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-¿Cuándo has vuelto de Malasia?- pregunta Hyunjin. La sorpresa sigue presente en los rostros de ambos chicos, que siguen examinando a Jisung de arriba a abajo, analizando los cambios que ha sufrido al dejar de ser un adolescente y entrar en la madurez.- Pensamos que tu familia había alquilado la casa.
-Volví hace dos días.- responde Han, sintiéndose cansado de repente una vez que la adrenalina abandona su cuerpo.- Nunca alquilaríamos la casa, es nuestro hogar. Creo que mi madre pretende que se quede como tesoro familiar durante muchas generaciones.
-Podemos ir a una cafetería y hablar tranquilamente de todo.- propone Minho con una sonrisa tímida, pensando en las ganas repentinas que tiene de oír hablar a su viejo amigo. El chico de cabellos castaños claros reprende a su corazón por acelerarse por esa simple acción. Hyunjin asiente frenéticamente con la cabeza, dando a entender que está de acuerdo con la idea.- Ha pasado mucho en cinco años.
-Sinceramente, no tengo ganas de hablar ahora.- dice Jisung, dejando a los dos chicos algo descolocados.- En el momento en el que queráis hablar con todo me podéis buscar, mientras prefiero centrarme en otras cosas. Por ejemplo, cuando Minho hyung decida quitarse todo el maquillaje que lleva en la cara.- el mayor lo mira sorprendido, preguntándose como es que el chico ha notado que lleva la cara maquillada.- Te olvidas de que yo fui quién te enseñó a maquillarte para tapar los moratones y heridas. Y a juzgar por todo el pringue que llevas en la cara estoy seguro de que la tienes hecha un cuadro. No sé como reaccionar a eso.
Minho es incapaz de mirar a su menor a la cara. Por un momento se le ha olvidado que Han Jisung es la persona que más lo conoce en este mundo, por lo que él no se iba a tragar lo del maquillaje igual que el resto. El menor de todos, Jungkook, asiste a la escena sin comprender que es lo que pasa. Sus hyungs parecen muy conmocionados de ver a ese tal Jisung.
-Sung, vamos...- intenta hablar Hyunjin.
-Quiero hablar con las personas que sois ahora, no con los espejismos de quienes erais antes.- lo corta el de mejillas grandes con una sonrisa algo triste.- Adiós chicos, nos vemos. Espero que sea pronto. Y adiós Jungkook, espero no tener que rescatarte nunca más.
Con un simple movimiento de mano y una sonrisa algo forzada se despide definitivamente antes de echar a andar en dirección a su casa con pasos lentos, bajo la atenta mirada de los tres chicos que deja atrás. Una vez a salvo dentro de su hogar se permite un pequeño momento de debilidad, dejando que una lágrima de melancolía resbale por su rostro unos segundos. Las emociones del momento han sido muy fuertes. La limpia con cuidado antes de disponerse a hacer su comida. No tiene hambre, el encontronazo con sus viejos amigos se la ha quitado, pero decide mantener la promesa que le hizo a su madre de no saltarse ninguna comida.
Cuando se encuentra sentado a la mesa, con la única compañía de un programa cualquiera de un canal cualquiera, con un plato de ramen instantáneo ante él, unos golpes en su puerta le impiden empezar con su solitaria comida. Se levanta pensando que será Chan o Hyunjin, que vienen a hablar de sus vidas para retomar el contacto, o incluso alguna de las vecinas que se ha enterado de su llegada y viene a ver si es cierto que el hijo de los Han ha regresado del extranjero. Lo que no se espera es encontrar a un pequeño adolescente de nariz de tucán, vestido ya con ropa de calle, esperando con impaciencia ante su puerta.
-Hola Jungkook.- lo saluda, sin ser capaz de que la sorpresa no transluzca en su voz.- ¿Qué te trae por aquí?- le pregunta mientras se apoya en el borde de la puerta.
-Creo que has sido muy duro con Minho hyung y Hyunjin hyung hoy.- suelta el adolescente. Han se sorprende por su osadía, pero el chico parece muy seguro de lo que dice.- Si eres quien creo que eres, los hyungs te han echado mucho de menos desde que te fuiste. Sobre todo Minho. Deberías darles una oportunidad.
Su ceño se encuentra ligeramente fruncido y sus brazos cruzados. Pretende parecer serio, de la misma manera que lo hace Hyunjin cuando está enfadado. Jisung sonríe, siendo consciente de que el niño no entiende ni la mitad de lo que ha presenciado hoy, pero intenta arreglar las cosas para que sus hyungs no estén mal. En cierta manera, le recuerda a la actitud que él o cualquiera de sus amigos hubiese tenido por otro, pensando que si Jungkook y él tuviesen la misma edad habrían sido grandes amigos.
-No es que no quiera darles una oportunidad. Es que no quiero que finjan que son los mismos que cuando me fui, cuando sé perfectamente que han cambiado. Y si hubiese hablado con ellos ahora seguramente intentarían ser los mismos.- le explica al adolescente con tono cansado.- Claro que quiero recuperar a mis amigos. Ellos son la razón por la que he vuelto a Corea. Aquí son lo único que me queda.
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El frío se ceba con el pequeño barrio a la mañana siguiente. Jisung sale envuelto en una gran sudadera negra y con unos vaqueros azul oscuro, camino a la universidad. Es temprano, por lo que su calle está todavía desierta. Sin ser muy consciente de lo que hace, mira en dirección al otro lado de la calle, en un acto reflejo, a una casa concreta un poco más allá. La casa de Minho se encuentra igual que siempre.
Con lo que no cuenta es con encontrar a alguien en el balcón de la misma casa. Minho está sin camiseta a pesar del frío que hace, cosa que habría sido sumamente agradable para Jisung, por lo definido de su torso y su abdomen, de no ser que hoy su rostro no lleva maquillaje, llevándose toda su atención. Un moratón de color negro se extiende por toda su mejilla derecha. Su nariz tiene un corte a la altura del puente, al igual que su labio, que se encuentra partido en el lado izquierdo. En su frente hay una brecha del lado derecho, que parece haber dolido bastante. El chico sostiene un cigarro encendido entre sus dedos y mantiene sus ojos cerrados mientras se apoya en la barandilla del balcón con los brazos, disfrutando de la brisa matutina.
El mayor abre sus ojos poco a poco mientras le da una calada a su cigarro. Su mirada se encuentra con la del chico al otro lado de la calle, sorprendiéndolo. Puede ver el horror en el rostro de su menor, recordando de golpe que aún no se ha aplicado maquillaje para tapar las heridas de su más reciente pelea. Normalmente a esa hora nadie de la calle sale a fuera todavía. Aparta la mirada avergonzado, centrándose en el humo que sale de su boca y nariz para no ver el rostro de desaprobación de Jisung. Siente su corazón latir con fuerza al ver al chico tan adorable, escondiéndose del frío en su gran sudadera y con una mochila blanca a la espalda.
Han emprende su camino a la universidad con la imagen del rostro de Minho grabada a fuego en su retina. También se ha fijado en algún moratón de su torso, pero ninguno llegaba a la altura de los de su cara. Suspira con cansancio al sentarse en su lugar en el gran aula de su universidad, recordando el motivo por el que odia las peleas. Siempre ha sentido que son algo sin sentido, mientras que Minho siempre decía que le encantaban.
-Hey, chico lindo.- dice una voz que proviene de su lado. Se gira para ver como un chico de rostro fino y labios gruesos se sienta a su lado. Entre sus manos lleva un cigarro, con el que juega de manera nerviosa a pesar de que se lo ve muy relajado. El objeto le recuerda a Jisung la imagen de esa mañana de su hyung.- ¿Cómo te llamas?
-Han Jisung.- responde, con un tono de voz algo cortante.- ¿Y tú eres...?
-BamBam.- dice el chico con sencillez.- Te diría mi nombre real, pero es largo y un tostón. Cosas de tailandeses, que no tienen nombres cortos.
-¿Eres tailandés?- pregunta Han con sorpresa.
-Si señor. Me vine hace unos cuatro años a Corea.- responde BamBam con una sonrisa orgullosa.- Pero dejemos de hablar de mí. Háblame de ti.
-Vaya manera más cutre de intentar ligar.- ríe el castaño. BamBam sonríe a su vez, contento de que el chico lindo haya captado sus intenciones.- ¿No tienes nada mejor?
-¿Eso es que puedo seguir intentándolo?- pregunta el tailandés de manera coqueta, haciendo sonrojar ligeramente al chico de grandes mejillas.
Para su suerte, en ese momento entra el profesor pidiendo orden. BamBam no se mueve de su lado, por lo que Han tiene que soportar toda una clase con el chico mirándolo. Se siente incómodo, tanto que piensa en fingir que tiene que ir al baño para no volver en toda la clase y sentarse lejos de su nuevo acosador en la próxima. Una táctica que solo ha usado una vez, en Malasia, y que le sirvió al chico para darse cuenta de que no tenía interés en él.
Cuando se da cuenta la primera clase ha pasado y el chico es llamado por un grupo de la parte alta del salón, por lo que decide abandonar sus intentos de ligar con el castaño por el momento. Jisung suspira aliviado cuando al fin se encuentra solo, disponiéndose a atender en condiciones a las siguientes sesiones. Toma apuntes de manera frenética, anotando cada cosa que le parece importante de las que dice el profesor. Le apasiona su carrera, por lo que ninguna clase le parece aburrida.
Los días como hoy, jueves, son sus días más calmados. Tiene cuatro clases seguidas por la mañana, pero nada más en toda la jornada. Sale pronto de su aula, por lo que decide comprar un café para llevar en la cafetería de la universidad antes de irse. Se desorienta unos instantes cuando, en la entrada, se encuentra con una masa de alumnos que parece observar algo con diversión. Se escuchan gritos de ánimo, por lo que decide hacerse sitio y ver que pasa.
-¡Vamos BamBam! ¡Solo es un viejo!
-¡Oppa! ¡Dale su merecido a ese tailandés!
Gran es su sorpresa cuando, en el centro de un gran círculo formado por los observadores morbosos, se encuentra una pelea a puño limpio. El chico que intentaba ligar con él en su clase, BamBam, se encuentra de frente a él. Su nariz sangra y escupe algo rojo al suelo. Sus nudillos se encuentran algo magullados. Su oponente le da la espalda a Jisung, pero un grito proveniente de alguien conocido le desvela la identidad del oponente del tailandés.
-¡Lee Minho!- la voz de Chan resuena por encima de todos los vítores que animan a los luchadores. Se encuentra en el límite de la gente, parece enfadado. Aún así no se atreve a interponerse entre los chicos.- ¡Para de una puta vez!
El chico hace caso omiso de su mayor y se lanza contra su oponente. BamBam le saca ventaja con la altura, pero Minho parece mucho más fuerte. El chico le asesta un puñetazo en la cara al tailandés, recibiendo un rodillazo en el estómago como respuesta que hace que se doble por la mitad, tosiendo de manera seca. Jisung siente la adrenalina recorrer su cuerpo, al igual que las ganas de defender a su hyung. Antes de que se de cuenta de lo que está haciendo, ha sobrepasado el límite invisible marcado por los espectadores y se encuentra a punto de interponerse entre los dos chicos.
-¿Qué coño creéis que hacéis?- exclama, agarrando el brazo de Minho y tirando de él hacia atrás, logrando mover unos centímetros al chico, que no se esperaba la acción valiente del pequeño.- ¿Estáis puto mal de la cabeza los dos?
-Hombre, pero si es el chico lindo.- la voz del tailandés se encuentra entrecortada por el esfuerzo.- ¿Has venido a ver como le gano a este tío?
-Jisung, no te metas en esto.- murmura Minho. En todo el tiempo no ha dejado de mirar a BamBam, que le sonríe con sorna.- Esto es entre él y yo.
-¡Y una mierda!- responde el de cabellos castaños, agarrando con más fuerza el brazo de su hyung.- Tú te vienes conmigo.
-¡Ya está! ¡Se acabó! ¡No hay nada más que ver aquí!- grita Chan como intento de disolver la acumulación de gente. Jisung ve como su café es pisoteado por la gente que se aleja desanimada por el desenlace de la pelea.- Chicos, vamos a casa.
Jisung asiente, observando el rostro del chico que mantiene agarrado. La herida de su labio se ha vuelto a abrir, pero por lo demás no parece que se haya llevado ningún golpe grabe. Han niega con la cabeza, tirando de él para que lo siga, sin darle opción a rechistar a Minho. Se acerca a Chan, que los observa con preocupación.
-¡La próxima vez deberías apostar por mí, chico lindo!- grita BamBam, todavía jadeando.
Jisung siquiera se gira a mirarlo, le muestra el dedo medio con indiferencia mientras sigue arrastrando a Minho en dirección a Chan.
No sé si esto os tiene sentido, porque puede que sea una historia algo liosa XD SI tenéis dudas preguntad, intentaré resolverlas sin hacer spoiler de lo que va a pasar más adelante uwu
Por si alguien no se ha dado cuenta, me imagino a Han con el pelo que tenía en Miroh. Para mí es castaño claro, no sé como lo llamáis vosotros.
Decir que todo SKZ va a salir en esta historia, pero que van a ir apareciendo poco a poco. Se supone que el grupo se ha separado, por lo que les va a costar encontrarse de nuevo.
Os amo <3
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