Capítulo 7: "¿Y ustedes quiénes son?"
Jack se había marchado de la casa de Billy quien había rechazado su propuesta para ayudarlo a investigar el reciente ataque de Payton y sus familiares, el rubio se puso a investigar toda la noche sobre quién podría estar detrás de eso.
Al día siguiente, el hombre salió de su vivienda con un par de pistas dirigiéndose al sur de Queens donde interceptó a un tipo sospechoso que intentaba entrar al viejo edificio Blake que había sido re inaugurado tras el desastre del año anterior.
—¿Quién eres? — dijo el hombre de traje al ser empujado por Jack contra el suelo.
—Vas a decirme a qué viniste a este lugar y con quién te vas a reunir.
—Señor, yo… no puedo ayudarle. ¡Me matarían!
—Morirás de todas formas si no hablas. — contestó Jack de forma ruda enseñándole su puño brillante al hombre de traje elegante.
En Brooklyn, Carter se encontraba leyendo una carta que había recibido hace algunos minutos, el hombre estaba sentado en la silla frente a su escritorio con una jarra de café a su derecha.
“Querido Carter:
Las cosas van tomando su rumbo correctamente, pronto no habrán muchas cosas de qué preocuparse.
Las amenazas que nos tenían preocupados no están eliminadas del todo, sin embargo, estarán neutralizadas por un largo tiempo, es el momento correcto para aprovechar la situación y salir adelante con el plan.
Cordialmente.
Jeremy Spooner, Ministro de Magia.”
El hombre de cabello largo rápidamente rompió la carta y la quemó al terminar de leerla.
Mientras tanto, Jack había aparecido frente a aquel edificio con un traje elegante el cual le había robado al hombre que interrogó recién, el rubio entró al lugar y se presentó ante la recepción haciéndose pasar por aquel hombre, rápidamente lo dejaron entrar y lo guiaron hasta el último piso para una reunión especial.
La investigación de Loly a la oficial que la interrogó hace unos días no iba del todo bien por lo que la pelinegra decidió seguir a aquella mujer todo el día, pues se había dado cuenta que se encontraba en su día libre de trabajo. La oficial entró a un edificio enorme de color blanco y luego de presentarse en la recepción subió hasta el último piso.
—Ay Loly… aquí vamos de nuevo. — se dijo a sí misma.
La mujer entró al edificio y se quedó observándolo de pies a cabeza, decidida a presentarse a la recepción con el fin de seguir a la mujer de su investigación, sin embargo, antes de lograr hacerlo, alguien la tomó de su brazo y la jalaron hasta una gran columna de concreto.
—¡Hey, súeltame idiota! — exclamó la pelinegra.
—¿Qué está haciendo acá? — preguntó Andrew Wilson a su cliente.
—¿Qué le interesa? La próxima vez que me agarre de esa forma, lo voy a golpear tan fuerte que volverá a ver.
—Este lugar no es seguro, lo que sea que esté haciendo tiene que dejarlo e irse.
—¿Por qué le haría caso a alguien como usted? Solo eres un abogado… o eso haces creer.
Andrew puso una cara seria ante las palabras de Loly.
Jack ya se encontraba en el último piso del edificio donde una mujer rubia lo esperaba a las afueras del ascensor, la chica lo guió hasta una sala de reuniones donde había una gran mesa y al menos unas diez personas en cada silla.
—Señor Owen, llega tarde. — dijo una mujer sin levantar la mirada.
—¡Usted no es Owen! — exclamó uno de los tipos que estaban sentados.
—Claramente no lo soy, no saben quién soy pero yo sí sé quiénes son ustedes. — dijo Jack. — Son una mafia, cazan a personas inocentes, indefensas y las manipulan hasta dejarlos sin oportunidades, son unos asesinos.
—Disculpe señor pero… no sabemos de que está hablando.
—Bueno, quizá recuerden lo que le hicieron a la familia Payton o mejor, recuerdan lo que le sucedió a su camión y a sus hombres que transportaban esos cuerpos.
La mujer sentada sobre la mesa miró atentamente al rubio frente a ella.
—Fue usted…
Rápidamente, la mujer rubia detrás de Jack sacó un arma y apuntó a la cabeza del hombre.
—Comete un error, señora.
—El error fue suyo al venir aquí, averiguaremos quién es usted, buscaremos a sus seres queridos y luego vamos a eliminarlos uno por uno.
El rubio estaba furico, observó a la mujer castaña frente a él con el ceño fruncido y después, en un rápido movimiento golpeó el arma de la mujer a su espalda haciendo que dejara de apuntarlo impactando un disparo en el suelo, se giró para tomar a la mujer del cuello y usarla de rehén.
Andrew y Loly seguían discutiendo en la recepción del edificio pues el hombre invidente trataba de sacar a la mujer del edificio.
—¿A qué se refiere con “eso hace creer”?
—Un abogado ciego que hace maniobras en la calle, lo vi y tengo pruebas. Ahora aléjese de mi camino si no quiere que estas fotos vayan a una corte y le quiten su licencia de abogado.
Andrew rápidamente tomó la cámara que colgaba en el cuello de la pelinegra y la rompió contra la pared cayendo en pedazos al suelo.
—¿Qué decía?
—Eres hombre muerto.
Andrew desvío su mirada tratando de concentrarse en un peculiar sonido que escuchó a la distancia.
—Disparos.
—¿Qué? ¿Dónde? — preguntó la pelinegra.
—En el último piso…
—¿Cómo lo sabe?
—Sólo lo sé, esto es justo lo que trataba de evitar, deme eso. — dijo Andrew tomando la bufanda de Loly para cubrirse la cara y luego correr a las escaleras para dirigirse al último piso.
—No importa lo que intente, señor, ellos pasarán sobre ella para tomarlo a usted. — dijo la mujer castaña frente a Jack, de inmediato, las puertas detrás del rubio comenzaron a cerrarse.
Los hombres y mujeres sentados frente a la mesa se levantaron y sacaron unos palos de sus mangas preparados para atacar a Jack. Sin más, el rubio lanzó a su rehén hacia uno de los tipos y comenzó a pelear contra ellos lanzando fuertes golpes y patadas a sus rivales al mismo tiempo que bloqueaba los golpes de ellos. Tras derrotar a unos cuantos, varios hombres con armas no letales aparecieron frente a él abriendo fuego, Jack tomó a uno de los hombres en el suelo usándolo de escudo humano, sin embargo, recibió un golpe de un oponente tirándolo contra la pared, algo que el rubio aprovechó para tomar uno de los dardos somníferos clavados en la pared e inyectarlo a su rival, una vez en el suelo, Jack continuó peleando con los demás hombres y mujeres pero eran muchos para él pues lograron someterlo, lo tomaron de su camiseta y lo tiraron de espalda contra la gran mesa para que después varios hombres se abalanzaran sobre él para inmovilizarlo.
—¡Vamos, enciende! — exclamó el rubio hablándole a su puño.
Para su suerte, alguien rompió la puerta de la sala de reuniones interrumpiendo lo que sucedía en el lugar.
—¡Billy!
—¡Yo!
Jack empujó con todas sus fuerzas a un hombre a quien Billy tomó de la camiseta y golpeó fuertemente haciendo que saliera expulsado hacia la pared.
—¿Ahora sí está bien golpear?
—Bueno, es complicado. — dijo el hombre de tez oscura después de lanzar a un hombre al suelo con todas sus fuerzas.
De inmediato comenzaron a llegar más hombres esta vez con armas de fuego, comenzaron a disparar a Jack y a Billy, sin embargo, el rubio se escondió detrás de su amigo a quien las balas parecían hacerle cosquillas. Tras acabarse las balas de sus cargadores, los tiradores fueron derrotados fácilmente por ambos hombres, sin embargo, frente a ellos y a sus espaldas se acercaban más hombres.
Andrew seguía corriendo por las escaleras a punto de llegar al último piso, abrió la puerta de emergencias y entró encontrándose con Loly quien recién subía por el ascensor.
—Luces como idiota. — lanzó la pelinegra.
—Es tu bufanda.
Ambos caminaron por el pasillo pero se frenaron de inmediato, pues Billy había lanzado a otro hombre contra la pared causando que esta se rompiera por completo, Jack salió del agujero peleando contra otro tipo al que derrotó fácilmente, el hombre de tez oscura se giró para observar a las dos personas frente a él.
—¿Lola? —
—¿Qué están haciendo acá? — preguntó la mujer al ver a Jack y a Billy.
—Es una larga historia, ¿Quién es él? — preguntó Jack mientras caminaba al ascensor.
—Una historia más larga.
—¡Alto! Vienen más. — dijo Andrew acertando pues más hombres venían hacia ellos.
—Hay que largarnos de aquí. — dijo Loly dándose la vuelta. — Oh oh… — agregó la pelinegra al ver a un grupo de hombres frente a ellos.
—¿Te encargas tú? — preguntó aquella mujer castaña a una mujer de cabello negro.
—Vete, los alcanzo después. — contestó la mujer con una espada en su mano.
Los hombres en el pasillo comenzaron a atacar a los cuatro individuos recién encontrados. Loly esquivó el primer golpe de aquel hombre para que después Jack lo empujara contra la pared donde Andrew comenzó a darle de golpes, mientras esto sucedía, la pelinegra, Billy y Jack ya habían golpeado a unos cuantos matones más.
El rubio avanzó para evitar que sus enemigos los acorralaran comenzando una ardua pelea entre todos los presentes.
Andrew había derrotado al hombre que atacó a Loly, sin embargo, aquella mujer de cabello negro y espada en su mano se acercó al hombre enmascarado para pelear contra él, ambos lanzaban y esquivaban golpes con maniobras y acrobacias pero para la mala suerte del pelinegro, la mujer lanzó una patada que impactó en el pecho del hombre lanzandolo por los aires y rompiendo la ventana de una habitación. Andrew se levantó rápidamente y junto a aquella mujer protagonizó una pelea bastante intensa. Golpes, patadas y acrobacias iban y venían, en un punto de la pelea el pelinegro pateó una mesa donde su rival estaba de pie, sin embargo, la mujer cayó de pie hábilmente y siguió atacando a Andrew quien de forma hábil logró esquivar las cuchilladas de la mujer, en un rápido movimiento la chica lanzó nuevamente una patada al pecho del pelinegro que impactó con éxito lanzándolo contra el estante de libros y cayendo al suelo aturdido, la mujer se acercó lentamente a su oponente y estaba preparada para matarlo pero antes de que lograra clavar su espada en el cuerpo de Andrew, Jack apareció frente a la mujer y con su puño brillante golpeó la espada de la mujer causando que se rompiera y lanzando a la mujer por los aires.
—¿Estás bien? — preguntó el rubio al hombre en el suelo mientras estiraba su mano derecha para ayudarlo a levantarse.
—Yo… sí. — contestó Andrew para después tomar la mano de Jack y levantarse.
Ambos hombres corrieron hasta el ascensor donde Loly y Billy los esperaban.
—¿Y ustedes quiénes son? — preguntó Andrew a los dos hombres a su lado sin recibir respuesta alguna.
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