I
-¿Parque? ¿Heladería? ¡Igual a desastre!-
Chifuyu suspiró, dejando que la pantalla de su teléfono lo hipnotizara por unos segundos. La notificación del grupo de WhatsApp de sus amigos "Los Nalgones" seguía parpadeando, como una amenaza de que su paz mental estaba a punto de desaparecer.
Chifuyu suspiró, dejando que la pantalla de su teléfono lo hipnotizara por unos segundos. La notificación del grupo de WhatsApp de sus amigos "Los Nalgones" seguía parpadeando, como una amenaza de que su paz mental estaba a punto de desaparecer.
Takemichi: Oigan, nos vamos a reunir en la cafetería de Emma, para conocer al nuevo novio de Chifuyu, ¿están de acuerdo?
Souya: ¿Me pasan la dirección? Ya no recuerdo donde era :(
Inui: Inui compartió una ubicación contigo
Inui: Según yo es esa ¿no?
Hakkai: Creo que sí, yo confiaré en que Mitsuya lo recuerda. ¿Pero es el viernes a las 5, no? 🤡
Inui: Hay que ir después al gotcha, Koko me hizo enojar. 😡🤬
Souya: ¿Pero... no se supone que es una sana convivencia? ¿Qué tal que el novio de Fuyu no sabe disparar? 😟😟
Inui: Perfecto, ya tenemos una ventaja. 🙌
Hakkai: O tal vez el novio sea del tipo de chico que se esconde detrás de Fuyu cuando nos atacan. Interesante...
Souya: Cosas que Rindou haría si me distraigo:
Takemichi: JAJAJAJAJJAJA
✅✅Visto a las 09:05 am.
Chifuyu no pudo soltar una carcajada al imaginar la escena de Souya siendo usado como escudo por su novio, para después volver a la realidad, "genial, ya no puedo hecharme para atrás".
— ¿¡¿Cómo demonios conseguí que todos pensaran que tengo un novio?! — exclamó para sí mismo, mirando el techo como si fuera la respuesta a todos sus problemas. Al final, solo lo miraba con la misma indiferencia con la que la vida lo había tratado últimamente.
Pensó en la última vez que había estado con su ex, cómo se sentó frente a la pantalla gigante del cine para ver "Yo antes de ti", con una sonrisa estúpida de enamorado... solo para descubrir que la chica de la cafetería de siempre estaba embarazada de él. La mirada vacía de su ex lo perseguiría por siempre.
— ¡Malditos heteros! — sollozó, abrazando una almohada con la que casi se sofoca. — ¿Por qué soy el único de este grupo de sin pareja? Y lo peor es que de los tres soy el único que no se ha enredado con un idiota de la mafia ¡Estoy jodido!
Se levantó de golpe, pateando la almohada a un lado. Tenía 5 días para conseguir un novio falso. Y si no lo hacía, pasaría el resto de su vida recibiendo mensajes como: "¿Y tú novio se encuentra aquí entre nosotros? Por parte de Hakkai estaba casi seguro, o peor aún, que saquen el tema cada vez que puedan va a ser el punto de su catarsis.
— Ok, necesito encontrar a alguien... ¿pero ¿dónde? ¡Ah! Ya sé, el parque — dijo, como si eso tuviera sentido. Porque claro, el parque era el lugar ideal para encontrar a un hombre dispuesto a ser su novio falso.
De alguna manera, Chifuyu sabía que sus planes no eran los más sensatos, pero ya estaba demasiado comprometido para echarse atrás.
— Esto tiene que salir perfecto...de alguna manera — murmuró mientras se ponía un abrigo y salía decidido al caos de la ciudad.
Chifuyu caminaba por el parque con la esperanza de encontrar a alguien. Sabía que pedirle a un desconocido que se hiciera pasar por su novio no era el plan más sensato, pero al menos tener un objetivo le daba algo de consuelo. Al menos... eso pensaba mientras sentía la vergüenza creciente de estar buscando a alguien solo por conveniencia.
Con el teléfono en mano, Chifuyu buscó algo que pudiera usar como excusa para acercarse. A lo lejos, vio a un chico sentado en una banca, con auriculares puestos, completamente absorto en lo que parecía una revista. 'Este será fácil', pensó Chifuyu, sabiendo que en realidad no tenía ni idea de cómo iniciar una conversación sin sonar raro.
"Vamos a hacerlo", se dijo a sí mismo.
—¡Hola! —saludó, forzando una sonrisa que se sentía más como una mueca de desesperación—. Eh, ¿qué canción estabas escuchando?
El chico levantó la vista, quitándose los auriculares con una calma que Chifuyu no podía entender. Era alto, con el cabello castaño claro, tan corto que parecía más un casquete corto. No era exactamente su tipo, pero, en ese momento, no tenía el lujo de ser selectivo.
—¿Sí? —respondió el chico, parpadeando un par de veces como si se estuviera acomodando para una conversación inesperada.
—¿Música? Bueno, en este momento estaba sonando un comercial de Spotify, pero... estaba escuchando Limbo de Daddy Yankee —dijo el chico, su tono curioso.
Chifuyu no pudo evitar soltar una risa suave, aliviado de que al menos no estaba completamente saliendo mal. Respondió rápidamente, con un tono un tanto nervioso:
—¡Ah! Vaya, por un segundo pensé que serías más del estilo de Nirvana.
El chico se encogió de hombros, mirando su teléfono.
—Oh vaya, no sabía que podía ser tan rockstar —dijo con una pequeña risa, claramente con buen sentido del humor.
Chifuyu se quedó paralizado, sintiendo que todo estaba yendo mejor de lo esperado. Estaba a punto de pedirle el favor cuando de repente...
—¡Chifuyu! —la voz inconfundible de Mitsuya le hizo dar un respingo.
Chifuyu giró rápidamente y vio a Mitsuya acercándose con esa expresión tranquila que siempre tenía, como si estuviera al tanto de todo, pero sin prisa por juzgar. Mitsuya era el novio de Hakkai, y Chifuyu sabía que, si Mitsuya estaba ahí, tarde o temprano Hakkai lo seguiría. Y si Hakkai lo veía, sería el fin de su fachada.
La risa nerviosa de Chifuyu se escapó sin querer. —¡Mitsuya! ¿Qué haces aquí? —preguntó, como si no estuviera a punto de desmoronarse por dentro.
Mitsuya sonrió, reconociendo la tensión en el aire. —Vengo a dar una vuelta, necesitaba un respiro del taller. ¿Y tú, qué tal? ¿Buscando inspiración para algo nuevo? —comentó, refiriéndose a la evidente incomodidad que emanaba Chifuyu.
—No... nada de eso. —Chifuyu comenzó a dar pasos hacia atrás, su rostro tomando un tono rosado. —Solo estaba, ya sabes, paseando, charlando con... —miró al chico de la banca, quien lo miraba ahora con la misma confusión que él sentía—. Y... ¿cómo está Hakkai?
Mitsuya observó al chico un momento, su mirada curiosa cruzando de Chifuyu al chico en la banca. —Peh, ¡hola! ¿Desde cuándo conoces a Chifuyu? —preguntó, con una creciente curiosidad.
Chifuyu soltó una risa nerviosa. "Es en serio, porque justo en este momento, tierra trágame por favor". Miró al chico de la banca, que parecía un tanto divertido con la situación. —Oh Mitsuya, hola —saludó el joven de la banca con casualidad.
¿Ahora cómo iba a salir de este embrollo? "Es como si el destino estuviera en mi contra", pensó mientras miraba a Mitsuya. — ¡Sí, claro, ya nos conocemos! En una de las tantas veces que salí con Hakkai... —lanzó una mirada al chico y, con la rapidez de un rayo, soltó—: ¡Fue un placer hablar contigo! ¡Nos vemos! —y sin esperar respuesta, comenzó a caminar a paso acelerado, luego trotó, luego corrió como si un oso gigante lo estuviera persiguiendo.
El chico, completamente confundido, se quedó mirando mientras Chifuyu corría como si la vida le fuera en ello. Mitsuya, por su parte, solo se quedó ahí, observando la escena, sin saber si reír o preguntar si todo estaba bien.
Chifuyu, sin mirar atrás, pensó: "Esto fue un completo desastre. ¿Por qué no puedo tener una vida amorosa normal? ¿De verdad esto me está pasando? ¿Qué sigue, que me encuentre con un dragón en la esquina?"
Puede que el plan A del parque hubiera sido un completo fracaso, pero Chifuyu no era del tipo que se rendía fácilmente. Era testarudo, y esa era una de sus habilidades más notables. Aún quedaban cuatro días para la maldita cita quintuple, y aunque su desesperación aumentaba, no iba a rendirse. ¡No podía!
Ahora, un lunes por la tarde, después de salir del trabajo, se encontraba ejecutando el plan B en una heladería, esperando en la fila para pedir un helado. Frente a él, había un chico que llamaba su atención por algunas razones muy específicas. Era más alto que Chifuyu, con un aura que se sentía tranquila y algo relajada. Algo en su postura le decía que el chico estaba acostumbrado a este tipo de situaciones. Las pestañas largas y bonitas que se veían de perfil le llamaron la atención, igual que el traje morado que llevaba. Sin duda, algo que le daba un aire interesante. Y esa cicatriz en los labios... Detalles. Era lo que tenía el chico, algo enigmático, como si fuera parte de algo más grande, o simplemente alguien con más historias de las que mostraba.
El chico pidió su helado y fue a la barra donde lo preparaban. Luego se sentó cerca de la ventana, mirando hacia la calle, como si el mundo entero le importara poco.
—Ok, Chifuyu, eres un adulto, puedes con esto y más. No es como si te hayan bateado antes... Bah, ¿quién estoy engañando? ¡Esto es un desastre! —pensó para sí mismo mientras tomaba aire, decidido a no dejar que la ansiedad lo venciera.
Luego, con un suspiro, se acercó a la barra. Tomó su helado de fresas con crema, y con el mismo aire de alguien que se iba a enfrentar a su mayor miedo, comenzó a caminar hacia el chico.
Chifuyu tomó aire y, con un esfuerzo titánico, caminó hacia la barra donde el chico con el traje morado estaba sentado. "Ok, es solo un chico. Nada de qué preocuparse", pensó mientras se acercaba a él. Su estómago seguía revoloteando como si fuera un maldito terremoto, pero ya nada lo detendría.
Cuando llegó a la altura del chico, abrió la boca y dijo lo primero que se le ocurrió:—¿Sabías que el helado de fresa con crema es el único sabor que, científicamente, no puede ser aburrido? —Se maldijo internamente al darse cuenta de lo ridículo que sonaba, pero ya estaba comprometido.
El chico levantó la mirada, con esa expresión que Chifuyu aún no lograba leer del todo.—¿En serio? —dijo, una ceja levantada mientras miraba el helado de Chifuyu como si acabara de dar una conferencia sobre la física cuántica.
—Sí, o al menos eso dicen los estudios que nadie cita nunca —respondió Chifuyu, intentando mantenerse firme. ¿Quién sabía que pedir helado sería tan complicado?
El chico dejó escapar una pequeña risa, pero antes de que Chifuyu pudiera sentir que había comenzado a controlar la situación, la puerta de la heladería se abrió con un tintineo y entraron dos chicos, que lo hicieron con una presencia que hacía que hasta los que estaban tomando café callaran para mirarlos. Uno de ellos llevaba un traje verde menta algo llamativo pero elegante, mientras que el otro vestía un conjunto azul clásico, sus corbatas curiosamente iban a juego, pero no lo suficiente como para no parecer peligroso.
—Mierda —murmuró Chifuyu para sí mismo, mirando a los hermanos Haitani, específicamente a Rindou, que parecía estar mirando en su dirección.
En ese momento, su cerebro hizo una rápida conexión entre la situación de ese chico raro con traje morado y los chicos que recordaba como el novio de su mejor amigo y su hermano que podía apostar su ojo derecho a que quería con Nahoya. No podía ser, pensó. ¡Este chico podría ser uno de los amigos de Mikey! ¿¡Qué demonios estaba haciendo en una heladería?! Pero lo peor de todo era que Chifuyu no sabía si ese chico lo había reconocido. Y si Rindou lo veía hablar con él... era más que obvio que iría de chismoso a contarle a Souya que me vio haciendo algo raro.
El chico con el traje morado, por su parte, parecía tan relajado que ni siquiera se inmutó al ver a los hermanos Haitani. Rindou y Ran se acercaban al mostrador para pedir, sin prestarle mucha atención a nadie más. Chifuyu no estaba tan seguro de que ese chico no tuviera nada que ver con ellos, pero si iba a sacar algo de este desastre, tenía que probar suerte.
—Oye, ¿me das tu opinión sobre algo? —preguntó, sin mucho filtro, tratando de sonar lo más casual posible, aunque su cerebro ya había dejado de funcionar correctamente.
El chico lo miró, desconcertado, pero al parecer aún dispuesto a seguir la conversación.—¿Sobre qué? —respondió, mientras continuaba comiendo su helado.
Y justo en ese momento, Chifuyu sintió que todo se iba a la mierda, porque vio cómo Rindou, con su típica actitud despreocupada, empezó a caminar hacia ellos, con esa mirada de quien no está realmente interesado en nada, pero siempre está observando. Por su parte Rin iba caminando hacia ellos con una sonrisa burlona en su cara, mientras se sentaba al lado del chico con quien hablaba.
—¿Qué tal, Matsuno? —saludó Rindou, su tono amigable, pero con algo de desinterés. La tensión que Chifuyu sentía fue tan palpable que casi pudo olerla.
¡El destino le estaba jugando su mejor broma!
Chifuyu no sabía si reír o llorar. Estaba atrapado en su propio caos y todo por una maldita cita ficticia que por cierto se sentía como una bomba a punto de estallar. Sin pensarlo, le lanzó una mirada apurada al chico con el traje morado y, a punto de autoinvitarse al desastre completo, soltó sin querer: —Oh, no te preocupes, estoy... ¡haciendo amigos! —Sonó más desesperado de lo que había querido.
El chico de morado lo miró, sin saber muy bien qué pensar, mientras Chifuyu comenzaba a sonrojarse y a preguntarse por qué no había tomado clases de cómo huir de situaciones incómodas.
—Oh...curioso... ¿Estás bien? —preguntó Rindou, mirando a Chifuyu con su clásica sonrisa ladeada, como si estuviera disfrutando un chiste que ni siquiera él conocía.
Chifuyu estaba a punto de decir algo, pero la situación ya se había vuelto demasiado absurda. Antes de que pudiera reaccionar, el chico de traje morado se giró a la dirección de Ran, miró a Rindou y luego a Chifuyu, diciendo en voz baja pero con tono serio: —¿Por qué siento que me estoy perdiendo de algo? — Ran se limito a encoger los hombros, mientras veía la escena divertida que pasaba frente a él.
Chifuyu, con cara de pánico total, solo pudo dar un paso atrás y balbucear: —¡Claro de maravilla, ¿por qué no lo estaría?! —Y, en un arranque de desesperación por escapar, salió corriendo de la heladería como si fuera perseguido por una horda de zombis.
El chico con el traje morado, todavía desconcertado, miró a Rindou y Ran, quienes solo intercambiaron una mirada como si se hubieran metido en una película que no entendían.
Rindou, con una sonrisa pícara, dejó escapar una risa: —Chifuyu está... interesante hoy, ¿no? —A lo cual Ran se limito a soltar una carcajada con diversión, mientras que el joven peli rosa los veía a ambos confundido.
Y mientras tanto, Chifuyu corría, sin mirar atrás, gritando internamente: Esto definitivamente no es lo que tenía en mente.
Primero que nada perdón por no actualizar, segundo cambie el primer cap, porque sentía que su primer encuentro estaba forzado e iba rápido, ahora si creo que se va a ver mejor el desarrollo de Chifuyu, recomendación vuelvanlo a leer por fa :c si ya habían leído está parte.
Cuarta, me la pase riendo a carcajadas JAJAJAJAJAJAJA Porque lo peor es que una de esos intentos estupidos de coquetear está basada en hechos reales JAJAJAJAJ Joder amé, espero que les haya gustado, en unos minutos les subo el segundo cap.
Que viva la santa trinidad de Boten 🛐 (pero lejos de mi si llegan a existir JAJAJAJAJAJA)
Con cariño.
meilinlin12
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