CAPITULO TREINTA Y UNO
Vacaciones

SI DAMIAN TUVIERA QUE DESCRIBIR EL SENTIMIENTO QUE LO HABÍA INVADIDO DESDE EL DÍA ANTERIOR AL VIAJE ES ANSIEDAD, era un sentir extraño para él gracias a que toda su infancia fue entrenado para mantener toda clase de emociones bajo control, a excepción de la rabia y sed de matar para hacer un mejor mundo. Ahora estaba pisando la tierra natal de su bonita novia que vestía un vestido verde floral de manga farol junto a sus zapatillas estilo converse blanca que le hacían juego con las margaritas estampadas a los largo de la tela del vestido, Elizabeth estaba sonriente y más parlanchina de lo normal provocando un sentimiento de satisfacción en el sistema del hombre, ya que su acertada idea de llevarla de vacaciones donde sus padres había sido estupenda.

-Estoy emocionada -Elizabeth mencionó por quinta vez mientras esperaba las maletas.

-Lo sé

-Cuando vea a mis papas por favor no me mires porque voy a llorar a moco tendido

-También lo sé

-¿Te sientes nervioso?

-Algo -se tocó el cuello para relajar la zona. -¿Te sentías así cuando estabas por conocer a mi padre?

-Si -hizo un sonido de "uf". -La noche anterior no dormí nada y estuve toda la tarde escogiendo outfit con Matthew

-Con cualquier cosa te hubieras visto preciosa Elizabeth

-Dile eso a tu padre y su negativa inicial

-¿Algún día lo olvidaras?

-No porque de esa forma puedo molestarte -le sonrió juguetona. -Pero debes estar tranquilo Dami, mis papas no muerden

-Eso no es lo que me asusta -Elizabeth le brindó una mirada de duda. -Me aterra... No tener la bendición de mis suegros

-Suegros -Elizabeth rió. -Se siente extraño oír la palabra -enlazó su mano con la de su novio otorgándole algo de calma. -Ellos te van a adorar de la misma forma en que lo hago yo, confía en mi -se colocó de puntitas para darle un corto beso en los labios a su novio cerrando la situación en calma.

El azabache tomó ambas maletas dejándolas en el suelo, acercó la de peso más liviano para que Elizabeth la tiré y con la mano desocupada le tomó la mano para dirigirse a la salida.

-Antes de ir a casa me gustaría que pasemos a comprar algo para no llegar con las manos vacías

-¿Otro regalo más? ¿No es suficiente con lo que trajiste de Gotham?

-Por supuesto que no, necesito asegurar la bendición

-Damián

-Elizabeth

Ambos iniciaron una batalla de miradas.

-Mis papas no son materialistas

-Lo se Habitbi pero realmente quiero caerles bien

-Les vas a caer bien

-Entonces pasemos a algún supermercado y llevemos la cena

-Esta bien -dijo derrotada la castaña.

Una vez en el exterior la latina sacó su celular sosteniéndolo bien entre sus manos y le envió un mensaje a su tío quién se supone que los iría a buscar.

-Esta a unos minutos de llegar, se disculpa por el retraso

-Elizabeth quiero mencionarte algo -el más alto la observó con seriedad.

-Adelante. Te escucho

-He decidido presentarme a tus padres como tu novio -guardo silenció unos segundo antes de lanzar la bomba. -Y como candidato a futuro esposo

Elizabeth abrió los ojos y la boca sorprendida a la par que sus mejillas se teñían de rojo anunciando como todo su sistema se calentaba y su corazón latía de forma desenfrenada.

-Yo... Yo... Eh -sus piernas temblaron y su vientre se vio invadido de calambres. -Damian

-Quizás te parezca apresurado pero quería que lo supieras; eres algo serio para mi. Te quiero en mi presente y futuro, y me encantaría que estuvieras conmigo durante toda mi vida porque eres lo que siempre he necesitado

-Damian -susurró sin apartar su mirada vidriosa de aquella ojiesmeralda.

-¡María! -el grito masculino rompió la burbuja romántica en la que se encontraba. -¡María Elizabeth! ¡Qué grande estas!

-Tío José -apartó la mirada de la de su novio para sonreírle y fundirse en un fraternal abrazo con su padrino para luego intercambiar un par de palabras en español dejando a Damian con una sensación amarga al no poder terminar la conversación. -Tío quiero presentarte a mi novio -miro al chico para hablarle en ingles. -Damian él es José, mi único tío y padrino. Es como mi segundo papá

-Mucho gusto -le respondió en un extraño español y extendiéndole la mano con educación pero no se espero recibir un abrazo efusivo por parte del hombre.

-Bienvenido muchacho a la tierra de la buena comida - Damian respondió al abrazo algo cohibido. -Espero te sientas cómodo

-Te esta dando la bienvenida a mi país y que desea que te sientas comodo

-Por supuesto -respondió con un sonrisa risueña.

-Vamos, nos están esperando en la casa

La pareja obedeció y el hombre de mayor edad ayudo a su sobrina a cargar las maletas.

-Dile que pasaremos por el supermercado primero

-Damian

-Dile o le escribo por el traductor -Elizabeth se rió y procedió a hablarle en español a su tío quien en respuesta le ordeno que le dijera a su novio que se subiera de copiloto.

-Conocerás las calles del diablo de toda latinoamerica -José se dirigió al chico y la castaña le tradujo a su novio explicándole el por qué del nombre.

Durante el trayecto al supermercado la estudiante de enfermería se encargó de interpretar del español al ingles y viceversa logrando de que a pesar de la barrera del idioma ambos hombres se llevaran bien y rieran de vez en cuando.

El arabe-americano se encontraba maravillado en aquel país caluroso. Era extraño, había estado en otros países con vistas bellas que le podían brindar experiencias más lujosas pero estaba ahí, en el país de su amada, conociendo las costumbres y a las personas que ella lleva en su corazón.

El hombre parlanchín tenía facciones similares a la su novia solo que la tez de él era mucho más morena -Seguramente gracias a los rayos del sol que impactaban en verano. -, el cabello era rizado de color negro y su carisma es similar a la de Elizabeth logrando que se sintiera cómodo a su alrededor.

Estaban llegando al supermercado cuando diviso una bencinera donde seguramente el latino cargaría su camioneta desgastada así que no espero a que su novia le tradujera y sacó su celular escribiendo en el traductor para posteriormente mostrárselo.

"Pasemos a echarle bencina a tu vehículo"

-No, no, no. No te preocupes muchacho gringo

-¿Qué paso?

-Tu novio quiere que pasemos a echarle bencina al cacharro

-¿Quieres que pasemos a echarle bencina al coche? -le preguntó a Damian.

-Si

-Ay, no es necesario

-Elizabeth

-Damian

-Es lo mínimo que puedo hacer por habernos ido a buscar y ser tan amable conmigo

La castaña por fin lo entendió.

Damian estaba nervioso de no caerle bien a su familia y quería de alguna forma devolverle la amabilidad a José

Sonrió con ternura.

-Damian ¿Sabes que mi tío es amable porque le caes bien?

-Si pero

-Amor, no es necesario que hagas esto ¿Si? No debes pagarle porque es amable contigo, a él le nace. Tu le agradas -le habló con dulzura.

-¿De verdad?

-De verdad

-Bien pero igual pasaremos a la bencinera. Dile a José que cargue la camioneta mientras nosotros vamos a comprar, sin reproches

-Lo único que entendí fue mi nombre

-Dijo que pases a echarle bencina al auto mientras compramos algo en el super y no acepta un no como respuesta

-Ay mija que vergüenza pero bueno, se lo acepto

Editado.