Capitulo IX:
Abril, miró a sus padres de manera sorprendida, los 3 no podían evitar el shock, pero en cuestión de segundos, la tensión que había en el lugar, se rompió, Abril se arrodilló en el suelo mientras miraba a sus padres, con unas cuantas lágrimas en sus ojos y ellos se acercaron a su hija para fundirse los tres en un gran abrazo, se disfrutaba el amor que había en el ambiente, todos se miraron, como si todo hubiera terminado, pero se escuchaban pasos y sobre la colina, otro pequeño grupo de personas estaban preparando un ataque, uno de los tipos posado en lo más alto de la colina, tomó su varita y lanzó un encantamiento al azar, impactando a Mimi y dejándola inconsciente, Cayde reaccionó rápido y lanzó un encantamiento haciendo que la varita del hombre saliera expulsada.
—¡Adela! Atiende a Mimi, pónganla en la cabaña junto a Aaron, Odhet, llévate a Abril y a sus padres, que usen el traslador que tiene Abril y salgan de aquí. – dijo el pelirrojo, seguidamente todos comenzaron a hacer lo que se les había pedido.
—Muy bien chicos, somos pocos, pero juntos somos más fuertes que ellos, no son muchos, que Wilsa forme un equipo con su padre y con Elías y vengan con nosotros, Cayde, Maie y Bella protegen la entrada de la cabaña, Wayne se queda conmigo y con Arthur, el resto ayuden a los demás a levantarse y salir de aquí, no dejaremos que se acerquen.– pero al terminar de decir esto, el grupo de hombres comenzó a acercarse, quien tomaba la delantera era el hombre que había aturdido a Mimi, James se olvidó de que estaba desprotegido y al mirarlo, corrió hacia él con furia y sus compañeros iban detrás de él, ambos grupos, al contactarse comenzaron a batallar, pero James se olvidó de que poseía una varita y en vez de atacar al hombre con un encantamiento, usó la fuerza de su mano para golpear al tipo, haciendo que cayera al piso, en cuestión de segundos, el pequeño grupo del pelirrojo había ganado la batalla, definitivamente.
—Fue sencillo... ¿No? – exclamó Wayne, pero James no escuchó sus palabras y corrió hacia su esposa quien pensaba que estaba por irse, mientras movía su mano para indicar al grupo que lo siguieran. Al llegar, abrió rápidamente la puerta de la cabaña y vio a sus amigos dentro de ella.
—¿En serio pensaste que se iba a ir?– dijo Maie, Abril corrió hacia James y ambos se fundieron en un gran abrazo seguido de un pequeño beso en sus labios, los padres de Abril miraron la escena confundidos, a lo que su madre exclamó entre risas.
—Creo que esto merece una explicación...
James respondió.
—La tendrán, señores, lo prometo.– Adela con curiosidad, levantó su mano y luego preguntó.
—Todo muy bien pero tengo una duda... ¿Cómo es que Elías llegó hasta acá?
El chico de gafas respondió.
—Digamos que sentí que Bella estaba en peligro, así que vi a las patatas salir de la mansión Nuttley y las seguí hasta acá.
Abril se preguntó lo mismo por Cayde, el chico pelirrojo sonrió y contestó.
—Piddy se encargó de entregar una carta no sólo a Wilsa, también a Cayde.
—Un Capi necesita la ayuda de otro Capi.– James afirmó con su cabeza. Odhet, quien revisaba a Mimi, dijo unas palabras.
—Debemos irnos, Mimi está grave y el resto de personas necesitan atención.— Adela, aprovechó el momento para decir algo.
—Puedo atender a los demás aquí, no es tan grave, toma el traslador y llévate a Mimi.– Odhet asintió con la cabeza.
—Wilsa y su papá irán con ustedes, nos veremos allá. –
Todos se encontraban exhaustos, pero debían hacer un último trabajo antes de irse, mientras Adela atendía a los antes encerrados, James y su grupo caminaron hacia afuera, tomando las varitas de todos los tipos malos y las rompieron, tirando los escombros al río.
—James, están todos bien– dijo la chica pelinegra mientras se acercaba al joven.
—Es hora de volver a casa, juntos. – dijo James, mientras miraba, junto a su grupo y su familia, la bonita corriente de agua.
[21 de enero, 1956]
—Primer pie puesto en Gran Bretaña...como extrañaba esto. – murmulló un hombre, que se bajaba de un taxi muggle mirando todo a su alrededor, seguidamente, una mujer que parecía ser su esposa lo seguía detrás.
—Recuerdo ese parque, siempre nos mirábamos ahí...– susurró la señora, mientras miraba los árboles verdes del parque frente a ellos.
—Chicos, patatas... Gracias, no podríamos haberlo hecho sin ustedes. – dijo el joven pelirrojo, al mismo tiempo que tomaba la mano de su esposa.
—Cuando sea necesario, ahí estaremos, como dijiste, juntos. – respondió la joven pelinegra, Adela. La joven pareja se despidió de cada uno de sus amigos, Elías, Bella, Odhet, Maie, Adela, Cayde, Wilsa y Mimi, quien había sido curada por las jóvenes sanadoras en el equipo.
—¡Nos vemos mañana en Diagon! – gritó Abril desde lejos mientras se despedía con su mano y caminaba hacia sus padres.
—Señores, hora de volver a casa. – dijo James, los cuatro, se miraron con felicidad, puesto que cada uno, retomaría su antigua vida.
[31 de agosto, 1957]
-Señor... ¿Está todo listo? – soltó un tipo.
-Comenzaron a principios de este año... esos malditos me las pagarán...
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