Capítulo 8: Compañeros de Equipo.
[Siria, 1976]
Un grupo de soldados Estadounidenses se dirigían a su punto de extracción, bien agrupados caminaron algunos kilómetros donde fueron interceptados por un grupo de terroristas a tan sólo algunos metros de su escape.
—¡Mierda, al suelo al suelo! — exclamó el capitán de los hombres quienes obedecieron la orden de su mayor pues habían abierto fuego contra ellos.
—¡Es una emboscada señor! — exclamó un hombre de cabello negro.
—¡Son casi un ejército y no estamos muy lejos de la extracción, necesitamos un plan!
—¡Carter! ¿Alguna idea? — preguntó el capitán a uno de sus hombres.
—¡Negativo señor! — contestó.
—¡Necesitarán un tiempo para cargar sus armas, señor, cuando lo hagan los voy a distraer, aprovechen la oscuridad y larguense de aquí! — exclamó un hombre al lado del Teniente Carter.
—¿Qué estás diciendo Ryan? — le preguntó el pelinegro a su amigo.
—Tú confía en mí, solo háganlo.
Las armas que les disparaban a los soldados se habían callado, Payton se puso de pie y comenzó a dispararle a toda la guardia frontal mientras corría hacia una cueva cercana.
—¡Ahora, ahora! — exclamó Carter para que sus compañeros y él huyeran del lugar mientras Payton se llevó toda la atención de los terroristas quienes fueron a capturarlo.
Payton entró al lugar, comenzó a inspeccionar todo a su alrededor para no ser sorprendido por uno de sus enemigos, el hombre se detuvo a mitad de camino al escuchar unos pasos, se escondió tras la pared y al asomar su cabeza recibió una ráfaga de disparos de los cuales pudo protegerse, rápidamente salió de su escondite y abrió fuego contra su enemigo mientras un grito de coraje salió de su garganta. Más enemigos comenzaron a desplegarse hacia el lugar donde estaba Payton, el hombre le dispara a todo lo que se movía e incluso lograba golpear a varios hombres que se interponían en su camino.
Tras algunos segundos de avance y disparos, Payton salió de la cueva aún en guardia, caminaba detrás de las paredes para cubrirse, sin embargo, se encontró a un hombre de frente a quien comenzó a dispararle llamando la atención de los demás, luego, recibió un disparo en su hombro que lo dejó medio aturdido. El soldado cayó al suelo apoyándose sobre una columna de concreto, una vez en el suelo, soltó su arma y comenzó a hacer presión en su herida, sabía que no podía rendirse así que decidió ponerse de pie y sacar su cuchillo, dio un grito fuerte para revelar la ubicación a sus enemigos y que corrieran tras él.
Un par de terroristas se acercaron, sin embargo, no pudieron hacer mucho pues fueron apuñalados por el hombre quien tenía su cara ensangrentada. Cuando estaba por asesinar a uno de los hombres escuchó el sonido de un misil caer contra el suelo provocando la instantánea muerte de los demás terroristas en el lugar pues sus compañeros habían provocado aquella detonación.
Payton cayó al suelo con el cuerpo medio inconsciente de su enemigo, tras lograr salir del shock en el que se encontraba levantó al hombre y lo empujó contra la pared, tomó una piedra del suelo y con toda la rabia que tenía acumulada comenzó a golpear la cabeza y cara de su enemigo dejándola totalmente destrozada.
Pasaron algunos minutos, Carter llegó con parte de su equipo para llevarse a su compañero sano y salvo.
Los hombres habían salido de la emboscada y se encontraban en su base, varios hombres habían muerto y algunos estaban heridos, incluso algunos en shock pero conscientes.
Un hombre calvo se acercó hasta los soldados y comenzó a hablar, sin embargo, Payton no estaba concentrado en sus palabras pues aún estaba en una especie de Shock.
—Teniente Payton, Teniente Carter… ¿asesinaron al objetivo? — preguntó el hombre.
Payton levantó su cabeza y observó al hombre frente a él con rabia.
—¿Qué dijiste? — soltó el hombre. —¿Qué dijiste pedazo de mierda? — agregó mientras se ponía de pie y caminaba hasta aquel hombre.
—¡Ryan!
Payton empujó al calvo fuertemente y luego le impactó un golpe en su cara causándole una hemorragia en su ojo izquierdo.
—¡Tú hiciste eso maldito, tú lo hiciste, te mataré! — exclamaba el pelinegro mientras sus compañeros trataban de separarlo de aquel hombre.
—¡Ryan ya basta, si no aguantas esta presión entonces vete, lárgate de aquí! — exclamaba Carter. — Yo lo hice…
Payton se encontraba de rodillas en el suelo, levantó su mirada hacia su amigo.
—¿Qué?
—Pedí mi regreso, no podemos seguir haciendo esto… solo miranos, mirate.
Tras aquellas palabras, Carter retrocedió y salió de la sala.
[Nueva York, Presente]
La noche había caído, aquel cuarteto de personas habían escapado del antiguo edificio Blake y entraron a un viejo restaurante de comida china donde el dueño se asustó al ver lo que ocurría.
—¡Oigan! Ya está cerrado.
—Hay que apagar las luces. — dijo Andrew al entrar.
—¿Cómo sabes que hay luz? — cuestionó Loly.
—Lo siento señor, pero necesitamos quedarnos lejos de las calles. — dijo Jack.
—Háganlo en otro lado, dije que está cerrado.
—A la mierda con las explicaciones. — contestó Loly ya cansada, se acercó hasta un mueble cercano y con sus propias manos lo movió hasta la puerta para bloquear la entrada.
—Es fuerte. — dijo Andrew.
El señor dijo unas frases en su idioma mostrando frustración en sus palabras, Jack se acercó a él y comenzó a hablarle y explicarle lo que sucedía en mandarín.
—¿Hablas chino? — preguntó Loly a su amigo quien guiñó su ojo como respuesta.
—La parte de atrás ya está bloqueada, no hay nadie vigilandonos por lo que estamos seguros por ahora. — dijo Andrew acercándose a la ventana frontal.
—¿Quién es él? — preguntó Billy a la pelinegra.
—Mi abogado ciego.
—¿Es ciego?
—Eso creí yo.
Andrew se alejó de la ventana y se acercó a Loly y Billy.
—¿Entonces el plan es quedarse aquí? — preguntó el hombre de tez oscura.
—¿Tienes un mejor plan? — dijo Andrew.
—¿Alguno donde tenga mi bufanda de vuelta? — agregó Loly.
—La necesito hasta que esto termine.
—¡Bien! Podemos quedarnos aquí hasta nuevo aviso. — dijo Jack acercándose al grupo con cara feliz.
—¿Qué le dijiste al tipo? — preguntó Loly.
—No importa, sólo lo convencí.
—¿Ustedes se conocen? — preguntó Andrew a las tres personas frente a él.
—Sí, los tres. — contestó Loly.
—¿De dónde? — cuestionó nuevamente.
—Bueno, son viejos amigos míos. — dijo Jack.
—Bien, ¿Hasta cuando tengo que quedarme aquí? Porque no tengo tiempo para esto, tengo cosas que resolver.
De repente, dos meseros aparecieron interrumpiendo la conversación.
—¿Qué es eso? — preguntó Billy.
—Ah, es que el señor dijo que debía ordenar comida si queriamos quedarnos. — contestó Jack.
—No vinimos acá a comer, Jack.
—Oye, este poder me da hambre, además, ya es hora de cenar. ¿Eso es puerco? — preguntó el rubio a uno de los meseros.
—No, son camarones… él si trae puerco. — contestó Andrew.
Jack se dirigió hasta la mesa seguido de Billy, Loly pasó frente a Andrew.
—Eres tan raro. — soltó la mujer para luego dirigirse a la mesa.
—Disculpen pero no puedo hacer esto, debo irme. — dijo Andrew mientras se dirigía a la salida.
Billy lo detuvo con su mano impidiendo que el hombre se marchara.
—Tienes que decirnos quien eres, quítate esa máscara.
—Quítame la mano de encima, se pondrá peor si no lo haces.
—¿Si? Averiguemos cuanto. — contestó Billy.
—Dios… abogado, tenemos que hablar. — dijo Loly.
Andrew se sacó la mano de Billy de su hombro y se apartó con Loly.
—Señorita Diggory, olvide que soy su abogado, pierda mi tarjeta.
—No sabes cuánto desearía eso. ¿Qué pretendes hacer?
—Esto no me incumbe, tengo que proteger a las personas que quiero de lo que pueda pasar.
—Nosotros también debemos hacer eso, además, sé quien eres. — dijo Loly.
Andrew se quedó en silencio y luego movió su cabeza en forma negativa.
—No sé de qué habla.
—Te vi pelear, esa máscara que tienes en tu cara me recuerda a un viejo amigo, eres ese tipo que anda vestido de diablo golpeando personas.
—No tiene pruebas.
—Las tenía pero usted las rompió.
—Olvide esta conversación.
—Escuche, Wilson, no me interesa amenazarlo, solo quiero terminar con esto y marcharme a casa para resolver mis cosas. Ellos no son tontos, también lo vieron pelear y tardarán dos minutos en analizar y descubrir quién es usted, todos queremos lo mismo, queda en usted si quiere apoyarnos o no. — soltó la pelinegra para después dirigirse hasta la mesa donde sus dos amigos la esperaban.
Andrew se encontraba de pie, con ambas manos en su cintura pensando en las palabras de su cliente, luego de varios segundos, se quitó la bufanda de su cara y caminó hasta la mesa.
—Mi nombre es Andrew. — dijo el pelinegro mientras le entregaba la bufanda a Loly.
Jack miró a la pelinegra a su lado y simplemente sonrió.
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