Una semana había pasado desde que Harry dejó a Louis en su casa, a salvo con su familia. Las manos de Harry le hormigueaban de ansias por abrazarlo, por tenerlo entre sus brazos y por probar esos labios que sabía que se convertirían en su perdición.

Harry, vestido como un auténtico mercader para pasar desapercibido entre la gente, llegó al pueblo en su barco y desembarcó en el puerto. Con su cabello rizado atado en un moño y la espada en la mano, caminó por las calles llenas de personas que lo miraban con asombro y admiración.

Finalmente, llegó a la herrería donde trabajaba Louis. Harry entró tranquilamente al establecimiento, hizo una reverencia y las personas que se encontraban allí voltearon a verlo, algo sorprendidas, pues hacía semanas que no se le veía por las calles.

Louis, que estaba detrás de su padre, se sorprendió al ver a Harry. Al instante, su cara se quedó pálida; no esperaba verlo ese día, ni en su trabajo.

— Louis, ¿puedo hablar contigo? —le dijo Harry con una pequeña sonrisa.

— ¿Quién es él, Lou? —preguntó su padre con el ceño fruncido.

— Espérame afuera, Harry —le respondió Louis tras reaccionar—. No te preocupes, papá, es un amigo.

Harry asintió y salió del establecimiento sin problemas. Metió las manos en los bolsillos de su pantalón para ocultar el evidente temblor de sus dedos.

— Lou, vine a saber tu respuesta —lo miró con una leve sonrisa.

— He hablado con mi papá —suspiró Louis, acercándose al pirata para abrazarlo sin esperar que él le devolviera el abrazo.

— Papá —se acercó Louis, jugando nerviosamente con sus manos—. Tengo que contarte algo importante.

— ¿Qué sucede, Lou? —lo miró preocupado—. ¿Te sientes mal?

— No, papá, tranquilo, me siento bien —le dijo soltando una risa nerviosa—. Quería contarte algo y saber si tengo tu apoyo.

— Siempre tendrás mi apoyo, hijo —le aseguró, tomando sus manos—. Cuéntame qué sucede.

— No sé cómo iniciar —admitió, sintiendo cómo la ansiedad comenzaba a consumirlo—. Harry... el hombre que me trajo a casa...

— ¿Le sucedió algo al chico? —preguntó su padre, alarmado.

— No, él está perfecto —le dijo apresurado—. Lo que sucede es que... Harry es pirata.

En ese momento, Louis contuvo la respiración, esperando que su padre explotara y arrasara con todo a su paso.

— ¿Pirata? —lo miró, realmente sorprendido—. ¿Me estás diciendo que Harry es pirata y te salvó la vida?

— Sí, papá —lo miró, ansioso—. Lo que pasa es que Harry me pidió algo y tengo que decirte algo más.

— Por todos los dioses, habla, Louis —dijo su padre—. Que pierdo la paciencia.

— Me pidió que me uniera a su tripulación —cerró los ojos—. Dice que se sentía más seguro teniéndome cerca, para evitar que me sucediera algo similar a lo anterior.

— Dios mío —jadeó, sorprendido, tapándose la boca—. Pero, ¿tú estás seguro?

— No lo sé, no quiero dejarte solo —le respondió, mirándolo—. Quiero saber qué piensas tú.

— Entonces, ¿cuál es tu respuesta, Louis? —lo miró con entusiasmo.

— Harry, yo... —lo miró, jugando con sus manos.

— Louis, entiendo si no quieres ir conmigo —le dijo, agarrando sus brazos—. No quiero presionarte a tomar una decisión tan difícil.

— Hazz —dijo riendo—. Mi papá me apoya en todo y definitivamente quiero estar contigo.

— ¿Irás conmigo? —lo miró sonriendo—. ¡Vas a ir conmigo!

Lo cargó y le dio vueltas mientras le besaba las mejillas y los labios.

— Hazz, tranquilo, que me mareo —se rió, abrazándolo—. No sé cómo serán las cosas de ahora en adelante, pero definitivamente quiero estar a tu lado. Sin embargo, mi padre...

— Tranquilo, cariño, tu padre estará bien vigilado por mis hombres de confianza —le dijo acariciando su mejilla—. Nadie podrá dañarlo.

— Lou —le dijo su papá, notando que estaba perdido en sus pensamientos—. ¿Cuándo te irás con Harry?

— Mañana viene por mí. Me dijo que debo llevar lo mínimo, pero no lo sé.

— Hijo, no te preocupes por eso. Seguro que te consigue más ropa y accesorios —se rió mirándolo—. Venga, mi niño, ve a casa a arreglar tus cosas.

— Está bien, papá. Te amo —le dio un beso en la mejilla—. Tan pronto como organice mis cosas, volveré a ayudarte con lo que falta aquí.

— No te quiero de vuelta, Louis —le advirtió con cariño—. Quédate en casa y descansa bien. No tardaré en terminar estas cosas y luego llegaré a casa para preparar la cena.

— Vale, papá. Te espero en casa —le respondió sonriendo.

Harry, con la sonrisa más grande del mundo, regresó a su barco. El viento soplaba fuerte, el mar estaba agitado y las olas chocaban con fuerza contra el casco. Harry logró saltar hábilmente a la embarcación y se dirigió directamente a su amigo Zayn, quien lo esperaba pacientemente en la cubierta.

— ¡Zayn! ¡Lo logramos!—gritó Harry emocionado mientras se acercaba a su amigo.

Zayn levantó la vista de sus tareas y se sorprendió al ver la felicidad en el rostro de Harry.

— ¿De qué estás hablando, Harry?—preguntó Zayn, expectante.

— ¡Louis se une a la tripulación! ¡Aceptó nuestra oferta y ahora será uno de nosotros!—respondió Harry, todavía emocionado.

Zayn no pudo ocultar su alegría y se levantó para abrazar a Harry.

— ¡Eso es genial, Harry! ¡Bien hecho, amigo!—exclamó Zayn, entusiasmado.

Los dos amigos se abrazaron fuertemente mientras celebraban la nueva adición a su tripulación. El barco continuaba navegando, moviéndose sobre las olas, mientras los demás miembros de la tripulación cumplían con sus tareas habituales. Pero para Harry y Zayn, la noticia de Louis era lo único que importaba. Estaban felices y emocionados de contar con un nuevo amigo en su aventura.

— Ahora, dile a Ara que arregle una cama cerca de la mía—le dijo sonriendo—. No voy a perder de vista a Lou.

— Maldito, quién diría que por un mocoso ibas a estar de mandilón—soltó una carcajada Zayn, caminando para darle el recado a Ara.

Louis y Liam se encontraban sentados sobre la cama de Louis, envueltos en una atmósfera de nostalgia y tranquilidad. De repente, Louis bajó la cabeza y comenzó a jugar con sus dedos, como si algo lo perturbara mentalmente; en ese momento, Liam lo notó de inmediato.

— ¿Sucede algo, Lou? —le preguntó, mirándolo.

Louis levantó la cabeza y fijó su mirada en Liam, con una expresión seria en el rostro.

— Sí, hoy ha venido Harry a la herrería —le dijo, esbozando una pequeña sonrisa—. Justo cuando estaba con mi papá.

— ¿En serio? —lo miró boquiabierto—. ¿Qué quería?

— Quiere que me una a su tripulación —se aclaró la garganta y lo miró—. Dice que solo de esa manera podrá asegurarse de que no me pase nada.

— ¿Es broma? —lo miró, incredulidad en sus ojos—. ¡Lo dices en serio! ¡Lou, eso es tan genial! ¿Qué has decidido?

Louis explicó que había estado pensando en su vida y que había llegado a la conclusión de que lo que realmente quería era viajar y experimentar el mundo. Y no había mejor manera de hacerlo que formando parte de la tripulación de Harry.

Liam no pudo evitar sentirse un poco triste, porque eso significaba que Louis se alejaría del pueblo por un tiempo, pero también se sentía feliz por él y le ofreció su apoyo incondicional.