Los Patengers se encontraban haciendo preparativos para su primera misión con los entes. Paracelso y Mirabilis los esperaban en la sala de reuniones.

—La señorita Potter nos guiará hasta el ente del destino, nos haremos con él y lo resguardamos nosotros.

—¿Y si no funciona así? ¿Qué pasará si Tessa lo toma primero? — preguntó Elías mientras entraba a la sala de reuniones.

El equipo estaba listo y entró a la sala donde Paracelso y Mirabilis conversaban con Elías.

—Muchachos, la misión es sencilla, son suficientes para acabar rápido con los hombres de Tessa.

—Llegamos, buscamos el orbe, lo tomamos y nos vamos. Si hay que pelear lo haremos, pero siempre manteniendo el objetivo. — continuó Abril.

—Opino que debemos dejar a alguien que se haga cargo del orbe, así si nos atacan a nosotros, que el guardián salga ileso y con el objeto a salvo. — sugirió Isaac.

—Bien pensado muchacho, tú serás el guardián. — dijo Paracelso.

—Nos transportaremos de diferentes formas para no llamar la atención. Un grupo en escoba y otro mediante aparición. — dijo Abril.

—Los que lleguen primero no intenten nada hasta que estemos completos, sería arriesgado de su parte. — interrumpió Elías.

De repente, un hombre cruzó la puerta, Arthur Roberts había llegado tarde, como de costumbre.

—Wow, ¿Qué pasa acá? — preguntó el hombre. —¡Mimi y Elias, por Merlín! ¿Hay festín?

—Arthur, tenemos una misión, ¿Dónde mierda has estado? — reprimió Adela.

—Yo... estaba ocupado con el papeleo de la última misión, el nuevo Ministro es exigente.

Elías le dio una mirada sospechosa a Arthur y luego miró a Mimi.

—Miente. — le susurró el de lentes a su amiga.

—En fin, traigo un mensaje de un ex informante de Balton Wagner. — dijo Arthur. Giah prestaba total atención, pues se le habían encendido todas las alarmas. — dice que un grupo de magos oscuros andan reclutando personas para una importante misión al norte de Estados Unidos.

El grupo se miró y Mimi preguntó.

—Laia, ¿El orbe está en América?

—No, está acá en Inglaterra... — contestó la muchacha.

—Encontró otro. — dijo Mirabilis.

—Mierda, ¿Ahora que vamos a hacer? — preguntó Maie.

—¿Cómo sabemos que irá a América por ese y no acá por el orbe? — preguntó Bronce, centrado en el tema.

—Señorita Abril. — interrumpió un hombre de cabello negro.

—¿Si?

—Han llegado informes de unos magos oscuros atacando a las afueras del Ministerio Francés, pidieron refuerzos.

—Esto se está saliendo de control... — susurró Luis.

—Tenemos que dividirnos. — sugirió Abril. — cubriremos más terreno si lo hacemos.

—No me gusta la idea pero tenemos que hacerlo. — contestó Paracelso.

—¿Porque mejor no le damos prioridad al orbe? Sabemos dónde está y qué hacer con él. Que hayan señales en otros lugares no significa nada. — dijo Minerva.

—Le damos prioridad a todas las amenazas que se presenten, ese es el sentido de que estemos aquí. — dijo Isaac.

—Escucha mocoso, si tienes algún problema es mejor que lo digas ahora. — contestó Mimi furiosa, acercándose al castaño.

—Estamos perdiendo el tiempo mientras ustedes discuten. Dividamos el equipo y cubrimos los tres terrenos. — dijo Abril autoritariamente.

—Yo iré por el orbe. — dijo Elías.

—Laia es prioridad, así que irás con Elías. Mimi, ¿Puedes liderar un equipo para controlar la situación en Francia? — preguntó Abril.

—Tengo tiempo sin hacerlo, pero será un placer.

—Bien, escoge a un equipo de cuatro y vayan cuanto antes.

—Vale, Ruth, Giah, Jason y Alie.

—¡Wuw! — exclamó la rubia.

El equipo de Mimi salió hacia París.

—Isaac, lidera un grupo y ve a América, Adela será la guardián del orbe.

—Eeh... Loly, Hope y Arthur

—Rápido muchachos. — dijo Arthur.

—Adela, Luis y el resto vendrá con nosotros. — siguió Abril.

—Abby, ha llegado otro reporte. — dijo aquel hombre pelinegro.

—Carajo...

—Al norte de Rumania, un descontrol de dragones por parte de más magos oscuros.

—No podemos dividirnos más, Abril. — dijo Elías.

—Ustedes tranquilos. — dijo un hombre que recién entraba a la sala. — llamaré algunos refuerzos que pueden encargarse de esto. — continuó Robert Mccall.