CAPITULO VEINTE

Somos novios

EL GRAN CIELO DE GOTHAM ESTABA CUBIERTO DE NUBES GRISES QUE ANUNCIABA posibles chubascos en lo que quedaba del día, la joven castaña estaba de pies en la entrada principal de la universidad con un semblante cansado esperando a Damian, a quien había invitado a tomarse un helado. Elizabeth tenía la manía de tomar helado en los días fríos para intentar contrarrestar las consecuencias de este. El bonito sedán gris apareció en el campo visual de la extranjera provocando un revoloteo en su estómago, cuando vió que se detuvo justo frente a ella no dudo en trotar hasta la puerta de copiloto.

—Hola —Elizabeth se acomodó correctamente en el asiento mientras las mejillas se le teñian de rosado.

—Hola —Damian le sonrió de lado mientras seguía los movimientos de su novia.

A penas habían pasado ocho días desde que oficializaron la relación y Elizabeth seguía siendo un manojo de nervios.

—Yo, eh —la chica lo miro mientras se llenaba de valentía. —¿Puedo saludarte con un beso en la boca?

Damian sonrió abiertamente mientras ladeaba la cabeza producto de la ternura que la mujer frente a ella le provocaba.

—No tienes que preguntarme bonita —se acercó a ella.

—Quédate quieto —el superhéroe obedeció. —Yo te lo voy a dar

Elizabeth trago saliva y se acercó a darle un pequeño piquito en los labios.

—Eso no es un beso

—Para mi si

—Bueno, para mi no —se acercó con una sonrisa traviesa. —Te enseñaré lo que es un verdadero beso

Y con cuidado poso con delicadeza sus manos al lado de cada mejilla para acercarse a brindarle un mejor beso. La castaña colocó una de sus encima de la del chica y la otra la utilizó como apoyo en el asiento de auto.

Damian la estaba besando con cuidado y mucha delicadeza. Sus labios se movían al compás sobre los belfos de la chica intentando darle la confianza necesaria como para que dejase de preguntar las cosas antes de hacerla.

Se contuvo y finalizó con un corto beso antes de separarse.

—¿Dónde quieres ir?

—Yo, eh —su voz temblaba y evitó mirarlo. —Va-vamos a la cafetería donde nos conocimos

Damián sonrió orgulloso de sí mismo.

—¿Puedo saber por qué te gusta comer helado en los días nublados?

—Porque aplico la regla de los signos

—¿Cómo?

—Mira —se acomodó mejor en el asiento mientraa movia las manos. —negativo por negativo da positivo, entonces frío por frío daría calor

Damian rió ante las ocurrencias de su novia.

—Digo muchas estupideces ¿Verdad? Te terminaré aburriendo

—Nunca podría cansarme de ti —tomó la femenina mano de la chica para acercarla a su boca y besarla. —Me haces feliz Elizabeth

—Tu también Dami —le sonrió con las mejillas rosadas. —Te quiero

El azabache se detuvo ante la luz roja del semáforo y beso la coronilla de la joven.

El celular se la castaña sonó sacándolos de la ensoñación.

Era un mensaje de Matthew.

Matt 💋

"Para la próxima no comas delante de los pobres"

Sticker

La latina soltó una risita risueña mientras movía la cabeza de lado a lado.

—Matthew dice que no nos besemos delante de los solteros

El chico sonrió moviendo en negativa la cabeza.

[...]

La pareja de destinados se encontraban en la cafetería disfrutando de una improvisada cita, el chico de ojos esmeralda bebía un cafe negro mientras que la chica disfrutaba de un helado tropical de mango. La bonita ambientación del lugar iba a la perfección con las parejas que se hallaban distribuidas en las mesas por todo el local, Damian y Elizabeth se encontraban junto a la ventana admirando la lluvia que caía sobre la ciudad.

—Damian ¿Puedo hacerte una pregunta? A parte de la que ya te hice

—¿Qué pasa cariño?

—¿Qué pensaste cuando chocamos?

—Bueno —dejó el cafe en la mesa para responder sin distracciones. —Al principio pensé que eras una idiota por chocar conmigo y manchar mi ropa

—Perdón por eso

—Bonita, hace como tres meses atrás te dije que no te preocuparas por eso —vió a la chica comer una cucharada a su helado. —Después cuando nos vimos a los ojos sentí el lazo

—Mhm ¿Te costó mucho encontrarme?

—Un poco. Alfred sabe cuantas horas estuve frente a la baticomputadora buscándote

—¿¡Alfred sabe de mi!? —exclamó asustada. —Ay Damian ¿Ha dicho algo sobre mi? ¿Si aparento ser buena? Que mala educación de mi parte no enviarle algún presente de mi parte ¡Tenias que avisarme!

—No ha dicho nada que aporte mucho a mis decisiones —Elizabeth lo miró mal en forma de regaño. —La última vez me dijo que estaba feliz de verme feliz

—¿Algo más?

—Creo que sospechó de nuestra separación

—¿Tu le dijiste?

—No pero lo notó ante mi mal humor —la castaña asintió con su cabeza. —¿Tu qué pensaste cuando te encontré?

—Que no nos pareciamos en nada como para ser destinados —Damian inclinó un poco su cabeza hacia el costado derecho. —No me mires así, sabes que mi punto de vista es totalmente valido

—¿Por qué pensabas eso?

—Porque a ti te gusta vestir elegante y a mi con lo primero que pille en el ropero ¿Me dejas probar tu café? —el chico le alcanzó su bebida y la castaña lo probo arrugando el entrecejo. —Esto está demasiado amargo ¿Si quiera tiene azúcar? Ah, espera. No te gusta el café con azúcar —le devolvió el vaso.

—¿Qué otras diferencias veías en nosotros?

—Mhm, que a ti no te gusta hablar mucho y que yo hablo hasta por los codos

—Me gusta escucharte

—Lo sé —le tomó la mano por encima de la mesa. —También que tu tienes riqueza y yo vengo de la clase trabajadora

—Elizabeth

—No me digas nada, tu me preguntaste —le sonrió de forma cerrada. —Pero a pesar de todo eso somos novios

—No sabes lo feliz que me haces

Ambos se admiraron en silencio.

—Mhm, también quería comentarte algo pero da algo de vergüenza  —Damian asintió dándole luz verde para que siguiera. —El otro día hablé con Matt y me aconsejó sobre nosotros. Puedes creer que es super directo para decir las cosas, a veces no tiene mucho tacto pero es buena gente así que creo que debo invitarlo a comer algo rico por todo lo que me ha dicho y orientado sobre la toma de decisiones ¿Sabías que me regañó por qué te pedí tiempo? Obviamente omití el secreto pero le conté como me sentía y...

—Bonita

—Si perdón, los nervios me hacen divagar —aparto su mano de la del hombre y se secó las palmas en su pantalón. —Damian yo nunca he tenido novio —El chico asintió mientras bebía de su cafe. —Y mi experiencia es nula a pesar de leer muchos libros de romance o ver series románticas

—¿Qué es lo que te preocupa?

—Yo no sé como debería actuar. No sé como debo ser una buena novia —el heredero Al Ghul miro con ternura y con las comisuras elevadas a la chica.

—En este instante quiero besarte

—¡Damian! —lo regañó. —Te estoy hablando en serio. No me coquetees y ponte serio

—Eli, no tienes que seguir ninguna pauta ni existe un manual que nos enseñe a ser buenas parejas —cruzó sus brazos sobre su pecho. —Solo se tu. Me gustas por quien eres y por cómo has actuado todo este tiempo, no tienes que cambiar o hacer cosas en específico para volverte una "Buena novia" —hizo comillas. —Me encantas por quien eres; me gusta lo atenta que eres y como te preocupas por mi

—¿De verdad?

—Si —asintió con su cabeza. —Y no necesitas preguntarme si puedes tomarme la mano o besarme, soy tu novio y puedes hacer lo que quieras conmigo

—Bien —se puso colorada. —Gracias por esto Damian. Eres lo mejor que ha llegado a mi vida

—No sabes lo feliz que me pone escuchar esas palabras —se puso de pies y le plantó un beso a su chica.

Elizabeth sonrió mientras posaba sus manos en las mejillas del más alto.

Ambos se sentían felices de tenerse el uno para el otro.

Editado.