuerpo. Hasta mamá le preguntó si se encontraba bien la última vez que se dignó a aparecer por aquí. Me preocupa de verdad.

-Voy a subir a saludarla.- anuncia el pequeño con decisión, arrancándole un expresión de sorpresa a su amigo.- Solo quiero ver si exageras o de verdad ella está mal.- explica encogiéndose de hombros.- No tardaré mucho.

Dicho esto, el chico australiano sale corriendo escaleras arriba, sin darle tiempo a su hyung a contestar nada para intentar detenerlo en su idea. Está casi seguro de que el chico solo está exagerando y que su hermana está bien. Quizás algo desmejorada por el estrés de sus exámenes, pero no mucho más. Es demasiado protector con ella a pesar de ser el menor de los hermanos Seo, cosa que lo lleva a dramatizar muchas situaciones.

Golpea con cuidado la puerta del cuarto de Chungha, sabiendo que la chica se encuentra dentro. Espera a oir una ligero pasen para poder entrar, sonriendo ampliamente para su noona a la que lleva varias semanas sin ver. Él quiere un montón a la pareja de hermanos Seo.

-Hola noona, he venido de visita.- anuncia con alegría, adentrándose en la habitación.- De paso me das algún dibujo para Minnie, si tienes. Está ansioso por intentar copiar alguno nuevo.

Su voz se va apagando poco a poco mientras habla, a la vez que Chungha se gira levemente en la silla de su escritorio para quedar mirando en su dirección. Los latidos de su corazón se aceleran hasta hacerle daño en el pecho de la presión que ejercen.

El rostro de la chica ha perdido cualquier signo de redondez y perfección que podía haber tenido, convirtiéndose en una simple calavera recubierta de una piel muy pálida y desmejorada. Presenta dos grades ojeras que contrastan de manera terrorífica contra su piel blanca. El brazo y la mano que apoya sobre el escritorio no es más ancho que una moneda, o eso parece a la percepción de los ojos inexpertos del pequeño Félix. Las piernas de Chungha ya no son más que dos pequeñas astillas sobre las que seguramente le cueste sostenerse. La camiseta que lleva, que antes le quedaba ajustada, ahora le queda floja en demasía.

Félix se da cuenta con horror de que Changbin no exageraba cuando decía que su noona estaba realmente mal.

-¿Qué tal estás, pequeño?- pregunta ella con un tono de voz roto y bajo impropio de la personalidad fuerte que antes tenía.- Hace mucho que no te veía por aquí. Y, por desgracia, no he podido hacerle ningún dibujo nuevo a Seungminie.

-Eso no creo que importe mucho ahora.- murmura el chico, todavía sin salir de su horrible asombro.- ¿Qué te estás haciendo, noona?

-No pongas la misma cara que pone Changbinnie cuando me ve. Lo tengo controlado.- dice, intentando sonreír. El gesto sale forzado, antinatural, casi terrorífico en el rostro fantasmal de la chica.- Solo voy a adelgazar un poco más y ya pararé.

---

-¿Vas a dejar que te ayudemos?- pregunta Changbin con cansacio acumulado en su tono de voz.

Se encuentran en el apartamento del menor, que  después de recordar su último encuentro con la hermana mayor de Seo ha entrado en una especie de ataque de pánico del que Changbin ha tenido que salvarlo.

Parece que poco a poco la idea de que necesita ayuda va calando en la mente de Félix, porque en los diez minutos que llevan sentados en el salón de su casa se ha limitado a llorar en silencio mordiendo su labio inferior con ansiedad. Ninguno de los dos ha querido perturbar la calma de sus pensamientos hasta que Changbin se ha decidido a hablar.

-¿Qué hago, Bin?- suspira, en medio de un hipido provocado por el llanto.- No puedo decir simplemente que quiero parar y pensar que eso vaya a pasar. Estoy muy metido en esta mierda. Sinceramente, no estoy ni seguro al cien por cien de querer parar.

-Es un paso que hayas decidido por lo menos aceptar que tienes un problema.- responde el mayor con seriedad, algo más calmado por dentro al pensar que existe la mínima posibilidad de que no pierda al menor.- Chungha nunca llegó a admitir que tenía un problema. Ella solo quería impresionar a una panda de imbéciles que la juzgaban por su cuerpo.

-Si te cuento yo quién es el imbécil al que quería impresionar creo que dejarías de intentar ayudarme.- ríe el pecoso, sin una pizca de gracia en su tono.- Y todo empezó porque no os tenía a ninguno para ayudarme en Australia cuando se metían con mi físico. Si simplemente no me hubiese mudado nunca...

-Félix, como me digas que algun gilipollas te despreció por tu peso, juro que cojo un avión a Australia y lo mato por hacerte esto.- gruñe Changbin, consciente de que ahora mismo los dos son como dos bombas a punto de explotar. Simplemente hace falta que pulsen un detonador sin querer y algo malo pasará.- Solo dime como encontrarlo y yo haré el resto.

-Realmente había mucha gente allí que me criticó por mi físico.- dice el menor, intentando calmarse poco a poco. Su respiración se hace más estable, pero las lágrimas no dejan de correr por sus mejillas.- Pero la persona de la que yo quería llamar la atención vivía aquí en Corea.- el contrario alza una ceja con extrañeza, sin comprender que es lo que quiere decir el menor. Este si quiera lo mira, demasiado avergonzado de si mismo.- Siempre fue porque tú me vieses como veías a tus parejas, hyung.

-Lix...- suspira el mayor, saboreando la amargura del nombre del chico en ese momento. No sabe si llorar o reír por lo absurdo de la situación. Simplemente se siente estúpido por no haber actuado antes. Él podría haber evitado todo lo que está pasando con el menor.- No deberías haber hecho nada de eso para gustarme a mí. Es realmente estúpido que lo pensases.

-Ya sé que yo nunca te voy a gustar, pero solo...

-A mí ya me gustabas antes de irte a Australia, Félix.- murmura el chico tatuado sonriendo de lado, ahora con algo más de emoción que cuando estaban en la calle, soprendiendo al pecoso.- Me gustas desde que tengo trece, idiota. Siempre creí que era yo el que no te interesaba.

-Me siento como un imbécil.- susurra Félix, limpiando sus lágrimas con furia.- Lo siento, hyung.

-Hagamos una cosa.- pide Changbin, moviéndose de su lugar en frente del menor para quedar a su lado. Ambos se miran a los ojos mientras sus manos se unen en un agarre fuerte. Pretenden demostrar todo lo que sienten con esa mirada cargada de emoción.- Vamos a intentar curarte juntos. Haremos lo que haga falta. Los chicos también van a ayudar, tenlo por seguro. Todos queremos que estés bien. No va a ser fácil, no prometo que todo vaya a salir bien una vez intentemos que mejores, pero sé que puedes mejorar. Después de eso, cuando ya estés bien y vuelvas a ser tú, si aún quieres, podemos intentar darnos una oportunidad como pareja.

-Hagámoslo.- murmura el de pelo naranja, sintiendo un pequeño rallo de esperanza entrar por la ventana de su oscura situación cuando Changbin junta sus frentes en un gesto cariñoso.- Quiero salir de esta, hyung.

Changbin lo mira con cariño, orgulloso de la fuerza que está demostrando con esas simples palabras. Por inercia, sin pensar, se inclina, empezando un suave roce entre sus labios, al que el otro no tarda en responder, que los hace suspirar a los dos como adolescentes enamorados.

Puede que Félix no acabe como una simple tumba, si no como alguien con quien pasar toda su corta vida.

Creíais que os iba a dejar con el Changlix a medias ehhhhhhhh

Pues no soy tan mala, me gustan los finales soft y felices uwu

Wueno, pues un capítulo y el epílogo y esto ya habrá acabado XD Me pone muy triste pensar que ya la voy a acabar TT

Pero bueno, yo nunca acabo una historia sin tener otra pensada que empezar después. No sé si a alguien le alegra leer eso (?) XD

Bueno, estoy preparando una historia Hyunin que se llama Atrevido. Va a ser algo más lemon que mis otras historias (o eso tengo pensado) y puede que a alguien le interese, así que avisaré en cuanto la empiece a publicar. De momento solo tengo un epílogo algo escueto y nada más.

No tengo mucho que decir más que las semanas de exámenes son horribles. Mañana tengo tres XD Pero bueno, son esos y otros dos y ya habré acabado el primer trimeste.

Os amo <3


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro