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Ese día, Yoongi se encontraba especialmente aturdido.
Desde el inicio de la mañana, su vecino lo recibió con un maravilloso despertar: la podadora de césped.
Su oído derecho había desarrollado una molestosa sensibilidad, así que el ruido comenzó a volverse un verdadero (y literal) dolor de cabeza.
Al bajar al cuarto, su amorosa madre logró apaciguar el mal humor con comida deliciosa... Pero la jungla del colegio era algo que debía enfrentar cueste lo que cueste.
Así que ahí estaba, golpeando rítmicamente un lápiz contra sus cuadernos, solo, pero rodeado del escándalo que creaban sus compañeros.
Se sentía muy sobreestimulado. Por eso, en cuanto sonó la campana se pasó de largo el estudio de música y fue directo al patio, necesitaba silencio, aire fresco, quitar ese cosquilleo de estrés persistente en la boca de su estómago.
Ni siquiera tenia humor para dedicarle a Jungkook la sonrisa de labios cerrados que siempre lanzaba hacia él y Taehyung. Por eso, cuando se sentó en una banca y de pronto sintió un toque en el hombro que indicaba que no podría estar tranquilo, quiso hasta llorar de frustración.
Si era Hoseok, definitivamente tenía que decirle que no se sentía con las ganas. Pero al voltear, Yoongi se esperaba de todo menos lo que tenía frente al rostro.
El color de frustración en sus mejillas se disipó como polvo.
-Yo- Lo siento si te molesto, quería hablar de algo... Si me permites-Jimin. Le estaba hablando.
Él había ido con toda la seguridad, feliz, y no se esperó para nada esa expresión tan enfuruñada del chico. Su confianza cayó con un soplido al saber instantáneamente que no fue el mejor momento, y tal vez, solo tal vez su presencia no era muy bienvenida.
Sin embargo, Yoongi se decía a sí mismo que cierre el hocico abierto y sea amable, así que solo asintió, palpando a su lado en la banca con la sensación de una garganta totalmente seca.
Tontamente, Jimin rodeó todo el sitio para tomar lugar y carraspeó. Ya sabía que el chico es sordomudo y oír una respuesta clara para él es complicado, así que debía hablar fuerte y no dar muchos rodeos.
-Me dijeron que sabes tocar el piano, ¿Podrías darme una mano con mi presentación?-Directo al grano. Yoongi parpadeó varias veces, mirándolo directo al rostro sin ninguna expresión en particular, viendo como el castaño titubeaba-Es decir- no me dijeron específicamente piano, solo, yo te ví tocando piano. En realidad no sé qué instrumento escoger todavía, lo que me hablaron de tí es que sabes tocar varios.
Exhaló una risita pequeña, con labios cerrados. Jimin estaba siendo torpe a su alrededor, y eso de algún modo le divertía; una especie de alivio a la tensión del ambiente.
Además, no tenía idea de que otras personas le prestaban atención. En silencio, el pálido peinó tras la oreja uno de sus rubios cabellos, preguntándose quién pudo ser dentro de esa clase.
Sacó su pequeña libreta de notas, dispuesto a darle una respuesta tranquila a esa propuesta repentina (ni siquiera se imaginó nunca que se hablarían) pero mientras rebuscaba sus bolsillos, descubrió que olvidó la pluma en clase.
Suspiró con los labios en una fina línea, dejando que de su garganta brote un sonido de molestia bajito. Al menos hasta que Jimin extendió un lápiz en frente suyo, al parecer vino preparado.
Eso le agradó de inmediato. Lo pensó bien con tal de obtener una respuesta suya, de cierto modo lo estaba persuadiendo con esa actitud. Era un detalle muy pequeño, pero lo consideraba importante.
"No me veo participando en algo así, lo siento mucho..."
Cuando le mostró la nota, el brillo en los orbes ajenos cayó un poco. Lo que le hizo morder el labio inferior. Jimin era un chico bonito y dulce, por el cual sentía una curiosidad bastante grande y nunca le agradó rechazar a las personas.
Tristemente, esa de seguro es la primera y también, última interacción que tengan.
-Entiendo, no te preocupes-Él le dedicó una expresión calmada, entregando la libreta en sus manos y dejando el tema a un lado totalmente-Oye, te invito a almorzar. ¿Quieres?
Yoongi se mantuvo sin expresar nada unos segundos, todavía estaba estresado y pensó que se retiraría, según podía deducir, es tan claro como que Jimin no estaba interesado solamente en conseguir su ayuda. Aunque, no quería ir donde se tope con demasiadas personas.
"Es que, la cafetería me aturde"
Después de escribir eso vergonzosamente, Jimin notó que al rubio masajeando un poco alrededor de su oreja y ajustando el aparato que llevaba al otro lado. Así que, se encogió de hombros-Tampoco me gusta mucho el ruido. Pero, ¿Sabes? El salón de instrumentos está vacío, y es insonoro.
Realmente no tenía una menor idea de las molestias que implicaban la condición del chico, pero parecía frágil en su audición, y él no tenia problemas en adaptarse a lo que aseguraba su comodidad.
Yoongi se sintió bastante agradecido con la propuesta.
Parpadeé un segundo y ya pasaron 6 días desde el anterior capítulo
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