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21. the secret

CAPITULO VEINTIUNO
El secreto

SI A DICK GRAYSON LE CONTARAN QUE DAMIAN WAYNE, EL CHICO EGOCENTRICO, ASESINO Y HEREDERO A TODO un imperio de homicidas, se encontraba enamorado y en una relación amorosa con la chica que tiene por destinada seguramente se reiría mencionando que es imposible que alguien como la pequeña bola de odio se viera involucrado en dicha situación con sentimientos que se le fue prohibido durante prácticamente toda su infancia y pre adolescencia. Sin embargo, nadie se lo había dicho si no que lo vio con sus propios ojos dejándolo absolutamente sorprendido y anonadado. Damian Wayne le iba hablando risueño a la chica que tenia a su lado, ambos iban a juego tomados de la mano caminando por la acera de las calles de Gotham.

Se puso a meditar y recordar las claras alarmas de alerta que estaba dando el chico que carga con el manto de Robin. Primero estaba la carpeta nombrada "M.E.C" en el portátil del de ojos esmeralda que se encontraba protegida con clave de seguridad, le invadió la curiosidad y se tardo unas semanas en descifrar dicho código encontrándose con información personal de una joven llamada Elizabeth Castro y un par de fotografías que también tenia código de seguridad -Lamentablemente no corrió con la misma suerte y no pudo descifrarlo-. La segunda bandera roja fue todas aquellas veces que no asistió a misiones importantes por tener compromisos en la torre Titan lo cual ¡Sorpresa!

Era una mentira.

Damian no iba a dicho lugar desde hace casi dos años, cuando terminó su relación con Raven y algunos de los integrantes del equipo decidieron dejar las mascaras para intentar tener una vida tranquila.

Una de las alarmas que lo hizo preocupar al extremo fue las escapadas improvisadas que se daba durante algunos días, según Alfred el chico se encontraba siguiendo pistas de un nuevo criminal de Gotham, pero no había pruebas de que fuera cierta, ya que en la baticomputadora no existía nada relacionado a aquello ni mucho menos en el portátil personal -Salvo la carpeta de la chica de ojos saltones-

Lo observo en silencio y como un buen detective comenzó a investigar.

Notó un extraño cambio en el actuar del joven. Al principio parecía ligeramente emocionado por algo y casi siempre estaba al pendiente del móvil como si estuviera esperando algún mensaje importante, su primera hipótesis fue un posible noviazgo pero inmediatamente lo desecho al recordar a quien estaba investigando.

Que idiota había sido.

Luego, durante dos semanas, estuvo de muy mal humor y el veneno que tiene por lengua se había triplicado respondiendo de mala manera a toda persona que lo molestara.

Eso fue el detonante como para que se indagara a mayor profundidad encontrando por fin la causa del extraño comportamiento que se encontraba padeciendo su hermano menor.

Elizabeth Castro, una joven inmigrante de diecinueve, becada y estudiando enfermería en la Universidad estatal de Gotham. Ella era la causa de todo los males.

O bueno, en realidad de domar a la pequeña -No tan pequeña- fiera que tiene por hermano adoptivo.

Es tan difícil de creer.

Los había visto besarse cuando se encontraron en el parque de Gotham para luego unir sus manos y caminar hasta el bonito Audi que tenia Damian.

Rió nervioso.

Aun así es tan difícil de procesar como el chico que creció en un ambiente lleno de odio y maldad sonriera con tanta naturalidad ante una chica. Había visto las miraditas que se daban y las sonrisas bobas que solo las personas enamoradas se daban.

Recordó a su pareja Cataleya. Ella no es muy afectuosa en publico, sin embargo, en la intimidad del departamento que comparten junto a la pequeña Abigail era todo lo contrario.

Es la madre mas amorosa que había visto y con el era atenta a pesar de que en un principio fuera todo lo contrario.

Sacudió la cabeza de un lado a otro en negativa, le dio el ultimo sorbo a su café para luego ponerse de pies y botar el vaso a la basura.

Tendría que hablar con Damian y regañarlo por no contarle nada.

(...)

Jason Todd sonrió complaciente al tener la magnitud de información que haría doblegar por fin al enano que tiene por hermano. Damian Wayne andaba de novio con una civil que no tiene nada que ver con las mascaras y los trajes en mallas, la chica es alguien ineficaz e insípida que solo se dedica a estudiar y salir a citas con su hermanastro. Se sentía poderoso al descubrir por fin un método de chantaje que irritaría mas de lo usual al de ojos verdosos.

Sonrió emocionado al ver como el sedán gris se estacionaba a las afueras del feo edificio donde vive la chica.

-Gracias por traerme a casa -Elizabeth se acerco para darle un corto beso. -Ten cuidado en tu trabajo nocturno

-Lo tendré. Que descanses

-Te quiero Dami

-Yo más -le sonrió complaciente.

"Yi mis" -dijo con asco al oír a través del auricular como se proclamaban amor.

Agradecía al cielo el nunca haberse enamorado y verse igual de pendejo que Damian.

Observo como el superhéroe esperó hasta que la chica entrara y unos minutos mas tarde encendió el motor y puso en marcha en vehículo en dirección a la mansión.

Puso en marcha la motocicleta y siguió con sigilo al heredero Al Ghul.

Cuando vio como con el vehículo a la mansión apretó con fuerza el acelerador adelantando al vehículo y atravesándose en el camino, estaciono la moto y espero en la entrada principal de la casa.

-Todd -murmuro entre dientes .

-Enano

-Veo que sigues siendo el mismo imbécil imprudente que hace siete años

-Tu no te quedas atrás -sonrió con soberbia. -Que diría Elizabeth si te escuchara esparcir veneno

-¿Qué carajos? -se tensó al oír el nombre de su amada.

-Y que decir de tu vida pasada -se apoyo en el umbral de la puerta con aires de superioridad. -Se espantaría al ver quien eres en realidad

-¿Qué mierda quieres Todd?

-Nada, solo divertirme -se vio las uñas con desinterés. -¿Crees que la chica acepte un trio? Veo que le gustan los asesin... -no alcanzó a terminar cuando Damian se abalanzo encima de él golpeándolo en el proceso.

Los cuerpos fornidos, musculosos y bien definidos ingresaron con fuerza al interior de la mansión, Damian se encontraba dándole puñetazos cerrados en el rostro y costillar buscando fracturar algo.

-Dilo otra vez y te quedas sin cabeza

-Inténtalo y todos descubrirán tu sucio secreto

-Suéltense en este instante -la voz calmada pero tenaz del mayordomo hizo que se soltaran de malas ganas. -¿Por que están peleando como unos salvajes?

-No es nada que te incumba Pennyworth

-Su lengua venenosa no me intimida en lo absoluto joven Damian -lo miro con rostro en calma.

-Solo dije una broma y Damian actuó como el idiota de siempre

-Insultaste indirectamente a Elizabeth

-Veo que usted amo Jason sigue teniendo las mismas conductas callejeras de hace unos años atrás cuando conoció al amor Bruce -esta vez observo con molestia a susodicho. -No involucre a personas que no están presentes en la conversación, es de mala educación

-¡Damian! -la voz agitada de Dick Grayson se hizo presente. -¿Quién es Elizabeth Castro?

Carajo.

Lo habían descubierto

Editado.

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