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epilogue

EPILOGO

ELIZABETH DESPERTÓ EN SU CAMA TAMAÑO KING QUE TENÍA EL DEPARTAMENTO DE DAMIAN Y COMO TODAS LAS MAÑANAS se cuestionó que tan importante es tener un titulo universitario, pero recordó que esa mañana era totalmente diferente. Era el día de su graduación que le daba por finalizado su etapa como estudiante universitaria de la facultad de enfermería, sus papas se encontraban en su departamento a diferencia de ella que había dormido en el depto de Damian —Que ahora era suyo— junto a Matthew quien también finalizaría su ciclo académico.

Hizo un puchero al sentir la ducha del baño. Su compañero ya se estaba alistando y ella aún flojeaba en la cama debatiéndose si ir o no.

Hoy era su graduación. Tenía tiempo de sobra ya que debía estar en un par de horas en el campus central de la universidad donde se daría su titulación.

Se puso de pies y recogió las sabanas de la cama para meterlas en la lavadora de una vez. Caminó hacia la cocina y observo su entorno de forma minuciosa. Todo gritaba Damian Wayne y era como si él estuviera en la casa.

Tres años habían pasado desde que despertó sola sin la presencia del hombre que tenía por destinado y desde ese entonces no sabia nada de él. Nada. Ni un mensaje, una llamada, un mail. Seguramente cambió su celular para que no lo localizaran y lo estaba logrando con éxito. Batman ni la liga lo había localizado a pesar de los múltiples ataques que se generaron en nombre de la Liga de las sombras.

Trató de no llorar ni arruinarse el día mientras preparaba el desayuno para su acompañante y ella. Cuando probó el café que le hizo a Matt se frustró al sentir como quedaba de la misma forma en que a Damian le gustaba.

—Buenos días cariño —Se acercó para besarle la frente.

—Buenos día Matt. El desayuno esta listo, me iré a duchar para alistarme

—Okey 

Abrió el closet y toco levemente la toca negra con detalles dorados que tendría que usar hoy.

Su celular vibro y supo de inmediato que sus amigos la estaban invadiendo con mensajes de felicitaciones.

Sonrió ante las emociones de auto estimación.

Lo había logrado.

Elizabeth se convirtió en una mujer de veintitres años, totalmente independiente y agradecida de todo lo que había logrado en esos tres años.

Estaba agradecida de sus padres.

De sus amigos.

De Damian.

Fue hasta el baño para ducharse y se tomó su tiempo.

Se sentía realizada y exitosa.

Pero a pesar de ello aún seguía sintiendo que le faltaba algo y sabía lo que era. Era su destinado, su alma gemela. Damian Wayne al Ghul. Había momentos donde no pensaba en él, siempre se perdía en las conversaciones y observaba lugares en los que su novio había estado y Matthew junto a John, Dick y todo aquel que la conociera se percataba de ello.

Salió mojada y busco la ropa que escogió con ayuda de Cataleya, Ana y Gabriela —Estas últimas eran pareja de Jason y Bruce— para aquella ocasión. Pocas semanas después de que Damian se marchara, su suegro le informo que su novio le abrió una cuenta bancaria para ella y que pudiera costear todos sus gastos sin problema alguno.

—¿Por qué? —Preguntó incrédula.

—Damian es inteligente. Preparó todo antes de irse, quiere mantenerte a salvo y fuera de todo esto

Casi llora al recordar la conversación y el tono de voz de Bruce. Él también estaba afectado por la decisión que tomó su único hijo biológico y sabía que no estaba preparado para enfrentarlo como enemigo.

Se sentó en la cama mientras permitía que su mente trajera a flote todos aquellos recuerdos que vivió al lado del vigilante.

¿Cómo estará? ¿Se estará cuidando?

 Una llamada de su madre la distrajo.

—Cariño

—Mamá

—Falta poco para la ceremonia ¿Estas lista? 

—Estoy en eso —Contestó mientras sacaba su delicado conjunto junto a los zapatos.

—Estaremos allí en una hora, utilizaremos tu vehículo —Recordó el bonito Sedan que Damian le dejo.

—No hay problema, nos vemos allá

—Te amo

—Yo igual 

Y colgó.

Elizabeth escucho el timbre y sintió como Matthew abría la puerta dándole paso a una bullicio femenino que las reconocería donde fuera.

Eran sus amigas.

Cataleya, Ana y Gabriela.

Bien tocaya —El español chileno de Gabriela la hizo sonreír. —Es hora de hacer magia ¡Matthew ven que tu también te pondrás bello!

—Yo ya soy hermoso 

Todos comenzaron a parlotear y charlar mientras arreglaban su uñas, cabello y maquillaje.

—¿Estas emocionada Lily?

—Si aunque ya sabes...

—Ya, sabemos que podrías estar mejor pero trata de disfrutarlo. Es tu día  —La castaña asintió.

—Gracias por todo chicas 

(...)

Elizabeth mordió su labio inferior mientras veía a todos sus compañeros levantarse para recibir su diploma de titulación cuando los llamaban. Se había topado con sus padres sentados y animándola desde lejos sacándole los temores y malos pensamientos.

—María Elizabeth Castro

Lo había logrado.

La voz del director de la carrera a través del altavoz la hizo exaltarse sacando risitas de sus compañeros para que después le aplaudieran por su logro.

Se levanto nerviosa y camino con la frente en alto mientras usaba su toga y birrete.

Llegó al escenario y el director le extendió aquel preciado y tan ansiado papel. Se estrecharon las manos y posaron para la fotografía.

—No se ve nunca ese viejo —Matthew le susurró sacándole una risa.

Extrañaría a su buen amigo. 

Una vez que todos tuvieran su titulo en mano, caminaron hasta el enorme patio de la institución. Elizabeth lo observo y se dio cuenta de que ya no volvería nunca más.

Ni a la universidad ni a Gotham.

Era hora de regresar a casa.

—Me siento afortunado de haberte conocido, Eli 

—Yo igual Matt —Se abrazaron conteniendo las lagrimas. —Por favor ve a visitarme a mi rancho

—Definitivamente lo haré

La castaña sonrió y escuchó con atención la cuenta regresiva.

—¡Diez! ¡Nueve! ¡Ocho! ¡Siete! ¡Seis! 

A partir del diez sonrió con alegría. Su vida estaba recién empezando.

—¡Cinco! ¡Cuatro! ¡Tres! ¡Dos!

Cerró sus ojos y tomó aire.

Espero que estés orgulloso de mi Damian

—¡Uno!

Todos, sin excepción, tomaron la punta de sus gorros y lo tiraron al cielo gritando con jubilo y felicidad por aquel logro tan dificultoso. 

Elizabeth le sonrió a su fiel facuamigo y le modulo un gracias por todo mientras se abrazaban con fuerza demostrando todo su cariño.

Se separaron para saludar a sus familias. Elizabeth lloraba de felicidad a pesar de que sentía que algo le faltaba. Lo había logrado y sus papás estaban orgullosos de ella demostrándolo en sus afectuosos abrazos y pequeños presentes que le habían realizado.

Atrás de sus papás se encontraba Alfred, Bruce junto a Gaby y Dick con Cataleya brindándole sonrisas y cargando con bolsas de regalo. También vio como John felicitaba primero a Matthew.

—¿Bruce...?

Se quedó tan absorta y sorprendida en observar a la familia de superhéroes que no se percató unas pisadas atrás suyo. Estaba lista para ir a saludarlos al ver como sus papás se apartaron de ella con una sonrisa emocionada.

—Elizabeth 

La castaña frenó en seco cuando oyó su voz.

Su mente y todo su cuerpo lo reconocía.

Ella podría reconocerlo dónde fuera.

Se volteó lentamente con sus ojos llenos de lagrimas y sus piernas temblorosas. Sus manos comenzaron a sudar y su boca se abrió levemente sin poder creerlo.

—Damian... —Susurró.

Ahí estaba él, usando uno de sus impecables trajes costosos, más guapo que nunca y sonriéndole solo a ella.

El mundo se detuvo para ambos. 

Damian Wayne estaba frente a ella vistiendo un smoking negro junto a una camisa del mismo color y unos zapatos refinados.

Estaba ahí después de tres años.

—Habibi —La llamó por segunda vez provocando que las lágrimas contenidas descendieran por sus mejillas.

A pesar de que sus rodillas se movían como gelatina y los tacones incomodos punta aguja, nada la detuvo para caminar en dirección al gran y único hombre de su vida. 

Damián sintió como su pecho se inundaba de calidez al verla ahí. Con aquel porte que le hacía lucir tan bella y apasible; aquella cabellera lacia de color castaño que podría reconocer en cualquier lugar, con esos luceros expresivos que lograban trasmitirle todo con una simple mirada.

Ahí estaba ella, el amor de su vida.

Damián sonrió con lágrimas contenidas mientras abría sus extremidades superiores invitándola a volver a sus brazos.

Donde ella pertenecia.

Y acepto.

Se abrazó a su torso como si de su vida dependiera de ello. Como si aquella persona fuera un holograma o algun tipo de imaginación que su tonta cabeza estaba ideando.

—Elizabeth

—Estas aquí —Susurró cuando lo oyó nuevamente hablar a la par aspiraba su aroma en el hueco del cuello del moreno y apretaba su traje, aferrándose a su cuerpo con necesidad.

—Te lo prometí amaba —Cerró sus ojos disfrutando del momento y olvidándose de los ojos curiosos. —Estoy de vuelta Elizabeth —Y la castaña lo apretó más mientras cerraba con fuerza sus ojos. —Vengo para cumplir la promesa que nos hicimos. Vengo para casarme contigo Elizabeth

La castaña no se atrevió a soltarlo.

Temía que nuevamente se fuera de su lado

Ahibik Damian. —Le expuso su amor en árabe. —Te amo como no tienes idea

El vigilante sonrió mostrando sus dientes.

Había extrañado mucho aquellas palabras de la boca de su amada.

—Yo te amo mucho más Habibi

Y luego de tanta espera, sufrimiento y anhelo se besaron sintiéndose en casa.

Elizabeth había hallado a su primer amor y al hombre de su vida.

Y Damian ha encontrado a su chica perfecta sintiéndose afortunado de tenerla como destinada.

The end

Se acabó

Quiero agradecer a todos por llegar hasta aquí. Agradezco cada voto, comentario y lectura; agradezco a aquellos lectores fieles y activos y a los fantasmas también ¡Gracias por querer y apoyar tanto esta historia! Le agradezco a papá Dios por la vida de cada uno de ustedes y por poder terminar este libro.

También quiero dejar mi gratitud a todas aquellas editoras que realizaron una portada y en especial a marinerva_ quien logró retratar de manera única, precisa y especial lo que trasmite esta historia. Dicen que la portada es lo que más motiva a leer los libros y sin duda alguna esta editora fue fundamental para la atracción de este libro.

La verdad que no tenía nada claro, ni siquiera la identidad de la protagonista pero lo que si tenía clarísimo es que quería hacer una historia de Damian Wayne que saliera de lo común y dónde las lectoras pudieran sentirse identificada. Elizabeth Castro nace a partir de mis inseguridades y, al igual que las otras cuatro protagonistas de la saga, tiene un tinte de mi personalidad.

Así que quiero hacerles una última pregunta, para que no perdamos la costumbre ¿Qué les pareció la historia? ¿Se sintieron identificada con algo?

Que el señor las/os bendiga a todos, gracias por la oportunidad que le otorgaron a "The perfect girl" y a la escritora detras de ella.

Gracias por cumplirme un sueño.

Espero que sigamos en sintonía y lean "You and me" la segunda historia de esta saga.

Con muchas lágrimas, nostalgia y amor despido esta historia.

The perfect girl ha llegado a su fin.

¡Gracias por todo!

¡Las quiero!

PD: Se vienen extra así que atentos

—S

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