Al llegar al bar, por la clara expresión del capitán, Todos se dieron cuenta de que el capitán necesitaba urgentemente un buen trago. Sin embargo, no lo malinterpreten; la situación se debía a que, siendo Louis tan parlanchín y Harry tan "amable", no había una buena química entre ellos.

Todos los presentes en el lugar voltearon a observarlos. Sin embargo, Styles no se inmutó y continuó su camino hacia la barra, mientras que Louis se sintió incómodo ante las miradas de varios hombres.

—Harry, ¿por qué vienes aquí? —le preguntó Louis una vez que ambos se sentaron en unos bancos altos.

—Vengo aquí para beber y aliviar un poco el estrés. ¿Nunca has estado aquí? —el capitán lo miró con una ceja arqueada.

—No, no me gusta beber —respondió Louis, algo tímido.

—¿Y entonces, para qué me seguías? —Frunció el ceño, mirándolo.

—Porque… —se quedó pensando en una buena excusa—. Quiero conocerte más.

—¿Conocerme? —lo miró, confundido—. Lo único que debes saber es que me llamo Harry.

—¿Por qué no puedo saber más sobre ti? —lo miró, ladeando la cabeza.

—¿Por qué no? —respondió, tomando la cerveza que le habían servido hacía un momento.

Por todos los mares, era tan gracioso ver la expresión del capitán al tener a Louis a su lado, hablando como un loro y sin guardar silencio ni un momento. Algunas veces, Harry lo miraba, temiendo que se hubiera tragado su propia lengua al escuchar un instante de silencio, pero al instante volvía a contar otra anécdota de su vida.

Ni siquiera podía escuchar sus propios pensamientos.

—Louis —lo interrumpió drásticamente—. ¿Por qué hablas tanto?

-Mhm.—Lo miró sonrojado.—Perdón, mi papá siempre me dice que hablo de más, aunque sea con extraños, pero no tengo amigos ni nadie que me escuche.

-Por los mares.—Suspiró, volviendo a mirarlo.—Vámonos de aquí, parece que en cualquier momento nos echarán a patadas.

Salieron del bar y continuaron caminando sin rumbo, simplemente disfrutando de la hermosa noche.

-¿Dónde queda tu casa, Louis?—preguntó Harry, mirándolo de reojo.

-Queda cerca de aquí.—Murmuró, sin dejar de mirarlo.—¿Me podrías acompañar?—le preguntó, un tanto tímido.—Tengo miedo de volver a encontrarme con esos hombres.

-Nada te volverá a pasar, esos piratas no volverán por estos rumbos.—Aseguró con confianza.—Vamos, seguro que tu mamá o papá están preocupados por ti.

Siguiendo las instrucciones de Louis, llegaron a una casa sencilla pero acogedora, adornada con varias macetas de plantas coloridas.

-Entra ahora, yo tengo que ir a otro lugar.—Le dijo el capitán.—No quiero volver a verte, ni siquiera en la calle.

-Gracias de verdad, Harry.—En un impulso, se lanzó hacia el capitán y lo abrazó.—Gracias por salvarme de los piratas. Espero poder verte por aquí más seguido.—Dijo, ignorando lo último que había mencionado el hombre.

-Está bien, ahora vete.—Le respondió, sintiendo un hormigueo en sus brazos; nunca había recibido un abrazo.

Luego de eso, Louis entró en su casa con las mejillas rojas; sin embargo, Harry permaneció inmóvil durante algunos segundos en el lugar. ¿De verdad ese chico lo había abrazado y no lo había amenazado por ser pirata?

Parpadeó un par de veces y caminó de regreso al bar para robar algunas botellas de alcohol antes de volver a su amado barco. Esa madrugada soñó con un chico de curvas, ojos azules y cabello castaño.

—Louis. —Escuchó que alguien lo llamaba.— Lou, despierta.

—Mhm, un rato más, Harry. —Murmuró dándose la vuelta para seguir durmiendo.

—¿Quién es Harry? —En ese momento, Louis saltó de la cama al encontrarse con su padre, que lo miraba con el ceño fruncido.— Louis, te estoy hablando, ¡se te hará tarde para ir a la herrería!

—No es nadie. —Le respondió, levantándose para ir al baño a lavarse la cara, sintiendo cómo su rostro se tiñó de rojo por la vergüenza de haber mencionado a Harry.— ¡Ya voy, en cinco minutos bajo a almorzar!

Gritó para informar a su padre. Tomó un baño rápido y se cambió con la ropa del trabajo. Al bajar las escaleras para almorzar con su padre, lo notó pensativo. No quería preguntar nada, ya que eso seguramente desencadenaría un torrente de preguntas sobre Harry, y no deseaba hablar de ese asunto.

—Te quedó muy delicioso el almuerzo, papá. —Dijo mientras se limpiaba con una servilleta y se levantaba para despedirse.— Me voy, llegaré temprano hoy, no tengo tanto trabajo.

Salió rápidamente de la casa y caminó por las calles, algo distraído, pero siempre con una sonrisa en los labios. No temía a su padre por su orientación sexual; ser homosexual era bien aceptado. El rey era homosexual y había estado casado durante muchos años con un chico.

Esa es una historia muy popular y hermosa, pero eso será contado más adelante. Al llegar a la herrería, abrió la puerta y comenzó a limpiar y organizar sus herramientas.

—Zayn, ¿tienes noticias de los chicos? ¿Dónde se encuentran? —lo miró con seriedad.

—Claro que sí, capitán. —Le respondió con media sonrisa—. Carolina llegó hace unos momentos, oliendo demasiado dulce. —Hizo una mueca al recordar el olor—. Seguro estuvo con alguna mujer; Alex está paseando con una nueva chica y los otros deben estar deambulando o saqueando tiendas.

—Bien, mientras lleguen a salvo, me conformo. Necesito mi tripulación completa. —Le dijo, riendo al escuchar las aventuras de los chicos—. ¿Y tú, con quién pasaste la noche y por qué estás aquí tan temprano?

—Estuve paseando toda la noche. —Le respondió, mordiendo su labio al recordar al chico castaño de labios carnosos con quien estuvo—. ¿Y usted? Cuando regresé anoche, escuché que mencionaba un nombre.

—Solo estuve en un bar e impedí que la tripulación de Jack se llevará a un pobre chico que salía de trabajar. —Dijo, evitando la mirada de Zayn.

—¿Salvó a un chico? —Preguntó Zayn con un tono burlón—. ¿De casualidad, ese pobre diablo se llama "Louis"?

El capitán Styles lo miró, intentando parecer intimidante, pero su rostro sonrojado no ayudó mucho, y menos aún al escuchar la carcajada que soltó Zayn. Claramente amaba su vida, y por ello huyó antes de que Styles lo alcanzara y lo castigará.