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Algunas veces, Yoongi llegó a sentir que el tener que escribir y que otros esperen a que termine de hacerlo, era tan tedioso.
Tristemente, su colegio no enseñaba lengua de señas como una materia más. Y prácticamente ninguna lo hacía.
Solo existieron dos personas que se tomaron el tiempo de aprender para que él pudiera expresarse cómodamente. Aún así, ya no son sus amigos.
Sin embargo, Jimin lucía como alguien muy paciente, leía las notas con tranquilidad y respondía con entusiasmo.
No el entusiasmo explosivo (incluso invasivo) de Hoseok, sino uno moderado. Más bien, él destilaba pasión en cada poro.
Era alguien a quien le podía seguir la conversación con tanta facilidad, que su mal humor se esfumó a los pocos minutos.
-¿Desde cuando practicas piano?.
No era de extrañar que entre dos amantes de las artes, su conversación gire en torno a ello. Y Jimin es alguien bastante conocedor, quizá no en instrumentos exactamente, pero sus gustos se complementaban.
"Lo hago desde niño, mis padres me cambiaron a esta escuela para calmarme y de paso afinar mi audición"
Esa fue su respuesta, a decir verdad le divertía poder conversar de sus pasiones, incluso si escribir demasiado le provocaba ciertos dolores.
En ese momento de su vida acababa de sufrir el accidente que ocasionó todos sus problemas, y solo tenía recuerdos especialmente vagos, pero definitivamente lo convirtió en un niño ansioso.
Sus padres eligieron algo que le gustase para tener un pasatiempo en lo que concentrar su atención y de paso, acostumbrarse al aparato de audición. Eso sin quitar que su oído derecho era bastante torpe al poder escuchar solo de un lado.
Lo cual fue apresurado, considerando que su percepción de lado derecho se volvió más aguda con el tiempo, con tal de compensar la falta. El doctor había advertido de ello alguna vez.
Así que ahora es muy sensible a cualquier sonido estruendoso.
-¡Eso lo explica! Cuando te veía en clase, te veías como un profesional de verdad.
Yoongi negó con cierto aire de pena, comenzando a escribir tan rápido como le permitan sus dedos.
"Pienso lo mismo de tu voz. Los maestros te adoran"
-Eres muy modesto-Jimin bromeaba, siendo consciente de cómo desviaba el tema-Gracias. En mi caso, no fue un amor a primera vista por la música. Mis padres querían que tenga aficiones, así que comencé a entrenar mi voz. Fue un amor adquirido por la pasión de otros...
Yoongi lo encontraba tan interesante, que asintió mientras lo escuchaba.
De pronto, la campana los interrumpió destruyendo el ambiente. El menor acabó riendo por el bufido tan evidente ajeno.
-Parece que se acabó la conversación, eres alguien muy interesante-El castaño se levantó, viendo como el otro estiraba los músculos-Volveremos a hablar pronto. Me caes muy bien.
Tal vez se lo presente a Jin, conociéndolo, probablemente lo adopte como su menor.
No compartían salón a pesar de tener la misma edad, lo cual es penoso. Jimin creía que Yoongi debía ser alguien muy entretenido, aunque quizá era lo mejor. Acabaría demasiado distraído de la clase.
Se despidieron con pequeños gestos y el rubio comenzó a ser consciente de lo que había ocurrido.
Jimin no le gustaba romanticamente, no lo conocía. Pero definitivamente podía reconocer que era alguien muy talentoso, y atractivo... Lo admiraba. Y las mejillas se le calentaron de felicidad al pensar que ahora eran amigos, o al menos algo parecido.
Debido a su incapacidad para formular palabras, le era difícil socializar. Sus compañeros pueden ser muy amables, bastante atentos, y no dudaban en ayudarlo si comenzaba a tener problemas. Pero solo eso, no podía llamarlos amigos o buscarlos cuando tenía algo que contar.
Frunció los labios un poco, inhalando. El pecho le dolía, ya conocía esa sensación.
Cuando le daba vueltas al asunto y se topaba con Hoseok siendo amigable de pronto, o saludando sin éxito a Jungkook, siempre regresaba ese diminuto y molestoso dolor.
Las relaciones humanas... Eran muy complicadas, y él está tan confundido.
Y hablando de relaciones humanas, todos se adentraban al salón, y ahí estaban, Jungkook y Taehyung. Yoongi fijó su mirada disimulada en ellos, la verdad, su menor lucía muy feliz y satisfecho con la vida.
Todavía recordaba cuando lo presentaron como un niño prodigio al cual adelantaron un salón más debido a que sus capacidades estaban demasiado avanzadas. En ese momento no era un chico bonito y popular, tenía una adorable sonrisa de conejo, era tan frágil bajo su cuidado. Ahora, esos son solo recuerdos lejanos.
Cuando sus miradas se encontraron, Yoongi intentó sonreír. Pero fue un momento diminuto, ¿No lo vio, o simplemente estaba evitando su existencia? La verdad, solía preguntárselo a sí mismo con frecuencia.
¿Qué hice mal?. El pálido se apoyó en sus antebrazos, mirando las notas de la conversación que acababa de tener.
Otro día en el que el iría a casa con el dolor de la nostalgia en el pecho.
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