Al caminar por los angostos callejones de aquel pueblo, el capitán supo que algo andaba muy mal, principalmente porque el negocio de Louis estaba cerrado y el ojiazul era muy puntual con respecto a su trabajo.

Frunciendo el ceño, se acercó a un hombre que estaba comprando fruta.

—Disculpe, ¿usted sabe por qué no abrieron la herrería? —Preguntó el capitán, en un intento de sonar casual, mientras escogía unas manzanas—. Necesitaba una daga y me extraña que estuviese cerrada.

—Muchacho —respondió el anciano, mirándolo con expresión triste—. Ayer atacaron los piratas y se llevaron a varios chicos, Dios sabe a dónde y cómo estarán.

—¿Y el chico que trabajaba con Louis? —lo miró con un poco de esperanza—. ¿El dueño del negocio?

—Liam no sale de su hogar; tuvo bastante suerte en llegar a su casa —contestó, dándole una mirada llena de tristeza—. El señor Tomlinson cerró el negocio y fue en busca de su hijo. Esos piratas bastardos estaban acechando a Louis.

El capitán no respondió a eso; simplemente dejó unas monedas en la mesa de fruta y regresó con Zayn.

Sabía con exactitud quién había sido el culpable de la desaparición del mocoso.

Louis había despertado hacía unos minutos y se sentía aterrado ante la posibilidad de que se dieran cuenta de su estado de vigilia.

Se mordía la lengua para evitar sollozar en voz alta o siquiera suspirar; necesitaba regresar con su padre o ser salvado por Harry.

Realmente se sentía estúpido por seguir creyendo que el rizado iría a salvarlo, cuando seguramente ni siquiera sabía de su paradero o si estaba bien.

—¿Qué haremos con él? —murmuró un pirata que lo cuidaba. Sabía que estaba en un barco pirata—. Podríamos divertirnos un poco mientras llega el capitán.

—Deja de decir estupideces. Si llegas a tocar a esta belleza —le advirtió su compañero—, serás alimento para peces, y sería una lástima perder a alguien como tú.

—Solo bromeaba, prefiero a las mujeres de pechos grandes —respondió, con un tono de voz que a Louis le pareció repulsivo—. Ya viene el capitán.

—Zayn, ¿dónde están todos en este momento? —Lo miró Harry una vez que estuvo en su barco. —Necesitamos partir de este lugar, ya fue saqueado hace días por la tripulación de Jack.

—Algunos estaban en la costa recolectando alimentos y alcohol —dijo Zayn, encogiéndose de hombros—. Niall recién subió, llevaba cosas en las manos y fue a guardarlas. Debiste verlo —añadió mientras reía—. Parecía un ratoncillo corriendo.

El capitán estaba perdido en sus pensamientos, planeando la forma de salvar al chico... ¿Pero cómo lo haría sin levantar sospechas? ¿Qué dirían del temible capitán? ¿Cómo podría haber ido a salvar a un chico de unos piratas? Tenía muchas cosas en la cabeza en ese momento, pero solo sabía una cosa: necesitaba mandar a hombres de confianza.

—Harry —se acercó Zayn, hablándole despacio al notar que estaba pensativo. Amaba su vida como para hacer una estupidez—. Oye, amigo, ¿te encuentras bien?

—¿Mhm? Sí, estoy bien. Iré adentro y llama a Niall y a Ara —respondió—. Es importante, y que no tarden.

—Entendido, capitán —le respondió Zayn—. ¿Me contarás en qué consiste esa misión importante?

—Por todos los mares —murmuró el capitán antes de retirarse. Estaba lo suficientemente tenso y sobrio como para responder cada pregunta que le lanzaba Zayn. No quería cometer un homicidio—. Sí, después te cuento todo, Zayn. Ahora marca el curso hacia el puerto que está cerca de Italia.

—Capitán, Zayn —se acercó Niall sonriendo como siempre—. Me acabo de enterar de que Jack saqueó este pueblo y se llevó a una belleza. Dicen que parece un ángel de ojos azules, como el mismo mar —relató Niall, haciendo ademanes con las manos—. Pobre chico, no creo que Jack lo suelte tan fácilmente.

—Cállate, Niall. Ven a mi despacho ahora —murmuró Harry, sintiendo una gran ira.

—Bien, nos vemos, Zayn —le dijo, sonriendo.

La impotencia reinaba en el cuerpo de Harry; sus manos hormigueaban por echar todo por la borda y correr tras Louis. Pero su lado razonable era más fuerte y lo mantenía cuerdo. No debía involucrarse en esa búsqueda, ni por error.

—Bien, ya que están aquí, les tengo una misión —la voz de Harry era fría—. No quiero saber ni escuchar que estuvieron divulgando esto. ¿Entienden?

—Sí, capitán —respondió Ara, mirándolo con el ceño fruncido—. ¿Qué debemos hacer y por qué nosotros?

—Los escogí a ustedes porque sé que no me van a defraudar —le respondió, mirándola—. Tienen que investigar dónde se encuentra Jack y organizar la liberación de un chico. No pueden saber las razones; solo hagan lo que les pido y serán bien recomendados.

—Está bien, capitán —dijo Niall, algo pensativo.

—De verdad que eres una belleza inigualable. —dijo el capitán rodeando a Louis—. No era necesario tanto show en tu pueblo; si Styles no se hubiera entrometido la primera vez...

El tono del capitán era de odio y rencor.

—Déjame en paz y suéltame. —le respondió Louis, intentando que su voz no delatara el miedo que sentía—. ¿Qué es lo que quieres de mí?

—¿Qué es lo que quiero de ti? —lo miró el capitán, soltando una carcajada que hizo temblar a Louis—. Quiero que Styles venga por ti y así poder alcanzar ese poder que nadie ha tenido en el océano.